Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[19] - Exiel: Pareja

Exiel

No sentamos con Miry en esos sillones cómodos del salón y mantengo mis dedos entrelazados con los suyos. Él mira el gesto con reflexión, aunque no acota nada sobre este.

—¿Te molesta? —le consulto.

—No, solo me preguntaba, ¿por qué me agarras la mano así? Hay muchas formas de sostener una mano. —La levanta, mostrando nuestros dedos entrelazados—. Y esta parece muy romántica.

Me río.

—Soy un romántico —expreso con altanería.

—No, solo eres raro.

—Como tú.

—¿Interrumpo? —Visualizo a Ruper, sentarse con nosotros, un hombre grandote y pelado, el cual sé que tiene bastos negocios—. Veo que hoy tienes a otra acompañante, aunque debo decir que es la más linda que has traído —opina.

—No le digas eso, que después va a mandar a matarte —acota Ramir.

El hombre enorme hace una gran carcajada.

—Y también es divertida.

—Lo sé. —Sonrío.

—¿Y cuántas acompañantes ha traído aquí? —consulta Miry.

—Uf, una barbaridad —responde Ruper—. Debe tener cuidado, señorita, él las conquista para luego dejarlas. ¿Lo sabe? Me han contado de su fetiche sobre el sexo de despedida, es muy curioso.

—¿Sexo de despedida?

—No hablemos de cosas que todavía no han pasado —intercedo en su conversación—. ¿Y cómo es esto de que sabes sobre ese fetiche? —Enarco una ceja—. ¿Mis anteriores acompañantes han hablado contigo?

El hombre grande vuelve a carcajear, entonces responde a mi pregunta:

—Oh, Exiel, mi hombro siempre ha estado para consolar —se burla.

Ruedo los ojos.

—Como sea, hablemos de negocios, ¿para eso te sentaste en mi mesa, no? —Me regresa la sonrisa.

—¿Me vas a estafar de nuevo? No, gracias. Aunque quiero ofrecerte unos peces gordos que quizás sean más de tu tipo. Si todo sale bien, podríamos repartirnos las ganancias.

—Ya veremos.

—¡Qué aburrido! —se queja Miry—. ¿Ya me puedo ir? Este vestido me pica —dice rascándose el trasero con su única mano libre—. Perdón. —Se ríe, luego deja de mover sus dedos.

Diría que me hace pasar vergüenza, pero solo me hace reír.

—Qué linda —opino.

—¿Estamos fingiendo? —pregunta, ya que lo traté de chica.

—A veces sí. —Lo miro de refilón—. Esto es un juego de rol, Miry.

—Insisto, tu pareja es muy graciosa —opina Ruper.

—No soy su pareja —aclara el rubio—. Soy su acompañante, le debo plata. Usted luce como alguien con mucho dinero, ¿me hace un cheque? —No sé si bromea o habla en serio.

—¿Cómo es que no eres su pareja? —consulta, ignorando lo demás—. Todos los acompañantes de Exiel lo son.

—Eso es ser un prostituto —lo corrige, así que debo soltarlo para cubrirme la boca, evitando reír.

—Eso es irse al extremo, ¿no te parece?

—Nunca he tenido una pareja, así que no sé —le confiesa.

Me muerdo el labio.

—Ah, ¿no? —Me meto en la conversación otra vez, luego hago una pausa, recapitulando—. Cierto, dijiste amigos con derechos, jamás los declaraste como parejas o novios.

—Exacto. —Hace una gran sonrisa.

Tomo la mano de Miry otra vez y me levanto del sillón.

—Ruper, ha sido un placer, pero debo aclarar unos asuntos con mi acompañante en privado, volveremos pronto, ¿está bien?

—No hay problema, adelante, disfruten de la noche —responde el hombre grandote.

Asiento y caminamos en dirección a la terraza del lugar. Me aseguro que no haya nadie, entonces nos vamos cerca de una pared con unos bonitos azulejos verde marino. Tomo a Miry de sus hombros y apoyo su espalda en la fría pared, luego pongo mi mano al costado de su cabeza.

—¿Qué pasa? —pregunta por mi acción.

—Ahora entiendo por qué te la pasas evadiéndome con tus respuestas ingeniosas. —Sonrío con confianza—. Es que no comprendiste los términos de nuestra relación.

—¿Qué relación? —Hace una pausa, luego alza su mano—. Ah, sí, la que no hay, pues no me diste mi contrato.

—Todavía hay que arreglar muchos puntos en este, pero quiero que sepas algo, tú eres mi pareja —le aclaro—. Al menos hasta que termines de pagar tu deuda, ¿entiendes?

—Eso es raro. —Mueve los hombros, sin importancia—. Además, no sé cómo ser una pareja, ya me oíste en el salón, nunca he tenido una. —Bufa—. Y para tu información, no estaba evitando nada, pues en su momento, acordamos sobre lo que íbamos a hacer y lo que no, así que no inventes cosas.

Me lo quedo mirando fijo, luego bajo mi vista a su mano y la tomo, la entrelazo con la mía para mostrarle.

—Me preguntaste por qué te agarraba la mano así, de esta manera romántica, como dijiste, pues por eso mismo, porque eres mi pareja ahora —explico, así que me mira disconforme, entonces sonrío—. ¿Te molesta?

—No, solo es raro, preferiría que me digas: vamos a tener sexo, y problema resuelto.

Me río.

—No vamos a tener sexo, no ahora. —Hago una pausa—. No me vas a pagar con tu cuerpo, Miry, me vas a pagar con tu alma.

—Eso suena diabólico.

—Hiciste un trato con un diablo, ¿qué esperabas?

—Qué incómodo.

—¿Ahora sí tienes vergüenza? —me burlo.

—Algo.

—Ahora sí voy a besarte. —Aproximo mi cara, pero me detiene.

—Espera, ¡¿por qué vas a besarme?! —se queja.

—Ya tuvimos unas dos citas, ¿no? Ya deberíamos besarnos, ¿no crees?

—¡No sé! Ni idea cuándo se besa una pareja —expresa, confundido.

Acerco mi boca a la suya.

—Depende mucho de la química que hay entre esta. —Agarro de manera suave sus cabellos rubios.

—¿Y hay química entre nosotros?

—Habrá que averiguarlo.

Junto nuestras bocas y su cabeza termina tocando el azulejo. Me arrimo a su cuerpo, abrazándolo, rodeándolo por completo. Ramir mueve sus labios junto con los míos. Me deleito porque se ha sonrojado. Juro que pensé que no lo haría. De alguna forma, estoy seguro de que elegí el momento perfecto para besarlo. Ya te tengo, Miry, no voy a soltar esa boquita por un buen rato. Me encanta, porque tiene calor, calor que yo mismo le genero.

Lo dejo respirar un momento y lo miro fijo a sus hermosos ojos, luego vuelvo a unir su preciosa boca con la mía.

—Eres la cosa más bonita que he tenido a mi merced —declaro, manteniendo mis labios casi pegados a los suyos—. ¿Lo notas? Sí que hay química. —Lo vuelvo a besar y se agarra de mí—. Me encantas.

Los besuqueos continúan hasta que llega gente a la terraza y debemos detenernos para acomodar nuestras ropas. Toqué todo lo que pude y hasta donde me lo permitió, pero estoy satisfecho. Tomo su mano, entonces de nuevo entrelazo nuestros dedos, para volver al salón.

Nos encontramos con Ruper y Miry se sienta a mi lado otra vez. Sus mejillas siguen rojas y se mantiene perdido en sus pensamientos, hasta que el hombre le habla.

—Parece que hace calor, ¿cómo les fue en la terraza?

El rubio se sobresalta, pero le contesta:

—Muy bien. —Sonríe de manera natural, aunque sus mejillas continúan enrojecidas—. Besar a un chico guapo siempre es bueno —declara sin dudar ni un segundo.

—Miry ya entendió el concepto de pareja —agrego, mordiéndome el labio, aunque creo que yo también siento calor en la cara.

—Oh, señorita. —El hombre toma las manos de mi acompañante, haciendo que tenga que soltar nuestros dedos entrelazados—. Debo insistir, no siga en una relación con este rufián, la herirá.

—Es un chico —revelo, enfadado.

—¡¿Qué?! —Lo suelta.

—Todos mis amantes son hombres —continúo—. Así que si te acostaste con alguno de mis acompañantes, déjame decirte que eran machos.

El hombre queda en shock.

—¡¡Exiel!! —me reprende Ramir—. ¡¿Cómo le vas a contar eso de la nada al pobre anciano?!

—¡¿Anciano?! —Se desmaya Ruper.

—¡Ay, no, lo maté! —chilla.

Yo solo puedo reír.

¡¡AAAHHHH, MI BESO EXIEL X RAMIR, AL FIN!! *Baila feliz*

He estado esperando esto por casi 19 capítulos 😍

Todo muy caliente, pero las risas no faltaron. Pobre Ruper, eso le pasa por meterse con los celos de Exiel. ¿Los notaron? Yo creo que sí eran celos 🤣

Saludos, Vivi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro