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Capitulo 4

Opening: En el futuro lucharan, estas estrellas brillaran, un sueño vendrá para conquistar, dentro de la oscuridad, un héroe resucitará, como el fénix logrará surgir, ¡Milo y Kanon X!

Narrador: ¡ES HORA DE VER LO QUE PASÓ EN EL ANTERIOR EPISODIO DE MILO Y KANON X! Como recordaran amigos míos, nuestros héroes se encontraron con Saga y lograron escapar de las garras de Afrodita, también se libraron del templo y, de una vez por todas, ¡encontraron el posible origen de la homosexualidad de nuestros caballeros! No obstante, se toparon con algo grotesco al ir a donde Atenea les dijo, ¡tal vez más grotesco que cuando Mu vio a su maestro teniendo relaciones con Yogha! ¿Podrán librarse de ésta, esta vez, o se los violaran los caballeros de bronce? Vamos a ver lo que sucede ahora mismo amigos míos.

Milo, Mu —miró a Mu que estaba desmayado—Bueno, excepto Mu; Aioria, ustedes se ponen al frente, así yo me zafo de que me toquen algo xD —informó Kanon.

—¡Ah no!, yo no voy al frente, que vayan los que tienen cara de homosexuales. Tú, Kanon, ¡adelante! —Milo le dio un pequeño empujón a su compañero. xD

—¡NO! ¡Ve tú! O mejor tiramos a Mu, que está desmayado, por lo que no tiene objeción alguna, y será un sacrificio que luego valoraremos xD —justo al lado de ellos se escuchaba roncar a Mu.

—¡Denle chicos! ¿Van a pasar por entre nosotras? —preguntó con un tono afeminado el caballero de Pegaso—. ¿O es que nosotras tenemos que atraparlos a ustedes?

—¡Ah!, que joda, ¿cómo que "nosotras"? —los miró Milo con una gota en su mejilla—. Vale, va Mu primero —al fin se pusieron de acuerdo, pero pobre de Mu.

—¡Qué lindo! —dijo Aioria que estaba mirando el cielo como un pequeño mocoso.

—Se acabó, ¡va Aioria y Mu! ¬¬ —ahora el que actuaba con madurez era Milo, pero muy a pesar de eso, se estaba comiendo un chocolate. Y justo en ese momento Mu estaba despertando de su letargo.

—¿Yo qué? —preguntó soñoliento.

—¡Agárralo Milo! —gritó Kanon, y entonces atraparon a Mu y lo tiraron hacia los caballeros de bronce.

—¡Sí! —gritaron con emoción los travestidos al recibir a Mu, pero éste estaba gritando con mucha desesperación.

—¡Ayuda, Aioria ayúdame! —suplicaba el de cabellos violáceos mientras estiraba su brazo hacia ellos, y al mismo tiempo, trataba de sacarse a Shiryu de encima. Pero en lo que sucedía esto, Milo ignoró a Mu y le dio un pequeño golpe a Aioria.

—Deja de mirar el cielo y ayúdanos a mí y a Kanon a hacer la exclamación de Atenea —lo terminó por regañar.

—Pero Mu está entre ellos —replicó el León que veía como su amigo estaba siendo acosado por una infinidad de métodos.

—Cierto —entonces todos se pusieron a pensar mientras escuchaban los quejidos de Mu, y se veía cómo lo despojaban de su armadura.

—¿Kanon, alguna idea? —preguntó el León, y Kanon iba a decir algo, pero se detuvo cuando escuchó una de esas músicas típicas que le ponen a los stripers.

—¿Qué rayos es esa música? —consultó Kanon.

—¡Ah, Auxilio! —el de cabello inmensamente largo trataba de salir de entre los caballeros de bronce que le estaban desgarrando la ropa ahora—. Insisto, esto tiene mucho fanservice —y entonces de la nada, aparece Camus vestido con ropa muy ajustada, es decir, un vestido apretado, y debajo de uno de sus brazos, hay un jarrón dorado.

—¡Mi queridísimo Milo, has venido! —exclamó con evidente emoción el caballero de Acuario.

—D= ¡!!!!!!!!! (esto es una carita, no leas) —Milo se quedó en shock al verlo.

—¿Qué le paso a Camus? —Aioria miró a acuariano con un poderoso asco, y luego cerró los ojos.

—¡A quién le importa! ¡Auxilio, me voy a quedar como vine al mundo! —gritaba Mu, pero nadie le daba pelota, y como no llegaba a seguir soportándolo, hizo uso de su técnica favorita—. ¡BARRERA DE CRISTAL! —y así fue cómo todos los caballeros salieron despedidos, se chocaron todos contra las paredes, y quedaron así inconscientes, al mismo tiempo, Kanon se agacha para evitar ser golpeado por algún cuerpo de los homosexuales de bronce.

—Eso estuvo cerca —suspiró Mu aliviado.

—¿Eh? ¿De qué hablas mi queridísimo amigo? —se puso una mano en la mejilla haciendo un gesto claramente femenino; esto lo hizo Camus.

—¡Eh! ¿Por qué nos mira así? —el castaño ahora sí que estaba asustado—. Oye Kanon, ahora que se cayeron deberíamos correr, ¿no? —preguntó.

—Pero... ¡esto no va a terminar hasta que destruyamos el origen de todo! —respondió Kanon levantando una ceja, y haciendo un gesto de asco.

—Chicos, creo que es ese jarrón dorado. ¡Suelta una gran energía! —les informó Mu al regresar con ellos, pero ahora estaba envuelto en una cortina; al fin de cuentas estaba en pelotas. Mientras tanto, Milo en lugar de alegrarse por la noticia, él seguía traumado, y aún estaba con su boca abierta, pero ahora, la había cerrado.

—l:!!!!!!!!! (carita con boca cerrada, no la leas, SOLO RÍE)

—Tienes razón, ¿ese jarrón no tendrá algún dios encerrado ahí dentro?, también podrían ser que lo estén manipulando —sacó sus conclusiones Aioria.

—¡Reacciona! —le dijo Kanon a Milo luego de darle un golpe, y entonces éste parpadeó un poco recobrando la cordura.

—¿Qué rayos pasó? Juro que algo golpeo mi cabeza muy fuerte —pero en cuanto Milo subió la mirada, volvió con su trauma— D=!!!!!!

—Ay, querido Mu, ¡qué observador!, por cierto, tienes unas muy lindas proporciones —y se rio de una forma traviesa mientras abrazaba el jarrón dorado—. Pero tendrán que quitármelo, aunque el primero que trate vera algo maravillo.

—Maldición —se sonrojó muy apenado el caballero de Aries, y se cubrió un poco más con la cortina—. Aioria, Kanon, vayan ustedes, yo no puedo.

—¡Rayos!, Kanon, ¿qué debemos hacer? —preguntó desesperado Aioria.

—No podremos hacer reaccionar a Milo, y Mu está ocupado cubriendo su orgullo, así que, ¡vamos nosotros a destruir el jarrón a pesar de los riesgos! —fue entonces que valientemente Géminis se lanzó hacia Camus para poder destruir el jarrón, pero él lo esquivó al hacerse a un lado, y allí mismo le pellizco el trasero a Kanon.

—¡Jojojo!, que duro lo tienes Kanon —reía de una forma muy peculiar el caballero de Acuario.

—¡Noooo, me ha profanado! —y así cayó al piso de cara, pero mientras Camus se reía, Aioria pensaba y pensaba constantemente qué era lo que debería hacer ahora.

—Ya Aioria, ya pasó todo —de repente, ya no estaba más afectado el caballero de Escorpio, así que posó su mano sobre el hombro del castaño diciendo esas palabras llenas de confort.

—¿Qué? —preguntó evidentemente confundido.

—Sí, la verdad es que eres muy lento.

—¿Pero qué paso? —repitió lo antes dicho.

—Kanon, cuéntale —dijo con una gran sonrisa mientras se morfaba un chocolate.

—Caíste en nuestra trampa —dijo Kanon y señaló el jarrón—. ¡Mira el jarrón!

—¡¿Qué?! —el caballero de oro miró el ánfora, la cual comenzó a desquebrajarse—. ¡No, no puede ser! ¡PERO SI YO TE ESQUIVÉ! —gritó sin entenderlo, y Mu los miraba impresionado por su táctica.

(Flash back de lo que pasó)

Le dio con aguja escarlata a la jarra mientras Camus pellizcaba el trasero de Kanon.

(Fin del Flash back)

—Y eso fue lo que pasó mi querido Aioria. Pasó una hora mientras pensabas —le explicó Milo.

Al romperse el jarrón, una especie de vapor sale de los cuerpos de los caballeros de bronce como del mismo Camus, y finalmente, se escucha una risa extraña hacer eco en la habitación.

—¡Wow!, re copado, ¡por fin nos deshicimos de lo que causaba la homosexualidad en los caballeros! ¡Sí!, aunque... aún me duele el pellizco que me dio Camus —se sobo el trasero— Por lo menos no trató de meterme el dedo.

—Ahora tendré que conseguirme ropa nueva gracias a ustedes —miró mal a Kanon, a Aioria y a Milo—. ¡Ustedes me pagaran la ropa nueva! —señaló a los tres.

—Mu, tranquilo, recuerda que las armaduras se recuperan con tu sangre, así que, ándale y hazte emo —le aconsejó Milo. Mientras tanto, Aioria sacó unas galletas de animalitos para pasárselas a Mu.

—Yo les hablo de mi ropa, no de mi armadura. ¡¿Qué no me ven que estoy semidesnudo?!

—Bueno, tranquilo, seguramente nos darán más dinero por esta misión, así que con eso te compras nueva ropa —aseveró el León.

—Qué vergüenza... ahora tengo que ir hasta mi casa con una cortina puesta.

—Tranquilo Mu, Milo te pagará de parte de todos nosotros, ¿no Milo? Sé que tú eres muy generoso. Tienes mucho dinero en el banco, y bueno, si no te alcanza, puedes vender tu armadura que es de oro, te darán una buena cantidad por ella xD —le aseguró Kanon, y Milo lo miró mal para luego lanzarle aguja escarlata en la parte donde fue pellizcado por Camus.

—¡Auch! ¿Por qué haces eso Milo? ¡No dije nada malo! Y vámonos antes de que nos comiencen a preguntar el por qué están usando vestidos. Hay que informarle de esto a Atenea —se adelantó a todos caminando junto a Milo mientras los otros dos iban detrás de ellos.

—¿Y tú cómo sabes de mis ahorros Kanon? —le preguntó el escorpiano.

—¿Qué no te enteras Milo?, ¡recuerda que yo fui el gran patriarca, y lo veía todo! ¡Te afanabas las tangas de las chicas enmascaradas, y las vendías en el mercado negro! —lo señaló mientras caminaban.

—Oye Mu, no crees que mejor era tomar la cortina negra, esa es media transparente —le comentó Aioria.

—¡No mires! —el rostro del caballero Mu se puso de un terrible rojo y salió corriendo por la evidente vergüenza que le causaba esto.

—Aioria, eres zarpadito, y pervertido xD —le cargó Kanon al ver pasar a Mu corriendo, y Milo se cagaba de la risa.

—¡Sí eres demasiado pervertido! —afirmó Milo, quien se comió una paleta de chocolate.

—No fue intencional... es que... la curiosidad —dijo el León con un sonrojo en el rostro mientras cerraba los ojos. ESTO HUELE A YAOI

—Espera, ¿¡pero no fue tu hermano el patriarca?! —recién cae en la cuenta. Sí, ustedes ignoren el error que tuve al escribir esto.

—¡Mira! ¡Mu se fue demasiado rápido, y ya no lo veo! —señaló el gemelo ignorando monumentalmente a Milo, pero se percata del extraño comportamiento de Aioria y guarda distancia de él—. ¡No me digas que te quedaron secuelas de lo ocurrido! —y en su ligera distracción se tropieza con algo y cae de cara al suelo—. ¡Auch! ¡¿Quién dejó este saco de basura aquí?!

—...No soy una basura pedazo de inadaptado social —lo miró Shaka inmóvil desde el piso—. Aún no me puedo mover.

—¡Ahhh, cierto!, Shaka, ¿cómo estás?, ¡oh!, espera —le volvió a lanzar aguja escarlata en los puntos precisos para que pudiera volver a moverse.

—¡No! —negó molesto—. ¡Nada de eso! Sólo que pues, no sé, siento que esto aún no termina. —dijo el castaño.

—¿Cómo qué no termina?, pero si destruimos el frasco, o el jarrón, o lo que sea que fuese. Tal vez te has dado cuenta de tus atributos saliendo del armario; elegiste un mal momento —Kanon le dijo seriamente mientras aún estaba tirado sobre Shaka.

—Gracias... y... ¡SALTE DE ARRIBA MIO, INFELIZ! —empujó a Kanon he hizo que se diera la cabeza contra una columna, luego se lo ve caer hacia atrás inconsciente por el golpe.

—La verdad no lo sé. Leo actúa de forma extraña. ¿No será algún tipo de virus raro? —preguntó mientras se reía de Kanon.

—Veo estrellitas —se quejó el Geminiano en el piso mientras un chichón se le formó en su cabeza.

—¡No, no es un virus!, sólo que... ¡ah! ¡No sé, no me siento bien! —y de un momento a otro se desmayó, y en el mismo instante, Shaka se levantó y se sacudió la ropa.

—Sea lo que sea, a mí no me concierne estar con ustedes —se fue de regreso a su templo, y en el trayecto, pisó a Aioria que estaba en el suelo. Por parte de Milo, miró a todos y empezó a burlarse.

—¡Todos salieron golpeados! -w- —dijo entre risas mientras comía unas bolitas de chocolate, pero Milo no quedo exento de los maltratos, pues, una piedra voló hacia su cabeza y alguien detrás de él gritó, acto seguido, se frotó la cabeza intensamente y se miró la mano esperando que no le saliera sangre—. Hijo de la... ¡¿Por qué me golpean a mí?! —se giró a ver quiénes eran.

—¡Milo, te has zarpado con la bromita, te vamos a golpear! Sabía que algún día te vengarías... ¡pero esto es el colmo! —lo señaló Camus, y atrás de él estaban todos los caballeros de bronce muy enojados—. ¡Te vamos a dar una buena paliza a ti y a tus compañeros! —los señaló a todos, aunque Mu no estaba—. ¡¿Dónde está el cobarde de Mu?!

—¡¿Qué?! ¡Nosotros no hicimos nada de eso! —se levantó enseguida Kanon para aclarar el asunto—. ¡Y Mu salió corriendo porque Aioria lo acosaba! —señaló también al León, pero a pesar de que ahora tenía un chichón, y estaba medio mareado, se acercó a Aioria y lo agitó para despertarlo—. ¡Tonto! ¡Despierta que aquí están los homosexuales que buscan venganza! —después de decir esto, todos miraron a Kanon con deseos de sangre.

—¡Ah! ¡¿Qué pasa?! ¡Siento como si hubiera estado dormido! —observó a Kanon que estaba golpeado—. ¡Ah! ¿Por qué estás golpeado? ¿Y qué ha sucedido? —preguntó Aioria.

—¡A ellos! —gritó Camus. Apenas esas palabras desaparecieron en el aire, todos los que venían con él, se echaron contra nuestros héroes, así que éstos se vieron obligados a escapar.

—¡NO IMPORTA ESO AHORA, CORRE POR TU VIDA, NO ES MOMENTO PARA PENSAR! —vociferó en lo que veía a Mu salir de uno de los pilares y usar su muro de cristal para protegerlos, mandando así, una vez más, a los otros caballeros a volar.

—¡Rápido, vamos a mi templo! —les dijo a los chicos el de cabello violáceo.

—Mirándote así y llevándonos a tu templo, me hace dudar de ti —dijo Milo mientras perdía el tiempo una vez más, pero los demás sí que corrieron.

—¡Sí quieres dejaba que los mataran! —le respondió con una vena en la frente—. ¡¿Y de quién crees que fue la culpa de que tenga que usar esta fachada?! —empujó a Milo haciendo que vaya detrás de Kanon y Aioria.

—Creo que fue Kanon si mal no recuerdo —mencionó el Escorpiano mientras corría.

—¿Qué joda? ¡¿Qué sucedió?! Tengo miedo, ¡tengo miedo, TENGO MUCHO MIEDO! —iba gritando el castaño.

—¡Ya déjate de mariconadas Aioria! —después de un rato, por fin llegan al templo de Mu— Creo que estamos a salvo —se sentó en el piso para descansar Kanon—. ¿Qué carajos pasó?

—Es obvio que Saga le dijo algo para que nos dieran una paliza por haberlo encontrado con Atenea haciendo sus necesidades —se acomodó la cortina.

—¡Sí! ¡Él es un idiota! ¡Yo jamás dejé pistas con Atenea! ¡Nadie se enteró! —aclaró Milo, quien luego cerró los ojos en un gesto arrogante (pues ahora todo el mundo lo sabe).

—No es mariconada ¬¬ ... ¡sólo temo que me violen! —Aioria cerró sus ojos pesadamente.

—¡Sabía qué era culpa de mi hermano! ¡Maldito pendejo! —vociferó Kanon, y después de descargarse se dio cuenta de que Aioria le estaba echando el ojo a Mu, entonces se acercó a Milo y le susurro—. Oye, me parece que todo este asunto sí afecto a uno de esos dos al final —en lo que hablaban, se podía ver a Mu que se ponía incomodo por la mirada de Aioria, entonces éste se cubrió con sus manos su sonrojo y fue a cambiarse de ropa dentro del templo. Después de esta escena, Milo le devolvió el susurro.

—¿Tú crees? —en lo que los otros dos cuchicheaban, Aioria se preguntaba de qué estaban hablando.

—Claro. ¡Míralo! Sólo con verlo te das cuenta —le aseguró. Cuando Mu regresó ya cambiado de ropa; ahora con una camisa a medio abrochar y un pantalón vaquero, decide hablarle a los demás.

—Oigan chicos, creo que se tendrán que quedar esta noche. Por mi parte, yo vigilaré la entrada; nadie podrá pasar si yo estoy ahí. Ninguno de los caballeros es rival contra mi muro de cristal, de mientras pueden ir a la cocina que está a la izquierda del templo y comer algún aperitivo; hay varias habitaciones disponibles para ustedes —les dejó dicho para que pudieran moverse con mayor facilidad.

—¡Wiiii! —entró corriendo Milo a donde dijo Mu—. ¡Aperitivos! —le brillaban los ojos mientras corría a la cocina.

—Yo quiero una habitación amplía y con mucha luz, ¿ok? —pidió el Leonsito mientras los seguía.

—Yo una lejos de ustedes dos, ya que no quiero que ninguno se me acerque por la noche buscando un osito al cual abrazar ¬¬; —comunicó Kanon—. Por cierto... Mu con tu edad es inesperado que hagas este tipo de cosas; eres demasiado maduro —miró al chico.

—¿Tú crees? —le dijo Mu con curiosidad, pero inmediatamente perdió el interés—. Bueno, me quedaré a desvelarme, nos vemos mañana por la mañana. Seguramente para ese momento, ya se habrá calmado todo —supuso el caballero de Aries y se retiró hacia la entrada del templo.

—¿Qué hora es? —preguntó Milo, por lo que Kanon abre una pequeña puertita que hay en el antebrazo de la armadura dejando ver un reloj de oro.

—Son las 3 de la mañana —le aclaró Kanon—. ¿Cómo jodio se hizo tan tarde si ni vimos cuando se puso el sol?

—¡Maldición! ¿No será que pasó algo? —y en lo que discutían, Aioria se queda dormido en el suelo.

—A ver déjame ver —fue a ver por la ventana—. A carajo, sí, es de noche. Acabo de descubrir que es verdad que anochece demasiado rápido en los animes —Kanon hizo una leve pausa pensativo—. ¿Tal vez fue porque corrimos mucho?

—Pues sí, no sé porque en los jodidos animes anochece así de rápido. ¿Será que se fuman algo para acelerar el tiempo? —preguntó Milo.

—Capaz O.o —Kanon caminó por la habitación y pisó a Aioria en la entrepierna sin darse cuenta, y como es malo, pisó con más fuerza apropósito, provocando que Aioria se despertara de golpe con un grito desgarrador.

—¡Maldito! —Aioria se agarró la zona afectada.

—¡Buena esa! —se cagó de risa Milo mientras se sentaba en un sillón.

—Fue tú culpa Aioria, no deberías dormir en el piso xD; ahora creo que te he dejado sin hijos. —sonrió Kanon de una forma malévola; en lo que lo hacen sufrir, Mu escucha el grito y mientras está sentado en las escaleras piensa, "será... ¿qué se lo están violando?"

—Por suerte tenía una concha puesta para que no me violaran, eso... minimizo el dolor —se le escuchaba hablar de forma ahogada al león.

—¡Ah! ¡Joder, una concha! Creo que es buena idea, porque estás faldas de mierda no nos cubren mucho, ¿verdad? —preguntó Milo mientras se miraba la armadura con mallas.

—Sí, eso es cierto. ¿Por qué carajo es que usamos mallas debajo de la armadura? ¿No son demasiado pequeñas? —dijo Kanon.

—¡Cierto, Atenea y sus estúpidas reglas! —exclamó Aioria.

—Oigan. —se puso a ver el reloj otra vez Kanon—. Ya son las cinco. ¡Cómo pasa el tiempo! ¡Ni que hubiéramos hablado dos horas! ¿Mu estará dormido? Oye Aioria, ve a ver a Mu, el pobre seguro que está muerto de frío a fuera vigilando —observó a su compañero con ojos acusadores—. ¡Y seguro que se quedó ahí porque se sentía acosado por ti! —y finalmente lo señaló Kanon—. ¡Es tú culpa!

—Está bien, pero ustedes son unos pervertidos ¬¬ —los miró serio—. Yo no soy de esos.

—Ahhh bueno, igual ve a verlo —bostezó Milo.

—¿Nosotros pervertidos? ¡Ve a verlo y deja de dar excusas, ACOSADOR! —nuevamente lo señaló. Luego Aioria por obligación salió a ver a Mu, quien estaba cayendo dormido mientras se encontraba apoyado en una columna.

—¡Oye! —empujó a Mu para despertarlo—. ¿Hasta qué hora tienes que estar aquí?

—¡Ah! —gritó suavemente y miró a Aioria más despabilado—. ¡Me asustaste! ¿Qué haces aquí? —luego se abrazó a sí mismo porque tenía algo de frío, pero Aioria colocó entonces su capa sobre los hombros de Mu.

—Abrígate, yo voy a regresar a dormir; ya mismo amanece —dijo, y sin saber exactamente qué más hacer, le preguntó lo siguiente—.Y bueno... ¿quieres que me quedé un rato?

—Gracias Aioria —después de recibir su capa, le sonrió amablemente—. ¿En verdad te gustaría quedarte a hablar conmigo un rato? —le respondió con otra incógnita.

—¡Sí! —le sonrió con ánimos.

—Gracias por la compañía. —le regresó el gesto y miró hacia el frente. En ese momento veían como el sol comenzaba a salir—. ¡Oh! Ya está amaneciendo y es muy bello —observaba el alba con un fuerte anhelo, y de igual forma Aioria mira el horizonte: se ve cómo la tierra termina en picada, logra un color que se funde entre el negro de la oscura noche; un color vivido y enérgico, divisando así cómo el sol comienza a iluminar con su imponente poder la vasta tierra. En esa inevitable paz, el cansancio vence por unos segundos a Mu, y termina apoyando su cabeza sobre el hombro del León.
Aunque el momento era muy encantador, no olvidemos que están los otros dos para cagarla a lo grande, y allí estaban escondidos, Milo y Kanon detrás de una columna, y se encontraban observando el mágico momento.

—¿Viste? ¿Qué te dije? Estos dos se pasaron al otro bando —aseguró Kanon completamente convencido.

—¡Qué malo eres Kanon! Lol —no podía evitar reír, por eso se tapó la boca. Luego, Kanon sacó una cámara y empezó a sacar fotos, pero se olvidó de quitar el flash.

—¡Ups!, me olvidé de sacarle el flash, pero con esto, los podemos chantajear con cualquier cosa xD —aseguró, y en lo que hablaban, Mu escuchó el ruido de la cámara y se terminó de despertar otra vez.

—¿Qué fue eso? —preguntó el pelivioláceo.

—Sonó algo como una cámara... no sé —se levantó para ver a los alrededores de ellos, y allí divisó a Kanon y a Milo que estaban justo detrás.

—¡Joder! ¡¿Qué no podías quitarle el sonido a la captura Kanon?! —le reclamó el Escorpión. A todo esto, se ignoró monumentalmente el tema del flash.

—Se me fue —se les ve a los dos detrás de una columna con una cámara de fotos, y salen los dos corriendo a las habitaciones—. ¿Tú crees que nos vio? —curioseó Kanon.

—No tengo idea —respondió Milo.

—¿Qué jodio hacían esos imbéciles ahí? —se quedó un momento pensando, pero al final le restó importancia—. Bueno, creo que ya deberíamos irnos a dormir. Ahora los caballeros de plata comienzan la guardia —dijo Aioria y le extendió la mano para levantarlo.

—Sí, gracias... —tomó su mano y se levantó para ir con él.

Narrador: ¡Y así, nuestros héroes terminaron con la odisea de la homosexualidad! ¿Qué les espera al día siguiente? ¿Qué harán con las fotos que Kanon le saco a Mu y a Aioria? ¡¿Podrán descansar cómo es debido nuestros caballeros?! ¡No se lo pierdan!
¡Todo esto y más en el próximo capítulo de Milo y Kanon X!

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