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Niñez II

Al escuchar sus palabra Kardia le abrazo con mas fuerza supo enseguida porque la petecion del pequeño, fue entonces que el recuerdo de hacia unos días llego a su mente.

Esa mañana había decidido ir a dar una vuelta por el bosque que estaba en la ciudad, no se quedaría muchos días, pues ya había escuchado lo que necesitaba del doctor. Aquellas palabras que le lastimaron y que ahora quería olvidar excusándose en el alcohol.
No sabia porque la causa de si enfermedad solo que no existía algún tratamiento para ayudarle con lo que el mas anhelaba en su vida.
Algo que todos sus amigos tenían y el jamas sabría lo que eso se significaba.

Estaba caminando por el bosque cuando un olor putrefacto invadió su nariz no sabia lo que significaba pero su curiosidad le indico porque fuera a investigar, al llegar sus ojos se abrieron a mas no poder, el cadáver de un pequeño de aproximadamente nueve años y a su lado un niño a un mas pequeño, rápidamente llamo a las autoridades que al recibir la llamada se apresuraron a ir.
El seguía mirando esa increíble e indescriptible escena. Los ojos del mas pequeño se abrieron lentamente y le miraron por un momento, eso le dejo mas sorprendido de lo que ya estaba, entonces con miedo se acerco al pequeño y lo tomo en sus brazos, su pequeño y frágil cuerpo parecía que se rompería, su falta de energía le indicaba que no había comiendo en varios días, entonces volvió a llamar a emergencias explicando lo que había pasado, y que el pequeño seguía con vida, después de cinco minutos la ambulancia y los oficiales llegaron al lugar, todos al ver la escena se quedaron mas que sorprendidos el niño fue llevado a emergencias, y el pelirrubio fue llevado a la morgue.
Kardia por alguna razón quería saber sobre el niño quien era y porque estaba solo en el bosque. Después de varias horas e incluso días Milo volvió a abrir sus ojos durante ese tiempo le informaron a Kardia que el niño que estaba ahí se llamaba Hyoga y que había quedado huérfano desde pequeño pues su madre había muerto en siberia, también le dijeron que se había reportado como desaparecido del orfanato y que mas haya de donde estaban ellos encontraron el cuerpo corroído de otro niño identificado como Seiya igual huérfano y también estaba desaparecido, sin embargo del pequeño no se sabia nada, nunca lo había reportado, no era nadie y esta completamente solo.
Después de meditarlo varios días, Kardia sepulto a los niños en la cripta que era de su familia, una de esas noches en medio de sus sueños dos pequeños se le aparecieron y le pidieron porque cuidara del menor, pues ahora ellos no estarían para verle. No sabia si realmente había pasado o fuera una idea suya pero simplemente desde que lo sostuvo entre sus brazos y le miro, pareciera como el le hubiera visto nacer, como si de algún milagro se tratara.
Finalmente pidió la custodia de Milo que le fue otorgada rápidamente no solo por la posición social que tenia si no que como nadie sabia quien era seria preferible que el lo criara.

Cuando Milo despertó Kardia le explico que a partir de ese día viviría con el y que no se preocupara no le faltaría nada. El pequeño asentía a todo lo que le decía. Una semana y media después Milo fue dado de alta sin embargo aun tenia que ir a consultas para que Milo tuviera una buena alimentación y en poco tiempo el color rosado de sus mejillas regreso, Kardia le explicó que sus amigos estaban en un cementerio retirado de ahí pero muy cerca de donde vivirían.
Un mes después partieron a lo cual seria su nuevo hogar.

Kardia: Milo... -Le dijo después de unos minutos abrazados a lo que el niño le miro curioso. -Debes saber que debo presentarte con las personas de aquí, vendrán esta tarde. -El niño asintió firmente. -Milo, hay algo que quiero preguntar. ¿Quien te dio ese nombre?

Milo: Hyoga y Seiya. -Le dijo sentándose en la cama alejándose de Kardia.

Kardia: Tu los conociste cuando tenias tres años, conviviste con ellos dos años mas, ¿No tenias nombre antes?

Milo: No, mi abuelito me decía Anta, solo eso, pero mi mama y mi papa decían que yo no merecía un nombre.

Kardia: ¿Entonces como te llamaban si querían tu atención?

Milo: Bastardo. -Las palabras del niño le helaron la sangre, paso saliva en seco y rápidamente cambio el tema.

Kardia: ¿Que quieres desayunar?

Milo: ¡Galletas! -Le dijo alegré.

Kardia: No eso no te hará bien, mmm que te parece Hot cakes con miel y fruta picada, quizás también un poco de huevos con tosino y jugo de manzana o leche.

Milo: ¡Jugo! ¡Jugo!

Kardia: Bien vamos a la cocina a prepar el desayuno. -El chico tomo a Milo en sus manos y lo coloco sobre sus hombros, al llegar a la cocina mientras cocinaban Kardia jugaba con Milo arrojándole harina a lo que Milo reaccionaba igual, después de terminar los dos completamente blancos finalizaron con su objetivo, crearon hot cakes con fruta que en su mayoría era manzana y algún pequeño trozo de fresa y dos moras, acompañándolos de jugo de manzana.
Después del medio día ambos estaban sentados viendo Pokemon en la TV mientras comían frituras, el timbre desconcertó a Kardia que se le había olvidado la fiesta planeada para presentarles a Milo, aun en su pijama abrió la puerta en donde se encontraba un chico de cabellos verdes y gafas, el peliazul le saludo en seguida y ambos entraron a la casa, y casi imperceptiblemente aquel chico visitante se sorprendió al ver el parecido entre ambos sin embargo no menciono nada.

Kardia: Dengel el es Milo, mi heredero. -El mencionado solo se limitó a a verle. Analizando al pequeño que no sabia a donde ir frente a la fría mirada del chico. -Vamos deja de mirarle así, lo asustaras y ya no te querrá como su tío.

Dengel: Le dijiste que soy su tío.

Kardia: Quien sabe, además porque no podrías ser su tío si Camus me dice tío Kardia a mi, tanto te disgusta.

Dengel: En primera fue tu idea que Camus te llamara Tio Kardia, y en segunda nunca dije que me negaría a serlo. - El peliazul miro a su amigo pues aunque pareciera alguien sin sentimientos sabia que no era así. Dengel se alejo de Milo y fue a la cocina donde vio el desorden que había debido al desayuno.

Dengel: ¿Por que esta tan sucio aquí? -Le cuestiono a Kardia quien solo río nerviosamente

Kardia: Veras la señora Berta no viene hasta mañana en la mañana así que...
Bueno teniamos hambre y ella es la que sabe cocinar sin hacer esto. -Dengel acomodo sus gafas nuevamente en sus ojos los cuales tenia cerrados, detestaba el desorden de esa manera y Kardia no era la persona mas ordenada del mundo, sabia que su amigo además de desordenado era de las personas que dejaban todo la final, la fiesta donde presentaria a Milo iniciaría a las cinco y eran las dos de la tarde, seguramente cuando llegaran todos no les dejaría entrar a la cocina donde apostaría estaría todo incluso las bolsas de basura que tenían en la sala.
Frustrado tomó cartas en el asunto, y con su típico rostro serio les empezó a ordenar a ambos.

Dengel: Milo. -El pequeño se acerco hasta la cocina donde estaban ambos. -Ve a ducharte das asco.

Kardia: Hey! No le digas así. -Dengel solo le miro amenazadoramente.

Dengel: Milo duchate pronto, llegaran mas personas y no es agradable verte en esas fachadas. -El niño asintió y subió rápido a la bañera.

Kardia: Quizás deba ayudarlo.

Dengel: No, el puede sólo, tu te quedaras aquí a limpiar.

Kardia: Pero... -Resignado y haciendo muecas extrañas tomó un escoba y un trapo comenzando a limpiar, el peliverde tomó un par de guantes y comenzó a lavar los trastes del fregadero. Después del arduo trabajo de ambos Kardia subió a ducharse y Dengel fue con Milo ayudarle para verse bien.
Al entrar a la habitación se dio cuenta que el niño buscaba con la mirada que ponerse pues todo le parecía extraño, la presencia del mayor le exalto cuando se puso a su lado, pues aun tanta seriedad le atemorizaba un poco, Dengel miro al niño y en voz baja dijo.

Dengel: vaya si que se parecen mucho. Eso nos ayudara en algo. -El chico que ya sabia de que forma su amigo se veía mas presentable tomo un traje pequeño color negro, y le ayudo a Milo a ponérselo, al terminar peino un poco su cabello sin embargo este era rebelde y se resistía a acomodarse. Finalmente puso a Milo frente al espejo sin decir nada pues con la reacción del pequeño le fue mas que suficiente.
Al lograr su objetivo Dengel regreso a su casa por su hijo Camus quien le esperaba, Kardia salio en vuelto en una toalla y despidió a su amigo, y aunque Milo no sabia de donde le dio una manzana y le dijo que viera televisión o hiciera lo que quisiera. El niño tomo el control y puso las caricaturas una vez mas.
No paso mucho tiempo en lo que Dengel volvió pero esta vez con Camus pues el le ayudaría a recibir a los invitados. Al sonar el timbre Milo estaba feliz y nervioso así que con todas sus fuerzas abrió la puerta y su mirada se fijo en el pequeño a lado de Dengel.
Por su mente paso la idea que Camus era un pequeño Dengel pues incluso su rostro serio destacaba. El niño les dejo el paso y ambos entraron a la casa.

Dengel: ¿Kardia aun no sale del baño?-Le pregunto al no verle por ningún lado. A lo que Milo solo se limitó a negar con su cabeza. -Milo, el es Camus, mi hijo, Camus el es Milo el nuevo heredero de Kardia.

Camus: ¿Su hijo?

Dengel: No exactamente.

Kardia: No le hagas caso Camus ¡Claro que es mi hijo! -Grito alegre el peliazul desde las escaleras. Camus confundido miro a su padre.

Dengel: Su hijo.

Camus: No se donde lo tenias Tio Kardia pero es un mini tu.

Milo: Tu también te pareces mucho al señor Dengel. -Le dijo el niño algo molesto por decirle que era una versión mini de Kardia.

Dengel: Basta niños. Milo dime Tio Dengel. -Su rostro seguía igual de serio pero el de su amigo no, este tenía una gran sonrisa al escucharle decir eso.

Kardia: Bien bien, ahora esperemos a que lleguen. -Al finalizar el sonido del timbre les alarmó, y Dengel con su misma mirada le indico a Kardia que ya llegaban los invitados. El peliazul se acerco y abrió la puerta dejando ver a las familias Tauro Leo y Aries. El chico les ofreció pasar y todos aceptaron al entrar la reacción de todos fue de sorpresa pues porque si no conocieran el problema de Kardia les engañaria bien con que es su hijo legitimo. Su mueca de asombro no duro mucho y aunque querían decir algo pensaron que no era el momento y se acercaron a Milo junto a sus hijos.

Asgard: Hola pequeño! ¿Cual es tu nombre?

Milo: Milo, señor. -Le dijo atentamente.

Asgard: El mio es Asgard y el es mi hijo Aldebaran, espero y se lleven bien. -Sus ojos azules se fijaron en el niño a lado del hombre y este con una gran sonrisa le entrego un regalo.

Aldebaran: Bienvenido al vecindario. Se que eres nuevo, cuando quieras jugar buscame no tengas miedo. -Agrego aún con esa tierna sonrisa enmarcando su rostro. Milo también sonrio y asintió positivamente. En seguida pasaron los otros niños ofreciéndole su amistad. Los invitados siguieron llegando y todos hacían lo mismo presentaban a sus hijos y estos le ofrecían su amistad.
Al ultimo llego Dohko el heredero de Libra, al llegar y ver al pequeño hizo todo lo que los demás no habían tenido el valor. Su mirada se abrió tan grande como pudo y después de darle un obsequio al pequeño hablo.

Dohko: Vaya Kardia este niño se parece mucho a ti, incluso mas de lo que se pueda parecer Mu a Shion. -Dijo provocando la sonrisa de varios incluso la del peliverde mencionado. La reunión siguió y mientras los adultos estaban adentro junto a la mayoría de los niños Milo se columpiaba bajo el árbol de manzanas, hasta que Camus se le acerco.

Milo: ¿Que haces aquí? -Le dijo sorprendido al verle.

Camus: No me gusta el ruido. ¿Y tu que haces aquí?

Milo: Aunque los demás niños me ofrecieron su amistad me siento apartado, aunque no hagan eso, me siento solo rodeado de mucha gente.

Camus: Eso puede ser porque no los conoces y además tienen sus grupos de amigos ya hechos, la mayoría se conoce desde guardería. Esta el grupo de Shura Aphrodite y Dm, otro es el de Mu y Aldebaran, y otro el de Shaka Aioria, también el de Saga Kanon y Aioros.

Milo: ¿Tu a cual perteneces?-Un silencio se formo entre los dos el pequeño no había respondido. -Ya veo, entonces hagamos nuestro propio grupo tu y yo. Así no nos sentiremos incómodos tratando de encajar. -El pequeño Camus asintió afirmativamente a su idea, a partir de ese día una bella amistad nacería entre ambos.

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