Mio
Kyoko intentaba no reír al ver la expresión de asesina que tenia su adorada hermana menor, era casi como si quiera romperle el cuello al primero que se le pudiera en frente.
Y no era para menos, ver a la hermanita de shaina, geist, coquetearle descaradamente a milo sabiendo que shoko estaba cerca era por demás indignante. Incluso erda estaba a nada de ir y patear a esa serpiente de regreso a su exilió.
Mii: respira shoko, milo jamas le haría caso a otra que no fueras tu. Como tu novio debe ser fiel a ti, ademas los celos son una gran muestra de inseguridad.-comento tratando de calmar las aguas.
En simple respuesta katya le tocó el hombro para llamar su atención y luego señalo hacia atrás de ambas donde se podía ver a jabu hablando muy animadamente con una aspirante a amazona.
Mii: aunque pensándolo bien..-gruño con las mejillas rojas por la molestia
Katya: si quiere mi concejo, shoko, demuestra que milo es solo tuyo. Yo lo hice una vez con saga y desde entonces no ha habido ninguna amazona detrás de él.
Todas: como le hiciste?
Katya: lo marque.-respondió tranquilamente
Xiaoling: lo marcaste? De que manera? Le hiciste hacerse un tatuaje?-preguntó muy interesada
Mii: dinos ya!
Katya sonrió como muy pocas veces solía hacerlo y las guió a todas hacia las gradas del coliseo para contar su pequeña historia. Esta demás mencionar que kyoko, xiaoling y mii terminaron con las mejillas coloradas, erda se mostraba un poco sorprendida pero shoko era la peor, parecía que el color de su cabello se había mudado a todo su rostro de golpe.
Shoko: no puedo hacer eso! Me moriría de vergüenza!-exclamo por lo bajo
Katya: pues no tengo otra idea para alejar a la serpiente rastrera de lo que es tuyo.-dijo encogiéndose de hombros
Shoko volteo a ver otra vez a milo, este ya no estaba con geist, estaba entrenando con kanon ambos sin camisa por el extremo calor lo que llamo la atención de la gran mayoría de las mujeres presentes quienes se apoyaron en el barandak de seguridad para admirar los esculturales cuerpos de los dos griegos.
Gruño y miro decidida a sus amigas y hermana, haría lo que sea para probar que milo era solo suyo, incluso perder su orgullo en el intento.
Horas despues en el templo de Escorpio, milo volvió de su turno de vigilancia casi a media noche, con pesar se quito la armadura y fue a la cocina a tomar una manzana, fue un día horrible. Primero tubo que soportar, por caballerosidad, el coqueteo constante de geist, le toco vilancia nocturna por el área norte del santuario y además no pudo estar ni cinco minutos con su chica, milo odiaba ser dependiente de algo o alguien pero con shoko era diferente, con solo ver una sonrisa o obtener un beso de ella era suficiente para tenerlo con una gran sonrisa toda la mañana.
Pero volviendo al tema, ese día fue horrible y lo único que quería era tirarse en su cama y dormir por tres días de ser posible, pero vaya sorpresa que se llevó al entrar a su habitación y ver su adorada pelirroja durmiendo plácidamente en su cama usando un encantador babydoll rosa.
La manzana que tenia en su mano callo al piso, el leve ruido fue suficiente para despertar a la saintia quien, a los ojos de milo, con las mejillas sonrojadas, el cabello algo desarreglado y ese pijama rosa se veía condenadamente sexy.
Shoko: milo, al fin llegas, te estaba esperando.-susurro con un tono de voz que milo jamas había oído en la chica, pero le gustaba.
Milo: sho-shoko...q-que haces...que usas..?-tartamudeaba de la impresión
Shoko le tendió la mano y el la aceptó sin chistar, parecía casi hipnotizado por el delicado cuerpo de su pareja.
Lo hizo sentarse en la cama y ella se movió de tal forma que acabo sobre las caderas de milo.
Shoko: sabes milo, estoy algo molesta contigo.-explicó en un tono juguetón.-me ignoraste todo el dia..
Parecía que milo había perdido el habla, no decía absolutamente nada pero shoko sabia que era por la impresión...además ya había notado que no le quitaba la mirada a sus pechos.
Shoko: además dejaste que esa serpiente arrastrada se te acercara. No me gusto, milo. Mereces un castigo.-sentenció llevando sus pequeñas manos hacia la camisa de su novio para retirarla.
Casi se pone a babear al ver y tocar el fuerte abdomen del griego pero se controló y le sonrió de una forma tan inocente que milo sintió su corazón acelerarse.
Milo: shoko?-murmuro sorprendido, su chica era por demás inocente y tímida cuando estaban juntos.
Shoko: eres mio, milo, que no se te olvide.-susurro lo mas sensual que pudo a su oído haciendo que el Escorpio se estremeciera.
La pelirroja bajo hacia el cuello de su chico para dejar pequeños besos y caricias por su abdomen para distraer a milo, cuando sintio que el caballero estaba totalmente rendido a sus caricias dejo una pequeña mordida en su cuello provocando que el caballero jadeara por la sorpresa y el placer.
Shoko sonrió complacida, se levantó de la cama y le guiño de forma coqueta el ojo a un muy descolocado milo que la vio salir de la habitación a paso veloz dejandolo con un gran problema bajo su pantalon.
A la mañana siguiente milo siguió con su rutina normal aunque extrañado por las constantes miradas curiosas o sorprendidas de sus compañeros, incluso geist quien hacia días se la vivía pegada a él lo miraba enojada e indignada, no fue hasta que aioria le dijo que mirara su reflejo en el agua que lo entendió todo. Tenia un pequeño chupetón en el cuello.
Milo: shoko.-adivino de inmediato, recordando su extraño actuar la noche anterior.
Aioria: te lo ha hecho shoko? No se como mirare a esa niña a la cara después de esto.-comento sorprendido
Milo: no sabia que las yeguas eran tan posesivas.-susurro sin dejar de mirar la marca en su cuello, pero le gustaba, le gustaba saber que shoko lo amaba lo suficiente como para marcarlo como suyo de una forma tan...directa.
A lo lejos katya felicitaba a una muy avergonzada y roja shoko quien escondia su rostro entre sus manos mientras las demás pensaban en tal vez intentar la misma táctica con sus parejas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro