Tiempo atrás.

En el santuario de Athena.

Narra Milo.

La diosa no llevaba mucho tiempo de habernos traído de nuevo a la vida, todos los demás llevaban una convivencia llena de paz y calma, por mi parte yo no tenía el valor suficiente para ver a la cara mi problema, por lo cual Athena me había llamado desde muy temprano para hablar conmigo y pedirme que hiciera el esfuerzo por hablar con mis compañeros a pesar de que yo estuviera "enojado", como todos pensaban, que todos los demás lo habían hecho por salvarla, yo lo sabía. Y era eso mismo lo que no me dejaba ver a la cara a los demás.

- hola Milo, ¿Que tal? - fue lo que pregunto Afrodita una vez me vio cruzando su templo.

- buenos días Afrodita - respondí con una sonrisa fingida.

- ah, vamos, ¿No sigues molesto conmigo verdad? - pregunto de brazos cruzados.

- ¿Eh?, Em... No claro que no - dije rápidamente, aunque no pude ocultar mi incomodidad del momento.

- a ja - fue lo que salio de sus labios con un tono sarcástico.

- em... Afrodita me tengo que ir, tengo que ir por unas cosas al pueblo que él patriarca me pidió así que... Adiós... - fue lo único que le respondí para después irme corriendo del templo de Piscis con una gran pena, pero sentí que mi compañero salió a verme a las escaleras - perdóname Afrodita, lo mejor será que te alejes de mi - fue lo que pensé, para después seguir bajando.

꧁Tiempo después꧂

Después de ese momento incómodo y olvidando que él siguiente templo también tenía guardian en casa, pase sin pedir permiso por el templo por lo cual al llegar a mitad de este mis pies fueron congelados al piso.

- oh maldita sea... - susurré molesto.

- parece que los caballeros dorados están olvidando sus modales, ¿Cómo se te ocurre pasar mi templo sin permiso? - escuche decir a aquella voz fría y distante como le era costumbre.

- jejeje, hola Camus, serías tan amable de soltarme por favor - le pedí sin querer voltear a verlo, realmente esto era incómodo.

- no, no lo voy a hacer hasta que me lo pidas viéndome a los ojos - fue lo que sutilmente me susurró al oído.

- vamos no me vas a obligar a hacer esto ¿Verdad?.

- por mi puedes quedarte ahí todo el día, me serviría un poco de compañía aquí en el templo.

- ah... - suspiré para después voltear me para verlo, lo ví verme sonriendo con triunfo mientras sus brazos permanecían cruzados - ¿Podrías ser tan amable de descongelar me?, Que en serio esto es humillante - le pedí mientras en mis ojos él pudo ver la súplica.

- así está mucho mejor, ¿Vez cómo no era trabajo difícil? - fue lo que me dijo para después descongelar mis pies.

- gracias ahora me voy - fue lo que rápidamente dije para darme la vuelta e intentar irme hasta que escuche un...

- Milo espera.

- maldición - me dije mentalmente, sin embargo no me detuve, es más acelere mi caminar con intención de abandonar el templo.

- ¿Milo? - volvió a llamar serio.

Para mí buena fortuna ya había salido del templo y comencé a caminar templos hacia abajo sin detenerme un instante para que así, no le diera el tiempo suficiente a Camus para poder alcanzar me, aunque sabía que probablemente me iría a buscar a mi templo dentro de unos momentos, ese hombre ahora debería estarme siguiendo los talones. Así que sin más y pensando en la forma de evitarlo seguí mí camino, esta vez si antes de entrar le pedí permiso a Shura para poder seguir con mi caminó, para mí buena suerte Shura me lo concedió rápidamente y sin hacer alguna pregunta.

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༻Templo de Escorpio༺. _________________________

Después de correr como si no hubiera un mañana cerré las puertas de mi templo y seguidamente de eso a ambas puertas entrada y salida les puse una barricada para seguidamente meterme a mi cuarto y esconderme en el armario, después de todo con ese acuariano del demonio nunca se sabe, ya algunas veces me había escondido de el en un pasado. ¡Y siempre me encontraba!.

- sólo espero tener suerte y poder salvar me está vez - fue lo que susurré.

No pasó mucho tiempo cuando escuché la puerta de mi templo sonar y reconociendo aquel cosmos solo me coloqué en posición fetal en el rincón de mi ropero, rogando por qué Camus no me encontrará.

៚afuera del templo៚웃

Camus por su parte estaba de brazos cruzados esperando a que Milo tuviera la dignidad de abrir antes que él perdiera la poca paciencia que le quedaba y terminará tumbando la puerta. A lo lejos y como si de algo gracioso se tratará Aioros lo veía con una sonrisa, sólo negó para después comenzar a bajar hasta llegar con Camus él cuál estaba a punto de tirar la puerta, pero antes de que lo hiciera Aioros hablo.

- a ver, ¿Que sucede Camus? - pregunto él santo de sagitario al estar al lado de su compañero.

- buenos días Aioros, perdón por no saludar al pasar por tú templo, pensé que no estabas - le dijo apenado mientras volteaba a verlo.

- tranquilo no hay problema pero ¿Qué sucede?, ¿Acaso volviste a pelear con Milo? - pregunto sonriendo mientras tomaba asiento en el último escalón que separaba a Escorpio de las escaleras hacia sagitario.

- quisiera que por lo menos pelearamos, pero es que ni siquiera eso Aioros, no sé que es lo que sucede con Milo, ¿o porque me evita?, Ya le pedí más de cien disculpas por lo ocurrido en el pasado pero no importa lo que haga él siempre me evita - exclamó ya hartó de la situación.

- Milo sólo necesita tiempo para pensar las cosas Camus, dale tiempo - aconsejo sagitario.

- ¿Tiempo? - pregunto sarcásticamente - Aioros, ¿Cuánto tiempo llevamos ya haber vuelto? - pregunto con un tono molesto.

- casi un año ya - respondió simple.

- ¿y eso no te parece suficiente para que se le haya ido su berrinche? - pregunto molesto.

- escucha ni a mi se a atrevido volver a verme a los ojos, y vez que yo no me estoy quejando, se que es duro para él y lo siento por las falsas creencias que se a llevado de mí pero... Si quieres hablar con él o intentar hacerlo deberás buscar la ayuda del único caballero que tiene contacto con el además de la señorita Athena.

- y ¿Quién es ese? - pregunto intrigado.

- Dohko - respondió sonriendo.

- ¿Dohko?, No, no, no, no... - dijo rápidamente.

- ¿Y por qué no? - pregunto con una sonrisa.

- no e vuelto a hablar con él viejo maestro después de lo sucedido en Asgard Aioros, tengo miedo - comento asustado.

- ya... ¿Y así exiges que Milo te de la cara?.

- hm... Creó que tienes razón, es un poco hipócrita de mí parte - respondió.

- hablá con Dohko, ofrecele una disculpa si eso es lo que se te apetece y háblale sobre el problema, pídele ayuda, yo lo haría pero ni a mi quiere hablarme - aconsejo para después ponerse de pie y retirarse.

Dejando al santo de acuario con muchas dudas, ¿Cómo haría eso?, Primero tenía que cruzar escorpio y eso sería trabajó difícil y no quería rodear el templo ahora, suspiro frustrado para después decidir darse la vuelta e irse.

៚adentro del templo៚웃

Milo por su parte había salido de su escondite mientras que puso una caja sobre su cama, una caja llena de polvo la cuál estaba escondida entre sus cosas, suspiro un poco, la verdad jamás se espero volver a ver estas cosas, ya se le habían olvidado que las tenía ahí, abrió la caja dónde pudo ver algunas bolas de nieve, pulseras, fotografías y demás cosas, saco una de las fotos para verla, en ella se encontraba él y una mujer, una amazona de cabello oscuro, no pudo evitar sonreír.

-- lamento mucho haberla matado maestra - fué lo que susurro mientras acariciaba la foto, eso momento exacto era algo que no iba a poder olvidar.

Continuará...