Con Camus.
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Él acuariano por su parte se encontraba regresando del pueblo, dónde había ido a buscar a su amado pero sin éxito alguno cosa que le estaba preocupado en sobre manera, tenía un mal presentimientos sobre todo eso iba caminando tranquilamente hasta que escucho un estruendo venir en dirección del santuario, su corazón comenzó a latir con fuerza mientras una muy mala sensación invadía su cuerpo, un aire frío sopló y un nombre vino de inmediato a su mente.

- Milo - susurró preocupado para después ir corriendo hacia allá.

Con los demás caballeros dorados.
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- ¡No! - grito Mü mientras era sostenido por Shaka.

- tranquilízate Mü - le pidió el rubio.

- tenemos que ir por Milo, ¡No podemos dejarlo Shaka! - grito molesto mientras volteaba a ver al rubio.

No pasó mucho tiempo cuando vieron los demás templos caer, primero Tauro, después géminis, Leo, Cáncer, Virgo, Libra y por último escorpio, dejando únicamente a la vista la estatua de Athena la cuál fue la única que siguió en pie ante todo él desastre. Mü cayó de rodillas al suelo. Mientras escucho a Aldebarán decir.

- es imposible que alguien haya podido salir ileso de eso - fue lo que susurró.

- cállate tonto - le dijo rápidamente Shaka.

- ¡Ya basta dejen de pelear! - ordenó Aioros.

- Aioros tiene razón, no podemos ponernos a pelear ahora, debemos encontrar a Milo - dijo rápidamente Saga.

- ¡Milo! - grito con bastante fuerza Mü - ¡Milo, ¿En dónde estás?! - grito llamándolo pero sin recibir respuesta.

- ¿Shion?, ¿Que sucedió? - pregunto confundido Dohko.

- no lo sé, nunca había visto algo así, sólo cuando Athena se quitó la vida para derrotar a Hades - respondió preocupado el patriarca mientras se acercaba a los escombros de la casa de aries.

- ¿Crees que pudo haberle sucedido algo a la señorita Athena? - pregunto preocupado.

- no, no lo creo, aún siento su cosmos débil pero lo siento, es como si alguien interfiera con nuestra conexión - dijo mientras comenzaba a quitar unas rocas - tenemos que encontrar a Milo, él debe estar aquí escondido en alguna parte, debió haberse salvaguardo al momento de la caída de los templos - afirmó en voz alta para calmar a Mü quien se veía muy preocupado al igual que el resto que ni lentos ni perezosos comenzaron a abrirse caminó entre los escombros, aún sentían él cosmos de Milo pero parecía estarse alejando algo que preocupó mucho a Shion.

- tranquilo Mü, Milo es muy listo y estoy seguro que se escondió en algún lugar para que las rocas no lo golpearan - dijo para animarlo máscara de la muerte.

- le prometí a Camus que lo cuidaría si lo encontraba, y ahora está perdido - dijo preocupado.

- ¡¿Qué pasó?! - se escuchó en un grito la voz de Camus, los demás al escucharlo rápidamente voltearon a verlo, dándose cuenta de que caballeros de plata, bronce, aprendices y soldados se aproximaban junto al santo de acuario a ver qué había sucedido.

- ¿Camus? - llamo Mü.

Camus por su parte vio con impresión hacia lo que quedaba de las doce casas, preocupado paso su vista por todos sus compañeros pero se dió cuenta de que aún faltaba Milo, por lo cual rápidamente vio a Mü.

- por favor dime qué todos salieron, dime qué Milo no estaba aquí - le pidió a Mü mientras se sentaba en el suelo para estar a su altura mientras lo veía.

- perdóname Camus, logramos encontrarlo, pero... No logramos sacarlo a tiempo - fue lo que respondió.

Camus preocupado se levantó rápidamente del suelo para ir corriendo hacia los escombros, para después a como pudo comenzar a caminar sobre ellos.

- ¡¿Milo?!, ¡¿Milo me escuchas?!, ¡¿Dónde estás?!, ¡Responde por favor! - fue lo que grito mientras preocupado veía hacia todos lados.

E iban a seguir si no es que después de ver una extraña luz blanca, uno por uno empezó a caer inconsciente al suelo, Camus antes de caer dormido pudo divisar como algo o alguien salía de entre los escombros, lo malo fue que lo único que logro ver fue su cabellera roja como él fuego el cuál parecía tener algo en sus brazos, sin embargo ya no pudo identificar bien que era, porque no tardó mucho en dormirse.

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Horas después.
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En él santuario
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Podía ver un poco de luz, sin embargo no sentía el sol, sólo escucho como una voz femenina comenzaba a llamarlo por su nombre.

- ¿Camus?... ¿Camus? - decía, por lo cual abrió sus ojos, encontrandose con la dama la cuál reconoció al instante.

- ¿S-señorita Athena? - pregunto mientras la chica sonrió para después ayudarlo a ponerse de pie.

- ¿Qué sucedió aquí Camus? - pregunto viendo todo el santuario.

- no lo sabemos, cuando vine ya todo estaba así... - fue lo que respondió para después ver hacia todos lados encontrandose con que sus compañeros estaban debajo de una sombrilla la cuál los guardaba de los rayos del sol - ¿a qué hora llego señorita? - pregunto.

- no hace mucho Camus, cuando llegue encontré este desastre y a todos ustedes inconscientes, por lo cual los fui despertando y llevando a aquella sombra, son las doce del medio día.

- ¿Y Milo? - pregunto rápidamente mientras la veía.

- es a él a quien estoy buscando pero no lo encuentro por ningún lado - dijo ella mientras pasaba su mirada por todos lados - ¿Dónde lo dejaste? - pregunto.

- señorita, Milo no logro salir.

- ¡¿Qué?! - gritó llamando la atención del resto de caballeros.

- según lo que me contó Mü no lograron sacarlo de aquí - dijo triste sintió cómo una pequeña mano se poso en su hombro para después ver a la chica que sonriendo le dijo.

- no te preocupes, lo voy a encontrar, pero necesito que tú vayas con tus demás compañeros a la sombra para que puedas descansar yo me encargaré de esto ahora - le pidió Camus por su parte no muy seguro asintió para después irse con el resto de caballeros para ver después como la chica comenzaba a caminar por todos los escombros mientras mantenía su cosmos encendido, para llamar la atención de Milo supuso él.

Algunas horas más tarde.
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5:00 PM
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Camus y los demás caballeros dorados se encontraban frente a su diosa la cuál sólo los veía.

- señorita Athena, ¿Que vamos a hacer? - pregunto Shion.

- por el momento reconstruir el santuario - respondió ella.

- Señorita Athena, ¿Lograron encontrar a Milo? - pregunto aries, mientras vió a la diosa bajar la cabeza con tristeza.

- lamentablemente no Mü, tampoco e sentido su cosmos lo busque por todos lados, me temo que su cuerpo esté debajo de todos los escombros - dijo triste, vio como el santo de Aries fue sujetado rápidamente por el santo de virgo ya que se había desmayado.

Mientras los demás trataban de ser fuertes, hace pocas horas tuvieron un terremoto que logro destruir el santuario en poco tiempo, Milo se había quedado buscando algo que había llamado su atención y apesar de que ellos buscaron la forma de sacarlo antes del derrumbe les fue imposible y ahora habían una gran posibilidad de que estuviera muerto, ese día no podía ser peor... Todo eso mientras veían a Camus y Mü intentando no llorar.

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Mientras tanto.
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En otro lado.
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En un lugar muy, pero muy lejos del santuario, se encontraba cierto bichito el cuál se encontraba preparando un biberón, a su lado en la mesa se encontraba una sillita portátil y en ella había una bebé de cabello morado claro, la bebé veía de forma feliz a Milo él cuál debes en cuando la volteaba a ver, cuando sintió el biberón listo se acercó a la niña y se la dió.

- come bebé, tienes que ser muy fuerte - fue lo que sonriendo le dijo a la bebé, aún se le hacía confuso tener una hija, no recordaba haberse embarazado, sin embargo su esposo le dijo que se había golpeado la cabeza unas horas antes del parto y se le hacía muy fácil creerle, después de todo. No aguantaba mucho el dolor pero tenía que darle de comer a la bebé y desgraciadamente lo único que su "esposo" le había dicho que hiciera fuera darle el biberón nada más - hm... Ésto se me hace muy extraño - fue lo que susurro mientras veía a su bebé en brazos tomando su leche.

Continuará...