24 de junio de 2000
Centro América.

—Por favor déjame intentarlo —casi lloraba aquella mujer con la bebé en brazos.
    —No lo lograrás, Yanira, estás muy débil —ripostó el hombre a su lado.
    —Lo lograré, claro que lo haré, pero con tu ayuda, Míkel.
    Aún con pesar en su mirada por la terrible escena que tenía delante, él asintió y en segundos su cuerpo comenzó a transformarse dando paso a un gran lobo gris. El lugar estaba en llamas y decenas de lobos corrían de un lado a otro. La sangre manchaba la tierra bajo sus patas, hermanos contra hermanos, padres contra hijos, cuerpos desmembrados, una completa masacre y, en medio de todo aquello, la luna blanca brillaba imponente...
    Cada milenio nacía «El Gran Alfa»: Un poderoso hombre lobo que contaba con la fuerza y la inteligencia de sus generaciones anteriores. Manadas de todo el mundo acudían para esperar y celebrar el acontecimiento. El bebé era protegido y venerado por todos ya que se consideraba un símbolo de paz. Mas aquella noche ocurrió algo jamás visto, algo que ningún alfa sería capaz de aceptar: el nacido no había sido varón y eso acarreó el caos en lo profundo de un pequeño bosque de América...
     El lobo gris observó a su esposa, sus pupilas dilatadas en demasía. «Los detendré aunque muera en el intento», dijo haciendo uso de sus dones telepáticos y la mujer asintió. «Vete y no mires atrás».
     Y así lo hizo ella, no sin antes envolver bien a su cría en una resistente manta. Sabía que su parte humana estaría totalmente agotada después de dar a luz, mientras que su parte animal, contaba con la fuerza y la voluntad para sobrepasar aquella situacion tan extrema. Así que después de transformarse en una hermosa loba parda, tomó con la boca el bulto donde dormía apasible su pequeña y partió...
     «¡No dejen que escape!», fue la orden que dio mediante un gruñido, uno de los lobos negros que habían iniciado la batalla. Un grupo de lobeznos corrieron tras la canina, pero otro de enormes grises se les atravesó, impidiéndoles el paso. Un aullido agudo de dolor zurcó el viento, Yanira sabía que era su amado, pero acató su orden y no miró atrás, no se detuvo, no se rindió...

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12 de febrero de 2005
Norte de Puerto Rico.

—Mamá, ¿por qué nos mudamos otra vez?
     —Porque las personas le temen a lo diferente.
     —¿Soy diferente?... ¿Me temen a mí?
     —Ellos son unos tontos, pero como no queremos que nos separen, debemos ocultar nuestra verdadera naturaleza.
     —¿Y cuál es?... Todavía no logro entender qué es lo que debo ocultar.
     —Eres muy pequeña aún, por lo pronto, mamá se encargará de protegerte.

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7 de diciembre de 2017
Orlando, EU.

—¿Otra vez?
     —Tu profesor ya está investigando. Te dije que te controlaras.
     —Es que no sé lo que hago mal, si me explicaras yo...
     —No tengo que explicarte nada. ¡Solo no resaltes, por Dios! ¿Es tan difícil?
     —Difícil es ser la nueva del colegio cada cuatro meses. Fingir que todo está bien cuando me dices que debo parecer una nerd, no hablar con nadie, no hacer amigos. ¡Ya dime qué pasa, por favor!
     —No pienso discutir esto otra vez contigo. Recoge tus cosas, nos vamos.
     —¡¡¡Te odio, mamá!!!
     —Lo sé..., pero prefiero eso a perderte.

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20 de junio de 2022
Dinamarca.

—Mamá, dime que no nos iremos otra vez, por favor —suplicó la joven cuando entró a casa y vio en medio de la sala a su madre, al lado de varias maletas—. Te juro que me estoy portando bien.
      —¿Qué hay de tu amiguita?
      —Anett es como yo, un completo fantasma de esa maldita universidad en este fin del mundo. Ya deja la paranoia, nadie intenta hacerme daño. Incluso, fui yo quien me acerqué a ella.
      —¿Eso crees? —preguntó con desdén un hombre de gran altura, que apareció justo detrás de la chica. «¿Quién es este tipo y de dónde salió?», pensó Zallet—. Debiste hacerle caso a tu mami —recalcó con cierto sarcasmo y miró después a la mayor con cinismo, entregándole a su vez un extraño papel.
      —Supongo que ya no hay a dónde más huir —comentó ella mientras tomaba aquel papel y veía la confusión en el rostro de su hija.
      —No, Yanira, se acabó —confirmó él.
      —Pero les costó más de veinte años encontrarla —ripostó ella triunfante.
      —¿Cómo la nombraste?
      —Zalett, lo escogió su padre.
      —Princesa, es irónico teniendo en cuenta que es la reina.
      —Pero ¡¿de qué rayos están hablando, mamá?! —chilló la joven al escuchar la última frase proveniente de aquel desconocido.
       —Un nuevo Alfa está regiendo y los clanes al fin están en paz —explicó aquel tipo con parsimonia logrando desesperar aún más a la chica—. Tienes que volver con los tuyos, a donde perteneces.
       —Mamá, dile a este loco que se vaya, que no diga más estupideces.
       —Ya la oíste, ¡vete! —sentenció Yanira y por primera vez en su vida, Zalett sintió el apoyo y la comprensión de su madre—. ¿De verdad creíste que te la iba a dar así, sin más? ¡Sobre mi cadáver te llevarás a mi hija!
       —Eso no tiene problema.
       El hombre tomó por el cuello a Yanira en un abrir y cerrar de ojos. Zallet gritaba alarmada, sin saber que hacer y, un calor sofocante comenzó a invadir su cuerpo. Yanira agarró la mano que la oprimía, intentando soltarse, pero al parecer, luchaba contra una fuerza sobrehumana. Lo golpeaba con insistencia mientras se quedaba sin aire, sin voz. Las ropas del tipo se fueron rompiendo y hasta se pudo notar que creció un poco, a estas alturas ya el miedo había dejado paralizada a Zalett, pero todavía podía hablar.
     —¡Sueltala, maldito animal!
     —Animal sí, pero no maldito —acotó entre carcajadas aquel «hombre», si se le podía llamar así, y levantó más a su víctima del suelo, provocando que las venas del cuello de esta se le hincharan, dejándola sin tiempo—. ¿Por qué no te defiendes, Yanira? Eres una vergüenza para nuestra raza. Tanto reprimir tu otra mitad te ha convertido en una inútil y no permitiremos que hagas lo mismo con Zalett.
     —E-es m-mi hi-ja —tartamudeó la mencionada y sus lágrimas salieron.
     —Pertenece a la manada. Es de ella y para ella, los lobos son su familia, no los humanos.
     —Está loco, soy humana. ¡Humana! —gritó la aludida cada vez más alterada y confundida.
    —Entonces dime, ¿por qué asoman esas garras en tus manos?
    Zalett observó asombrada sus extremidades y no supo si por la ira o el miedo, pero no se había percatado de aquellas zarpas que ahora remplazaban sus manos. ¿Cuándo habían salido?, pero lo más abrumador, ¿en serio era una bestia?
    —Tu decides, Zalett o vienes conmigo o mato a tu madre...
    «Me enseñaron toda la vida a ocultarme, pero no me dijeron de qué o quién y, ahora es demasiado tarde..., me han encontrado».

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¡Helloooo, mis cerezos! Lo prometido es deuda y, mucho más cuando la promesa es para mi querida NelieKJ

Esto tenía que subirlo desde el 24 de junio, pero ya saben que mi tiempo es relativo :)
En fin, este día nació la increíble mujer que conocí por casualidad en un chat de Armys escritoras y de la que pretendo no apartarme nunca.
Ella, como ya casi todos deben saber es mi 10 porciento (Así le digo), porque mi filosofía es que un escritor debe escribir para sí mismo, eso es el 90 porciento, pero si alguien más lo lee; pues ya tenemos el 100. :)
Nelie es la protagonista de esta historia, ella soñaba con pertenecer al mundo licántropo junto con su amado sultán (como ella le dice a Kim Seokjin) pero no se atrevía a crear la historia, así que yo le di la "sorpresa". Y como saben también, todas mis historias están siendo reescritas con nombres originales para dejar de ser Fanfics, pero... qué importa qué nombre tenga si una sabe que son ellos. :)

Espero que a ustedes también le guste.

Los amo y los vuelvo a amar Kim kisses para todos...