Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

eXtras


[Jin]

No me sorprendieron en absoluto las nuevas noticias. Desde el primer momento en el que se formaron los grupos, sabía de sobra que ese coche terminaría mal, y efectivamente no había fallado. Por eso ahora nos desviábamos hacia la tienda de material de camping más cercana.

- ¡Yo no pienso compartir la tienda con nadie! –exclamó Yongsun indignada. Seguidamente se abrazó a Moonbyul por la espalda, y con una sonrisa añadió algo en voz baja que todos escuchamos. – Puedo hacer una excepción contigo, ya lo sabes.

- Lo echaremos a suer-

- ¡Yo no pienso compartir a Jin con nadie! –exclamó Namjoon sin venir a cuento, interrumpiendo mi explicación. Le fulminé con la mirada y agachó la cabeza sumisamente. – Lo siento.

- Deme las seis últimas –pedí al dependiente, que nos miraba como si fuéramos un espectáculo. Cuando se giró para poner en marcha nuestro pedido, yo también me volví hacia mi grupo. – Como decía –comencé para llamar la atención de estos, y aun así tuve que dar una suave patada a Wheein en el trasero para que dejara de mirar unas bicicletas como si fueran lo mejor del mundo y me hiciera caso. – Como iba diciendo...

- Jin y yo compartiremos una y las demás las echáis a suertes –dijo Namjoon, y seguidamente me miró buscando mi aprobación. Negué, suspiré, y cuando fui a volver a hablar, otra voz me interrumpió.

- Wheein y yo compartirem-

- ¡Yo me la he pedido la primera de tod-

- ¡CALLAROS TODOS! –exclamé fuera de sí. Seguidamente sentí unos toques en mi hombro, y cuando me giré me encontré al dependiente con la mano extendida. Inspiré hondo, intentando mantener la calma, y con más tranquilidad le tendí la tarjeta. – Añada todo lo que hemos dejado junto al mostrador –el hombre asintió y se marchó como si nada hubiera pasado, aunque por las prisas, seguro que iba directo a contarle la escena a su compañero. Poco me importaba, ahora estaba más centrado en poder terminar mi maldita explicación antes de arrancarles la cabeza a alguno de los descerebrados que me miraban asustados. – Echaremos todo a suertes y punto. Y lo que es seguro, es que al menos una será para Jiho y Yoongi.

- ¡Oye! ¡¿Y eso por qué?! –exclamó Yongsun indignada, apoyada con un movimiento de cabeza de Namjoon, quien parecía estar de acuerdo con que era una injusticia. – ¡Yoongi es muy pequeñito, les va a sobrar espacio!

- ¡Mírame Jin, tú sabes que soy enorme! –añadio Namjoon.

- Es su luna de miel, idiotas. Bastante con que les estamos acompañando.

- ¡Nos casamos también entonces, asunto arreglado! –Namjoon fue a ponerme un brazo alrededor del cuello, pero después de ver mi cara, se lo pensó dos veces y terminó guardando su mano en el bolsillo del pantalón. Aunque de ninguna forma lo reconocería, eso fue bastante adorable.

Poco después apareció el mismo señor con mi tarjeta. La guardé y agarré a Namjoon del brazo, llevándomelo afuera mientras ordenaba a las restantes que cargaran las cosas hasta el coche cuando se las entregaran. Nadie puso objección, porque ya nos habíamos acostumbrado a que Namjoon como vampiro, seguía siendo tan inútil que como humano.

- Tengo más fuerza que todas ellas juntas –respondió indignado, dando una patada a una piedra de camino al coche. Esta rebotó contra una farola y fue directa a una ventana del almacén de la tienda. Le miré alzando una ceja y agachó la cabeza. – Perdón.

- El otro día rompiste el cepillo mientras te lavabas los dientes –alegué, divirtiéndome solo con pensarlo. Cierto era que me sacaba de quicio la nueva fuerza de Namjoon al ser vampiro, pero era adorable la forma en la que se avergonzaba cuando creaba un estropicio. O cuando se lo recordábamos, como en este momento. – Y es la octava puerta que cambiamos en nuestro dormitorio.

- ¡La última vez también fue culpa tuya!

- También rompiste la de Jimin y Jungkook tres veces y la principal cinco –abrió la boca y volvió a cerrarla al segundo porque no sabía que decir. Yo reprimí una risa y proseguí con mi retahíla de situaciones caóticas con su firma. – Además de abollar el mando de la tele de Hwasa y destrozar el interruptor de la luz de su cuarto.

Namjoon frunció el ceño y empezó a caminar más deprisa. Yo reí y le seguí el paso, intentando alcanzarle. Era adorable y me encantaba molestarle de esa forma. Jamás había conocido a alguien que le costara controlar tanto su fuerza, y precisamente en él, quedaba increíblemente gracioso por el hecho de que jamás le pondría una mano encima a nadie.

- ¡Soy un desastre! –se quejó, yendo directo a sentarse sobre el capó del coche, el cual inmediatamente hizo un ruido y cuando lo observé, estaba completamente abollado bajo el trasero de Namjoon. Cubrí mi boca pero las carcajadas empezaron a salir por sí solas. – ¡No te rías, no es gracioso!

A pesar de sus quejas, sin parar de reír, me subí sobre él y empecé a dejar besos por todo su rostro mientras se cubría con una mano para impedírmelo, cosa incoherente ya que con la otra me sujetaba de la cintura para que no me cayera. Como era de esperar, a final terminó cediendo y fue él quien empezó a besarme con tanto ahínco que tuve que detenerle. Con las manos en su pecho, sonreí y dejé un último beso en su nariz.

- Eres el mejor vampiro que puede existir.

- ¿Aunque rompa todo lo que toque? –asentí y él sonrió orgulloso, arrimándome más hacia su cuerpo. Le rodeé con las piernas y me apoyé en sus manos, que me sujetaban por la espalda. – Antes de que me convirtieras, pensé que sería igual de perfecto que tú.

- ¿De perfecto?

- Sí, ya sabes –comenzó a explicarse. Adoraba cuando me explicaba cosas, ya fueran tonterías o teorías super elaboradas sobre nuestra mera existencia. – pensé que lo haría todo bien. Que sabría actuar en todas las situaciones y siempre me vería genial, aún incluso estornudando.

- No me veo genial estornudando –alegué. Él cubrió mi boca con una de sus manos y negó.

- Lo haces –rodé los ojos y seguidamente volvió a sujetarme como segundos antes. Yo estaba tan cómodo que simplemente rezaba para que tardaran mil años en darles las tiendas a las chicas y así poder permanecer todo ese tiempo con el rubio. – Supongo que el cómo eres, no tiene nada que ver con ser un vampiro.

- Desde que soy un vampiro no tengo nada de acné. Eso debe de contar.

- Seguro que incluso tu acné era perfecto.

Fui a pegarle por la asquerosa broma, pero entonces escuché las voces de Hwasa y Wheein saliendo de la tienda, y por inercia me abracé a Namjoon, no queriendo soltarle nunca. Si no fuera porque tenía miedo de lo que pudiera haber sucedió con todos los demás sin mi presencia, me habría ido a solas con el rubio sin dudarlo.

- Te quiero mucho –murmuré contra su cuello.

- Yo también –respondió él, besando delicadamente mi cabeza. Aunque sonara extraño, compensaba toda la torpeza que tenía con los objetos, tratándome con la mayor delicadeza que había experimentado jamás. – ¿No piensas que sea un desastre? –negué sonriendo, aún sin despegarme. – ¿Eso quiere decir que puedo conducir yo ahora?

- Ni lo sueñes –di unas palmaditas en su pecho, un beso en su mejilla, y seguidamente fui directo a ayudar a Wheein con todas las cosas que llevaba entre sus manos. El dependiente las miraba asombrado desde la puerta, probablemente sin creerse todo lo que estaban cargando ellas solas.

A los pocos minutos teníamos el coche completamente a rebosar de aparatos que probablemente, a excepción de estos días, nadie que no fuera Taehyung, volvería a usar en su vida. Namjoon se puso en pie y fuimos a entrar todos al coche, él a mi lado, en el copiloto.

- ¿Namjoon ha roto el coche? –preguntó de repente Byulyi al percatarse de la enorme abolladura en el capó. Las demás no tardaron en reírse, y Namjoon apartó la vista hacia la ventana con indignación. – ¡Hwasa, me debes unos zapatos nuevos!

- ¡Pero si yo también aposté a que lo rompería!

- ¡Ey, dejad de olvidaros de mí! ¡Yo dije que sería en el camino, he estado más acertada que todas vosotras juntas!

Rodé los ojos, y sin detener el coche, pulsé el claxon durante tanto tiempo que probablemente hasta el dependiente de la tienda nos había visto. Cuando aparté la mano de este, se hizo un silencio tan agradable que me dio pena tener que romperlo.

- Lo he abollado yo cuando me he sentado –mentí, agarrando la mano del rubio y dejando un cariñoso apretón disimuladamente. Este me miró y vocalizó un agradecimiento antes de dejar un beso en el dorso.

- No quiero ni imaginar lo que te debe haber engordado el culo para haber abollad-

Al final Namjoon terminó conduciendo, porque no tardé ni medio instante en lanzarme sobre los asientos traseros perdiendo la poca paciencia que me quedaba con la frase que acababa de escuchar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro