𝙇𝙞𝙛𝙚 𝙎𝙩𝙤𝙧𝙮
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El Hombre Araña
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⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
— ¡Te estás tardando una eternidad, B! — dijo uno de los ladrones — ¡Tanto presumías sobre "entrar y salir" en poco tiempo! ¡Y ahora mírate!
— Hiro, ¿puedes relajarte? — preguntó otro — Acabo de recibir la cosa... ¡Todavía lo estoy descifrando!
— ¿E-Están seguros de todo esto? — preguntó la chica — Y-Yo creo que... que deberíamos irnos.
Un grupo de tres jóvenes de encontraban a esa hora de la noche, con un arma láser, tratando de romper el candado de aquella tienda.
Era obvio lo que querían hacer...
— No estás facilitando las cosas, Paola — dijo el del láser — Además, se supone que serías la vigía. Así que no sé porque estás tan presionada.
— ¡Siempre está presionada! — exclamó el otro — Solo digo que si jugamos bien esto, nosotros nos iremos con cien dólares cada uno. Fácil.
— No creo que esto esté bien, chicos — dijo Paola — El Sr. Banifaz siempre nos trató bien. Robarle se siente mal. Está mal.
— ¡Ves, te dije que siempre está presionada! Debimos haber hecho esto nosotros dos. Hubiéramos tenido más ganancias.
— Paola, todo lo que tienes que hacer es vigilar mientras seguimos intentando romper esto — dijo el del láser — ¿Cool? Cool.
"¡Creo que no están jugando a las canicas enfrente de la bodega del sr. Banifaz! ¡Ni tampoco encendiendo fuegos artificiales!"
— Los jóvenes de hoy en día siempre están cometiendo locuras — dijo Miles Morales, aterrizando enfrente de los ladrones.
— ¡Oh, mierda! — exclamó uno de los ladrones.
— Whoa... — expresó Paola.
— ¡El Hombre Araña! — dijo el otro.
— Incluso después de todos estos años, todavía se siente genial escuchar eso — dijo el héroe — Mi nombre. No las maldiciones que definitivamente no deberías hacer.
El niño con el láser, cerrando los ojos, alzó el arma y le apuntó a la cara del Hombre Araña.
Temblaba como un témpano.
— ¿Algo qué decir? — preguntó Miles.
— ¡Y-Ya estaba en m-mi mano y entré en p-pánico! — exclamó el niño.
— Algo que decir... ¿y supongo que tu amigo agarrando esa tubería también fue por un movimiento impulsivo?
Miles le quitó el arma al chico, al mismo tiempo que se giraba y envolvía la máscara del chico en redes, provocando que soltara la barra de metal.
— He estado en esto durante mucho tiempo — dijo Miles — Me he enfrentado a Carnage, un dios, Galactus, Kang, el conquistador... ¿realmente quieren hacer esto?
— Ah... no... — dijo uno.
— ¡N-No lo queremos para nada! — dijo el otro chico, quitándose su máscara llena de redes.
Los dos jóvenes ladrones se dieron la vuelta y se fueron de allí, corriendo.
— Se ven como buenos chicos... considerándolo todo... — dijo Morales, dándose la vuelta — ¿Estás escondiendo un cortador láser o una tubería por los que debería preocuparme? Nah, no puedo decirte nada sobre esa vida. Lo que me plantea a preguntarte: ¿Por qué sigues aquí, niña?
— Escuché lo que estaban planeando y pensé que podría hablar con ellos para dejarlo. Estúpido, lo sé — dijo Paola, acercándose — Pero me habría sentido tan impotente si no lo intentaba...
— Sí, a veces es así...
Miles tomó la máscara que estaban en el suelo la miró.
Después, se acercó a la chica y se agachó.
— Cuando tenía tu edad, yo corría por allí con ese tipo, el anterior Hombre Araña, antes de que él... bueno, ya sabes lo que pasó.
— ¿H-Hubo otro Hombre Araña... antes que tú?
— Ah, sí, bueno... no importa, él decía que... "un gran poder siempre conlleva una gran responsabilidad". Sé que suena aburrido y discreto, lo es un poco. Pero siempre me gusta la nota detrás de la nota — dijo Miles, entregándole la máscara a la niña — Lo cual es: Hacer el bien requiere una gran cantidad de poder. Fuerza. Voluntad. Lo que sea que tengas. Así que úsalo con responsabilidad.
Los dos se quedaron mirando fijamente.
— Ahora que lo pienso, eso también suena aburrido — dijo Miles, dándose la vuelta — Lo que digo, niña, es que pasaste la prueba.
— ¿P-Prueba?
— Odio impartir sabiduría y huir, pero realmente no estaba planeando detener ningún crimen esta noche... ¡Si mi chica se entera que llegué tarde a la reunión de esta noche, va a matarme! — dijo el Hombre Araña, saltando — Así que recuerda: ¡Sé responsable! ¡Sé grandiosa! ¡Sé tú misma! ¡No querrás defraudar a tu amigable vecino, el Hombre Araña, ¿verdad?!
La niña se puso la máscara que le entregó Miles y sonrió, viendo a su héroe retirándose.
— ¡Nunca jamás! — dijo la niña, despidiéndose.
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Miles Morales finalmente llegó al lugar de la reunión.
Fue el último en llegar, pero por suerte, no se le había hecho tarde.
Cuando vio a los presentes, pudo reconocer a todos.
Mary Jane Watson. Cabello corto y pelirrojo. Era de sorprender que hiciera tiempo en su apretada agenda como actriz.
Kong. También se encontraba aquí. Uno de los jugadores de fútbol americano más importantes del país y que muy difícilmente estaba en Nueva York por estos tiempos. Pero logró estarlo aquí.
Cindy Moon. Reportera independiente de un blog. Realmente, no hay mucho que decir de ella más que ya no necesitó seguir yendo con su psiquiatra... y solo volvió por un par de semanas luego de lo de Galactus.
Anastasia Kravinoff. Realmente no se sabe mucho de ella.
Boris Korpse y Bruno Grainger. Quienes casi no habían cambiado en todo este tiempo, aunque Bruno se había dejado crecer la barba.
Y por último, Walter Hardy. Catorce años. Y quien parecía ser el más nervioso de todos los presentes.
— ¿Estás bien, renacuajo? — preguntó Miles, sobándole la cabeza.
— S-Sí... gracias, tío Miles... — respondió Walter, acomodándose el cabello — Es solo... que está tardando mucho.
— Hacer este tipo de cosas siempre demora.
— Aunque no creí que sería tanto — dijo Cindy — SWORD me prometió que sería algo rápido.
— ¿SWORD no cumpliendo sus promesas? — preguntó Mary Jane — Vaya... ¿quién lo diría?
Boris, quien también estaba nervioso, caminó hasta Morales.
— Oye... — le susurró, mientras señalaba a Ana — ¿Qué hace ella aquí?
— No lo sé. Se supone que esto era secreto — respondió MIles — A menos que... a alguno se nos haya...
Los dos voltearon, mirando a Kong, quien solo negó con la cabeza.
— ¿Estás seguro? — preguntó Miles.
— Les juro que yo no dije nada — dijo Kong.
— El orangután tiene razón — dijo Anastasia, mientras miraba el horizonte — Yo misma me enteré de esto...
— ¿Cómo nos escuchó? — volvió a susurrar Boris.
— Ella tiene un oído entrenado — le dijo Miles — Además de que susurras muy fuerte.
— Oh...
— Ahí viene — dijo Anastasia.
Los demás de pararon firmes, observando lo mismo que la rubia veía.
Una lancha acercándose a la orilla.
— Vaya... — murmuró Walter.
— ¿Todo en orden? — preguntó Miles.
— Hace días que llevo esperando esto, pero... jamás pensé que llegaría... C-Creo que sí estoy nervioso...
— Estarás bien. Solo... no le digas cosas que la hagan enojar.
— Lo sé, lo sé...
— No quieres verla molesta.
— No me la imagino molesta...
La lancha llegó al muelle, siendo amarrada en la madera de la misma y mostrando al capitán George Stacy bajando del mismo.
— Miles — saludó el capitán.
— Hola, George — dijo el Hombre Araña, acercándosele — ¿Todo salió bien?
— Killer Shrike trató de atacarnos, pero logramos dejarlo inconsciente.
— ¿Nunca se rinde ese tipo?
— No... pero, lo prometido es deuda — dijo George, mirando a la lancha — Felicia Hardy, debido a tu ayuda en el ataque de Galactus, el tribunal de Nueva York decidió reducir tu condena y el plazo de la misma ha terminado, así que... eres libre.
Felicia Hardy bajó de la lancha.
Se acercó hacia George y este le quitó las esposas.
Oficialmente, era libre.
— Gracias, capitán... — dijo Felicia.
— Solo aléjate de cualquier joyería después de la media noche y antes de la seis de la mañana — dijo el capitán.
— Eso haré... — dijo la peliblanca, girando a ver a Miles — Creí que estaría por otros diez años más.
— Bueno, digamos que arriesgar tu vida viajando a otro universo te da muchos puntos — dijo Miles — Agradécele a Matt que logró convencerlos.
— ¿No está aquí?
— No, creo que su hija estaba a punto de nacer.
— Oh, claro...
— Me alegra verte libre.
— Gracias, Miles, se... se siente bien...
En ese momento, Anastasia Kravinoff caminó hacia los dos, provocando que Miles se hiciera a un lado.
No sabía porque ella estaba allí, pero no podía ser nada bien...
— Por fin eres libre — dijo Ana.
— Sí... así es, Ana... — dijo Felicia — ¿Cómo has estado?
— He estado bien. Hemos logrado cazar a un dragón.
— ¿Terminaste el tema de tu familia?
— Algo por el estilo.
— Entonces, ya no estás en esa encrucijada sobre el honor y... esas cosas.
— No... vine aquí por dos razones.
— ¿Cuáles?
— Para pedirte por la revancha. Quería ver si ahora podía ganarte... pero veo que has cambiado — dijo — La gata negra de Nueva York ya no existe.
— La prisión cambia a las personas.
— Sí, es verdad... fue un placer verte, Felicia Hardy.
Anastasia se dio la vuelta, empezando a retirarse.
— Espera — dijo Hardy.
— ¿Qué?
— ¿Y cuál fue tu segunda razón?
— ¿Para venir?
— Sí...
— Bueno... — dijo Ana, mientras le sonreía — Quería ver como estaba mi amiga.
Kravinoff saltó hacia un poste de luz, para después impulsar hacia uno de los edificios cercanos y comenzar a irse de allí.
Todos se le quedaron viendo...
— Creo que nunca le gustó los sentimentalismos — dijo Felicia.
— ¿Una chica ruda? — preguntó Cindy.
— Una chica ruda.
Mary Jane caminó y se acercó hacia la peliblanca, dándole un fuerte abrazo.
— ¿Se acabó? — le preguntó.
— Sí, MJ... se acabó — dijo Felicia — Se acabó todo...
— Finalmente...
— Lamento todo lo que te hice pasar...
— Oye... cuidarlo no fue ningún problema para mí.
— No me mientas.
— Bueno, sí, un poco... pero terminó siendo un buen chico.
— Sí... y hablando de él.
Felicia miró hacia un lado, observando al más joven del grupo.
Walter Hardy. Su hijo. Quien lo miraba fijamente.
La peliblanca también se le quedó mirando. Parecía que ninguno de los dos sabía como reaccionar en ese momento.
Los dos, con sus rostros nerviosos, comenzaron a acercarse lentamente.
— H-Hola... — dijo Felicia.
— H-Hola... — saludó Walter.
— ¿C-Cómo estás?
— E-Estoy bien... sí, lo estoy...
Walter comenzó a rascarse la cabeza, mientras miraba a otro lado.
Después, miró a Felicia de reojo...
Y sin pensárselo mucho...
Le dio un fuerte abrazo a su madre.
— H-Hace mucho tiempo que... que no te daba un abrazo... — dijo Walter, alejándose un poco — Así que... así que quería dártelo, nada más.
— Walter...
Felicia sonrió y se acercó a su hijo, dándole un abrazo.
En un principio, Walter hizo una expresión como si le fastidiara el abrazo... pero después sonrió y le dio otro abrazo a su madre.
— Te extrañé mucho... — dijo Walter.
— Yo también, hijo... — le dijo Felicia — Pero ya estoy aquí...
— L-Lo sé... lo sé, mamá...
— Tú... vaya, sí que estás muy alto — dijo Hardy, separándose y mirándolo de arriba a abajo — Y estás muy apuesto.
— S-Sí... eso creo — respondió Walter, riendo nerviosamente.
— Hasta tiene novia ahora — dijo Miles.
— ¡T-Tío Miles!
— ¡¿Qué?! ¡¿En serio?! — exclamó Felicia — Tienes que presentármela.
— T-Tal vez... en otro momento...
Mirando a un costado, Hardy pudo ver a sus ex compañeros de equipo... quienes la saludaban con la mano.
Felicia se acercó hacia ellos y miró, también sonriéndoles.
— Así que... ¿no más Black Cat? — preguntó Boris.
— No, creo que ya no.
— Es una pena... ¡y yo que tenía pensado un muy buen robo! — exclamó, mientras levantaba la mirada — ¡Hubiéramos ganado mucho, Hardy!
— Estoy seguro que cualquier robo podrás hacerlo sin mi ayuda.
— Sí, bueno... es verdad, pero... no sería lo mismo...
— Lo sé, pero...
— Está bien. Tu hijo te necesita — dijo — Y bueno... no soy tan bueno en... estas cosas, pero... verte ahora, no sé... me hace sentir... digo, tú... Sé que yo no fui quien te crio, pero... ¿cómo decirlo...?
Felicia también le dio un abrazo.
— Eres el mejor "padre" que pude tener — dijo Felicia.
— Sí... sí, lo que digas, Hardy — dijo Boris, sonriendo — Gracias por hacer lo correcto al final...
— Boris no es bueno con las palabras — dijo Bruno.
— ¿Y qué harán ahora? — preguntó Felicia — ¿Se irán?
— Bueno... me llegaron algunos trabajos en México y Alemania, así que aún me estoy decidiendo — dijo Boris — Tal vez vayamos al lugar con menos supers cerca.
— Es más fácil robar en esos lugares — dijo Bruno.
— Les irá bien — dijo Felicia — Estoy segura de eso.
— ¿Están hablando de robos enfrente nuestra? — preguntó el capitán Stacy.
— Sí... lo están haciendo... — dijo Miles, suspirando.
— ¿Y tú qué harás, Felicia? — preguntó Boris.
— Iré a casa — dijo Felicia, acariciándole el cabello a su hijo — Tengo que recuperar el tiempo perdido.
Mientras se empezaban a retirar cada uno de ellos, Miles Morales se dio la vuelta y miró el gran río que bordeaba la gran manzana.
Fue en ese momento, recordando todo lo vivido en estos años... que recordó que debía de hacer una última cosa.
Sacando el usb con el último mensaje de Peter, se le quedó mirando durante unos segundos, con una sonrisa bajo la máscara.
Y sin dudarlo ni por un momento, lanzó el usb lo más lejos que pudo, dejando que este se hundiera en el agua, perdiéndose para siempre.
Ya no necesitaba ese mensaje... desde hace años que no lo necesitaba. Ninguno. Todos habían logrado seguir adelante.
— Miles — dijo Felicia, quien había visto lo que hizo — ¿Vienes?
— Claro que sí — dijo Miles Morales.
¿Quién lo iba a decir?
Los perdidos pueden volverse a encontrar.
Los ciclos pueden llegarse a romper.
Y los que se pierden en su camino... pueden volver a hallarlo.
Al final, depende de uno mismo el poder avanzar por su propio camino. Cada uno forma sus decisiones y forma sus caminos...
Y al final... cada uno decide en quién decide convertirse.
Aunque uno puede llegar a perderse... será de su decisión poder volver a levantarse y salir de aquella oscuridad.
Es lo que, al final...
...los hace humanos.
Y con este se cierra el epílogo de esta historia.
Un final que concluye el camino de Miles, Felicia y Cindy... abriendo paso a uno más.
¿Sabremos sobre ese camino? Quien sabe...
Nos vemos en el siguiente proyecto!!!
Publicado el 24/10/22
***
En un apartamento, en Midtown, se encontraba durmiendo el joven de cabello blanco.
Estaba agotado. Había sido un día lleno de sentimientos que lo dejaron completamente exhausto.
Pero la había pasado bien con su madre. Habían hecho toda una celebración.
Y en la puerta de aquel apartamento, algunos se encontraban.
— ¿Y te gusta el lugar? — preguntó Miles — Fue lo mejor que pudimos conseguir. Y sé que no es un penthouse, pero...
— Está bien — dijo Felicia — Me gusta mucho... aunque, algo me dice que no tardará mucho hasta que este lugar termine siendo un desastre.
— Con ese chico, tenlo por seguro.
— Y yendo por temas más importantes... — interrumpió Silk — Sigue sin saber nada.
— ¿De lo de Peter? — preguntó Hardy.
— De por si, la gente se está olvidando de los viejos héroes — dijo Morales, apoyándose en la pared — Supongo que eso es bueno.
— Sí... creo que sí... — dijo Cindy.
— Una vida normal... — dijo Felicia, mientras lo miraba — Tenemos que darle eso.
— Y por eso... creo que es lo mejor que no sepa la verdad de su padre — dijo Miles — Al menos, no por ahora...
El joven seguía durmiendo.
Tranquilo.
Calmado.
Protegido de cualquier tipo de peligro que pueda pasar.
Protegido del legado de su padre, Peter Parker.
Y así terminaría esta historia...
Aunque claro...
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...las cosas no son tan simples.
BE AMAZING!
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