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Una Última Charla

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Black Cat
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«Una vez se descubra tu identidad secreta, tus enemigos no dudarán lastimarte donde más te duela...»

⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯

Raft. Noche.

Una de las prisiones más impresionantes que poseía la ciudad de Nueva York.

En ese lugar, los criminales más peligrosos se encontraban encerrados. Desde Abominación hasta el Barón Zemo.

Pero, entre esos criminales, había uno que Felicia Hardy buscaba.

La Black Cat se había escullido a esa prisión. Había tomado la decisión de arriesgar su vida y libertad con el fin de poder encontrar a alguien allí encerrado.

Aquel... al cual ella le arrebató todo...

...y que recibió un agradecimiento de su parte.

Wilson Fisk.

Así fue como, atravesando los conductos de ventilación, llegó hasta la celda donde se encontraba.

Sentado, enfrente de un escritorio, leyendo lo que parecía ser un libro.

— No sabía que en Raft les permitían leer algo — dijo Hardy, saliendo de los conductos y aterrizando detrás de él.

— No les conviene que los reclusos se vuelvan locos — respondió Fisk, sonriendo — Podría causar un motín...

— ¿Tú provocarías un motín?

— ¿Yo? Por supuesto que no... como te he dicho, Hardy... estoy feliz así como estoy — dijo — Si salgo a las calles, no tardaré en terminar muerto.

— ¿En serio? ¿Tú?

— Más que nada porque no haría nada para evitar morir... desde hace años que me encuentro muerto por dentro... — expresó, cerrando su libro — Desde que perdí a mi familia, he esperado mucho tiempo por la siguiente persona que me destronaría de ser el Kingpin... y esa espera terminó cuando tú llegaste.

Ambos se quedaron callados cuando dos guardias pasaron por enfrente de la celda.

Uno de estos miró hacia Fisk, solo viéndolo a él. Felicia se encontraba oculta entre las sombras.

El guardia bostezó y siguió su camino.

— Y ahora que te convertiste en la Queenpin... dime, Felicia Hardy... ¿ya te ha pasado? — preguntó Fisk — ¿Cuánto has tardado en darte cuenta que todos tus esfuerzos no valieron la pena? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Dos, tal vez? ¿Recién ayer...?

— Un poco menos...

— Sí... lo supuse... siempre pasa... como te dije, yo me di cuenta de eso un par de semanas después de haber destronado al que estuvo antes de mí...

— ¿Qué quieres que te diga? Creo que nos parecemos en eso...

— ¿Solo en eso? Hardy, tú y yo somos exactamente iguales... tú y yo cometimos los mismos errores y... tú y yo vamos a terminar del mismo modo que los anteriores reyes del crimen — expresó — No, espera... sí... hay algo en lo que no nos parecemos... Yo maté al anterior rey del crimen cuando lo derroté, pero, ¿tú? Hasta donde sé, sigo aquí, con vida. Respirando mientras hablo...

— Lo sé...

— Y recuerdo muy bien lo que me dijiste la última vez que nos vimos. Se quedó impregnado en mi mente: "Si alguna vez vuelvo a ver tu horrible cara, voy a matarte". Eso fue lo que dijiste, ¿o me equivoco?

— Sí, fue lo que te dije.

— Muy bien...

Wilson Fisk se levantó de su asiento y se dio la vuelta, mirando fijamente a Felicia Hardy.

— Aquí está mi horrible cara... y un poco más abajo, se encuentra mi cuello — señaló Fisk, con su dedo — Si lo deseas, puedes cortármelo. O, si quieres disfrutarlo un poco, puedes intentar atravesar mi corazón. Estoy seguro que podrás arrancármelo con esas garras...

— Podría hacerlo fácilmente...

— Por eso te doy sugerencias...

Silencio.

Después de decir eso, nadie más abrió la boca...

— ¿Qué haces aquí, Hardy? — preguntó Wilson — ¿Por qué viniste a mi celda? ¿Quieres un consejo? ¿Quieres que te diga como aprovechar el desastre que dejó Mysterio? Estoy seguro que tú sabes como hacerlo...

— No vine por un consejo sobre como ser la Queenpin.

— Entonces, ¿qué? ¿Qué es lo que quieres...? Como verás, no tengo nada para ofrecerte. No tengo dinero, ni equipo, ni nada... solo soy un simple idiota calvo con sobrepeso que tomó la decisión de vivir el resto de sus días en prisión...

— Wilson Fisk — dijo Felicia — ¿Q-Qué hago...?

— ¿Qué hago... qué?

Felicia dudó un poco... pero ya estaba allí.

¿Qué hago para dejar de ser la Queenpin?

Ante aquella pregunta, Wilson Fisk soltó una ligera risa.

Caminó lentamente hasta llegar a la camina donde dormía, sentándose en ella y sobándose la cara.

— ¿Qué pasó? ¿Te mataron a alguien? — preguntó Fisk — ¿Acaso hirieron a algún familiar tuyo? No, espera, tú no tienes familia... ¡Ah! ¡Ya sé! Seguro hiciste algo de lo que te arrepientes... o seguro cometiste un error y los de su banda te odian...

— Lo estoy perdiendo todo — dijo Felicia — Mi cordura, mis amistades, a... a mi hijo... Tú fuiste el Kingpin por muchos años... Debes de conocer algún modo de escapar de todo esto. De poder salvarme a mí y a mi hijo.

Fisk sonrió, para después ponerse serio.

— No existe una puerta trasera. Solo existe una gran puerta que sirve de entrada y de salida... Intenta todo lo que puedas, no podrás escapar de esto... no hasta que llegue el siguiente... y se siga repitiendo el ciclo...

— Pasarán muchos años... — dijo Felicia.

— Es como una maldición, ¿no crees?

— Debes conocer un modo. 

— Crees que si lo existiera, ¿hubiera sido el Kingpin por tantos años? Dime algo, Hardy, ¿prestaste atención a todo lo que dije? — preguntó Fisk — La única forma de escapar de esto es esperar a que el siguiente rey del crimen venga y te destrone. Y en el camino hasta llegar a ese punto, los que te rodean sufrirán. Incluso morirán.

— No...

— Sí... ¿o acaso creíste que no? Una vez se descubra tu identidad secreta, tus enemigos no dudarán lastimarte donde más te duela... Irán tras tu hijo y lo matarán. Luego, matarán a esa amiga pelirroja tuya... Matarán a todos tus cercanos hasta que no tengas a nadie...

— Eso no pasará.

— Eso me dije yo... y perdí a mi Vanessa y a mi hijo... — dijo — Es un ciclo, Hardy. Los ciclos están para repetirse y las personas como nosotros... estamos destinados a repetirlo...

— No permitiré que nadie mate a mi hijo...

— ¿Y crees que él correrá con la misma suerte que tú corriste todos estos años?

— No me mientas — expresó Felicia, impacientándose — ¡¿Existe una forma de...?!

¡Por supuesto que existe una forma, Felicia Hardy! — gritó Fisk, poniéndose de pie y caminando hasta ella — ¡Agarra una pistola, apunta a tu cabeza...! Y no dudes en apretar el gatillo...

El guardia golpeó la pared afuera de la celda, llamando la atención de Fisk.

— ¿Todo en orden? — preguntó.

Fisk se dio la vuelta, notando como Black Cat ya se había ido de allí.

— Por supuesto, oficial — dijo Fisk, sentándose en su asiento y abriendo su libro — Me encuentro en paz...

***

La gata negra se encontraba viendo la gran prisión desde la cima de un edificio.

Su viaje hacia ese lugar había sido una completa pérdida de tiempo... aunque tuvo suerte de que no la siguiera el Merodeador.

En todo ese tiempo, había logrado aprender a evitarlo.

Pero, su conversación con Fisk no le brindó ninguna respuesta.

— Y ahora debo de ir a San Francisco... — murmuró Felicia — Donde está Silk... genial...

Debía encargar de Phil Urich, quien se había convertido en Duende y se había ido hacia ese lugar.

Además de que debía recolectar varios materiales para lo que sea que el Merodeador estuviera planeando.

Algo le olía mal en esto... pero tampoco es como si le tomara mucha importancia.

De su cinturón, sacó el usb que le logro quitar a Miles Morales...

Aún no se había atrevido a escuchar la grabación... 

Siempre que lo pensaba, sentía como sus piernas le estuvieran temblando.

Se giró y observó la gran manzana.

Disparó su cable y se retiró de allí, en dirección al escondite.

En dirección a seguir en ese camino que no quería seguir...

...a repetir, una vez más...

Aquel ciclo

Y aquí termina el capítulo extra del año 3 jeje.

Un capítulo adentrándonos en Black Cat y como busca una forma de encontrar una forma de salir de aquí... pero no es tan sencillo. Para nada.

Espero les gustara!! Si fue así, pueden darle a la estrellita, comentar y compartir!!

Nos vemos!!

Publicado el 05/07/22

***

Ha pasado un tiempo... los extrañé, chicos.

Se siente bien estar de vuelta. 

A veces desearía solo estar aquí para siempre... pero no es tan simple.

Estoy aquí para solo mirar.

Como una chismosa.

Lo siento.

No lo siento.

Silk-Sense... aquí vamos.

Miembros de bajo recursos de la Nación Duende saliendo de un banco, con una máquina registradora llena de dinero. Entrando en un vehículo y empezando una persecusión. 

Ni siquiera tienen aún sus Planeadores. Supongo que las obtienen cuando se gradúan.

He estado siguiendo a estos tipos durante semanas.

— ¡Deténganse! — dijo uno de los oficiales en el vehículo — ¡O nos veremos obligados a...!

Pero uno de los duendes no perdió el tiempo y disparó un arma a una de las llantas del vehículo, provocando que este chocara contra un hidrante y saliera disparada hacia el cielo.

Han estado robando tecnología por todo San Francisco. La caja de seguridad que acaban de robar pertenecía a uno de los funcionarios de Alchemax.

— ¡Yo me encargo desde aquí, chicos! — dije, mientras daba otro gran salto.

Para ser honesta, no me importa mucho toda esta cosa de la tecnología.

Sé que la Nación Duende tiene a mi hermano. Lo corrompieron. Pero no sé si lo lograré encontrar... o si él sabrá donde están nuestros padres.

— ¡Atropéllala! — gritó uno de los duendes, viendo como aterrizaba enfrente de ellos.

Así que, ¿estos tipos?

Son mis sacos de boxeo favoritos.

Accioné mis garras y me acerqué rápidamente hasta el vehículo.

Solo tuve que usar un movimiento para destruir el motor y dejar que el auto termine de cabeza...

Síp. Perdedores de bajo nivel. No saben nada. Ni siquiera saben lo que acaban de robar.

— Entreguen esa caja fuerte — dije, arriba del vehículo — Ahora.

Con una red, les quité la caja.

— ¡Oye, ¿qué ca...blurgghrf?! — dijeron, mientras eran envueltos en mis telarañas.

— Tiempo fuera, chicos — dije, saltando — ¡Disfruten de la prisión!

Para ser justos, tampoco tengo idea de qué es esto.

Solo sé que mi jefa lo quiere...

— ¿Qué fue lo que hiciste con los miembros de la Nación Duende que robaron esto? — preguntó mi jefa.

— Se los dejé a la policía — le respondí.

— Tienes que dejar de ser buena, Silk...

"Ser bueno es malo para los negocios"

¡Su historia continúa en Silk | Web of Spider-Man's Story!

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