Un Espacio para las Dudas
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Miles Morales
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«Tú eres mi héroe, Miles»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
— ¡¿Dijiste que no?! — gritó Lana, provocando que todos en la cafetería voltearan a verlos.
Miles la miró, incrédulo del actuar de su amiga, quien, avergonzada, se encogió de hombros, mirando a otro lado.
— Perdón...
— No me dejaste terminar — suspiró Miles, tomando de su bebida — Le dije que lo pensaría.
— Es básicamente decir que no — dijo — Si fuera tú, habría aceptado.
— ¿En serio?
— Sí, digo... te está ofreciendo dejar esta vida de mierda... cualquiera aceptaría.
— El otro Hombre Araña hubiera dicho que no.
— ¡Sí! Pero él es él... pregunto por ti.
— Yo... no lo sé... — exclamó Miles — Por un lado, quise decir que sí, pero... no. Dije que no.
— Eres alguien muy raro, Miles Morales.
— Lo dice la chica que puede estallar a voluntad.
— Mejor que pegarse a las paredes.
— Al menos no causo un destrozos, vaya donde vaya.
— ¿No lo arreglan unos tipos? Ah... ¿Control de Daños?
— Sí, lo hacen... pero tampoco hay que sobre exigirles.
— ¿Qué? Les doy trabajo.
— No sabes como funciona eso, ¿verdad?
Ante la pregunta, Lana rio.
— No — respondió.
— ¿Cómo entraste a la ESU?
— ¡Con mucho esfuerzo y dedicación!
— ¿Copiaste?
— ¡Copié!
— ¿Por eso me llamaste para estudiar? — preguntó Miles — ¿Cómo te fueron en los parciales?
— A-Ah... no quieres saber...
— No, de hecho no...
— ¡Pero estoy segura que a ti te fue mejor! — dijo Lana — Me enteré que estudiaste en esa jodida academia de genios...
— La Academia Visions.
— ¡Sí! Las personas dicen que es incluso más difícil que varias universidades del país. Por eso debes ser un genio.
— B-Bueno, sí era complicada...
Miles casi reprueba varios de los cursos por lo complicada que era la Academia Visions... y también, por sus patrullajes como Hombre Araña.
— ¡Seguramente te fue bien en los parciales!
— Apenas aprobé.
— ¡¿Qué carajos?! — expresó, mientras tiraba su cabeza sobre la mesa.
— Eres buena soltando insultos.
— Cállate... ¿cómo apenas aprobaste? Se supone que eres super listo.
— Ser el Hombre Araña y Miles Morales no es tan fácil como crees — le respondió — Tengo expectativas que... que cumplir...
— Sí, lo entiendo... — suspiró Lana — Pero, si ser el Hombre Araña te afecta tanto, ¿no es suficiente razón para abandonarlo?
— Ya te dije que... no lo sé...
— ¿Y en qué quedaste con el otro sujeto? Ah... ¿Tarántula? — preguntó — ¿Qué te dijo cuando le dijiste que no?
— Él...
***
— Yo... no... no lo sé — dijo Miles — Lo siento, pero no... no sé si dejaré de ser el Hombre Araña.
Tarántula se le quedó mirando por un momento, para después sonreír y soltar una pequeña risa.
— Sí, en parte sabía que dirías eso — exclamó Anton — No es fácil tomar una decisión así.
— L-Lo siento...
— No tienes que disculparte de nada. Sé que lo que te pido es algo... algo en lo cual uno debe pensar — dijo — Esa duda significa que aún tienes el valor para querer seguir haciendo lo correcto.
Miles agachó la cabeza, pensativo por lo que le acababa de decir Anton.
La verdad, no sabía el por qué le había dicho que lo pensaría.
— Piensa bien tu respuesta, Miles — dijo Anton, levantándose del suelo — Cuando creas tener la respuesta, habla conmigo. Te ayudaré, elijas lo que elijas.
— G-Gracias... espera, ¿cómo voy a encontrarte?
— De la misma forma que yo te encuentro a ti... — respondió — Sigue los disparos de los tipos malos.
Anton saltó de ese tejado y disparó un cable, impulsándose de allí y empezando a alejarse de ese lugar.
Miles se levantó del suelo también y miró como se iba Tarántula.
***
— Ese tipo no me agrada — exclamó Lana.
— ¿Por qué? Es un buen tipo.
— Supongo que no me agrada todos los buenos tipos.
— Estoy pensando en presentarlo al equipo — dijo Miles — Sería un buen Vengador... tal vez uno de respaldo.
— ¿Cómo yo? ¡Olvídalo! No quiero trabajar con ese tipo.
— Apenas tenemos tres Vengadores de respaldo...
— ¡Y son más que suficiente!
— Lo que digas...
— Cambiando de tema... ¿recuerdas la tarea que dejó el señor...?
— No te voy a dar mi tarea.
— ¡Creí que éramos amigos!
— Ah... bien, te ayudaré a hacer la tarea...
— ¡Bien!
— ¡Pero no te la voy a pasar! Te ayudaré a que la resuelvas.
— ¡Mierda!
***
Miles Morales se encontraba caminando por su calle en Harlem.
Allí, se podía ver a todas las personas celebrar algo en el parque que había cerca.
El Parque C. J. Walker.
Parecía ser el cumpleaños de alguien.
Sin pensarlo mucho, Miles caminó por la acera hasta llegar al parque, para así encontrarse con todas las personas reunidas.
Cuando llegó a la entrada del parque, se encontró con alguien.
— Hola, Miles — saludó Teo — Me alegra verte.
Teo Álvarez.
Dueño de la bodega de la cuadra de Miles. Ofrece productos de coco y tiene el mejor gato de todo Harlem. Teo es quien mantiene unida a toda la comunidad.
— Hola, Teo — saludó Morales — ¿Qué está pasando?
— ¿No sabes? Es el cumpleaños de Hailey.
— ¿Hailey Cooper?
— ¡SÍ! ¿Recién te enteras? Les avisé a todos por mensaje.
— Oh, es que... la universidad, ya sabes.
— ¡Oh! Entiendo, entiendo.
Debió avisarle a todos sobre esta fiesta mientras Miles se encontraba en Latveria.
El cumpleaños de Hailey Cooper. Sordomuda.
Ella es una artista callejera y una activista. Su labor se centra en los héroes locales, la decadencia urbana y la comunidad de los sordos y personas con problemas de audición. En el Daily Bugle han publicado obras suyas.
Es genial.
— Al principio ella dijo que no quería hacer nada, pero yo la conozco — dijo Teo — Cumplir dieciocho no es cualquier cosa, ¿sabes?
— Sí, eso creo...
Miles pudo ver a Hailey. Sonreía y se divertía, mientras bailaba con la música que habían puesto.
— La está pasando bien — dijo Morales.
— ¿No quieres ir a bailar con ella? — preguntó Teo — Estoy seguro que te divertirás mucho.
— Lo siento, viejo, pero este chico ya está en busca de otra chica.
— Oh, ¿de verdad?
— Sí, estoy a nada de conquistarla.
— No harás lo de la mano en el hombro, ¿verdad?
— Ah, ¿qué? ¿Conoces lo de la mano en el hombro?
Ante la pregunta, Teo rio.
— Tu padre hizo lo de la mano en el hombro con tu madre — explicó Teo — Justo enfrente de mi tienda. O bueno, cuando era de mi padre.
— ¿Mi padre conocía lo de la mano en el hombro? — preguntó Miles — ¿Y cómo le fue?
— Tu madre le abofeteó y se fue corriendo de allí — respondió — Y no la culpa. Era la primera vez que hablaban.
— Que horror...
— Lo sé, esa cosa nunca funciona, amigo — rio Teo, otra vez — Así que, un consejo... nunca hagas lo de la mano en el hombro, ¿de acuerdo?
— S-Sí, claro...
El recuerdo de Miles de haber usado la mano en el hombro con Anya Corazon volvió a inundar su cabeza.
Aún recordaba el rostro de extrañeza que le había puesto Anya.
Sentía vergüenza.
Peter lo había usado... ¿cómo es que a él sí le funcionó?
— ¿Sabes dónde está mi mamá? — preguntó Miles — ¿Está en la fiesta o...?
— Ella vino aquí hace un rato — respondió Teo — Tuvo que irse. Ya sabes, ser la "Concejala Rio Morales" la tiene ocupada.
— Entiendo... iré a verla — dijo — ¿Felicitas a Hailey por mí?
— Claro, lo haré amigo.
— Gracias.
Miles miró por última vez la fiesta que se llevaba a cabo en el parque y se retiró de allí.
Caminando hasta su hogar.
***
Miles entró a su apartamento.
Allí, él se encontró con un gran desorden. Claramente causado por su hermana menor.
Al dar unos pasos, terminó chocando contra un pequeño coche de juguete, el cual avanzó hasta chocar contra la pared.
— ¡Billie! — exclamó Miles — ¡Ven y recoge tus juguetes! ¡Billie!
Morales siguió caminando por el pasillo de su apartamento hasta llegar al cuarto de su hermano, el cual también se encontraba desordenado.
Allí, vio como la pequeña Billie Morales dormía plácidamente en su cama, con más juguetes a su alrededor.
— Yo nunca fui tan desordenado cuando era niño... — suspiró Miles, mientras salía del cuarto de su hermana.
Caminó hasta su cuarto, listo para descansar un poco.
Pero, antes de entrar, observó el cuarto de su madre.
Rio Morales hablaba al teléfono con el alcalde Jameson.
Encima de su cama, había un montón de papeles. Esto hacía ver lo ocupado y trabajoso que era ser consejera en el ayuntamiento.
La verdad es que Miles no podía ni imaginarse todo el trabajo que su madre hacía.
Y sola.
Desde que su padre murió, las cosas habían sido más complicadas para ellos. Los del barrio siempre intentaban ayudarlos, pero Rio rechazaba la ayuda.
Era por su orgullo, al parecer.
Miles sabía lo que su madre sentía... y realmente intentó conseguir algún trabajo para compensar, pero su madre se lo prohibió.
Le dijo que la universidad y el trabajo de ser el Hombre Araña ya era demasiado para él.
Y tenía razón. No por nada, sus calificaciones no estaban siendo las mejores.
Cosa que le hizo pensar que no debía contarle a su madre sobre sus bajas notas, debido a que era seguro que le iba a prohibir salir a sus patrullajes por mucho más tiempo.
Pero el no poder ayudarla significaba que ella tendría que hacer todo por él y su hermana... y no quería quedarse de brazos cruzados.
— ¿Qué haría Peter...? — se preguntó Miles, mientras se tumbaba encima de su cama.
No sabía mucho de la vida de Peter antes de conocerlo.
Según supo, obtuvo un trabajo en el Daily Bugle cuando aún vivía con May Parker.
Cuando ella falleció, se fue a vivir con Felicia Hardy...
¿Cómo estará ella? Realmente, no sabía nada de ella desde hace mucho tiempo.
Felicia Hardy se alejó de todos luego de la muerte de Peter, por lo que no podía acercarse... aunque le gustaría poder hacerlo.
Tiene un hijo y él podría ayudarla con él.
Pero no podía.
— Tal vez... debería pedirle ayuda a Cindy para que me dejen entrar al Daily Bugle — suspiró Miles, mirando el techo de su cuarto — Quizás mamá no se dé cuenta...
— Claro que me daría cuenta — dijo Rio Morales, en la puerta del cuarto — No eres el mejor al guardar secretos, mijo.
— ¡¿Mamá?! — expresó, mientras se sentaba, sobresaltado — ¡¿No sabes tocar?!
— Tenías la puerta abierta, así que...
Miles volvió a suspirar, tumbándose en su cama, agotado.
Rio supo de inmediato que algo le ocurría a su hijo, por lo que caminó hasta donde estaba y se sentó a su costado.
Ella sonrió y se echó, al costado del moreno.
— Entonces... ¿qué sucede? — preguntó Rio.
— ¿Qué? — preguntó Miles.
— ¿Qué ocurre?
— No me pasa nada.
— Miles, soy tu madre — dijo la mujer, sentándose — Sé cuando le ocurre algo a alguno de mis hijos... ¿quieres hablar de eso?
— No... sí... no lo sé... — dijo Miles, sentándose — Es que... no sé... tengo muchas cosas en mi cabeza...
— ¿Muchas cosas?
— Yo... es que... apareció un sujeto... — dijo — Hay un tipo que... que me ofreció que dejara de ser el Hombre Araña...
— ¿Anton?
— Sí, él... él dijo que era lo mejor para mí. Que no quiere que sufra lo mismo que Peter sufrió...
— ¿Te ofreció que dejaras de ser el Hombre Araña para que... que él pudiera serlo?
— Sí... no... él mencionó el legado del Peter Parker... él quiere llevar con ese legado y yo no sé si debería dejarlo...
— Oh... ¿aceptaste?
— Le dije que lo pensaría y... no sé si debería o no — le respondió — Peter me dejó un mensaje antes de morir. Me dijo que yo debía proteger la ciudad. Él confió en mí para seguir con su legado y... no me siento listo para hacerlo... no creo que pueda llegar a sus zapatos.
Al terminar de escuchar lo que su hijo tenía que decirle, Rio asintió lentamente, pensando en lo que tenía que decir.
En todo lo que tenía que decir.
— ¿Sabes cómo me sentí cuando me enteré que tu padre salvó al Hombre Araña? — preguntó Rio.
A lo cual, Miles negó con la cabeza.
— Primero, me sentí enojada por ponerse en peligro. Y después, no podía estar más orgullosa de mi esposo — le dijo — Tu padre, Jefferson Davis, salvó a un superhéroe de morir, ¿puedes creerlo?
— Papá era muy genial.
— Él era un simple hombre... que daba todo de sí para hacer la diferencia — dijo — Miles, nadie nunca está a la altura cuando comienza con algo. Todos, y cada uno de nosotros, debemos de esforzarnos al máximo para poder llegar a convertirnos en lo que Dios quiere que seamos.
— Lo sé, y lo entiendo, pero... hablamos del Hombre Araña. Peter te salvó a ti, a mí, a todo el mundo... era un héroe. ¿Cómo yo puedo lograr eso?
— Dando lo mejor de ti, mi amor. Tú padre fue un héroe. Tú eres un héroe — dijo Rio — Tú eres mi héroe, Miles. Y para mí, eres el mayor héroe de todos los tiempos.
Después de escuchar eso, Miles agachó la cabeza y asintió lentamente.
— Sé que tratar de llevar el legado de Peter debe ser algo muy pesado y estresante... pero nuestra familia nunca se rinde. Seguimos adelante, a pesar de todo — le dijo Rio, agarrando el mentón de su hijo — No quieres rendirte... sé que es así. Y también sé que, hagas lo que hagas llevando el manto de Peter, siempre voy a estar orgullosa del hombre en el que te convertirás.
Miles sonrió después de escuchar eso y asintió, nuevamente.
Rio le devolvió la sonrisa y se levantó de la cama.
— ¿Quieres que te prepare algo de comer? — preguntó ella.
— Yo... no, gracias — dijo Miles — Voy a salir. Debo buscar a alguien.
— Está bien, mijo... pero no llegues tarde a casa. Debes de estudiar.
— Sí, mamá.
Rio salió del cuarto de su hijo, dejándolo solo.
Miles volvió a tumbarse en su cama, mientras tomaba una gran bocanada de aire.
Había pasado mucho tiempo desde que no se sentía tan mal por portar la máscara.
Hablar con su madre de estas cosas era algo bueno.
Se levantó de su cama, agarró su mochila donde estaba su traje y salió de su cuarto.
Salió de su apartamento, bajó las escaleras y salió de su edificio.
Quería hablar con Tarántula y decir que había decidido seguir con el manto que Peter le dejó. Pero antes, quería comprar algo de comer.
Como la tienda de Teo se encontraba cerrada por la fiesta de Hailey, debía irse a la que había en otra cuadra.
La única forma que tenía para llegar a ese lugar rápidamente, era gracias a un callejón, cerca a su edificio.
Así que decidió caminar por allí.
Grave error.
"Informe al centro de operaciones. Continuando. Logré rastrear al sujeto 002-004 hasta Harlem."
Miles finalmente llegó al callejón, empezando a cruzar por este.
"Como se esperaba, la distancia en la que se encuentra le permite estar oculto de la innata detección de peligro del sujeto 002-004."
Al pasar por el pasillo, se encontró con el pequeño gato de Teo, llamado "Hombre Araña".
"Mantengo vigilado al sujeto 002-004 hasta que quede aislado."
Entonces, se acercó a este y lo acarició.
"Iniciando proceso de adquisición."
De pronto, el gato comenzó a gruñir... saliendo corriendo de allí.
Miles se confundió ante eso... hasta que su Sentido Arácnido se encendió de golpe.
— ¿Pero qué...? — expresó Miles, mientras se daba la vuelta — ¡¿Quién diablos eres?!
— Algunos amigos me conocen como Spot — dijo este sujeto, mientras se mantenía suspendido en el aire — Puedes llamarme así, si quieres.
— ¡Lo que sea!
Miles saltó rápidamente hacia ese sujeto, intentando darle un puñetazo.
Pero, de pronto, Spot abrió lo que pareció un portal celeste detrás de él, cruzándolo inmediatamente.
Miles aterrizó en el suelo, para que después, su Sentido Arácnido le advirtiera de un golpe que iba directo hacia él.
Detrás suyo, otro portal se había abierto, y un puño intentó darle.
El joven héroe dio un salto hacia atrás, confundido por lo que sucedía.
No tenía idea de quien era ese sujeto, pero sus poderes eran muy extraños.
— ¡Tienes unos poderes muy raros, amigo! — dijo Morales, mirando hacia todas direcciones — ¡¿Cómo funcionan?!
Su Sentido Arácnido se encendió.
Entonces, sin que pudiera hacer nada, Spot abrió otro portal detrás suyo y envolvió sus brazos por su cuello, impidiendo que pudiera moverse.
— Me muevo a través del espacio con estos portales — dijo Spot — Voy de lugar en lugar... ¿por qué crees que me llamo "Spot"?
— ¡Es un horrible juego de palabras!
Rápidamente, Miles se envolvió en su Poder de Veneno, obligando a Spot a que lo soltara.
Miles se impulsó hacia el villano, intentando golpearlo, pero Spot abrió un portal enfrente suyo.
El joven de Brooklyn se sorprendió de esto.
Y sin poder hacer nada, terminó entrando en el portal.
Para después ser recibido por un fuerte puñetazo.
Acabando inconsciente.
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Pasaron varias horas hasta que finalmente despertó.
No podía moverse... y le dolía el cuello, por alguna razón.
Y también las muñecas, brazos, piernas... algo andaba mal.
Se encontraba en un lugar a oscuras, sin poder moverse.
Pero, como si alguien supiera que ya se había despertado, las luces se encendieron.
Lo primero que Miles pudo ver fue el logo de "A.I.M.", enfrente de una pared que estaba a varios metros de él.
Pudo ver que se encontraba en una pequeña habitación.
Y fue cuando bajó la vista... que su presión bajó con esta.
No podía moverse... porque estaba atrapado.
No podía moverse, porque tenía un montón de cables conectados a él.
No podía moverse...
...porque querían experimentar con él.
"¡Déjenme ir!"
¡Hola! ¡¿Cómo están?!
Pobre Miles, ¿no? Se libra de una y se mete en otra jajaja.
Espero les haya gustado mucho este capítulo!!!
Si así fue, pueden darle a la estrellita y comentar!
Nos vemos!!
Publicado el 31/01/22
[DANIKAST]
*sin transmisión]*
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