ULTIMATUM
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Miles Morales
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⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
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Aaron Davis abrió los ojos, confundido.
Todo a su alrededor lo confundía...
Estaba en su oficina, en la torre Fisk, cuando los UnderGround la tomaron y decidieron hacer su escondite en aquel lugar. Pero la gran diferencia era que... todo estaba desordenado.
Hecho un gran caos, con sangre por todas partes... pero ningún cuerpo.
También portaba una versión anterior de su traje del Merodeador. Una versión que usó cuando se unió a esos terroristas.
— ¿Qué diablos pasa? — se preguntó Aaron, caminando hasta la puerta.
Y cuando la abrió... ya no se encontraba en la torre Fisk.
Estaba en medio de un callejón vacío... con un gran grafiti en la pared. Un grafiti donde se podía ver la imagen de dos personas abrazándose.
Fue en ese momento... que pudo recordar donde lo había visto antes...
— Lo pintamos los dos... — murmuró, viendo el grafiti — Cuando éramos jóvenes... cuando todo era mejor...
Al bajar la vista, pudo ver su traje. Era el mismo que usó antes de colocar el último fragmento.
Las cosas definitivamente estaban muy extrañas.
— Te extraño mucho...
— Es un lindo mural...
Dándose la vuelta lo más rápido que pudo, vio a otra persona parada detrás suya. Y al verlo, pudo reconocerlo claramente.
No era otro más que... él...
— ¿J-Jeff...? E-Eres tú...? — preguntó Aaron, al verlo — N-No...
Rápidamente, corrió en dirección de su hermano...
...y le dio un fuerte abrazo.
— T-Te he extrañado tanto, bro... — dijo Aaron, conteniendo las lágrimas — No tienes idea de cuánto...
— Me encantaría decir lo mismo, pero... — dijo "Jefferson Davis", separándose de Aaron — La verdad es que no soy tu hermano.
— ¿D-De qué... hablas?
— Esta es solo una forma familiar que uso para poder hablar contigo.
— P-Pero... entonces, ¿qué significa esto? ¿D-Dónde estoy...?
— Puedes considerar esto... una partición de tu consciencia. Un pequeño espacio en tu mente donde podemos tener una... conversación — dijo — Y sobre mí... soy magia. Magia antigua y salvaje...
— ¿M-Magia a-antigua y... salvaje...? — preguntó Aaron — No lo e-entiendo... ¿e-eres la consciencia que había en el fragmento?
— Podría decirse que sí...
— P-Pero... se supone que... que no deberías aparecer... así no...
— No puedes respirar sin unos pulmones, ¿o sí? Si quieres el poder del fragmento de Yggdrasil, tendrás que lidiar conmigo —explicó — Yo... bueno, soy inevitable.
— E-Entonces... sí destruirás la ciudad...
— Escalón a escalón, Aaron... escalón a escalón...
La magia caminó hasta llegar enfrente del grafiti, viéndolo con una gran sonrisa en su rostro.
— Déjame salir de aquí — dijo Aaron, mostrando sus garras.
— No hasta que hayas escuchado lo que tengo que decir... — dijo — Como dije, represento magia. Magia extremadamente antigua. Magia extremadamente salvaje...
"Jeff" se dio la vuelta, observándolo fijamente.
Aún estaba sonriendo.
— Al tomar el cable, agarraste un...
— ¡Ve al punto! — exclamó Aaron, tomando a la magia de cuello — ¡Ve o acabaré contigo!
— Los modales de mis últimos portadores deja mucho qué desear...
En ese momento, la magia se esfumó, para después aparecer detrás de Aaron.
— Y para dejar claro, ya iba allí — dijo "Jeff", acomodándose la ropa — La magia se rige por reglas... y yo solo quiero ser libre. ¡Arder brillante y hermosamente! ¡Dejar una marca en la creación!
— ¿Y qué te lo impide?
— Necesito un conducto... uno que pueda dar su consentimiento.
— Me niego a ser tu marioneta...
— ¿Mi marioneta? ¡Por favor! — exclamó, mientras comenzaba a reírse — ¡¿Eso fue lo que te dijo Hardy?! ¡Vamos! ¡¿Acaso no te contó todo aquello que le ofrecí?!
— ¿Qué?
— A ella le ofrecí todo lo que siempre deseó... pero decidió negarse, pensando que lo conseguiría sin mi ayuda... y como puedes suponer, no fue así...
— Una familia...
— Exactamente.
— ¿Y se lo pudiste cumplir?
— Si hubiera aceptado, hubiera podido acabar con Carnage con suma facilidad...
En ese momento, una silla apareció en ese callejón. La magia se acercó a esta y se sentó, acomodándose bien.
— Yo sé porque estás aquí... — dijo "Jeff", señalándose a sí mismo — Revivir a tu hermano...
— Es lo único que me importa — dijo Aaron.
— Y por esa razón has sacrificado tanto... el cariño de tus sobrinos y cuñada... Incluso, usaste a Felicia Hardy como una marioneta, buscando tenerla como foco principal, para que tú pudieras moverte por las sombras...
— Tú puedes arreglarlo...
— Me sorprende que te arrepientas de tus actos...
— Todo lo que hice... fue porque pensaba que tú me ayudarías a arreglarlo...
— Puedo arreglarlo...
— ¡Entonces, hazlo! ¡Arregla todo esto! ¡Soluciona todo lo que causé! ¡Trae a mi hermano a la vida!
— ¿A cambio de tu cuerpo?
— No... solo hazlo y me quitaré este ridículo traje...
— Oh... bueno, podría hacerlo, pero... lo lamento, hay reglas.
— ¿Qué?
— Si no te volverás mi avatar, solo puedo traer a la vida a una persona... — explicó la magia — Así que... ¿Phin y Rick Mason? ¿Peter Parker? ¿Arreglar tus problemas? Nop... lo siento... no puedo hacerlo...
— ¡Vas a hacerlo!
— No puedo... a menos que te vuelvas mi avatar... y que me digas que "sí..."
Aaron Davis se quedó pensativo...
Había prometido a su sobrino que haría eso. Que los traería de vuelta... y que solucionaría las cosas.
Pero... no quería ser dominado por una magia que podría destruir el mundo... no podía simplemente hacerlo.
Aún así, todo el esfuerzo que había hecho... todos estos años se irían a la basura...
Y realmente extrañaba a su hermano...
Debía de pensar en algo rápido.
— Veamos... — dijo Aaron.
— ¿Qué propones?
— ¿Quieres dejar tu marca en la creación? Bien, haz lo que quieras con este universo... pero aléjate del planeta — dijo Aaron — No lo toques y tendremos un trato.
— Déjame ver si entendí... ¿Me dejarás hacer lo que yo quiera si dejo el planeta tranquilo?
— Sí...
— ¡Oh, bien! ¡Entonces tenemos un trato! — exclamó la magia, poniéndose de pie y extendiendo la mano.
Aaron se la recibió, apretándola con fuerza. Pero al hacerlo, acercó al ser enfrente suyo.
— Pero no olvides lo que quedamos... — dijo Aaron — Mi hermano... y todos los demás... los regresarás a la vida.
— Oh... no sabes lo mucho que me gustaría, pero... creo que lo negociar con magia no es lo tuyo.
— ¿Qué?
— No especificaste bien tu trato.
— ¿De qué rayos hablas?
— Cuando llegas a un acuerdo con magia antigua y salvaje, tienes que ser exageradamente específico... porque yo no soy idiota, y puedo tomar provecho de tus palabras — explicó la magia — Así como lo que acabo de hacer ahora...
Todo el lugar comenzó a temblar de repente.
— ¡¿De qué hablas?! — gritó el Merodeador, sintiendo un gran ardor en todo su cuerpo.
— "Haz lo que quieras con este universo... pero aléjate del planeta" Eso fue lo que dijiste... — dijo "Jeff", sin dejar de soltar la mano de Aaron — No fuiste nada específico... así que, decidí aprovecharme de eso... igual que como tú quisiste aprovecharte de mi poder.
— ¡H-Hijo de...! — exclamó, cayendo de rodillas.
— Mercurio...
— ¡¿Q-Qué...?!
— Ese es el planeta del que me alejaré... tampoco fuiste específico en eso.
— ¡N-No...!
— No intentes negociar con alguien que te conoce como la palma de tu mano... porque, casi siempre, acabará mal para ti...
— ¡NO!
— Haré lo que yo quiera con este universo... y empezaré con este pequeño y aburrido planeta, Aaron... — dijo la magia, levantando su otra mano — Pero... te permitiré revivir a una de esas personas que mencionaste... como una pequeña muestra de mi... piedad.
El suelo donde estaba Aaron se quebró por completo, provocando que el mismo comenzara a caer a gran velocidad... a una gran oscuridad.
Mientras que la magia brillante comenzaba a alzarse... finalmente...
Después de miles de años...
Había despertado.
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— ¡¿Y ahora qué hacemos?! — preguntó Miles.
— ¡No lo sé! — exclamó Black Cat, cubriéndose el rostro — ¡E-Es muy brillante!
En ese momento, un portal se abrió a un costado de los tres, mostrando como el Doctor Strange y Clea salían del mismo.
Ambos hechiceros veían sorprendidos aquello que acontecía en el cielo...
Veían lo que podría ser el fin del mundo...
— Lo logró... — murmuró Strange.
— Es magia muy poderosa... — exclamó Clea, sorprendida — ¡N-Nunca había visto algo parecido! ¡C-Creo que...!
— ...que tiene la capacidad de destruir este universo. Sí, porque la tiene...
En ese momento, el cuerpo del Merodeador comenzó a moverse bruscamente. Como si un demonio comenzara a entrar en su mente y lo dominara.
Todos los héroes, villanos y criminales dejaron de pelear entre sí, mientras observaban la brillante luz en el cielo.
Prácticamente, parecía que era de día...
Los héroes se quedaban quietos, impactados por lo que veían... mientras que los que buscaban esto gritaban, en forma de celebración. Mientras alzaban sus armas al cielo.
— ¡Esos idiotas no saben lo que está pasando! — exclamó Clea.
— Y creo que nosotros tampoco... — dijo Strange, formando un portal hacia el Santuario — Regrésala a la normalidad...
— ¡¿Estás loco?! ¡Ella no dudará en matarnos y...!
— No te diría eso si ya no lo supiera, pero debes creerme cuando te digo que...
Una poderosa onda expansiva empujó a todos, tumbándolos en el suelo. Las ventanas de los edificios de la mitad de la ciudad estallaron en mil pedazos, mientras que los vehículos timbraban sus alarmas a más no poder.
Strange pudo volverse a poner de pie, notando como la transformación del Merodeador estaba casi completa. Su traje empezaba a transformarse en una armadura asgardiana.
— ¡Clea! ¡No tenemos tiempo para esto! — dijo el Hechicero Supremo — ¡Libérala!
Clea giró y miró el portal. Este le permitía ver las escaleras del Santuario, donde, enfrente de estas, se encontraba la Bruja Escarlata, arrodillada y con la mirada perdida.
La maga cerró los ojos, mientras alzaba su mano derecha y apuntaba a Wanda.
— Más te vale que no me mate, Strange... — dijo Clea — O yo misma te mataré...
Apretando su puño, Clea logró cerrar la grieta que había formado en el cerebro de Wanda, provocando que la misma recuperara la consciencia y cayera por completo al suelo.
Pero inmediatamente después, sus ojos se tornaron de un brillante color rojizo, mientras se levantaba del suelo y sus manos eran envueltas en aquella magia rojiza.
Con esta magia, logró envolver a Clea y acercarla rápidamente.
— Voy a despedazarte, pieza por pieza... — dijo Wanda, mientras apretaba los dientes.
— ¡Wanda! ¡No tenemos tiempo para esto! — dijo Strange, angustiado — ¡Necesito que me escuches...!
— ¡Prepárate, hechicero! ¡Porque después te toca!
— ¡Conozco otra fuente de energía! ¡Parecida a la de América!
— ¡¿Qué?!
— ¡Esa cosa de allá posee el poder puro de la creación! ¡Y está usándolo para intentar destruirnos!
— ¡¿Dices que él tiene un poder parecido al de Chávez?!
— ¡Y que intentará destruirnos! ¡Sí, eso digo!
Wanda lanzó a Clea contra la pared del templo y luego cruzó, a gran velocidad, el portal, tirando al doctor al suelo.
Empezando a flotar en el aire, pudo ver toda la energía que emanaba ese sujeto. Todo el poder que deslumbraba.
— Me será muy útil... — murmuró Wanda, sonriendo — Para proteger a mis hijos... cuando alguien intente hacerles daño...
La Bruja Escarlata se impulsó a gran velocidad en dirección de aquella entidad... pero la magia finalmente había terminado el proceso.
Mirando fijamente a Maximoff, este ser le dio un poderoso puñetazo a la bruja, mandándola contra un edificio.
Aquella forma humanoide había modificado por completo la armadura de Aaron Davis. Ahora, tenía toques asgardianos. Del mismo modo, el casco había cambiado, mostrando solo la boca. Aunque clase, la piel que había allí era prácticamente inexistente.
Era como si estuviera hecho de energía pura.
— Finalmente... soy libre... — exclamó la magia, mientras disminuía la gran intensidad de la luz que lo envolvía — Libre... libre de hacer lo que se me plazca... ¡De hacer lo que yo quiera!
Después de decir eso, alzó la vista y miró las estrellas del cielo.
— ¡Y ni siquiera tú podrás detenerme, Uatu! ¡No puedes interferir! — gritó — ¡No puedes romperlo porque está escrito! ¡Lo sé porque ahora puedo verlo todo!
La magia giró y miró al gran tumulto de personas sobre los edificios que tenía enfrente.
— ¡Yo soy la magia más antigua y más salvaje! ¡Soy un ser extremadamente antiguo! ¡Extremadamente salvaje! ¡Soy prácticamente un dios! — exclamó — ¡Puedo ver su pasado! ¡Puedo ver su presente! ¡Puedo ver su...! ¿Qué...? Oh... que interesante...
— ¡Aaron! ¡Ya basta! — gritó Edward Lavell, parándose sobre un contenedor de agua — ¡Deja de estar jugando y cumple con tu parte del trato!
— Creo que no me están entendiendo bien... — dijo — ¡Aaron Davis se ha ido! ¡Ahora solo quedo yo!
— ¿De qué rayos habla este tipo? — preguntó uno de los Garras Doradas.
— ¡La magia más poderosa de toda la existencia! ¡Y ahora que puedo hacer todo lo que yo quiera...! ¡He decidido jugar un poco con ustedes! — dijo la magia, alzando sus brazos — ¡Dejaré mi huella en este ridículo planeta! ¡Y lo haré de una forma gloriosa! ¡Una forma maravillosa!
— ¿Qué diablos planea esa cosa? — se preguntó Strange, confundido.
Miles Morales simplemente estaba petrificado. No entendía muy bien todo lo que estaba ocurriendo... ni quería entenderlo.
Lo único que quería era que todo esto terminara de una vez... quería un final.
Pero lo único que obtenía en ese momento... era un fuerte temblor por toda la ciudad.
No... más bien, parecía ser que todo el planeta entero estaba temblando.
Una fuerte tormenta apareció de repente en la ciudad... y fuertes truenos empezaban a sonar.
— ¡Este será un final! ¡Un final para toda la vida en este planeta! — proclamó la magia — ¡Sí! ¡Este será...!
"¡MI ULTIMATUM!"
— ¿E-Están viendo lo mismo que yo veo...? — preguntó Kate, desde un edificio.
El Capitán América se elevó alto, gracias a sus alas, permitiéndole ver lo que sucedía.
— No puede ser... — murmuró Sam —¡Ese desgraciado está inundando toda la ciudad!
Y aunque los héroes intentaran hacer algo... no iban a poder lograrlo. Las personas que se encontraban en la ciudad estaban comenzando a morir por la inundación.
El Sentido Arácnido comenzó a afectar a Miles, advirtiéndole de todo lo que sucedía. Esto le provocaba un gran dolor, por lo que tuvo que caer de rodillas, mientras su camuflaje comenzaba a aparecer por todo su cuerpo.
Lo mismo ocurría con Silk y su Silk-Sense, el cual al ser más poderoso, provocó que el dolor fuera tal que terminara desmayándose, siendo atrapada por Felicia.
Pero... en aquel momento, y del mar que había empezado a inundar la calle, una enorme explosión destruyó por completo un edificio... y un has escarlata salió disparada al cielo.
Wanda Maximoff aún no se daba por vencida.
— ¡¿Qué fue lo que hiciste?! — preguntó Maximoff.
Algo andaba sumamente mal... por lo que cerró los ojos, empezando a sentir lo que le inquietaba.
Estaba claro...
— Tú... en tan solo unos segundos... — decía Wanda, sorprendida — ¿Cómo fue que hiciste tanta destrucción?
— ¿Sientes envidia, Bruja Escarlata? — preguntó la magia — No olvides que tu destino es destruir el mundo...
— No... yo solo quiero ese poder...
— ¿Por qué no intentas arrebatármelo?
La Bruja Escarlata, envuelta en su poder, se abalanzó contra la magia salvaje... pero este solo le bastó con alzar su mano para frenarla por completo.
— Hay una gran diferencia entre tú y yo — explicó la magia — Tú usas la magia... ¡mientras que yo SOY la magia!
— ¡¿C-Cómo...?!
La magia logró empujar a la bruja varios metros, mientras liberaba una gran energía de su espalda... que iba directamente hacia Wanda, estallándole en la cara y estrellándola contra otro edificio.
Aún así, Wanda logró ponerse de pie y lanzarle una gran ráfaga de energía al ser, el cual simplemente lo recibió de lleno... mientras el traje liberaba una energía morada por varios orificios.
— ¡A-Absorbió su poder! — exclamó Miles, aún agarrándose la cabeza.
Maximoff dejó de atacarle, mientras apretaba aún más sus dientes.
Elevando con su poder dos edificios, se los lanzó directamente a la magia antigua... pero esta, con un simple movimiento... destruyó los edificios.
Y estos escombros fueron convertidos en meteoritos que fueron en dirección de Wanda. La bruja se protegió creando un campo de fuerza... pero de entre el humo de las explosiones, la magia salvaje apareció y, de un puñetazo, destruyó el campo de fuerza.
La Bruja Escarlata se elevó en el aire, siendo seguida por la magia.
En el cielo, una gran lluvia de poderes comenzó a librarse. Wanda atacaba con todo lo que podía, mientras que la magia simplemente jugaba con ella.
Y los únicos espectadores de esta pelea eran los que habían intentado evitar que esto pasara... y los que provocaron que esto pasara...
Ninguno se movía, sorprendidos por lo acontecido. Estaban anonadados.
Impactados por lo que acontecía.
— L-Le está ganando... — tartamudeó Strange — L-Le está... ganando a... Wanda Maximoff...
— Por como lo dijiste, no parece algo bueno... — dijo Felicia, acercándose a él.
— E-Ella es la... la persona más poderosa de esta realidad...
— ¿Qué?
— Se supone que no existe ser capaz de igualarla... pero parece ser que nos equivocamos.
Felicia alzó la cabeza, viendo como los haces dorados y escarlatas chocaban entre sí, a gran velocidad, en el cielo.
Mientras tanto, en otro edificio, Sue Storm y Reed Richards habían aterrizado.
— ¡Creo que puedo hacerlo, Reed! — dijo Sue, viendo como la inundación avanzaba más y más, por toda la ciudad — ¡Creo que puedo hacer que el agua retroceda!
— ¡Es muy peligroso que lo intentes! — dijo Reed, mientras revisaba una máquina en su nave — ¡Intentaré comunicarme con Namor! ¡Si logro convencerlo...!
— ¡Él no va a aceptar!
— ¡Tengo que intentarlo!
— ¡Cállate! ¡No hay tiempo!
— ¡Sue! ¡No lo hagas! ¡No podrás soportarlo!
— Vamos... vamos...
— ¡Sue!
Reed trató de detener a su pareja... pero no pudo hacerlo a tiempo.
Sue Storm liberó un poderoso campo de fuerza que empezó a rodear toda la ciudad.
Lo estaba logrando. El agua estaba retrocediendo de la ciudad... dejando que estuviera inundada por completo.
Pero Sue ya no pudo aguantar mucho más, escupiendo una gran cantidad de sangre... y perdiendo el conocimiento, siendo atrapada por Reed.
— ¡SUE! — gritó Reed, intentando despertarla.
— ¡Oye, Reed! — exclamó la Mole, llegando al tejado — ¡¿Puedes decirme que está pasando en veinticinco palabras o menos?!
— ¡No lo sé!
— ¡Lo hiciste en tres! ¡No pensé que lo tendrías en ti!
— Sue, ella... ella se esforzó como nunca antes, devolviendo el agua de regreso al océano — dijo el científico — Pero ella no despierta ahora... y apenas respira. Debemos llevarla a un lugar seguro.
Mientras tanto, el combate entre los dos poderosos seres continuaba... pero el ganador era uno sumamente obvio.
Wanda fue atacada y siendo estrellada contra la calle, ahora vacía del agua del mar.
Ningún héroe comprendía bien todo lo que estaba pasando. De pronto, el agua comenzó a retroceder como si algo la estuviera empujando... y ahora, la Bruja Escarlata estaba tirada en el suelo.
Y en lo alto del cielo, la magia antigua y salvaje la miraba victorioso.
— ¡Debo decir, Bruja Escarlata, que fuiste un buen calentamiento! — exclamó la magia, mientras apuntaba sus manos hacia ella — ¡Pero es momento de demostrarle a estos héroes a lo que se enfrentan en realidad!
La magia creó una gigantesca bola de energía que fue directamente hacia Wanda Maximoff. Ella intentó desviarla, liberando una gran ráfaga de su poder... pero la bola no retrocedía. Más bien, se hacía cada vez más y más pequeña.
El Sentido Arácnido de Miles hizo que se diera vuelta.
— ¡Debemos salir de aquí! — dijo Morales — ¡Ahora! ¡Hay que correr!
La esfera de energía llegó hasta el tamaño de una canica cuando finalmente alcanzó a Wanda.
Esta fue tocada por la energía, provocando que comenzara a sentir un gran dolor inexplicable...
Pero antes de que su piel terminara de desintegrarse, del mismo modo que su carne y sus huesos, perdiendo toda vida que hubiera en su cuerpo... pudo ver la diminuta luz.
La vio brillar.
La vio crecer...
...y la vio estallar.
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Usando su Bioelectricidad azul, Miles Morales logró destruir el escombro que lo tenía aprisionado bajo tierra.
Torpemente, logró ponerse de pie y mirar a su alrededor. Mirar todo lo que tenía a su alrededor...
Todo lo que había ocurrido... de un momento a otro...
Pero no podía ver exactamente cuanta destrucción había hecho ese sujeto, por lo que disparando unas telarañas, logró impulsarse hacia uno de los edificios en ruinas.
Allí, se pegó a la pared y observó la ciudad que debía proteger con todo de sí.
La ciudad que estaba completamente destruida.
Miles no entendía que cosa hubiera provocado toda esa destrucción. No existía ser en la existencia que pudiera provocarla... pero era así.
Un ser con tal poder que había sembrado el caos en el mundo en solo segundos.
— N-No es cierto... — dijo Miles, viendo al otro lado de la ciudad.
El lugar donde estaba su distrito. Harlem. Su hogar que había sido desde que se mudo, luego de la muerte de su padre.
Lugar que se esforzó en proteger de cualquier tipo malo o criminal que intentara causar destrozos.
Aquel lugar... que había sido borrado como si nada.
Porque, en lo que antes había sido un distrito prospero, lleno de buenas personas...
Ahora se había convertido en un enorme...
...y gigantesco cráter, donde el agua del mar comenzaba a entrar.
Un enorme cráter de quien sabe cuantos kilómetros.
Su hogar... ahora solo era cenizas...
Y lo único que podía pensar era en lo que hubiera hecho Peter Parker si hubiera estado allí.
Ya lo tenía bien claro.
Lo que hubiera hecho Peter si hubiera seguido con vida...
...era gritar de terror.
Igual a como él lo hacía.
Llegó Ultimatum!!!
Así es. Desde hace mucho que quería causar una catástrofe de estas dimensiones y, pues, bueno aquí está!
Ultimatum. La mayor destrucción que he escrito en una historia.
¿Qué pasará ahora? Lo sabrán muuuy pronto ;).
Si les gustó el capítulo, pueden darle a la estrellita. Comentar y Compartir.
Nos vemos!!
Publicado el 27/09/22
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