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Segunda Ronda

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Miles Morales
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«Creciste... lo que significa que tu poder también»



⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯


Varias explosiones seguían ocurriendo por toda la ciudad.

Los vehículos chocaban. Los bancos eran robados. Persecuciones. Atentados.

Parecía como si todos los criminales de la ciudad hubieran acordado sembrar el caos en la ciudad... y era así.

Este era el plan del Merodeador, después de todo...

Uno de los centros F.E.A.S.T. estaba siendo atacado por la organización de Eel, acompañados por Speed Demon y Boomerang, quienes atacaban a todos los policías.

Los hombres de Lavell entraban, destruían, golpeaban y robaban todo lo que podían de aquella fundación que ayudaba a las personas.

Varios vehículos policiales comenzaron a estallar, mientras varios de estos policías salían disparados y caían al suelo... aunque no morían.

Solo terminaban algo aturdidos. Quien sí acababa con su vida era Speed Demon, que solo le bastaba correr a través de ellos para matarlos.

Lo que había hecho estallar estos coches de policías eran varios boomerangs, que iban de regreso a su dueño: Fred Myers, quien estaba en lo alto de un pequeño edificio.

Cuando recibió sus boomerangs, solo suspiró.

James Sanders corrió rápidamente hasta donde estaba Fred, sentándose a su costado.

— ¿Qué te pasa, bro? — preguntó James, sentándose a su costado — ¡¿Dónde está tu motivación?!

— ¿Motivación? Yo... solo no me gusta esto... — dijo Fred — Traicionamos a Black Cat...

— ¿Y qué?

— Que no... no me sienta bien, es todo.

— ¿Cómo que no te sienta bien? Amigo, hablamos de tener todo lo que queramos.

— Lo sé, lo sé, pero... mira esto — dijo Fred, señalando el centro F.E.A.S.T. — Solo causamos caos por... causar caos... Ni siquiera hay algo valioso para robar en este lugar. Solo... atormentamos a personas necesitadas.

— Ugh... suenas como uno de esos idiotas del Bugle...

— No sé... no me apunté para esto...

— Wow, ¿vas a renunciar a esto? ¡¿Sí recuerdas lo que dijo el Merodeador sobre los traidores?!

— ¿Tú me matarías?

— Bueno...

— ¿"Bueno..."?

En ese momento, alguien aterrizó en medio de todo ese caos.

No era nadie más que el Capitán América, quien lanzó su escudo hacia varios de los matones de Eel, derribándolos en el suelo.

— Eligieron un mal día para volverse locos — dijo el Cap, liberando sus alas.

— Está aquí — dijo Fred, sosteniendo sus boomerangs.

— ¡Aquí voy! — exclamó James, yendo directamente hacia el Capitán América.

Tenían que seguir con toda esta distracción.

***

Miles Morales y Felicia Hardy aterrizaron en un edificio del Distrito Financiera. Frente a ellos estaba el puente del metro de Nueva York que pasaba por Harlem.

Además de que parecía haber un fuerte tráfico por los alrededores.

— Las personas están abandonando la ciudad — dijo Felicia.

— Supongo que no quieren arriesgarse — dijo Miles, mirando el puente — Después de tantos desastres, ya deben de estar cansados...

— Sí... 

— Según el hechizo de Strange, los fragmentos están justo debajo del puente. Podríamos entrar por el alcantarillado o...

— Miles.

— ¿Qué?

— Aunque detengamos al Merodeador, sus hombres buscarán algún tipo de venganza hacia mí y mi hijo.

— Ya después pensaremos en eso...

— Estaremos en peligro.

— ¿Y cuál es tu plan? — preguntó Morales, viéndola — ¿Escapar? ¿Huir lo más lejos de aquí con tu hijo? Sé que mi tío Aaron fue quien te persuadió para hacer todo esto, pero...

— No... todo esto es mi culpa. Y cargaré con esto toda mi vida... — respondió Hardy — No pienso escapar. No me iré de Nueva York. Solo... cualquier cosa que necesite Mary Jane... por favor, ayúdala.

— ¿Qué?

— Evita mencionarme y...

— ¿Por qué me hablas como si fueras a morir?

— Porque eso va a terminar pasando, lo quieras o no... ya estoy cansada de todo esto — dijo — De huir de la realidad... de fingir ser fuerte cuando no lo soy...

— No voy a dejar que mueras. Si alguien te ataca, te protegeré.

— Por favor, Miles... si tuvieras la opción, también buscarías matarme.

— Bueno... no niego que... sigo algo molesto contigo... — dijo Miles, rascándose la cabeza — Quiero decir, pusiste la ciudad de cabeza y... casi me matas... y a Cindy...

— Sí...

— Pero estás aquí. No trataste de solucionarlo tú sola. No huiste. Viniste conmigo y ahora estás aquí. Lista para hacer lo correcto — dijo — R-Renunciaste a... a traer de vuelta a Peter porque sabías que eso podría causar una gran destrucción...

— Eso no excusa...

— No lo es... pero si Peter estuviera aquí... seguramente estaría molesto contigo.

— Sí, lo estaría.

— E intentaría tratar de ayudarte...

— ¿Crees que Peter haría eso?

— Sí...

Felicia se le quedó mirando.

¿Y qué harías tú? — le preguntó la peliblanca.

— Yo... yo no sé... — le respondió — Sé como una gran pérdida puede corromper a alguien... y he conocido personas que han logrado cambiar de bando... a pesar de haber hecho cosas muy malas...

La peliblanca soltó una ligera sonrisa después de decir eso.

— ¿Puedo decirte una cosa? — preguntó.

— Dispara — dijo el moreno.

— Fue lindo lo que dijiste de Peter... — dijo — Pero realmente solo quería saber lo que tú pensabas.

— Sí, bueno... es una manía que trato de sacarme.

Miles Morales se puso de pie y se envolvió en su Poder de Veneno azul.

— ¿Por qué no salvamos al mundo y después vamos a comer algo? — preguntó Miles — Por los viejos tiempos.

— ¿Invitas la pizza? — preguntó Felicia, accionando sus garras.

— Tú invitas. Me lo debes.

— Sí, te lo debo.

El Hombre Araña y Black Cat saltaron del edificio, dirigiéndose justo a una zona deshabitada debajo del puente del metro.

Miles fue el primero en aterrizar, dándole un fuerte puñetazo en el pavimento, destruyéndolo completamente y entrando en el escondite secreto del Merodeador.

Cuando aterrizaron, se encontraban en lo que parecía ser una estación de metro abandonada, modificada para que sirviera como un laboratorio avanzado. Frente a unas computadoras, se encontraba Aaron Davis, sentado en lo que era una silla.

— Mordo no está... — dijo Miles.

— Sí... no lo está...

***

Santuario de Nueva York.

El barón Mordo se encontraba en el Santuario, observando a los dos hechiceros, quienes se encontraban al final de las escaleras.

— ¿Se te olvidó algo, Mordo? — preguntó Strange.

— Dame el fragmento — dijo Mordo — Solo lo pediré una vez...

— ¿Y si la respuesta es no?

— Me veré obligado a matarte.

— No recordaba que fuera tan engreído — dijo Wong.

— Por mucho que lo intenten, ustedes no poseen la habilidad para detenerme — dijo Mordo, activando su bastón mágico — He logrado aprender mucho en mis viajes. Aprender de hechiceros que opinaban lo mismo que yo... he trascendido en la magia.

— Veamos que opina la niña.

Strange dio un paso al costado, mostrando como había alguien detrás suya.

Fue entonces que una joven saltó...

...y le dio un fuerte puñetazo a Mordo.

El hechicero se estrelló contra una pared, cayendo al suelo. 

Adolorido.

— ¿Quieren mi opinión? — preguntó la joven — No me importa.

América Chávez... — dijo Mordo, poniéndose de pie — La viajera... entre universos...

— Algo por el estilo.

— Bien... tu presencia es un peligro para nuestra realidad...

— Que aburrido...

— Tú no bastas para poder detenerme.

— Lo sabemos. Pero América quiso hacer una gran presentación — dijo Strange, mirando hacia lo alto de las escaleras — Pero creo que con ella...

Al verla, Mordo terminó soltando su bastón.

Una mujer peliblanca se encontraba en lo alto de las escaleras, amenazante con su magia morada. 

Él la conocía...

C-Clea... — murmuró Mordo, retrocediendo — I-Imposible...

— Los hechiceros te han dejado vagar con mucha libertad por demasiado tiempo — dijo Clea — Vine aquí a ponerte fin.

— V-Veo que... que posees muchos amigos, Strange... 

— Sí, digamos que sí — dijo Wong — A pesar de lo pedante que es.

— Gracias... — murmuró Strange — Mordo, si no quieres que te hagamos daño, rompe las runas que rodean la ciudad y entrégate. Y tal vez seamos amables en tu juicio en Kamar-Taj.

— ¿Mientras qué? ¿Me quedo mirando como el mundo se cae a pique? ¿Cómo siguen rompiendo las reglas? — preguntó Mordo — No, Strange... no voy a hacer eso. Haré lo que sea necesario para poder traer equilibrio a mi realidad. ¡Aunque tenga que entregar todo de mí!

Mordo se hizo un corte en su mano izquierda, mientras sus ojos se ponían completamente en blanco.

Alzó su mano, mientras un círculo mágico aparecía... pero este era completamente rojo. 

Y de este círculo... apareció un libro oscuro, el cual se abrió y comenzó a flotar enfrente del hechicero.

— ¿Eso es...? — preguntó América.

— Es el Darkhold... — dijo Wong.

Mordo comenzó a pronunciar unas extrañas palabras.

Eso no significaba nada bueno.

Strange trató de lanzar un látigo con su magia, tratando de atrapar el libro.

Del mismo modos, Wong, América y Clea saltaron, tratando de ir tras Mordo...

Pero no pudieron hacer nada.

Mordo terminó de recitar su conjuro, liberando una gran explosión rojiza y provocando que varios salieran disparados... pero no cayeron.

Se quedaron suspendidos en el aire, con la mágica roja rodeándolos.

No podía moverse.

— ¿Dónde está el fragmento, Strange? — preguntó Mordo — No me hagas tener que diseccionar tu cerebro.

Strange sintió como su cabeza comenzaba a ser aplastada por aquella magia, haciéndolo gritar de dolor.

¡Strange! — exclamó Clea.

No podían hacer nada...

***

El Hombre Araña y Black Cat se encontraban enfrente del sujeto que buscaban. 

Aquel traje que portaba tenía cada pequeño fragmento colocado en todo el traje, conectados entre sí por pequeños tubos.

Y en el pecho del traje... se encontraba el Cubo Cósmico.

— Sobrino... ex socia... — dijo el Merodeador, al verlos — Jamás pensé que harían equipo...

— Veo que decidiste no perder el tiempo — dijo Miles.

— En este momento, ya hubiera logrado mi objetivo... pero decidieron seguir entrometiéndose... Supongo que tu amiguita ya te contó.

— Creo que alguien está molesto — dijo Felicia.

— Miles, por favor... tú debes entenderlo más que a nadie — dijo Aaron — Tu padre... Phin... ellos no merecían morir.

— Phin murió por tu culpa — dijo Morales.

— ¡No fue porque quise! Yo... solo quería mantenerlos a salvo. Krieger me amenazó.

— No te creo.

— Si fuera así, no habría hecho tantas cosas para traerla de vuelta. A ella... a tu padre, que falleció antes de tiempo. Quien dio su vida para salvar a unos cuantos... — expreso — Incluso... podría revivir a Peter Parker... ¿acaso no ves todo lo bueno que haríamos?

Miles entrecerró los ojos.

Revivir a su padre...

Revivir a Phin...

Revivir a Peter Parker...

Todo sonaba tan bien... como si fuera un milagro todo este plan del Merodeador.

— Me entregaré una vez hable con tu padre. Lo prometo — dijo Aaron — Pero para eso... necesito el fragmento...

— No trates de convencerlo. Sabemos todo el caos que podría provocar esa cosa — dijo Felicia — Ahora dime dónde está mi hijo y mi amiga...

— S-Sí... — dijo Miles, agitando su cabeza — Lo siento, tío Aaron... pero eso no va a pasar.

— ¡Miles! — exclamó el Merodeador.

— ¡No! ¡No, no dejaré que hagas esto! ¡Basta!

— ¡Lo hago por ustedes!

— ¡No!

El Merodeador cerró los ojos, tomando una gran bocanada de aire.

— Muy bien... si no vas a decírmelo, tendré que sacártelo por las malas — dijo Aaron, mostrando sus garras.

— ¿Crees que podrás derrotarnos a los dos? — preguntó Hardy.

— Solo necesito a mi sobrino... tú puedes morirte...

En ese momento, alguien comenzó a caminar detrás de los dos.

Al darse la vuelta, vieron como esta persona miraba amenazante uno de ellos.

— Ay, no... — dijo Felicia.

— ¿Quién es? — preguntó Miles.

— Anastasia Kravinoff...

— ¿Kravinoff?

— Hija de Kraven...

— ¡¿Kraven?! Será fácil, entonces.

— No... no lo será... ella fue casi mi mano derecha — dijo — Además de que mató a algunas Dora Milaje y que me ayudó a volverme la Queenpin.

— O-Oh... ya veo...

Anastasia sacó una lanza de su espalda, apuntándole a Black Cat.

— Black Cat. Felicia Hardy. Llevo entrenándote desde hace años solo para tener un combate digno — dijo Ana — Si deseo recuperar el honor de mi familia... debo acabar contigo.

— Vamos, Ana...

— ¡Mi nombre es Anastasia Kravinoff! ¡Y acabaré con la gata negra que roba en la ciudad de Nueva York!

— ¿Por qué habla así? — preguntó Miles.

— Creo que es algo ceremonial, o algo así... — respondió Felicia — ¡Ana! ¡Por favor! ¡Este no es el mejor momento!

— ¡Llegó el momento! — exclamó Kravinoff.

— ¿Por qué no... por qué no hacemos esto después de encontrar a mi hijo? — preguntó Hardy — ¡Te prometo que después de encontrarlo, tendremos nuestra pelea!

— Es ahora o nunca... porque, o yo te mato... o lo hará el Merodeador...

— Parece que no tengo muchas opciones...

— Te ayudaré a pelear con ella — dijo Miles — La dejamos inconsciente y nos vamos.

Anastasia comenzó a correr en dirección de Felicia, intentando generarle algún corte en el pecho, pero la peliblanca logró retroceder, esquivando el ataque.

Después de eso, dio un salto hacia atrás y esquivó otro ataque de la lanza.

Miles se envolvió en su Poder de Veneno anaranjada, tratando de atacar a la cazadora... pero su Sentido Arácnido lo hizo voltear, solo para ver como era tacleado por el Merodeador, quien también comenzaba a atacarlo.

Felicia tenía algunos problemas esquivando los ataques de Ana, debido a la gran lanza que tenía esta. Así que, dando un paso hacia atrás, disparó un cable que envolvió el arma de la cazadora, quitándosela y terminando en sus manos.

Pero entonces... Kravinoff se acercó y le causó un pequeño corte en la mejilla derecha con una de las cuchillas que había en su muñeca.

— De acuerdo... eso me dolió... — dijo Felicia, limpiándose la sangre — Aún tienes una oportunidad antes de que me ponga seria.

— Eso es lo que más busco, Hardy... pelea en serio. Dame un combate digno... que recupere mi honor.

— Muy bien...

Black Cat y Anastasia Kravinoff comenzaron a correr a gran velocidad. Una contra la otra.

Cuando estuvieron cara a cara, la primera en golpear fue Felicia, dándole un puñetazo en el rostro. Después de eso, le dio una patada en la cintura y retrocedió.

Ana no perdió el tiempo y trató de cortarla en pedazos con sus garras, pero Felicia lograba esquivarla. 

En un rápido movimiento, Felicia pateó el brazo izquierdo de Ana, para después golpearla en la cara y hacerla retroceder.

Pero la cazadora no era para nada débil.

Ella se agachó y pateó las piernas de la gata, tirándola al suelo. Después se levantó y la cazadora se tiró encima de la peliblanca, golpeando las costillas con su codo.

Hardy soltó un fuerte quejido del dolor, pero no pudo seguir debido a que recibió una patada en la cara, después de repetidas patadas en el estómago que la hicieron ponerse en posición fetal.

Y finalmente, Ana la pateó fuertemente en la columna vertebral, provocando que Felicia apretara sus dientes del dolor con gran fuerza.

— ¿Eso fue todo? ¿Tanto entrenamiento para esto? — preguntó Ana, agarrando su lanza del suelo — Definitivamente, tú no me regresarás tu honor...

— ¿T-Tú honor...? ¿P-Para quiénes...? ¿Para esas personas que... que te expulsaron sin dudar? ¿Por los errores de tu padre? — preguntó Felicia, mientras intentaba ponerse de rodillas — Y-Yo siempre... siempre confié en ti, Ana... si me matas... 

Ana entrecerró los ojos.

Alzó su lanza, apuntando al corazón de Felicia...

Pero antes de que pudiera atacar... Miles Morales apareció y la pateó, alejándola lejos.

— ¡¿Estás bien?! — preguntó Miles, extendiendo su mano.

— S-Sí... sí, yo... — dijo Felicia, tomándola y poniéndose de pie — Gracias...

Morales asintió, saltando y yendo hacia el Merodeador, quien iba directo hacia ellos.

Black Cat suspiró y miró a Anastasia.

— De acuerdo... ya me cansé de jugar a tu modo — dijo Felicia, disparando un cable hacia el agujero en el techo — ¡Juguemos con mis reglas!

Felicia comenzó a ascender, mientras Anastasia se levantaba del suelo y la seguía.

***

El Doctor Strange siguió gritando del dolor.

— ¡Wong! ¡Será mejor que hables rápido! — dijo Mordo — ¡¿Dónde está el fragmento?!

— ¡No te lo diré! — dijo el hechicero — ¡Strange comprende el sacrificio que nosotros, los hechiceros, hacemos para mantener la realidad a salvo!

El Hechicero Supremo miró a Wong.

No quería morir de esa forma... con su cabeza explotando.

— ¡Entonces tendré que hurgar entre sus recuerdos para hacerlo!

— ¡A-América! — gritó Strange — ¡Hazlo!

— ¡¿Hacer qué?! — preguntó Chávez.

— ¡Ya sabes de que... hablo!

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Es muy peligroso!

— ¡No podemos arriesgarnos! ¡Hazlo ya!

América Chavez cerró los ojos.

Apretó sus puños... y abrió un portal con forma de estrella a un costado de ellos.

Allí se podía observar otro universo. Uno completamente destruido...

Mordo miró al portal... y entonces, sintió como si alguien estuviera ahorcándole.

Esto hizo que el encantamiento que hizo se acabara, provocando que todos los presentes cayeran al suelo.

Strange alzó la vista... y la vio a ella.

Wanda Maximoff. Quien era...

L-La Bruja... Escarlata... — dijo Mordo, mientras era elevado en el aire.

El aire casi no pasaba por su faringe. Sentía como si este mismo estuviera siendo aplastada por la magia de Maximoff.

— Hola, Strange... — dijo Wanda, sin dejar de mirar a Mordo — Así que... decidiste traerme de vuelta...

— S-Sí... — dijo el hechicero.

— ¡B-Bruja Escarlata! ¡E-Existe un... un fragmento del árbol de los Nueve Reinos! ¡Puede traer cualquier cosa a la vida! — dijo Mordo — ¡P-Podrías...!

— Cierra la boca... — dijo Wanda, apretando aún más la faringe de Mordo.

Entonces, arrancó la faringe del cuerpo de Mordo, provocando que el aire dejara de ir a sus pulmones. Después de hacer eso, lanzó al hechicero hacia otro lado... para después aparecer, de la nada, detrás de América Chávez.

Creciste... lo que significa que tu poder también — dijo la bruja, haciendo flotar a la chica.

— ¡Déjame! — exclamó América — ¡Ahora! 

— Esto solo tomará... unos segundos...

Wanda Maximoff comenzó a absorber la energía de América... deseaba poseer ese poder.

Lo deseaba desde hace mucho tiempo, antes de que ellos la aprisionaran en aquel otro universo.

— ¡Clea! — gritó Strange.

La Bruja Escarlata giró su cabeza hacia Strange... y entonces, sintió como si le hubieran hecho un corte con una daga.

Pero no cualquier corte.

La mirada de Wanda se puso vacía, bajando los brazos y cayendo de rodillas al suelo. No paraba de mirar al vacío.

Y detrás de ella se encontraba Clea, con una daga morada mágica en su mano derecha.

— ¿Q-Qué...? — preguntó América — ¿Qué fue lo que... hiciste?

— Corté la realidad en su cerebro — dijo Clea — Básicamente, partí su cerebro en dos con un portal a la dimensión de Dormammu.

— ¡¿La mataste?!

— ¡No! Una vez cierre el portal, volverá a estar bien.

— Lobotomisaste su cerebro...

— No, yo... bueno, sí...

Mordo, con las pocas fuerzas que le quedaban... hizo una señas con sus manos... y tocó el suelo.

En ese momento, una energía pasó rápidamente por toda la ciudad, envolviendo a todos.

Strange vio como Mordo caía completamente al suelo, muriendo en aquel instante.

— De acuerdo... — dijo Strange — Eso no es nada bueno...

— ¿Qué fue lo que hizo? — preguntó Wong.

Los cuatro presentes giraron su cabeza, observando algo.

Se sentía como si pudieran ver un pequeño punto amarillo moverse a la lejanía.

— Oigan... — dijo Chávez — ¿Ustedes también lo ven?

— No... — respondió Strange — Todos lo ven...

Aquel punto era el pequeño fragmento que faltaba.

Toda la ciudad podía verlo... lo que significaba que era todos los criminales de la ciudad.

Y ahora... ellos iban a ir tras Silk.

Hola a todos!

¿Cómo están? Espero que bien jeje.

Bueno, aquí está el siguiente capítulo. Espero que les esté gustando. 

Las cosas van un poco lento, pero les aseguro que, poco a poco, irá aumentando. Ya verán jeje.

Si les gustó el capítulo, espero le den a la estrellita, comenten y compartan.

Nos vemos!

Publicado el 31/08/22

[DANIKAST]

"Actualización de la noticias que están ocurriendo en la ciudad. Según varios de ustedes, el Capitán América se encuentra luchando contra Speed Demon y Boomerang cerca del refugio F.E.A.S.T. en Harlem. También se ha visto a She-Hulk y Thor peleando con Scorpia y creo que Tombstone logró darle un puñetazo a la señorita Walters. Seguro lo pagará caro. Creo que hay nuevo héroes que se están uniendo a las peleas y deteniendo a los criminales, pero esperemos que lo logren. [ruido] Debo irme, porque están tocando a mi puerta. Los seguiré informando después."

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