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Reflexión

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Miles Morales
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«Tú eres el fruto de dos personas que nunca se han dado por vencido»

⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯

Felicia Hardy.

La última vez que Miles Morales habló con Felicia... no terminó muy bien.

Él la entendía, de cierta forma.

Cuando su padre murió, Miles no quería saber nada del mundo... debía de lidiar con el dolor a su propia manera... o algo así le había dicho el psicólogo.

Por lo tanto, sabía que... si lo que las noticias decían era cierto... Hardy debía de estar luchando con su dolor de esta forma.

Pero... la situación con ella era diferente.

Tenía un hijo.

Miles no sabía mucho de este, más que era un niño y... que era hijo de Peter.

Tal vez, por esa razón, se encontraba temblando enfrente de la entrada al edificio donde vivía Felicia.

No se sentía del todo cómodo el tener que hablar con Felicia Hardy... pero, si lo que dicen las noticias son ciertas... entonces, ella podría meterse en graves problemas.

Solo debía caminar... entrar al edificio... hablar con el recepcionista...

Hablar con Felicia...

Y ver a su hijo...

— Por favor, universo... — decía Miles — Mándame una señal...

Entonces, su celular comenzó a sonar.

— Muchas gracias... — suspiró.

Al sacar su celular, notó de quien era la llamada.

Era de su madre.

El moreno suspiró, contestando la llamada y sabiendo lo que le iba a decir.

Que estaba tarde...

***

Miles llegó a su hogar y ayudó a colocar el árbol de navidad.

Siempre era algo complicado, pero se las arreglaban.

La única que parecía tener todo el espíritu navideño en esa casa... sería Billie Morales, quien sonriente siempre agarraba todas las bolas de colores y las colocaba en el árbol.

Miles reía levemente por la emoción de su hermana menor, mientras la observaba sentado en la mesa del comedor.

— Llegaste tarde, mijo — dijo Rio, sentándose a su costado.

— Sí, es que... hubo tráfico — dijo Miles — Ya sabes, en el centro...

— Miles...

— ¿Qué? De verdad hubo tráfico...

— Los dos sabemos que esa es una mentira...

Al escuchar eso último, Morales agachó su cabeza.

Miró hacia otro lado y observó la imagen de su difunto padre.

— ¿Cómo te sientes, Miles? — preguntó Rio — Aún no has salido con tu... uniforme. No desde ese asunto con el evaluador...

— Lo sé. Debería estar de vuelta ahí fuera. La gente necesita... verlo balanceándose — respondió Miles — Ha sido... difícil... ¿estás decepcionada?

— ¿Decepcionada? No seas ridículo... la realidad es que a veces tienes que tomarte un tiempo para curarte — le dijo — Tu padre dejó a la policía por unas semanas para pasar un tiempo con nosotros...

— Lo sé...

— Pero, realmente, también necesitaba curarse. Él se sentía herido por haberse alejado un poco de nosotros. Los hombres no suelen ser los mejores en eso.

— Pero, no sé si... si lo que ocurrió con el evaluador se volverá a repetir... — le dijo Miles — Mamá, las vi. Tenían cámaras que las grababan... las tenían vigiladas... las estoy poniendo en riesgo.

— Al igual que tu padre cuando él se volvió policía...

— Eso es diferente... yo soy un héroe... consigo villanos cada vez que giro una esquina.

— Miles... dime, ¿qué es lo que decía tu padre sobre un héroe?

— Dijo que... un héroe solo es alguien que nunca se rinde...

— Tu padre nunca se rindió. Dio todo de sí, incluso en sus últimos momentos de vida...

— Él estaría decepcionado...

— Él estaría orgulloso del hombre en el que te estás convirtiendo.

— ¿Tú crees?

— Claro que sí... él estaba orgulloso de ti desde el minuto en el cual vio que no seguías por el mismo camino que su familia — le dijo Rio — Nunca te dijimos por qué tienes mi apellido y no el de tu padre, ¿verdad?

— Nunca le encontré el sentido — le respondió Miles — Papá siempre me decía: "Cuando estés listo".

— Bueno, ahora yo te digo que estás listo — dijo — Miles, ¿recuerdas cuando tenías seis años y, distraídamente, te metiste un coche de juguete en el bolsillo y saliste de la tienda?

— Sip. Una de las únicas veces donde pa' me gritó — respondió — Me dijo que estaba trayendo problemas, aún siendo un niño. Me asustó mucho... pero no lo volví a hacer.

— ¿Recuerdas el vino bougie al final de la calle? Solía ser una tienda, igual a la de Teo — explicó — Tu padre y tu tío Aaron solían robar dulces allí...

Al mencionar ese nombre, a Miles se le vinieron varios recuerdos a su cabeza.

La vez que se enfrentó al Merodeador en Roxxon Plaza y... cuando lo vio, detrás de Tarántula y Bombshell, la vez que lo salvaron.

— Me dijo que su padre, tu abuelo, también les gritó cuando se enteró — le dijo Rio — Por "perder el tiempo" y por no robar algo que valiera la pena.

— Mamá...

— Tu abuelo no era una buena persona, Miles. Nosotros sentimos que, si te diéramos un nuevo nombre... uno que no fuera de él, podríamos darte... un nuevo comienzo — dijo — Y es por eso que eres el único y original, Miles Morales.

— No sabía que el grandpa fuera así de malo — dijo Miles — Creí que mi peor abuelo era la grandma Gloria.

— No hables así de mi madre.

— E-Es la verdad...

— Miles... tú eres el fruto de dos personas que nunca se han dado por vencido — le dijo — Sé que, muy dentro de ti, no quieres darte por vencido... sé que solo te estás tomando un descanso, pero... ya es hora, mijo.

Entonces, Rio Morales se levantó de donde estaba sentada y caminó hasta un mueble. 

Allí, abrió un cajón y sacó lo que parecía ser un maletín, colocándolo dentro de la mesa.

— ¿Eso es...? — preguntaba Miles.

— Tu regalo de navidad adelantado — dijo Rio — Le pedí a Happy que te volviera a hacer el mismo traje que te habías hecho.

Miles abrió el maletín y...

...observó el traje.

Su mente se llenó de dudas.

— No sé si...

— Miles, no pienses en nosotras cuando portes esa máscara — le dijo Rio — Piensa... en todas las personas que salvarás siendo el Hombre Araña.

— No quiero que nada malo les pase...

— No pasará nada malo, Miles... confía en mí.

— Quiero hacerlo, pero...

— Siempre con peros, hijo mío — dijo Rio, acariciando la mejilla de su hijo — Sacaste lo mejor de mí y de tu padre... tienes que usarlo para poder ayudar a otros, ¿no? ¿No es lo que decía esa señora en F.E.A.S.T.? "Cuando ayudas a alguien..."

"...ayudas a todos".

Miles retrocedió y tomó el maletín.

Caminó por el pasillo del departamento hasta llegar a su cuarto.

Allí, cerró la puerta.

Colocó el maletín encima de su cama... y lo miró fijamente.

Giró su cabeza hasta ver el usb encima de su escritorio...

"Este mundo ya no es el mismo que vivió el anterior Hombre Araña, Miles. Es un mundo diferente. Extremadamente diferente... y muy peligroso."

Le había prometido a Anton que no lo volvería a hacer...

"...no puedo permitir que sigas siendo el Hombre Araña..."

Lo prometió...

"Miles... prométeme que no volverás a hacerlo..."

— Lo siento, Anton... — murmuró Miles, abriendo el maletín.

"...que no volverás a ser el Hombre Araña..."

Pero creo que no soy bueno cumpliendo mis promesas...

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Ha vuelto.

Miles Morales comenzó a balancearse por los edificios de la ciudad de Nueva York.

Corrió por las paredes de estos, mientras las personas se sorprendían de verlo.

Se impulsaba gracias al Poder de Veneno de sus manos, mientras que, con sus redes, disparaba y se balanceaba, aumentando su velocidad.

Era increíble.

Estaba de vuelta.

Había olvidado lo relajante que era balancearse. 

Se sentía como si todos sus problemas se hubieran ido... o así era...

Hasta que escuchó una explosión en el puente de Manhattan.

— Muy bien, Miles... — suspiró Morales, mientras cambiaba de dirección — ¡Llegó la hora!

Impulsándose, aumentó su velocidad hacia el puente.

No le tomó mucho tiempo llegar hasta allí, donde pudo ver lo que estaba ocurriendo.

Camiones de A.I.M., con Mutantes dentro.

A un costado de ellos, varios de las personas-X se encontraban en el lugar, atacando a los soldados.

— ¡A trabajar! — expresó Miles, saltando y aterrizando en medio del combate — ¡Lamento informarles que el secuestro de personas era el jueves!

El Hombre Araña disparó una red hacia la cara de uno de los soldados, atrayéndolo hacia él y dándole una patada, dejándolo noqueado en el suelo.

Su Sentido Arácnido se activó, advirtiéndole de unos disparos detrás de él.

De un salto, logró esquivar cada uno de los láseres que dos soldados de A.I.M. le daban.

Entonces, un brazo metálico le dio un golpe a uno de los soldados, estrellándolo contra el otro y mandándolo contra un camión.

— ¡Hey, yo te conozco! — dijo Miles, aterrizando a su costado — ¡Eres Wolverine, ¿no es así?!

— Debe ser una broma... — murmuró el tipo metálico, dándose la vuelta.

— Escuché que eras más... peludo...

— ¡Su nombre el Coloso! — dijo otra persona X, apareciendo de la nada detrás de él.

Miles dio un pequeño brinco hacia atrás, sorprendiéndose por la repentina aparición de ese sujeto.

Tenía un extraño aspecto.

Cabello negro, orejas de duende, con un curioso tono azulado en toda la piel.

— Soy Kurt Wagner — saludó, dándole la mano — Me conocen como Nightcrawler.

— Oh, claro... Hombre Araña — saludó Miles.

— ¿Por qué un nombre tan obvio?

— ¿Por qué "tractor"?

— Touché...

Entonces, una persona fue golpeada en dirección de Kurt.

Pero este, antes de chocar contra ella, se teletransportó, provocando que la chica fuera en dirección de Miles.

Morales cruzó los brazos, para tratar de protegerse del golpe, pero la chica lo atravesó, rodando por el suelo y estrellándose contra un automóvil.

— ¡¿Pero qué...?! ¡Un segundo! — exclamó Miles, dándose la vuelta — ¡Solo conozco a una persona que puede hacer eso!

Kitty Pryde.

— Auch... — murmuró Kitty, sobándose la cabeza — H-Hola, Miles...

Pero antes de que pudiera seguir hablando, su boca fue tapada por una telaraña.

—¡¿Por qué las personas no respetan las identidades secretas?! — expresó el moreno.

— ¡Tal vez porque no eres muy bueno guardándola! — dijo Pryde, mientras dejaba que la telaraña atravesara su cuerpo.

— ¡Kitty Pryde! ¡Ahora vas a ver!

— ¡¿Qué?! ¡¿Sigues molesto conmigo?! — preguntó, atravesando a un molesto Miles.

— ¡Deja de hacer eso!

— ¡Ya vete a casa, Morales!

— ¡Yo me iré cuando quiera irme!

"¡Poink!"

— ¡Y creo que...!

"¡Poink!"

— ¡...me iré...!

"¡Poink!"

— ¿...ahora?

Miles se dio la vuelta, preguntándose que era lo que generaba ese entraño sonido...

Allí fue cuando vio una escena que... jamás creyó que vería.

Los soldados de A.I.M. estaban siendo vencidos por... un tipo...

Que disparaba esferas de oro...

— ¿Qué...? — preguntaba Miles.

— ¡Ese es Goldballs! — dijo Nightcrawler, apareciendo detrás de él — ¡Dispara bolas de oro!

— Sí, ya me di cuenta... — dijo Miles — ¿Por qué hacen ese sonido?

— ¡¿Yo que sé?!

— Raro...

Miles Morales envolvió sus manos en Bioelectricidad, saltando y golpeando a varios de los tipos malos.

A un costado suyo, se encontraba Coloso, quien corría hacia varios soldados, quienes se encontraban enfrente de uno de los camiones.

Estos disparaban todo lo que tenían contra el mutante, pero este no recibía ningún daño por los disparos.

De un solo movimiento, derribó a todos los soldados, dejándolos inconscientes en el suelo.

Así, decidió acercarse a uno de los camiones, incrustando sus dedos en una de las paredes de este y extendiéndolas, creando un gran agujero.

Allí, la persona-X comenzó a revisar todo el camión, viendo a todas las asustadas personas... hasta que se enfocó en una mujer, con lo que parecía ser un bebé en brazos.

La mujer se levantó y se acercó lentamente hasta Coloso, extendiendo sus brazos y acercándole al bebé.

Entonces, Coloso pudo ver a la pequeña bebé rubia.

Mi pequeña Illyana... — murmuró Coloso, en el bebé en sus brazos — Te llevaré a casa, hermanita...

Pero un montón de disparos comenzaron a llegarle en la espalda.

Las personas gritaban por los láseres que disparaban los soldados de A.I.M.

— ¡Tiene a la Mutante nivel Omega! — exclamó uno de los soldados — ¡No dejen que escape!

— Maldita sea... — dijo Coloso, retrocediendo lentamente, intentando cubrir el agujero que había creado — ¡¿Por qué no nos pueden dejar en paz?!

Varios de los disparos comenzaron a cesar, gracias a la intervención de Goldballs y del Hombre Araña, quienes se estaban encargando de derrotados a esos soldados.

Entonces, Nighcrawler apareció enfrente de Coloso.

— ¿Estás bien? — preguntó Kurt.

— No te preocupes por mí — dijo Coloso, aún sintiendo varios disparos en su espalda — ¡Llévate a todos de aquí!

— ¡Me encargo!

Kurt tomó a la niña entre uno de sus brazos y, luego, con el otro brazo, agarró a otra mujer, teletransportándose y sacándolas de allí.

Después regresó y comenzó a hacer lo mismo.

Mientras tanto, en la batalla, la cosa parecía empezar a mejorar.

Miles Morales se camuflaba en el ambiente, sorprendiendo a los soldados, quienes caían derrotados por los golpes Bioeléctricos del moreno.

Goldballs no se quedaba atrás, dejando realmente sorprendidos a los de A.I.M.

Kitty Pryde era la perfecta distracción.

Mientras los láseres la atravesaban, el Hombre Araña y Goldballs aprovechaban y derribaban a todos los soldados.

Uno de los soldados se levantó, intentando disparar a Goldballs por la espalda... pero Nightcrawler apareció por la espalda y lo golpeó, derribándolo.

Coloso, al ver que todas las personas en el camión ya no estaban, lo levantó con toda su fuerza y lo lanzó en dirección de varios de los soldados, aplastándolos.

Y antes de que se dieran cuenta... ya habían derrotado a todos los soldados.

Miles, quien había derrotado al último, se levantó del suelo.

— Eso estuvo... vaya, estuvo intenso... — dijo Miles, estirándose la espalda — Creo que comienza a dolerme la espalda...

— Quien lo diría... — decía Kitty Pryde — No creí que podrías madurar...

— ¡¿Por qué no vuelves al jardín de niños?!

— ¡¿Y tú al asilo?!

— ¿Ustedes dos se... odian? — preguntó Goldballs — Creí que eras fan del Hombre Araña.

— ¡Del original! ¡No de esta copia barata!

— ¡¿Barata?! — exclamó Morales — ¡¿Y crees que Shadowcat no suena como copia barata?!

— ¡Es un buen nombre!

— ¡¿Qué tiene que ver con tus poderes?!

— ¡Cierra la boca! 

— Sí, creo que me queda muy obvio que se llevan mal... — suspiró Goldballs — Un gusto, Hombre Araña... me llamo Fabio Medina.

— Hombre Araña — dijo Miles — Ya sabes... la máscara y la identidad secreta.

— Sí, lo entiendo.

— Chicos, no es por querer interrumpirles, pero... — decía Nightcrawler, señalando un montón de escombros del puente.

— ¡No puede ser! — exclamó Goldballs, corriendo hacia el lugar.

Miles se quedó un poco confundido.

— ¿Qué pasa? — preguntó.

— Uno de los tuyos — dijo Kitty, corriendo — Vino a ayudarnos, pero terminó bajo esa pila de escombros.

— ¿Qué...?

Miles, de un saltó, logró llegar hasta el lugar de los escombros.

Allí, ayudó a los Mutantes a quitar los escombros.

Si era uno de los Vengadores... ¿cómo había sido derrotado por los soldados de A.I.M.?

Su equipo estaba conformado por tipos muy fuertes... hasta Bucky hubiera podido dar más batalla.

Pero la respuesta a su pregunta le llegó cuando logró quitar una gran piedra... observando a la persona que estaba tirada en el suelo.

— No puede ser... — murmuró Morales, dando un paso hacia atrás.

— ¿Qué pasa? — preguntó Fabio.

— ¿Anton...?

— ¿Qué?

— Perdón, quiero decir...

Tarántula.

Quien había sido derrotado había sido Tarántula.

Miles pudo ver varios hilos de sangre bajar de su frente.

Dándose la vuelta, pudo observar que las policía y los periodistas comenzaban a acercarse.

— Tengo que sacarlo de aquí... — dijo Miles, mientras lo levantaba del suelo.

— ¡Espera, Hombre Araña! — dijo Goldballs — Podemos llevarlo a la Mansión de Xavier. Ahí tenemos equipo médico que...

—No, no te preocupes — dijo, negándose — Es como un supersoldado, podrá recuperarse.

— ¿Un supersoldado? — preguntó Kitty — Fue derrotado al poco tiempo que llegó aquí. 

— Eso es ridículo, Kitty —exclamó Morales — Oigan, chicos, de verdad tengo que sacarlo de aquí. Nos vemos luego.

Miles saltó del puente y comenzó a balancearse, alejándose lo más que podía del lugar.

No podía permitir que las personas lo vieran y lo identificaran.

A Tarántula debió costarle mucho tiempo abandonar su vieja vida de asesino para que volviera a él.

Debía llevarlo a su departamento...

El único problema era que no sabía donde quedaba...

Sin tener muchas más opciones, Miles dio un último balanceo y aterrizó encima de un edificio.

Bajó a Anton de su espalda y lo colocó al costado de donde había un pequeño montículo de nieve.

Agarró un poco de esta nieve y comenzó a colocarla en la frente del héroe... pero esto solo provocó una reacción.

Un grito de dolor.

Miles retrocedió ligeramente, algo asustado.

Anton se agarró de su estómago, mientras comenzaba a toser varias gotas de sangre.

Este giró ligeramente su cabeza, observando a Miles... con su traje.

Luego, agachó su cabeza, mientras apretaba sus dientes.

— N-Nunca coloques nieve sobre las heridas... — dijo, finalmente — T-Tiene bacterias... puedes infectarla más...

— P-Perdón, fue mi error — dijo Miles — Es que es la primera vez que... que intento algo así...

— Sí... se nota...

Anton trató de levantarse, pero... su cuerpo no se lo permitió... cayendo al suelo.

— Hey, ¿estás bien? — preguntó el Hombre Araña.

— Claro que estoy bien... — respondió — Me encanta estrellar mi cara contra la nieve, es todo....

— Pues que malos gustos — dijo Miles, acercándose hacia él.

Se agachó y lo ayudó a levantarse.

— Te llevo a casa — dijo Miles.

— Y-Yo puedo llegar por mi cuenta... — dijo Anton.

— No lo creo...

Entonces, el Hombre Araña disparó una red... y se fue de allí.

Siguiendo las indicaciones de Anton para llegar a su hogar.

***

Un pequeño departamento en medio de Nueva York.

Ese era el lugar donde vivía Anton.

Al entrar al lugar, Miles pudo ver lo desordenado que estaba este.

Sobre una mesa, pudo observar como había una radio policial, junto a varios periódicos.

Parecía ser que Anton sí que se tomaba muy en serio el trabajo de ser un superhéroe.

El joven de Brooklyn ayudó a Anton a llegar hasta un sillón, sentándolo en este.

— Veamos... — dijo Miles, caminando hasta un refrigerador — Hielo, hielo... aquí está.

Al agarrar el hielo, Miles pudo notar como este tenía varias gotas de sangre.

Aún así, se dio la vuelta y corrió hasta Tarántula, pegando el hielo, con telaraña, en las zonas que parecía tener heridas.

Luego, le entregó otro pedazo de hielo a Anton, quien lo agarró y lo colocó en su ensangrentada frente.

— ¿Ya estás mejor? — preguntó Miles.

— Sí... mucho, mucho mejor... — respondió este, con el hielo aún en su frente — Gracias...

— Para eso estamos...

Miles retrocedió, pisando un frasco de vidrio, rompiéndolo.

Al bajar la vista, pudo ver como este frasco contenían un montón de pastillas.

Pudo leer la etiqueta... eran pastillas para el dolor.

Giró su cabeza y vio, encima de una repisa, un montón de vendas limpias... y, a un costado de ellas, vendas cubiertas de sangre.

Finalmente, miró a Anton... notando como se veía.

Tenía un montón de heridas en todo su cuerpo.

Algunas recientes... mientras que otras, parecían ser de hace días.

— Anton... — dijo Miles, quitándose la máscara.

— T-Tú... no eres muy bueno cumpliendo promesas, ¿verdad...? 

— ¿Qué está pasando...?

Tarántula lo miró fijamente, sonriéndole y soltando unas ligeras risas.

— ¿R-Recuerdas cuando te dije que... el Mediador de Poder me dio un suero de supersoldado? — preguntó Anton.

— S-Sí...

— B-Bueno... creo que ese sujeto... olvidó mencionar... que esa cosa tenía fecha de vencimiento...

— ¿Qué quieres decir...?

— Miles... — dijo — Estoy perdiendo mis poderes...

Hola a todos.

Espero les gustara!!! Ya tenemos aquí el gran regreso del Hombre Araña!!!

Pobre Miles, pasando por traumas feos... pero es bueno cuando logra alzarse y superarlos.

Si les gustó el capítulo, pueden votar y compartir.

Ya solo quedan 4 capítulos más para terminar este año uno ;).

Nos vemos!!!

Publicado el 12/02/22

[DANIKAST]

"¿Lo vieron...? ¡¿Lo vieron?! ¡El Hombre Araña volvió! Como varios de ustedes me han escrito, se ha visto, el día de hoy, al Hombre Araña enfrentándose, junto a los X-Men, contra varios de los soldados de A.I.M. que buscaban capturar a los pobres Mutantes. Es una gran lástima lo que les ocurre a todos ellos, pero tengo fe de que se podrá resolver muy pronto. Me alegra tanto ver que regresara. Estaba muy preocupada... no es que interese mucho, es solo que, teniendo al "sucesor" de Peter Parker por las calles es reconfortante [risas] Bueno, eso sería todo por el día de hoy. Recuerden que todos ustedes son muy importantes. Hagan lo que hagan, no dejen que nada, ni nadie, los detengan. Ustedes forman su propio camino y, hagan lo que hagan, será el que decidieron formar. Asegúrense que sea uno que les guste mucho... y esto se volvió muy profundo de golpe. ¡Chao!"

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