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Picadura de la Viuda

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Miles Morales
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«Pues deberían...»

⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯

Yelena Belova.

En el pasado, una Viuda Negra que trabajaba para la Habitación Roja, siendo controlada mentalmente por un viejo pervertido.

En la actualidad, una Viuda Negra que trabaja para clientes haciendo lo que mejor sabe hacer... al mismo tiempo que seguía con su búsqueda para liberar a las demás Viudas que seguían bajo el control.

La única forma que tenían para liberarlas era proporcionándoles un gas que las sacaba del control.

Y esa era el objetivo que la había llevado hasta aquí.

En lo profundo de unas instalaciones bajo una simple caja de madera en medio de la nada...

Lastimosamente, la pista que había recibido la había llevado a una trampa.

A una dolorosa trampa...

— ¡Au! — exclamó Yelena, agarrándose la nariz — ¡Oye! ¡Mi cuerpo no es solo mi nariz, ¿sabes?! 

Pero la otra mujer no parecía querer detenerse.

Vestía un traje igual de ajustado que las de las Viudas Negras.

Negro, como el color de las arañas a la que daba el nombre... pero con la curiosa adición de que le cubría completamente la cabeza.

No había forma de que le pudiera rociar el antídoto.

— Muy bien, amiga — dijo Yelena, limpiándose la sangre de la nariz — No quería ser ruda contigo, pero...

La mujer corrió hasta donde estaba la Viuda, tratando de darle una patada.

Por suerte, la rubia logró esquivarla a tiempo, para después golpearla en el estómago con uno de sus bastones.

Este golpe pareció causarle dolor a la mujer, quien se vio obligada a retroceder.

Aquellos bastones que Yelena utilizaba estaban recubiertos por electricidad, lo que provocaba un daño adicional.

— Apuesto que no esperabas eso — dijo la Viuda — También se dar buenos ataques sorpresa.

Entonces, Yelena levantó su brazo derecho y liberó varios disparos eléctricos de este, tratando de darle a aquella mujer.

Pero esta comenzó a correr, saltar y agacharse, logrando esquivar cada uno de estos disparos.

Era igual de ágil que una Viuda Negra... puede que incluso más.

— Muy bien, ya sé lo que ocurre... — dijo Yelena — Voy a salvarte, amiga... así que perdóname por lo que estoy apunto de hacer...

Yelena comenzó a correr en dirección de la agente.

Lo primero que intentó fue volver golpearla con uno de los bastones, pero la mujer la lograba esquivar con suma facilidad.

Era sorprendente.

La forma que se movía...

La mujer le dio un puñetazo a Yelena en la cara, haciéndola retroceder.

— E-Estás muy bien entrenada, lo admito... — dijo, mientras se sobaba su adolorido mentón — ¿Usas algo entre tu dedos? Siento que me golpea una pared.

Aquella agente no se detuvo, corriendo hacia Yelena y golpeándola, en esta ocasión, en el estómago.

La Viuda Negra soltó un pequeño quejido de dolor, pero no se detuvo.

Estaba entrenada para estas cosas.

Logró agarrar el brazo derecho de aquella mujer, para después usar su bastón rodeado de electricidad.

Ella colocó el bastón en el estómago de la mujer, logrando electrocutarla.

Trató de hacerlo por todo el tiempo que podía... pero la agente logró liberarse del agarre y darle un buen puñetazo.

Belova salió disparada hasta estrellarse contra una de las paredes de ese gran cuarto.

— O-Ok... sí, eso va a doler toda la semana... — dijo Yelena, levantándose lentamente — Sabes, estoy empezando a...

Pero antes de poder seguir hablando, alzó la vista y vio un puño dirigiéndose a su dirección.

Logró mover la cabeza a tiempo, esquivando el puñetazo, el cual fue a parar contra la pared.

Cuando la mujer sacó el puño, Yelena pudo ver como este golpe había dejado un pequeño cráter en la pared.

— ¡¿Qué diablos?! ¡¿Cómo...?!

Dando un salto para atrás, Yelena volvió a usar sus disparos eléctricos, esta vez dándole de lleno a la agente, la cual comenzó a quejarse del dolor que provocaba esta electricidad.

Aquellos disparos eléctricos eran pequeño discos que se pegaban en los objetivos, liberando una gran cantidad de electricidad.

Luego de hacer eso, Yelena corrió hacia la mujer, empezando a golpearla con sus bastones.

Aquella mujer se defendía con uno de sus brazos, mientras que con el otro trataba de quitarse el disco que le electrificaba.

Y cuando finalmente lo hizo... detuvo el golpe de la Viuda Negra.

— Ay, no... — exclamó Yelena, viendo como no podía soltarse del agarre — Esto me va a doler...

La mujer la golpeó fuertemente, mandándola a volar.

Aún en el aire, este agente saltó y junto sus puños, para después golpear a Belova en el estómago, estrellándola contra el suelo.

Así, la agente aterrizó enfrente de la Viuda Negra, esperando haberla matado.

Pero no era algo tan fácil.

Yelena Belova alzó sus dos pequeños bastones, juntándolos en cada extremo, formando y bastón aún más grande, electrificado en cada uno de los extremos.

Y antes de si quiera levantarse, presionó un botón en su traje... activando, lo que parecía ser, un camuflaje óptico.

Esto sorprendió a la agente, quien comenzó a mirar a todas direcciones.

Pero no pudo prever que el golpe de bastó le vendría por atrás.

Trató de golpear por allí, pero no dio a nada.

Luego, otro golpe recibió en su pierna izquierda, haciéndola caer de rodillas.

Sintió como recibía una patada en el mentón, al igual que un puñetazo en la nariz.

Después de eso, otro golpe del bastón eléctrico en su pecho... para, al final, recibir un golpe en su brazo, tumbándola al suelo.

Yelena desactivó su camuflaje y aterrizó encima de la mujer, quitándole la máscara que cubría su rostro.

Esto permitió ver como era su cabello.

Uno negro, ligeramente ondulado al final.

Además de la piel de esa mujer, la cual era de color blanco.

— Muy bien, amiga — dijo Yelena, sacando el antídoto de su cinturón — Llegó la hora de despertar.

La mujer trató de liberarse, pero recibió el antídoto por completo.

Esto hizo que dejara de moverse.

Yelena se apartó un poco, agachándose.

Movió a su compañera, tratando de levantarla...

Cosa que hizo.

La mujer dio un gran salto...

Uno tan alto que sorprendió a Yelena por completo.

Pero eso no fue lo que le sorprendió más...

Lo que lo sorprendió... fue ver como aquella mujer se había pegado en una de las paredes.

— Eso es imposible... — murmuró Yelena, incrédula de lo que veía.

— ¿Qué fue esa cosa? — dijo, finalmente, aquella mujer, mientras se observaba su cabello — ¡Hija de...! ¡Me llenaste el cabello con esa porquería!

— No eres una Viuda Negra... — exclamó —  ¿Qué eres?

En ese instante, una extraña energía verdosa comenzó a rodear los puños de aquella mujer.

Parecía estar realmente enojada.

Y eso era algo que Belova notó de inmediato.

— ¡Seré quien te mande a la tumba! — exclamó la mujer.

Era el momento de correr.

Yelena se dio media vuelta y comenzó a correr hacia la puerta.

Aquella mujer saltó y trató de darle un golpe, fallando y golpeando el suelo.

Pero la energía que envolvía sus puños le dio un gran aumento, lo que provocó que se generara un gran cráter en la zona donde había golpeado.

— ¡Ok! ¡Peleo contra un monstruo! — exclamó Yelena, saliendo de la habitación — ¡Es mi fin! ¡Lo entiendo!

La mujer con los puños de energía no se dio por vencida, dando otro gran salto y saliendo de la habitación.

Era una persecución.

Yelena corría por los largos pasillos de esas instalaciones, mientras que era perseguida por esa misteriosa mujer con golpes mágicos de energía.

No hubiera pedido un mejor lunes.

— ¡Me disculpo por haberte dado esa paliza! — dijo Yelena, empezando a pegar extraños discos en las paredes de los pasillos — ¡Pero debes entender que mi nariz representa el sesenta por ciento de mi autoestima! ¡Y te estabas pasando!

— ¡Cuando acabe contigo, no quedará nariz de la cual deberás preocuparte! — exclamó la mujer, mientras saltaba por las paredes de los pasillos, logrando ir más rápido.

Fue entonces que Yelena logró llegar hasta el elevador de esas instalaciones.

Entró y presionó el botón de subir repetidas veces.

El elevador subió justo en el momento donde aquella mujer golpeó las puertas, entrando dentro.

Yelena comenzó a esquivar, lo mejor que podía, los golpes que esa super mujer trataba de darle.

Cada golpe que esquivaba representaba una gran abolladura más en ese elevador.

Así fue, como en un acto desesperado, Yelena disparó un cable en el techo del elevador, envolviendo el cuello de esa mujer que este y luego accionando la opción para que la cuerda vaya hacia el lugar disparado.

Esto provocó que la mujer comenzara a ser ahorcada.

Cuando Yelena observó como se encontraban en la cocina de la casa, salió corriendo.

Sabía que eso no iba a detenerla por mucho tiempo.

Y así fue.

El brillo de los brazos de aquella mujer aumentaron su intensidad, logrando destruir el tejado del elevador y también acabar en la cocina.

Ella miró a todas direcciones, buscado a la Viuda Negra... pero no la vio.

Solo vio varios discos extraños pegados en las paredes de la casa... y en su hombro derecho.

Cuando Yelena Belova logró salir de la casa, presionó un botón, provocando que cada uno de estos discos estallaran, destruyendo las instalaciones y la propia casa.

La explosión fue tan fuerte que mando a volar a Yelena, estrellándola contra varios de los árboles que había alrededor de la casa.

A pesar del gran dolor que tenía, y de los huesos rotos, Belova no perdió el tiempo y se levantó del suelo.

Caminó un poco y se ocultó dentro de unos arbustos.

Algo le decía que aquella mujer no había muerto... y era así.

La mujer salió de entre los escombros de la casa destruida, con su traje igual de rasgado.

Ella caminó hasta llegar cerca del arbusto donde se encontraba Yelena... pero antes de poder seguir, algo la interrumpió.

Una llamada.

— ¿Qué? — preguntó.

Agente 77. Informe de situación — dijo la persona al otro lado de la comunicación.

— Me enfrenté a la Viuda Negra, Yelena Belova, pero logró escapar — respondió — Logró estallar las instalaciones, tal y como previmos, pero sus métodos de escape son más eficientes de lo que pensamos.

Se lo informaré al evaluador. Preparará más pruebas para que estés lista — dijo — Pero ahora tienes otra misión.

— ¿Cuál?

Necesitamos que te dirijas a Nueva York en los próximos días.

— ¿Nueva York? ¿Qué hay allí?

Se encuentra tu siguiente objetivo.

La mujer se dio la vuelta, comenzando a retirarse del lugar.

Yelena suspiró, aliviada.

— ¿Quién es mi siguiente objetivo? — preguntó la agente 77.

Su nombre es...

***

Miles Morales logró esquivar otro de los ataques que el Escarabajo trataba de darle.

Este no paraba de dispararle, intentando lastimarlo.

Su atraco había salido completamente mal gracias a la intervención del Hombre Araña, por lo que buscaba vengarse.

— ¡Abner Jenkins, ¿verdad?! — exclamó Morales, aterrizando encima de un coche — ¡Me alegra finalmente conocerte! ¡Kate me habló mucho de ti!

— ¡Vas a morir, Hombre Araña! — exclamó Abner — ¡Yo mismo me...!

— ¡"...me encargaré de matarte y blah, blah, blah"! ¡No eres el primero que me lo dice, amigo! — dijo Morales, disparando sus redes hacia el traje del Escarabajo — ¡Y te aseguro que no serás el último!

Impulsándose gracias a sus telarañas, Miles logró darle una fuerte patada en la cara del Escarabajo, para después usar su Bioelectricidad e impulsarse, pateando en el estómago al Jenkins y estrellándolo contra el suelo.

Morales se pegó en la pared de uno de los edificios, observando al supervillano herido.

Este intentaba levantarse del suelo.

— ¿Por qué los malos no saben cuando rendirse? — suspiró Miles, volviéndose a impregnar en su Poder de Veneno.

Usando esto, se impulsó rápidamente hasta donde se encontraba el Escarabajo, dándole un fuerte puñetazo que lo estrelló contra un taxi.

Abner se recompuso y comenzó a disparar varios misiles que salían de sus guantes.

Usando su Poder de Camuflaje, Miles comenzó a esquivar los misiles, los cuales se estrellaban contra el suelo y algunos edificios.

— Va a destruir toda la calle... — murmuró Morales — Debo acabar con esto rápido.

Rápidamente, se acercó hacia donde estaba el Escarabajo, dándole un poderoso puñetazo en el mentón.

Este golpe mandó al Escarabajo a volar, para que después Miles disparara sus redes hacia él, bajando los brazos y provocando que este se estrellara nuevamente contra el suelo.

Luego, el joven de Brooklyn saltó y disparó una gran cantidad de telarañas, pegándolo en el suelo.

— Debo admitirlo, Jenkins. Tu traje de Escarabajo está muy cool. Quiero uno igual — se burló Miles — Estoy seguro que yo le daría un mejor uso que un anciano como tú.

— V-Voy a matarte... juró que voy a matarte, Hombre Araña...

— Sí, ya lo veremos — dijo Morales, disparando una red hacia un edificio — Hazme un favor... ¡y deja de robar cosas!

Fue entonces que Miles comenzó a balancearse, lo más rápido que pudo, para volver a la universidad... aunque, no iba a poder hacerlo.

El sonido de las sirenas de los policías eran su alarma para seguir siendo el héroe enmascarado.

Cambió de rumbo... y fue donde venían las sirenas.

***

"Se ha podido identificar al criminal con el que el Hombre Araña se está enfrentando. No es otro que Boomerang, quien estuvo en..."

Dentro del Bar sin Nombre, aquella persona seguía bebiendo.

Aquel hombre que no había salido de ese lugar en semanas.

Su nombre era Logan...

Y no paraba de estar borracho.

— ¡Me encanta este programa! — exclamó Logan — ¡Siempre tienen algo divertido que mostrar!

Este era el día donde los Maggia no se encontraban en el bar, por lo que distintos criminales, de distinta calaña, podían reunirse y beber a gusto.

Aunque... ninguno estaba a gusto por el gran y fétido olor que desprendía Logan.

Sus ropas estaban completamente sucias... al igual que su cuerpo.

Ninguno de ellos estaba seguro si había ido al baño en todo este tiempo.

Solo lo ignoraban.

— ¡Vamos! ¡¿Quién desea beber conmigo?! — preguntó Logan, entre risas — ¡Yo invito las primeras copas! ¡Aunque no sería mi primera!

Pero las personas solo lo miraban, con cierto asco e incomodidad.

— ¡¿Ninguno?! ¡Bueno! ¡Ustedes se lo...!

"Hola, Logan..."

La expresión sonriente y boba de Logan se quedó quieta una vez escuchó una voz en su cabeza.

Bajó la botella de cerveza que tenía en sus manos... para después mirar el líquido que había dentro de esta.

Se suponía que debería de poder ver su reflejo... pero no era así...

Veía el reflejo de un hombre, calvo y en lo que parecía ser una silla de ruedas.

De pronto, todas las personas en el Bar sin Nombre desaparecieron de pronto, dando un gran silencio en todo el lugar.

Logan tiró la botella al suelo... pero no se rompió.

De hecho, quedó suspendida en el aire.

La botella comenzó a elevarse, mientras Logan no la perdía de vista.

Se elevó... hasta llegar a la mesa.

Lugar donde se encontraba una persona sentada.

Aquel calvo...

Quien era...

— Profesor Xavier... — murmuró Logan, bajando la cabeza y agarrando una botella — Me alegra verlo.

— Me encantaría decir lo mismo de ti — dijo el profesor — Pero... veo que no la estás pasando muy bien.

— Puedes leer mi mente, ¿no? Sabrás que esta no es la peor borrachera que he tenido en mi vida... mi larga vida...

— Sí... he visto cosas que... bueno, son un poco perturbadoras...

— Lo sé.

— Pero al ver esas cosas, puedo notar como... maduraste.

— ¿Disculpa? ¿Madurar?

— El tú de hace cuatro décadas ya hubiera acabado con todas las personas de aquí — respondió el profesor — Aprendiste a contenerte para no dañar a otros.

— Oh, gran "madures" — dijo, sarcásticamente.

— Pero, a cambio de eso, decidiste herirte a ti mismo...

— Profesor...

— La pérdida de Jean Grey fue algo que afectó a todos, Logan — dijo — No tienes que reprimirlo, solo... déjalo ir...

— No puedo...

— Logan...

— Tú lees mentes. Tú puedes entrar en mi cabeza. Puedes ver mis recuerdos — entonces, Logan golpeó la mesa — ¡Tú sabes muy bien lo que ocurrió ahí! ¡Lo que provocó que todo pasara!

— Nos advirtieron de la Fuerza Fénix muy tarde... nadie te culpa por caer en su tentación...

— ¿Nadie me...? ¡¿Viste cómo está Scott?!

— Trata de mantenerse fuerte.

— ¡Me odia! ¡Todos en esa casita de millonarios lo hace!

— Yo no te odio, Logan... y la señorita Pryde tampoco.

— Pues deberían... — dijo Logan, tomando otro trago — Deberían hacerlo...

— Necesitamos tu ayuda... tu hija...

— Ella no me necesita, profesor... — dijo — Lo que ella necesita son a esos tipos en... en spandex ajustados y colores brillantes... ¿por qué no van con los Vengadores?

— Trabajan para SWORD... sabes como es nuestra relación...

— ¿Y quieres saber como me importa? — preguntó Logan — Porque podría mostrártelo de varias maneras...

— Por favor...

— Profesor, ya déjeme solo...

— Laura...

— ¡Profesor! — exclamó Logan, mientras tres afiladas garras salían de sus manos — Déjeme. Solo. Por favor.

Fue en ese momento que todo volvió a la normalidad.

Las personas que estaban en el Bar sin Nombre habían vuelto.

Su botella se encontraba en el suelo, completamente rota.

Y él seguía como estaba...

Completamente solo.

***

La ciudad se tornó oscura, debido a que la luna había aparecido.

Miles Morales finalmente había llegado a la ESU.

Debía de cambiarse y reunirse con sus amigos cuanto antes... pero, mientras se colocaba su camiseta, un sonido llamó su atención.

Una llamada.

Barbara Rodriguez.

Al ver su nombre, el recuerdo de como habían quedado en salir se le vino a su mente.

Esto hizo que Miles suspirara...

— ¿H-Hola...? —dijo Miles, contestando la llamada.

¡Miles! — dijo Barbara — ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?

— ¿Y-Yo...? Sí, estoy bien... ¿p-por qué preguntas?

Llevo llamándote todo el día... no llegaste a donde acordarnos para vernos.

— Sí, sobre eso... lo siento, he estado ocupado — respondió — Ya sabes, con mi grandma en casa, no tengo tanta libertad como antes...

Oh, claro, sí... sí, lo entiendo...

— Perdóname... p-prometo compensarlo. 

¡N-No! No te preocupes... sí te entiendo...

— ¿De verdad...?

Sí, lo hago... podríamos salir otro día... ¿qué tal mañana?

— ¿Mañana? Claro, por supuesto... ¡Sí, así será!

¡Bien! ¡Perfecto! — dijo Barbara — Debo irme, pero me gustó saber que estás bien.

— A mí también...

Adiós, ah... te amo.

— Adiós, Barbara.

Entonces, Miles colgó el celular.

Te amo

Miles no pensó en esa palabra hasta que la escuchó de los labios de su novia.

¿Alguna vez le había dicho eso a ella?

— Vaya... — murmuró Miles — Eso es... es ir muy rápido... creo...

De todas formas, Miles agitó su cabeza y decidió terminar de cambiarse.

Se colocó su pantalón y agarró su mochila, buscando ir donde estaba Ganke.

No tardó mucho en llegar hacia él, encontrándose también con Fabio Medina.

— ¡Miles! — saludó Fabio — ¡Estás vivo!

— Claro que estoy vivo — dijo Miles — ¿Por qué no lo estaría?

— Fabio vio como te enfrentabas a muchos tipos malos y se preocupó un poco — dijo Ganke.

— Es mi día a día, viejo... no te preocupes, es vergonzoso...

— Sí, y hablando de eso... — expresó Ganke, sentándose a su costado — Oye, amigo, lo siento... 

— Lo sé... y tenemos que hablar sobre eso — dijo Miles, para después mirar a Fabio — Tú también, bro.

Click.

— ¿Yo? — preguntó Fabio.

— Uh, sí...

Click.

— Ok.

— Primero que todo, y lo digo en serio...

— Nunca más — dijo Ganke.

Click. Click.

— Nunca.

— ¿Y a cuántos tipos malos te enfrentaste hoy? — preguntó Fabio.

— No lo sé... un tipo morado, uno con boomerangs, un tigre feo... — respondía Miles — Los villanos son cada vez más raros...

Click.

Click.

Click.

Alguien se encontraba tomando fotografías desde afuera del campus de la universidad.

Y ese alguien...

...era Jessica Jones.

¡Muy buenas, chicos! ¡¿Cómo se encuentran el día de hoy?!

Espero que se encuentren bien :D

Pobre el Wolverine jeje. Y pues, bueno... la Jessica Jones ya comenzó a mover ficha!!

Si les gustó el capítulo, pueden darle a la estrellita y comentar y compartir!!!

Nos vemos!!!

Publicado el 13/03/21

[DANIKAST]

"¡Hey, hey, hey! ¡¿Cómo se encuentran el día de hoy, amigos?! ¡Aquí se encuentra su arañita favorita, en esto que es el Danikast! Cuidado con andar revelando mi identidad secreta [risas] Como habrán visto en las noticias, el Hombre Araña ha logrado detener, con completo éxito, al Escarabajo. Quiero decir, eso era muy obvio. Este otro Hombre Araña es muy genial. ¡Es super mega genial! Sus poderes eléctricos le dan un plus a la hora de combatir. ¿Recuerdan cuando se enfrentó a Venom? Quiero decir... perdió, pero según algunos videos que ustedes me pasaron, logró hacerle daño a esa cosa fea. Realmente, el Hombre Araña es el Vengador por excelencia. ¡El número uno! Y eso sería mi reporte del día de hoy. Recuerden siempre revisar la carga de sus calculadoras. La batería, aunque parezca infinita, tiene un límite. No querrán que se les apague en medio de un examen. ¡Chao!"

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