P R O L O G O
• ───━━━━─ ● ─━━━━─── •
Miles Morales
• ───━━━━─ ● ─━━━━─── •
«No hay nada más importante para mí, en este mundo, que tú»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
— Esto es un circo — decía un señor, caminando en familia.
— Mantente concentrado, cielo — dijo su esposa.
— Estoy muy concentrado — le dijo — Esto es solo un maldito circo.
— Estás poniendo nervioso a Miles.
Esta familia de tres se encontraba caminando por las calles de Brooklyn.
Se dirigían a un pequeño edificio donde se iba a realizar una ceremonia para ingresar a una de las escuelas más prestigiosas de todo Nueva York.
El padre de esta familia se llamaba de Jefferson Davis. Era un policía.
La madre era Rio Morales, quien era profesora en una escuela.
Y por último, pero menos importante, estaba Miles Morales. El hijo de los dos.
Un chico de apenas trece años que se encontraba completamente nervioso.
— Estoy bien — le dijo Miles a su madre.
Rio se agachó y miró a su hijo, acariciándole las mejillas.
— Miles, bebé, no importa lo que pase hoy... — le dijo — Esto no es un reflejo de ti.
— Lo sé.
— Esto no tiene nada que ver contigo como persona.
— Lo sé.
— Hay sólo cuarenta plazas disponibles en esa escuela de genios y hay, ¿qué? setecientos solicitantes de nuestro vecindario.
— Lo sé...
— Solo necesitas detenerte y pensar en eso — dijo — Es solo... esto es solo una lotería.
— Sé lo que es una lotería.
— Pero no tiene nada que ver contigo.
— Por favor, detén esto, papá...
Rio sonrió, continuando su caminar hasta el edificio que se dirigían.
— ¿Cuánto tiempo llevas viviendo bajo nuestro techo? — preguntó su padre.
— Desde que nací — le respondió Miles.
— ¿Y alguna vez he podido detenerla?
— Pensé que esta vez podrías...
— Acabemos con esta tontería de una vez.
Los tres siguieron caminando, entrando dentro de ese edificio.
Allí, se encontraron con un gran estadio, con un montón de personas sentadas, esperando a que el evento iniciara.
***
— Solo quedan tres plazas para Horizon High — exclamó el hombre pelirrojo, mejor conocido como Max Modell — Por favor, si se mantienen sentados todos, acabaremos esto lo más pronto posible.
Los minutos habían pasado y todas las personas que habían ingresado habían gritado de emoción.
La cosa era muy simple. Hay como setecientas pelotas en una caja, con un número en cada una de estas.
Una señora se encarga de sacar las pelotas, para después leer el número y la persona que le correspondía ese mismo.
— El siguiente nombre es... Anya Corazón — dijo la mujer — Anya Corazón.
El grito de celebración una chica a unas cuantas sillas de donde estaba sentada la familia Morales se pudo escuchar.
Miles la miró por un momento, sonriendo levemente.
— ¿Podemos irnos ahora? — preguntó Jeff.
— Basta — dijo Rio.
— El mundo se volvió loco...
"Andy London"
Otra celebración se pudo escuchar en otro lado del escenario.
Morales bajó la cabeza. Los nervios lo mataban.
Muy en el fondo, sabía que no iba a resultar victorioso.
— Que tontería... — expresó Jefferson — Todo un día perdido...
— Por favor, para... — se quejó Rio.
La mujer sacó la última bola.
Leyó el nombre...
— Miles Morales — dijo la señora, finalmente.
Hubo un par de segundos de silencio, mientras la familia Morales procesaba lo que acababa de decir.
— Vete al diablo... — expresó Jeff, sorprendido.
— ¡Oh, mi Dios! — expresó Rio, abrazando a su hijo — Oh... oh... tienes una oportunidad. Oh, mi Dios, tienes una oportunidad.
Miles también pensó en celebrar, pero... volteó hacia un lado y miró a los demás chicos que había su alrededor.
Una de estos lloraba, mientras otro se veía claramente enojado.
— Todo... todo esto está pasando... — dijo Rio.
— No debería... — dijo Miles — Todos esos otros niños... ¿esto debería estar pasando?
— Sólo concéntrate en ti. Lo tienes. Concéntrate en eso.
El padre de Miles posó su mano en el hombro de su hijo, sonriéndole.
— Hoy eliges la cena, hijo — le dijo.
A lo cual, Miles respondió con una sonrisa.
***
— ¡Tío Aaron! ¡Es Miles! — dijo el joven.
— Uh, ¡espera! — le dijo su tío, desde el otro lado de la puerta.
Este tardó un rato, mientras se escuchaba como algunas cosas eran movidas dentro.
Hasta que la puerta se abrió, mostrando a un hombre moreno adulto.
— Aquí está él... — dijo Aaron, con una gran sonrisa — ¡Mi hombre!
— Hey, tío Aaron.
— Ven aquí, chico.
Morales entró al apartamento, mientras Aaron observaba a ambos lados del pasillo.
Quería asegurarse de que nadie estuviera vigilándolos.
— ¿Cómo está tu mamá? — preguntó Aaron, cerrando la puerta.
— Ella está feliz hoy — dijo Miles, sentándose en un sofá.
— ¿Por qué?
— Logré entrar a Horizon High...
— Eso es... esa es una maldita buena noticia.
— Sin embargo, no hice nada — dijo Miles — Fue solo una lotería.
— No, no... sacaste tu boleto de este pozo negro — dijo — Juegas bien tus cartas, haces tu propio camino. Tu padre y yo no tuvimos ninguna oportunidad en esa escuela a la que fuimos.
— Tú lo hiciste bien...
— Escúchame...
Aaron Davis se acercó a su sobrino, sentándose a su costado y posando su mano en su hombro.
— Nosotros tuvimos que luchar. Los niños no deberían tener que pelear de la forma en que tuvimos que hacerlo. No deberías tener que ver la mitad de cosas que vimos. Tú aprende. Estudia. Has el mundo como quieres que sea, no como es — dijo Aaron — Tú lo hiciste. No dejes que la gente lo haga por ti. Esto es algo bueno. Esto... esto requiere unas paletas heladas.
Su tío se levantó del sofá, empezando a comer hacia la cocina.
— ¿Tu padre podrá pagarlo? — preguntó Aaron.
— No lo sé... supongo que sí.
— Ojalá me dejara ayudar.
— Estaremos bien.
— "Bien"... si comienza a desmoronarse, dímelo tú. No le digas a tu mamá que me lo diga — dijo Aaron — Tú ven aquí y dímelo.
— Ella no aceptará tu dinero.
— Nos preocuparemos por eso otro día.
— Ni siquiera le gusta que venga aquí...
El joven de Brooklyn giró la cabeza y observó una bolsa que había a su costado.
La curiosidad pudo más con el joven, metiendo su mano dentro de esta bolsa... y recibiendo una pequeña descarga eléctrica en esta misma.
Miles se agarró la mano ni bien sintió la descarga.
No supo que era lo que lo había provocado.
Pero entonces, el malestar y dolor comenzó a recorrer rápidamente por todo su cuerpo.
Y fue cuando llegó a su cabeza... que cayó al suelo, inconsciente.
— ¿Miles? — expresó Aaron, al verlo tumbado en el suelo — ¡Miles!
***
Miles despertó.
Se encontraba echado en el sofá, mientras su tío Aaron se encontraba a su costado.
— ¡Oh! ¡Gracias a Dios! — expresó Aaron, al verlo despierto — ¡¿Estás bien?!
Morales se levantó, agarrando la bolsa de hielo que su tío le alcanzaba.
Giró su vista, lentamente, notando como la bolsa había desaparecido.
— ¿Qué pasó? — preguntó Miles.
— ¡Tu desmayo es lo que pasó! — le dijo Aaron — Tuve que llamar a tu...
"¡¿Qué diablos hiciste?!"
— ...padre.
La puerta del apartamento se abrió, de par en par, mostrando a Jefferson Davis en esta.
Este corrió y se acercó a su hijo.
— ¿Estás bien? — le preguntó.
— Sí, papá... — respondió Miles — Yo solo...
— ¿Qué te hizo?
— ¿Qué? No. Yo creo que... que fui mordido por una araña — mintió.
Su padre notó esto, volteando hasta su hermano.
— ¿Qué le diste?
— ¡¿Qué?! — preguntó Aaron.
— ¿Qué fue lo que le diste?
— Una paleta — respondió — ¿Qué clase de persona crees que soy?
— No tengo ni la más remota idea de la clase de persona que eres.
— Papá, para... — dijo Miles.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Miles?
— Lo siento...
— ¡Debería llamar a la policía! — le gritó Jeff a su hermano.
— Viene a pasar el rato de vez en cuando — dijo Aaron.
— Te dije específicamente que te mantuvieras alejado de mi familia...
— Si sigues apretándolo con tanta fuerza se te deslizará de tus dedos.
— No necesito lecciones de vida de ti.
— Bueno, obviamente él cree que sí.
— Él no te conoce como yo.
— Tienes razón — dijo — Me conoce mucho mejor.
— Aléjate de mi hijo.
— ¿O qué?
— Mantente alejado de Miles — dijo Jeff — No voy a dejar que lo arruines como tú te arruinaste a ti mismo...
Pero cuando Jefferson se dio la vuelta...
Vio como Miles ya no se encontraba en el apartamento.
— Creo que él solo se fue... — exclamó Aaron.
Su padre salió corriendo del edificio, llamando a su hijo por su nombre.
Corrió por la calle, tratando de buscar a su hijo por el gran ejército de personas que lo miraban de forma extraña.
Corrió hasta llegar a un parque.
Fue allí que lo encontró.
Su hijo, abrazando su mochila.
Allí se encontraba Miles Morales.
Jeff suspiró, cansado.
Caminó... y se sentó al costado de su hijo.
— ¿Por qué huiste de mí? — le preguntó.
— Me estabas... asustando... — respondió Miles.
— ¿Te he golpeado alguna vez?
— No.
— Entonces... no huyas de mí como si fuera algún tipo de loco.
— Parecía que ibas a golpear al tío Aaron — dijo — Él no me hizo nada, lo sabes.
— ¿Por qué vas con él?
— Él es mi tío. Él es mi... mi familia — respondió el joven — Realmente no tenemos una familia grande y...
— Hay una razón por la que no vamos a casa de tu tío Aaron.
— Nunca me dijiste por qué...
— ¿Por qué crees?
— Porque tú y él tuvieron algún tipo de pelea antes de que yo naciera — dijo Miles.
— Bueno, tienes la mitad de la razón. No vamos allí porque tu tío, aunque parezca un gran tipo... no lo es — dijo Jeff — No digo esto porque esté enojado con él... digo esto porque... es un ladrón. Es un sinvergüenza.
— ¿Es un ladrón como... si robara cosas?
— Sí — dijo, pensando en que jamás creyó en tener esta conversación con su hijo — Sabía que este día llegaría. Esperaba que estuviera en la cárcel cuando tuvieras la edad suficiente para entender...
— ¿Es por eso que no te agrada?
— Escucha, yo lo amo. Tu padre no estaría aquí si no fue por él... pero, al mismo tiempo, no puedo tener un hombre cerca que no sepa la diferencia entre el bien y el mal... y él realmente no conoce la diferencia — dijo — No puedo tener un hombre así alrededor de mi único hijo.
— ¿A qué te refieres? — preguntó Miles — ¿No estarías aquí si no fuera por el tío Aaron?
— Me refiero a que cuando éramos más jóvenes me salvó la vida. Pero eso no significa que...
— ¿Él estuvo en la cárcel...?
— Sí... — le respondió — Y yo también...
Esto sorprendió al joven de Brooklyn.
Jamás, en toda su vida, había creído que su padre hubiera estado en la cárcel.
— ¿Cuándo? — preguntó Miles.
— Antes de que tú nacieras...
— ¿Qué hiciste?
— Robé algo que no me pertenecía.
— ¿Me darás detalles?
— Es muy duro para mí. Te estoy diciendo mi mayor... esta es mi mayor vergüenza — dijo — Y se lo digo a la persona a la que más me avergüenza decírselo.
— Tú y el tío Aaron solían robar cosas juntos... tú te detuviste y él...
— Cuando éramos niños no teníamos... no veíamos ninguna otra oportunidad en nuestro camino — dijo Jeff — No digo que no tuvimos otras oportunidades... solo digo que no pudimos verlas.
Su padre se acomodó en el asiento, mirando a su hijo.
— Una vez nos hicimos mayores pude verlos. Podía imaginarme tener un hijo como tú. Pude ver una familia. Pude ver una vida real. Podía verlo y sabía que tenía que hacer todo lo posible para que eso sucediera — dijo — Y lo obtuve. Tú, tu madre, tu nueva escuela... todo ha sucedido. Pero tu tío nunca pasó de ese lugar en el que estábamos cuando pensábamos que era gracioso o divertido hacer cosas que sabíamos que estaban mal.
Jefferson agachó la cabeza, mientras se sobaba los ojos.
— No me estoy poniendo excusas... Te digo que pagué por mis errores y he pasado todos los días de mi vida tratando de no repetirlos. Hay tonterías y cosas malas en todos. Cualquiera puede ser malo, cualquiera. Es fácil. Es lo mas fácil. Pero mantenerse concentrado. Vivir una buena vida... es lo más difícil de hacer. ¿Lo entiendes? — le dijo — Y aunque amo a mi hermano, y lo hago... no puedo tenerlo cerca porque no hay nada más importante para mí en este mundo que tú. No hay nada más importante para mí que no tener que luchar contra la tentación a su alrededor. ¿Tú sabes qué estoy diciendo?
— Debiste haberme hablado de él — dijo Miles — Nunca lo hubiera imaginado...
— ¿Cómo podría contárselo a alguien tan joven como tú...?
— ¿Volverá a ir a la cárcel?
— Probablemente. No sé en lo que está trabajando o con quién trabaja. Solo sé lo suficiente para saber que no necesitamos eso en nuestras vidas — dijo — Pero lo que sí veo es que sentiste que podías acudir a él para hablar de las cosas que te molestaban... y, por alguna razón, no pensaste que podías venir a mí. No puedo hacerte querer venir a mí, pero puedo decirte: puedes.
— Papá...
— No hay nada en este mundo que no puedas decirme. Nada. No quiero...
En ese instante, un Quinjet pasó volando por encima de ellos, dirigiéndose a gran velocidad hacia la torre de los Vengadores.
— Desearía que esos tipos dejaran la ciudad algún día — dijo Jeff — Después de ver lo que hizo Hulk en Johannesburgo... no quiero que eso ocurra por aquí.
— ¿J-Johannesburgo?
— Iron-Man y Hulk tuvieron una confrontación que casi destruye la ciudad — dijo — Quien sabe lo que harán esos tipos después.
— Oh...
— Deberíamos irnos... tu mamá nos espera — dijo Jeff, levantándose — Nosotros volveremos a hablar de esto. Ahora eres un niño grande. Vas a ser un hombre antes de que ninguno de los dos se de cuenta.
Miles sonrió, mientras seguía a su padre.
De vuelta a casa.
***
El sonido de su celular vibrando lo hizo despertarse aquella noche.
Al prender su celular, pudo ver las noticias del Daily Bugle.
Sokovia estalla en mil pedazos.
Los vengadores dejan a miles de personas sin un hogar.
— Vaya... — expresó Miles, observando la pequeña pantalla.
Eso no se lo esperaba.
Al entrar a las redes sociales, comenzó a leer las noticias de como los Vengadores habían provocado tal desastre.
Todos impactados por las noticias.
Dejó su celular y se volvió a acostar en su cama, observando el techo de su habitación.
Cada vez, los Vengadores se enfrentaban a sujetos más poderosos.
Era increíble como siempre ganaban esas batallas.
En el fondo, él quería ser como ellos. Quería ser un superhéroe que fuera admirado por las personas.
Aunque eso solo era la fantasía de un simple niño.
Era complicado que, alguien como él, se convirtiera en un tipo superpoderoso...
Pero...
¿Quién dice que los sueños no pueden llegar a cumplirse?
Los giros del destino no siempre son buenos... pero eso no significa que siempre fueran malos.
La mordedura de esa araña de F.E.A.S.T. cambió su vida por completo.
Se convirtió en el héroe que admiraba.
El Hombre Araña... empezando su historia...
La historia...
"...de Miles Morales"
Hey, hey, hey!!!
¿Cómo están?
Yo bien jejeje. Finalmente ha llegado el momento.
La conclusión de esta trilogía que empezó con Silk, siguió con Black Cat y terminará con Miles Morales, entrelazando ambas historias!!!
Pero como toda historia que merece ser apreciada, tiene un comienzo. Y este es el comienzo de la historia de Miles Morales.
El prólogo de su vida como el sucesor del Hombre Araña.
Espero estén listos para lo que se viene. Las sorpresas que vendrán... y las dudas que finalmente serán respondidas!
Nos veremos en el próximo capítulo!!!
Este 2022 se viene con todo!
Hasta la próxima!
Publicado el 29/12/21
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro