¡GORGONZOLA!
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Ganke Lee
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«¿Por qué sigo portando las redes?»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
No me quejo, pero la vida no es fácil para Ganke Lee. Maestro constructor profesional certificado de Lego de día... y de noche, o incluso tarde, patrullo las calles de la ciudad como el Vengador más grande de todos los tiempos...
"¡¡¡EL VENGADOR VENGANDO!!!"
Demasiado para realmente construir mi colorido monólogo con un acabado espectacular...
¡Parece que me necesitan!
Una persecución a alta velocidad. No podía permitir que eso siguiera ocurriendo.
Volar a gran velocidad no era ningún problema para mí. Podía hacerlo incluso dormido y detener a los criminales.
Después de todo, soy el héroe más grande de todos.
Aterricé increíblemente en el suelo y...
...detuve el vehículo.
Sin perder el tiempo, volé hacia ellos y los atrapé en el aire, deteniendo a esos sujetos.
La policía se acercó, obviamente sonrientes por verme y, muy seguramente, esperando obtener algún autógrafo mío.
— Discúlpense con la policía por cualquier acción estúpida que ustedes hicieron — les dije a esos vagos, tirándolos en el suelo.
— Lo sentimos... — dijeron los dos, al mismo tiempo.
— Ahora, vayan a cambiar sus vidas — exclamé — Después de la cárcel, quiero decir...
Estuve a punto de irme, pero... mis fans necesitaban de mi atención.
— ¡Oye, Vengador Vengando! — dijo uno de mis seguidores — ¡Tú dijiste que tenías una increíble nueva frase para nosotros!
— ¡Sí! — dijo otra admiradora.
Yo solo sonreía heroicamente. Una sonrisa que llenaba de paz y felicidad a todas las personas. Después de todo, no existía ser más noble y bueno en este mundo. Ni existía sonrisa más honesta en todo el multiverso.
Me elevé, majestuosamente, dejando que los jóvenes admiraran el héroe en quien me había vuelto. Era poderoso. Era sorprendente. Era inigualable.
Así que, alzando mi puño, abrí mi boca a todos los presentes:
— ¡Así es, ciudadanos! ¡Ustedes lo pidieron! — dije, empezando a elevarme — ¡Es...!
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"¡GANKE!"
— ¡GORGONZOLA! — exclamó Ganke, despertando de su sueño.
— Asciende y brilla, superhéroe — le dijo Rio Morales, volteando a ver a su hijo encima de la camilla — ¿"Gorgonzola"?
— Siempre se trata de comida... — respondió Miles — De hecho, antes de irnos...
Rio Morales ayudó a Miles a salir del cuarto del hospital, siendo seguidos por Ganke Lee.
De pronto, a este le llegó un mensaje a su celular, sonriendo por esto.
Danikahart:
"Estás despierto?"
Ganke:
"Sí"
Danikahart:
"No he escuchado nada de ti"
Ganke:
"Estuve ocupado"
"Enserio"
Danikahart:
"Cosas de arañas?"
"No me entrometo"
Ganke:
"Sí"
"De hecho"
Danikahart:
"Estás perdonado entonces :)"
"Y sé que nunca me mentirías sobre eso"
Ganke:
"jamás"
Danikahart:
"Lo sé"
Ganke:
"Y estás bien?"
Danikahart:
"Solo pensaba"
"..."
"..."
Ganke:
"En qué?
Danikahart:
"..."
Ganke:
"?!"
Danikahart:
"..."
"No te rías"
Ganke:
"Jamás"
Danikahart:
"..."
"En ti"
Ganke:
"De verdad?"
Danikahart:
"Es muy vergonzoso"
Ganke:
"No lo es!"
"Estoy sonriendo"
"Si pudieras verme, soy todo sonrisas"
":) :) :) :)"
Danikahart:
"😊"
Ganke:
"Qué harás después?"
Danikahart:
"Disfrutar de tu compañía?"
Ganke:
":)"
***
Ganke despertó en medio de la noche, viendo como su celular seguía encendido.
Ganke:
"Qué harás después?"
Danikahart:
"Disfrutar de tu compañía?"
Ganke:
":)"
Observó esos últimos mensajes y cerró los ojos, listo para seguir durmiendo en ese pesado día.
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Los dos jóvenes que dormían en las literas despertaron casi al mismo tiempo.
Cuando durmieron juntos en la Academia Visions, era casi lo usual que eso pasara. Que despertaran al mismo tiempo, que durmieran al mismo tiempo.
Comer al mismo tiempo.
Hacer la tarea al mismo tiempo.
Según parece, allí empezó los rumores de que ellos dos eran pareja.
— Ow... — exclamó Ganke, sintiendo como le dolía la espalda.
Cargar a Miles no era poca cosa.
— ¿Tú también? — preguntó Miles, arriba.
— Buenos días, señor Morales.
— Todo duele, Ganke...
— Sí, bueno, deja de pegarte tanto...
— Oye, ¿hiciste algún nuevo fluido de telaraña?
— ¿Cuándo se suponía que debía hacer eso?
Ganke se levantó de su cama y comenzó a estirarse.
— Mientras estaba acostado en el hospital — dijo Miles, sentándose.
— Estaba a un lado tuyo — le refutó Ganke.
— Durmiendo.
— Pero, aún así... — dijo Ganke, viendo su celular — Oh...
— ¿Qué?
— Es un mensaje de Fabio... fue escrito en la madrugada.
— ¿Y qué dice? — preguntó Miles, bajando del camarote.
— No bromees, solo dice "Poink".
— ¿Poink?
— Poink.
— ¿Poink? — preguntó Miles.
— Poink... — respondió Ganke.
— ¿Será su forma de preguntar si estamos bien?
— ¿Cómo una frase superheroica super genial?
— Los superhéroes no tienen ninguna frase así...
— Tal vez tú no lo tengas.
— Ajá...
Miles agarró su celular y lo prendió, sorprendiéndose por lo que veía.
— ¿Qué? — preguntó Ganke.
— Tengo 44 mensajes perdidos de Lana — le respondió.
— ¿44? ¿De qué?
— La mayoría son cosas bonitas — dijo Morales, leyendo los mensajes — Actualización de su salud. Se fue del hospital esa noche...
— 44.
— Tal vez aún tenga los efectos del gas feliz del hospital o algo...
— Te dije que le gustabas.
— Es el gas feliz.
— Ellos no... eso no... acaso siquiera... — decía Ganke, viendo a su amigo — Sin comentarios.
— ¿Debería responderle? Quiero decir... n-no creo que sea por eso, pero...
— ¿Quién no responde los mensajes?
— No sé. A veces no respondo los tuyos.
— Y eso hace que me duela el corazón.
— Por cosas como esas, piensan que somos pareja.
***
Miles y Ganke se encontraban caminando por los pasillos de la universidad.
— Realmente le debo una a Fabio — dijo Morales — Me salvó ayer.
— Yo sostuve el carro — dijo Ganke.
— Lo hiciste. Lo siento, las cosas han sido tan locas...
— No es que te des cuenta.
— Quiero decir, no hemos ido al cine en una eternidad.
— ¿Una película? ¿Todavía las hacen?
***
Mientras se encontraban en una clase, Miles Morales volteó hacia su amigo y le entregó un pequeño papel, con un mensaje dentro.
Ganke lo aceptó y lo leyó.
***
Los dos jóvenes siguieron su conversación, en el comedor de la universidad.
— Bueno, con un gran poder... — decía Ganke.
— Lo sé, pero aún así... ¡ow! — se quejó Miles, al sentarse — Yo esperaba... solo quería que supieras que lo extraño. Echo de menos hacer el tonto y reírme y comer cheez whiz directamente desde la boquilla
— Oye... — le dijo Ganke, sonriéndole — Gracias...
Ganke Lee se lo pensó un poco antes de abrir su boca... para preguntar lo que quería preguntar.
— Bueno... ¿y estás bien? — preguntó, finalmente.
Miles Morales se le quedó mirando, para después agachar la cabeza.
— No — le respondió — No, estoy fuera. Algo está fuera, como muy lejos...
***
— Como que, de repente, siento que lo estoy haciendo mal, o tal vez no puedo... — dijo Morales — Y no solo porque me pateó el trasero un idiota eléctrico...
— ¿Entonces...?
— Desde que Mysterio atacó... llevo mucho tiempo pensando en qué rayos he estado haciendo todo este tiempo. ¿Por qué sigo portando las redes? ¿Qué es lo que me mueve cuando me levanto por las mañanas? — confesó Miles — Tengo esa duda impregnada en mi cabeza. ¿Realmente soy un héroe porque debo serlo? ¿O soy un héroe porque quiero serlo? ¿Todo este tiempo he sido solo una copia de Peter o... alguna vez he logrado algo por mis propios medios?
— Salvaste la ciudad.
— Pero Peter también lo ha hecho.
— Entrenaste todo un verano. Desbloqueaste un nuevo poder.
— Sí, pero... no siento que cuente mucho...
— ¿Por qué no?
— Porque... no lo he desbloqueado al completo, o eso me dijo Shang-Chi antes de volver a San Francisco... — dijo — Creo que... creo que no estoy hecho para ser un superhéroe...
— ¿Sabes quién no está hecho para esto? Alguien que está seguro de que lo está — le dijo Ganke, levantándose de su asiento — Creo que fue Mitch, de Guardianes de la Bahía, quien dijo eso...
— Tú no lo entiendes...
— Creo que sé porque estás tan fuera de sí. Pero es grande y no quiero que te asustes.
— ¿Va a lastimar mis sentimientos?
— No debería.
— ¿De qué se trata?
***
En medio de otra clase, Ganke Lee le pasó un pequeño papel a Miles Morales, con un mensaje en este.
Miles lo aceptó y lo leyó.
Fue cuando leyó el mensaje... que el rostro de sorpresa se quedó en Miles Morales por el resto de la clase.
Mientras que Ganke levantaba la mano y respondía a la pregunta que lanzaba el profesor.
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Bombshell se encontraba sentada cerca de la oficina del capitán de la fuerza policiaca, en aquella comisaria.
Sentía... ¿temor? Tal vez esa era la palabra correcta. Pero ella se negaría a admitirlo si se le preguntaban.
No quería estar ahí... porque sabía lo que iba a pasar...
Hace años, ella...
— ¿Lana Baumgartner? — preguntó el capitán, George Stacy, en la puerta de su oficina — Puedes pasar.
Lana asintió con la cabeza.
Se levantó.
Y entró en la oficina.
Allí se encontraba el oficial P. Cleary, de Control de Daños. La miraba claramente enojado e irritado.
No era para menos. Llevaba escapando de él por mucho tiempo.
Se sentó enfrente del escritorio del capitán, mientras este se sentaba enfrente suya.
Lo que pudo notar Baumgartner... era una pequeña cantidad de portadas de periódicos del Daily Bugle, entre más periódicos.
— ¿Puedo asumir que eres tú? — le preguntó el capitán.
Lana miró abajo y observó los periódicos.
Los encabezados...
"Enorme explosión en tejados provoca pequeños destrozos en Queens"
"Extraña mujer explosiva detiene a robots gigantescos"
"¿Quién es la nueva acompañante del Hombre Araña?"
"Superheroína explosiva derrotada por Eel"
Definitivamente, esos encabezados hablaban de ella.
— Sí... — respondió Lana — Sí, esos hablan de mí, pero...
— Eso significa que rompiste tu libertad condicional, Baumgartner — habló Cleary — Lo que significa que tenemos todo el derecho del mundo para meterte presa por romper el acuerdo.
— P-Pero... yo ayudo a la policía y-y al Hombre Araña... los he ayudado en múltiples ocasiones. Pueden ir a preguntarles y les dirán. Él les dirá...
— ¡No tienes permitido usar tus poderes! ¡Ese es el trato de tu libertad condicional! — exclamó el agente — Tu madre se pudre en prisión mientras tú vives una vida normal. Pero si el juez ve que no sabes cómo vivir una vida normal fuera de la sombra de la influencia de tu madre, ¡entonces vas a prisión!
— Pensé que tal vez... — decía Lana, agachando la cabeza — Pensé que podría ser un superhéroe...
— ¡Wow! ¡¿En serio?! Eso es grandioso de escuchar... ¡Excepto que no tienes permitido usar tus poderes!
— ¿Incluso para el bien? Entiendo que mi madre fue una criminal y que ella... Lo entiendo — dijo, mientras se paraba — Pero, ¿no tengo permitido ayudar a la gente? ¿No tengo permitido...? No lo entiendo.
— ¿Cómo es provocar miles de dólares en daños a edificios y autos ayudar a la gente? — preguntó Cleary, leyendo una hoja con las cuentas.
— S-Son daños colaterales... ¡¿Ustedes no se encargan de eso?!
— ¡De los superhéroes! ¡No de personas que rompen la ley como un criminal!
— ¡Así que, según tú, ¿no tengo permitido ser una superheroína?!
— ¡Así fue el acuerdo! ¡Tú misma lo aceptaste! ¡Pero parece que decidiste olvidarlo y hacer lo que se te plazca!
— ¡Porque no sabía lo que se sentía!
— ¡¿Lo que se sentía qué?!
— ¡Hacer...! ¡Hacer las cosas bien! ¡Ayudar a...! ¡No lo sabía! — exclamó, mientras se volvía a sentar — No lo sabía...
Los dos se quedaron callados.
Ambos giraron la cabeza para observar al capitán Stacy, quien estaba analizando y dándole una última revisada a los papeles de Lana.
Se tomó cerca de medio minuto en terminar de hacerlo, para después suspirar, algo angustiado.
— Señorita Baumgartner, el acuerdo es bastante claro. No poderes. No problemas — dijo el capitán.
— ¡P-Pero...!
— Y se le especificó el riesgo que podría llevar el usarlos para su propio beneficio... y el riesgo que usted corría si lo hacía.
— E-Entonces...
— Pero, también es cierto que este acuerdo se llevó a cabo cuando usted era menor de edad — dijo — No fue enjuiciada de la misma forma que a su madre por eso. Al cumplir con la mayoría de edad, técnicamente podría enviar una apelación a este acuerdo.
— ¿Qué? — preguntó Lana.
— ¿Qué dijo? — preguntó Cleary.
— Usted ha usado sus poderes para ayudar a las personas... y hay pruebas de eso.
— ¿Pruebas?
— Fuiste Vengadora del equipo de reserva, si mal no recuerdo, ¿verdad?
— S-Sí... — dijo Lana, asintiendo también con la cabeza — V-Viví en la mansión de los Vengadores hasta... bueno, hasta que voló por los aires... ¡Pero yo no tuve nada que ver!
— En tal caso, si puede enviarnos algún documento de SWORD para confirmar su participación como una de sus agentes y... lo añade a su apelación, creo que podríamos anular este acuerdo.
— ¡¿Lo dice en serio?! — exclamaron Lana y Cleary, al mismo tiempo.
Lana con una sonrisa y Cleary con una expresión de sorpresa.
— N-No puedo creer que me ayude, capitán Stacy — dijo Lana — J-Jamás pensé que...
— Te he visto trabajar con el Hombre Araña — le dijo el capitán — Y me sentiría mal encerrando a la novia del héroe de esta ciudad.
— A-Ah... bueno, pareja-pareja no somos... aún... ¡p-pero, se lo agradezco mucho!
Lana se levantó de su asiento y se dio la vuelta.
Nunca se había alegrado tanto de haber trabajado para los estirados de SWORD. Ahora necesitaba comunicarse con alguien que tuviera contactos con SWORD y así pedir esos documentos.
Tal vez Spider-Woman podría pedirle a algún conocido.
— ¡O-Oye...! — exclamó Cleary — Baumgartner, no puedes irte aún.
Lana solo giró su cabeza y le sacó la lengua al tipo, haciéndolo enojar.
— Lana, el agente Cleary tiene razón — dijo el capitán de la policía.
Al escuchar eso, Baumgartner se detuvo de golpe.
Se dio la vuelta y miró al capitán, no entendiendo lo que pasaba.
— Hay algo muy importante que tienes que saber al respecto de tu madre — dijo Stacy.
— ¿D-De mi madre...? C-Claro... ¿qué es...? — dijo Lana.
— Preferiría que te sentarás para escuchar esto...
— E-Es que tengo un poco de prisa y...
— Tu madre, Baumgartner... — dijo Cleary — Ella saldrá de prisión.
Fue cuando escuchó eso que... simplemente se quedó en blanco.
Su sonrisa se mantuvo en su rostro, pero ya no demostraba felicidad. Era como una sonrisa vacía, la cual no se quitaba.
Sus ojos estaban casi en blanco. Podía ver como las bocas de los oficiales se movían, pero no los podía escuchar.
Lo único que tenía en su cabeza... era esa última frase de Cleary.
"Ella saldrá de prisión"
¿Por qué? No sabía.
¿Cuándo? No sabía.
¿Cómo? Tampoco lo sabía...
Pero no podía hacer nada más...
— Te enviaremos los detalles a tu viejo correo electrónico — dijo Stacy — No sé si lo seguirás usando. Espero recuerdes la contraseña.
— S-Sí... — dijo Lana, dándose la vuelta.
Caminó lentamente hasta salir de la habitación.
Luego, siguió por el pasillo y empezó a bajar las escaleras... pero tropezó.
Antes de rodar hasta abajo, logró agarrarse de la baranda, evitando estrellar su cara contra los escalones.
Sin darse cuenta, estaba respirando agitadamente...
Ella iba a salir de prisión...
Su madre...
Trató de calmarse, logrando ponerse de pie.
Suspiró... y siguió su camino.
— G-Gracias por todo, mamá... — dijo Lana, sarcásticamente.
Observó la salida...
...y no dudó en salir por esta.
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En una zona algo apartada dentro de la universidad, Ganke y Miles se encontraban.
El primer en sentarse fue Ganke, seguido de Miles, quien dejó su mochila a un costado.
Ambos se quedaron callados.
Después, Miles tomó una buena bocanada de aire.
Y...
— ¡Dilo otra vez! — le reclamó Morales.
— Ya no deberías ser el Hombre Araña — le dijo Ganke.
— ¡Estás loco!
— He estado pensando en esto durante mucho...
— Tú fuiste el que me impulsó a hacer esto en primer...
— Sí, lo sé. Ok, así que... — decía — El primer Hombre Araña fue mordido por una araña loca y decidió ser y llamarse Hombre Araña... Tú fuiste mordido por una araña loca, así que también te volviste en el Hombre Araña, porque...
— ¿Porque?
— Porque...
— Me perdiste.
— Tú eres el Hombre Araña porque él fue el Hombre Araña primero — le dijo — ¿Qué pasaría si a él nunca lo mordió esa araña loca y a ti sí, y todo lo demás es igual, poderes, todo eso... en qué te habrías convertido entonces?
— Son los poderes de araña — le respondió Miles — Soy el Hombre Araña porque tengo poderes de araña.
— ¡Sí!
— De una araña.
— ¡Pero estoy diciendo...!
***
Ahora mismo, los dos jóvenes habían llegado a un centro comercial, sentándose en el pateo de comidas y comiendo unas buenas hamburguesas.
— ¡...que tal vez te metiste en algo en lo que no estás siendo fiel a ti mismo! — le dijo Ganke — ¿Qué pasa si... en lugar de ser parte del legado del Hombre Araña... eres, en realidad, solo una muy buena banda de covers del Hombre Araña?
— ¿Banda de covers? — preguntó Miles, dándole otro mordisco a su hamburguesa.
— Como si fueras un buen guitarrista, uno genial. Puedes tocar exactamente como uno de esos grandes guitarristas que no recuerdo en este momento. Esas canciones de rock clásico realmente intrincadas... puedes tocarlas perfectamente... — dijo Ganke — Es tan difícil de hacer, y tú y solo dos personas más en el mundo pueden hacerlo. Pero aún así... sigue siendo cosa de otra persona. ¿Qué pasa si estás tan fastidiado últimamente, y de mal humor, y te metes en estas peleas locas porque... porque no eres realmente tú? ...aún...
Al escuchar eso, Miles agachó la cabeza, observando su hamburguesa.
***
Finalmente, los jóvenes habían llegado a su cuarto.
Allí no se encontraba Capa, quien había salido con Daga a quien sabe donde.
— Tal vez has aprendido todo lo que necesitabas para aprender a ser una banda de covers — le dijo Ganke — Tal vez es hora de que seas tu propia cosa. Que reproduzcas tu propia música.
Miles se detuvo en lo que estaba haciendo y miró a su amigo.
— Como que, lo hiciste. Probaste que podías ser el Hombre Araña durante todo este tiempo — continuó Ganke — El mismo Hombre Araña dijo que podías ser el Hombre Araña. Pero, ¿y si hay algo más para ti?
Morales tragó saliva al terminar de escuchar todo lo que le dijo su amigo.
Era muy raro escuchar a Ganke de esa forma...
Extrañamente, lo hacía ver más alto cuando hablaba así...
— Así que... — le dijo Miles — ¿Cuánto tiempo te has aferrado a eso de que soy una banda de covers?
— Un tiempo — le respondió — Yo no... es muy grande para pensar y no creer que estás en lo correcto. Cada vez más pienso que tengo al menos la mitad de razón.
— Oye, ¿y a dónde se fue Ty? Tampoco vi a Daga en casa...
— Seguro fueron a una cita.
— O tal vez se cansaron de vivir al lado del Hombre Araña y de estar cerca mío.
— ¿Ahora por qué se trata de ti...?
— ¡Oye!
— ¿Qué?
— Creí que había mandado a Eel a la cárcel.
— Sí, bueno...
— ¿Por qué ningún noticiario ha hablado de eso?
— Porque no está en la cárcel.
— ¿Por qué no está?
— Porque el mundo apesta desde que Black Cat se convirtió en la Queenpin.
— Tal vez debería... — dijo Miles, agarrando su traje, pero... — Ow...
— Viejo.
— ¡Ow...!
— Tus costillas.
— Pensé en intentar...
— Estás totalmente en la banca — dijo Ganke — Ve a tu cama.
— Ow...
Miles Morales obedeció a su amigo y se subió al piso de arriba del camarote.
— Sé que estoy en la banca... — dijo el moreno — Solo quería al menos fingir que podía... ¡Arr!
El joven de Brooklyn se quejó del dolor de sus costillas.
— Quédate en casa — le dijo Ganke, echándose en su cama — El imperio de Black Cat vendrá a por ti eventualmente...
— ¿Porque?
— Lo hiciste quedar mal. En público. En televisión. En frente de sus bros.
— Cierto.
— Cierto.
— Bueno, y recibí lo peor que podía ofrecerme — dijo Miles, encendiendo su celular — Me rompió un par de costillas. Ahora sé que puedo con lo peor. Ahora lo sé.
Al prenderlo, vio los mensajes que tenía.
Lana:
"Hey!"
"Solo reviso de que estés bien"
"No he escuchado nada"
"Todos en una pieza?"
— Así que... — decía Miles, viendo los mensajes — No más sorpresas...
Hey, hey, heeeey.... ¿qué hay?
Un capítulo algo más relajado, con el pobre Miles estando en la banca después de todo lo que ha pasado.
Realmente, no la está pasando nada bien.
Solo esperemos que las cosas mejores y...
¿Qué diablos es eso?
AY, NO MA...
Deadpool regresará en el siguiente capítulo <3...
Publicado el 20/07/22
***
Un laboratorio secreto alejado de la gran manzana.
Allí era donde se encontraba el Merodeador. En un lugar llena de tecnología robada, armaduras viejas que él había usado y otros artilugios de villanos.
El Merodeador caminó por aquel lugar, observando cada una de las cosas...
— ¿Estás viva? — preguntó Aaron.
Entonces, una voz se pudo escuchar dentro.
— Está ahí, Aaron... — dijo la voz de una mujer — Encima del libro que está encima de la pizza.
El villano caminó hasta una mesa, observando el lugar que le había indicado Ceres.
Era un nuevo guante tecnológico para el Merodeador.
— Eres muy eficiente... Ceres — dijo Aaron, volteando a su costado.
Observándola.
Ceres Goldstein. Diseñadora de armas para criminales. Principal proveedora de los trajes que el Merodeador lograba hacerse.
Era demasiado eficiente.
— Hace tiempo que no me visitas, Aaron — le dijo Ceres, empezando a jugar con un núcleo Chitauri — Creí que me habías olvidado.
— Te dejé un encargo. Obviamente no iba a olvidarlo.
— Que frío...
— ¿Lo terminaste?
— Soy experta mecánica, no química — le dijo — Me está tomando más de lo que pensé, pero lo tendré listo para el día que lo acordamos.
— De acuerdo...
— Realmente, tienes muchas ganas de acabar con ese Hombre Araña, ¿cierto?
— No es así...
— Entonces, ¿por qué me encargaste...?
— Quiero mantenerlo lejos de mi camino...
— Claro, claro... te creo, amigo...
El Merodeador se dio la vuelta, dispuesto a irse.
— Necesito algo — dijo Aaron, caminando.
— ¿El qué?
— Una gran fuente de energía. Lo suficiente como para iluminar todo el continente.
— Me pides algo difícil de hallar.
— Sé que podrás conseguirlo.
— Sí, podré...
— Bien.
— Pero, ah... ¿puedo preguntar el por qué lo necesitas?
Aaron no respondió, retirándose de allí.
Ceres simplemente suspiró, decepcionada por la nula respuesta.
Se dio la vuelta y comenzó a revisar su celular.
Debía empezar con su búsqueda... y tenía unas cuantas ideas.
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