El Peso de los Actos
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Miles Morales
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«No dejes que la impotencia de carcoma por dentro, hijo... sé como es eso...»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
Los últimos rayos del sol iluminaban la ciudad en ese cálido atardecer.
Nueva York. Aquella ciudad que siempre está en movimiento.
Donde siempre está ocurriendo algo.
Pero...
Curiosamente, esto no ocurría esta vez. Todos los ciudadanos se encontraban impactados ante lo acontecido.
Latveria había sido destruido por Hydra.
La noticia de que Hydra había regresado llamó la atención de los ciudadanos y los llenó de preocupación.
Lo usual hubiera sido ocultar esta información para mantener a las masas tranquilas, pero... SWORD tomó la decisión de no hacer esto.
Aunque sí ocultó información.
No contó que los Vengadores se habían encontrado involucrados en la destrucción de Latveria. Para el resto del mundo, los héroes más poderosos se encontraban en distintas misiones.
Todo esto con el fin de mantener la paz en el mundo.
¿Qué consecuencia traería que las personas se enteren que sus principales defensores no pudieron salvar un pueblo y a su gente?
No podían permitirse otros "Acuerdos de Sokovia".
— No pueden hacer esto — dijo Sam — El mundo debe conocer la verdad.
Sentados en la mesa, los héroes que habían ido a Latveria se encontraban hablando con la directora de SWORD, Abigail Brand.
— ¿Quieres que las personas vuelvan a dudar de los Vengadores? — preguntó Brand — Capitán Wilson, ¿debo recordarle lo que ocurrió la última vez que pasó?
— Engañar a las personas es solo un primer paso — añadió She-Hulk — Después, ¿qué seguirá? ¿cuántas cosas más seguiremos ocultándole al mundo?
— Las que sean necesarias para mantener tranquila a la población.
— Esto no me parece justo — dijo el Cap — Ocultar nuestra presencia no nos permitirá ayudar a las personas en Latveria... ¿acaso no han pensado en eso?
— No deben ayudar a ese pueblo. Pondría en duda la veracidad de nuestras palabras.
— ¿Ya no debería estar en duda? — preguntó Reed — ¿Acaso Victor no se ha pronunciado por los hechos a la ONU?
— Oh, sí... lo hizo — dijo Brand — En una reunión en privado... y el mensaje que dio no fue nada alentador.
El holograma de Abigail cambió por una grabación... el cual mostraba algo muy preocupante.
La imagen de una persona... en una extraña armadura.
"Latveria ha escuchado su decisión. Pero si los gobiernos mundiales no desean hacer pagar a los responsables, entonces yo tendré que hacerlo. Declaramos la guerra a Hydra por el asesinato de mi gente... y a los Vengadores, por la destrucción de mi pueblo"
— ¿Qué lleva puesto? — preguntó Thor.
— La explosión destrozó su cuerpo de tal forma que tiene que usar esa cosa para sobrevivir — explicó Brand, volviendo a aparecer en el holograma — Además, eso nos protege de ver su aspecto...
— ¡Todo esto es nuestra culpa! — dijo Reed, golpeando la mesa — ¡Todo es...! Es mi culpa...
— Reed, tú no podías saber que... — empezó a hablar Sue.
— ¡Tuve que! ¡Yo hice los cálculos! — le interrumpió — ¡Se suponía que...! Se suponía que solo se destruiría el castillo... no el reino.
— Viejo, cualquiera puede cometer un error — dijo Johnny — H-Hasta tú...
— N-No... no debería... mi error trajo la muerte de muchas personas...
Entonces, Reed Richards se levantó de su asiento y se dio media vuelta, retirándose del lugar.
Sue se levantó y lo siguió, dejando a los demás héroes en el lugar.
— Si el mundo conociera la verdad, la reputación de los Cuatro Fantásticos caería por los suelos — dijo Abigail — ¿Acaso quieren que todo el mundo les recuerden el error que llevó a la muerte de miles de personas?
— ¿Cómo hicieron para ocultar la verdad? — preguntó Jennifer — Esta noticia debió de haberse esparcido como la pólvora.
— SWORD se ha encargado de eliminar todo registro de su presencia en el desastre del internet — dijo Abigail — No tienen que preocuparse. Lo que sea que diga Doom a su pueblo, se quedará en su pueblo.
— Lo que significa que tendremos a toda una nación odiándonos — dijo Sam.
— Noto queja en la forma en la que se expresa, Capitán.
— Dígame algo, directora, ¿acaso esto no es lo mismo que Hydra hacía en el pasado? ¿Ocultar la verdad? — preguntó — A pesar de las consecuencias...
— ¡Hágalo, Wilson! Diga la verdad a los medios. Cuente lo que sucedió en Latveria — dijo — Nosotros no tendremos problemas en expulsar a los involucrados del equipo para que los que queden se mantengan impunes.
— ¿Qué?
— El mundo necesita un símbolo y ese símbolo son los Vengadores. No podemos permitir que este equipo de desuna así como así — expresó — No olvide que trabaja para nosotros, Capitán. Si hace algo que perjudique la paz que vivimos, entonces no tendremos problemas en entregarlo a las autoridades.
Los héroes se quedaron callados ante la amenaza de Abigail Brand.
En cierta forma, no había nada que pudieran hacer si querían seguir en libertad y no buscados por las autoridades.
— Serán notificados de alguna nueva misión — dijo Brand — Mientras tanto, manténganse con el perfil bajo... y no hagan ninguna tontería.
El holograma se apagó y las luces de la sala se encendieron.
Aún el lugar se encontraban en silencio... hasta que el Cap se levantó de golpe, retirándose de allí.
— Parece que la cosa no va a mejorar — dijo Johnny, también levantándose — E-Estaremos en contacto...
Ben suspiró y también se levantó, retirándose con su amigo.
Thor hizo lo mismo, retirándose.
Así, en esa sala, solo quedaron tres héroes.
She-Hulk miró a los dos jóvenes, los cuales no habían dicho nada en todo este tiempo.
— ¿Cómo se encuentran? — preguntó Jennifer.
Pero ni Miles, ni Kamala, pronunciaron palabra.
Ambos se levantaron de sus asientos y caminaron a la puerta.
Tenían que ir a otra parte.
— Veo que mal... — expresó Walters, soltando un suspiro.
***
En un hospital, los dos jóvenes caminaban por los pasillos, en una dirección.
Debían encontrarse con Kate Bishop.
Los dos no se habían dirigido ninguna palabra. Habían ido al mismo lugar, casi por inercia.
Dando un giro por un pasillo, se encontraron con alguien sentado en una de las sillas.
Riri Williams.
— ¿Riri? — preguntó Kamala — ¿Qué estás...?
La heroína, ni bien vio a sus compañeros, se levantó de golpe y los abrazó a los dos.
Había estado llorando un buen rato.
— ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó Riri — ¿Qué le pasó a... a Rhodey?
— E-Es algo... algo complicado de explicar...
— Díganme...
Kamala se sentó con ella y comenzó a explicarle todo.
Miles simplemente giró su cabeza y miró por la ventana de la habitación.
Allí estaba Rhodes, en la cama, casi inconsciente.
Según lo que habían dicho los médicos, la luz de la explosión, mezclado a la visión nocturna lo habían dejado casi ciego.
No podía ver bien.
Su pierna izquierda la había perdido también, por lo que no volvería a caminar sin una prótesis.
De todos los Vengadores heridos en Latveria, él había sido el que pasó la peor parte.
— Pude hablar con él... — dijo Riri, con la voz entrecortada — M-Me dijo que... me dio su tarjeta...
— ¿Qué? — preguntó Khan.
— Dijo que esto era lo último que pensaba soportar... — continuó — Dejará el equipo... dejará de ser Máquina de Guerra.
— ¡¿Qué?1 ¡¿En serio?!
Miles también se sorprendió de la noticia, aunque.. de cierta forma, la esperaba.
¿Quién querría seguir después de todo lo que él pasó?
Ver a Rhodey en ese estado solo lo hacía sentir como si fuera un inútil.
Realmente... no había hecho nada durante todo lo acontecido. Solo había perseguido a unos niños antes de que las cosas se salieran de control.
Trató de contactarse con SWORD para que ayudaran a la niña y al anciano que se había encontrado, pero... la zona donde se encontraban había sido arrasada por la explosión.
Y, además, después de lo que dijo Abigail Brand... dudaba de que le hubieran ayudado en primer lugar.
Si así empezaban... ¿cuántas cosas más tendrían que soportar para que la paz se mantenga en el mundo?
¿Acaso tendrían que hacer cosas que no quieren?
Los tres se quedaron un rato, observando el cuarto de Rhodey. Ambos miraban lo dañado que se encontraba.
La Tierra había perdido a otro héroe después de tiempo...
Después de unos minutos más, Kamala y Riri se levantaron y comenzaron a caminar.
— ¿Vienes, Miles? — preguntó Kamala.
— Y-Yo... iré después... — dijo Miles — D-Debo de... mi madre me escribió. Debo irme...
Miles se dio la vuelta y se retiró de allí.
Tenía muchas cosas que pensar en su mente.
***
Balanceándose por los edificios, el Hombre Araña se encontraba callado.
Llevaba horas buscando algún crimen, o algo que detener, pero no había encontrado nada.
Todo estaba muy tranquilo.
El moreno dio un último salto y aterrizó en la cima de un edificio, cerca a su hogar.
— ¡Miles! ¡Por fin puedo contactarte! — habló Ganke, por el teléfono — ¡Viejo! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Tu misión ultra secreta no era en Latveria?!
— S-Sí, bueno... las cosas no resultaron muy bien...
— ¡Amigo, la mitad de Latveria se esfumó por completo!
— S-Sí...
— Oh, ah... lo siento. Es que es muy impactante — dijo — ¿Qué pasó?
— Yo... no pude hacer nada, yo... — dijo Miles, tratando de aguantar sus lágrimas — Amigo, no hice nada para evitar este desastre... yo no... no hice nada...
— Miles, tranquilo... estoy seguro que hiciste todo lo que pudiste.
— N-Ni siquiera pude ponerme mi traje, Ganke. Ni siquiera ayudé al equipo...
— Miles...
— Bro... nunca me había sentido tan inútil desde... desde lo ocurrido en el ayuntamiento...
— Miles, tú no eres un inútil — le dijo Ganke — Eres el Hombre Araña. Tú...
Entonces, alguien aterrizó detrás de Miles.
El moreno se dio la vuelta de golpe, al escuchar el sonido de las pisadas.
No se trataba de otro que Tarántula.
— Ganke, debo colgar... — dijo Miles, colgando la llamada.
— Hola, Miles... — dijo Anton Miguel Rodriguez — ¿Cómo estás?
— ¿Qué haces aquí?
— Vine a hablar.
— No tengo nada de lo que hablar contigo.
— Solo quiero... quiero saber lo que pasó en Latveria.
Miles entrecerró los ojos, sin dejar de mirar a Tarántula.
— No sé de que hablas — dijo Morales, dando un paso para atrás — ¿Lo que pasó en Latveria? ¿No escuchaste? Hydra destruyó ese lugar.
— Sé que los Vengadores estuvieron involucrados — dijo — Por favor, quiero que me digas lo que pasó.
— No puedes saber eso porque no fue así.
— Miles, te seguí cuando fuiste a la Mansión de los Vengadores — le refutó — Vi como subiste a ese Quinjet.
— Eso no significa que... ¡Espera, ¿me estás siguiendo?!
— ¿Qué parte de que A.I.M. te tiene vigilado no entendiste? Quiero mantenerte a salvo.
— ¡No necesito protección! ¡Mucho menos de ti!
— Miles...
— Sé lo que hiciste en el pasado. Servías al gobierno de Delvadia. Hiciste cosas terribles.
— Eso pertenece a otra vida...
— ¡Voy a arrestarte! ¡Te llevaré a las autoridades para que te metan a prisión!
— Miles, escúchame...
— ¡Allá voy!
Miles Morales activó su Bioelectricidad y fue corriendo en dirección de Tarántula.
Este dio un salto para atrás, esquivando el primer golpe.
— ¡No quiero pelear contigo, Miles! — dijo Anton.
Aún así, el moreno no escuchó y volvió a saltar hacia él.
Tarántula bloqueó el primer golpe, cruzando sus brazos, para después agarrar a Miles de la muñeca y lanzarlo unos cuantos metros.
El Hombre Araña aterrizó y se intentó acercar nuevamente, solo para ser bloqueado por Tarántula, y ser tumbando en el suelo.
— Maldición... — exclamó Miles, mientras se levantaba del suelo.
Decidió cambiar de estrategia.
Entonces, de un momento para el otro, el cuerpo del moreno desapareció de la vista de Anton. Se había hecho invisible.
Anton supo de inmediato lo que sucedía, por lo que decidió ponerse a la defensiva. Observaba a todas direcciones, tratando de adivinar de donde vendría el golpe.
Pero no pudo hacerlo a tiempo.
Un puñetazo le dio de lleno en la cara, haciéndolo retroceder.
Después, dos golpes le dieron en el estómago y un fuerte golpe en el mentón lo hizo elevarse y caer en el suelo.
Tarántula se levantó de golpe, para después cerrar los ojos.
Recibió otro golpe en la espalda, para que después, rápidamente, recibiera otro golpe en el estómago. Después, volvió a recibir un golpe en su brazo derecho y otro en su pierna izquierda.
Aún así, Anton siguió con los ojos cerrados. Se concentraba.
Porque, aunque Miles no lo sabía, provocaba un ruido cuando se movía velozmente.
Las chispas Bioeléctricas que envolvían su cuerpo... era lo que provocaba ese ruido.
Con el fin de poder moverse rápidamente, envolvía su cuerpo con su Poder de Veneno.
Era su mayor ventaja... y también, su mayor debilidad.
Tarántula abrió los ojos y bloqueó un puñetazo que iba directo hacia su cara.
Esto sorprendió al joven Morales, quien retrocedió. No entendía porque lo había bloqueado... pero no podía perder más tiempo.
Corrió lo más rápido que pudo, con la intención de volver a golpearlo.
Lastimosamente, no pudo hacerlo. Anton volvía a bloquear sus ataques sin problemas.
Trataba de darle patadas y golpes, pero Rodriguez podía bloquearlos sin problemas.
Miles intentó darle otro puñetazo en la cara, pero Anton solo tuvo que mover ligeramente su cabeza para esquivar el golpe. Después, le dio un cabezazo al moreno, volviéndolo a tirar al suelo.
Esto hizo que se le desactivara el camuflaje, volviendo a estar a la vista.
— ¡¿Cómo hiciste eso?! — preguntó Miles — ¡Solo usas una máscara de tela! ¡No deberías...!
— No necesito tecnología para saber donde me atacarás — le respondió Anton — Haces mucho ruido. Eso me permite saber tu ubicación.
— ¿Qué eres? ¿Daredevil?
— Se podría decir que es algo parecido a lo que él hace — dijo — Aunque claro, no me cayó radiación cuando era niño.
— ¡Diablos!
Miles saltó y comenzó a disparar varias bolas de telaraña. Anton corrió, esquivando estos ataques.
Fue entonces que Tarántula accionó unas garras de sus muñecas, arañando y rompiendo las redes que iban hacia él.
El Hombre Araña, viendo esto, disparó dos largas redes que dieron de lleno en el pecho de Anton. El moreno tiró de estas redes, acercándolo hacia él, para después recibirlo con una patada en el estómago.
Miguel cayó en el suelo, pero saltó y volvió a ponerse de pie.
Sacó un largo cable de su cinturón y lo lanzó hacia Morales. Miles se protegió con sus brazos, pero el cable terminó envolviendo este.
Moviéndose rápidamente, comenzó a correr alrededor de Miles, empezando a envolverlo con su cable.
El héroe trató de liberarse, pero no podía. El cable era muy resistente.
Anton se acercó hacia Morales y le pateó en la pierna, dejándolo de rodillas.
— ¡M-Maldición...! — exclamó Miles.
Tarántula caminó hasta quedar enfrente de Miles.
— ¿Terminaste? — preguntó este.
— ¡Maldita sea! ¡No...!
— Por favor, Miles... deja de...
Pero, sin que Anton lo viera venir, Miles Morales se envolvió en Bioelectricidad.
La cantidad de energía que envolvía al moreno era tal, que parecía iluminar todo el tejado, como si el sol estuviera allí.
Estaba aumentado su poder.
Subía al sesenta por ciento. Después, al setenta.
Ochenta.
Noventa...
— ¡Iré con to...! — trataba de decir Miles.
El Hombre Araña miraba fijamente a Tarántula, pero... algo llamó su atención.
Una pequeña chispa que apareció enfrente de sus ojos.
Una chispa azul.
Esta chispa azul, ni bien chocó contra su Bioelectricidad naranja, causó un pequeño estallido.
Esta explosión tuvo la suficiente potencia como para destruir el cable que lo envolvía... y tumbar a Miles al suelo, dejándolo prácticamente sin energías.
Miles quedó confundido ante esto.
Se sentó y miró sus manos.
¿Qué había sido esa chispa? Nunca antes le había pasado algo así.
Literalmente, eso había generado que toda la energía que tuviera desapareciera en menos de un segundo.
Era como si... su cuerpo lo hubiera repelido.
La sorpresa en el rostro de Miles desapareció, para después entrecerrar los ojos y bajar la cabeza.
Anton lo observaba. No entendía lo que acababa de pasar.
Este suspiró, caminando lentamente hasta Miles... y sentándose a su costado.
— ¿Ya liberaste... toda tu tensión? — preguntó Anton.
— Y-Yo... yo, ah... creo que sí... — suspiró Miles, en forma de respuesta.
— Bien, me alegro... me asustaste por un momento, ¿sabes? Creí que estallarías.
— No... hubiera destruido el suelo si lo hacía.
— Espera, ¿puedes hacerlo?
— Sí, pero no suelo hacerlo... me desgasta mucho.
— Oh... ya veo.
Ambos se quedaron callados.
Estuvieron en silencio por un buen rato. Anton miraba las estrellas, mientras Miles seguía con la cabeza agachada.
— Mira, veo la constelación de Orión — habló Miguel, finalmente — Creo que es la... constelación de Orión... era la cuchara, ¿verdad?
— Latveria fue destruida... y nosotros estuvimos allí — dijo Miles, finalmente — Los Vengadores se dirigieron a ese lugar porque Victor Doom nos pidió ayuda...
— ¿El rey de Latveria?
— Yo no tenía idea del porque, pero era por el resurgir de Hydra... — explicó — Nuestra misión... lo que se suponía que era nuestra misión... era evitar que estos hicieran algo terrible allí.
— Pero terminó pasando...
— Yo no supe todo esto hasta que vi como Latveria caía en pedazos y desaparecía sin más... ni siquiera pude ponerme mi traje... no pude ayudar a nadie allí.
— Miles...
— Vi como morían, Anton... escuchaba a las personas gritar por ayuda y no podía hacer nada porque no tenía mi traje en ese momento... — dijo, tratando de aguantar las lágrimas — Ni siquiera pude ayudar al equipo. Lo único que hice... fue pasear por la ciudad, mientras el resto arriesgaba su vida... igual que cuando Carnage destruyó Nueva York.
— Miles, lo que pasó en Latveria no fue tu culpa.
— ¡Eso ya lo sé! Ya sé que no fue mi culpa, pero... si Peter hubiera estado allí, él hubiera podido hacer algo — le respondió — Hubiera podido ayudar a las personas. A los Vengadores. A la niña que se quedó sin madre... al contrario que yo...
Anton se quedó callado al escuchar eso último.
Lo que le estaba ocurriendo a Miles... era justo lo que no quería que le ocurriera.
— No dejes que la impotencia de carcoma por dentro, hijo... sé como es eso...
— No lo sabes... — dijo Miles.
— Créeme que lo sé... — dijo — Me investigaste, ¿verdad? O, bueno, hiciste unas búsquedas en internet...
— Trabajabas para el gobierno de Delvadia...
— El proyecto del supersoldado... todo el mundo siempre está buscando igualar lo que hizo a Steve Rogers lo que fue — explicó Anton — Después de lo de Karli Morgenthau y los Flag Smashers, el Mediador de Poder siguió en su búsqueda para crear supersoldados.
— ¿Mediador de Poder?
— ¿Conoces Madripoor?
Ante la pregunta, Miles negó con la cabeza.
— Madripoor es como la ciudad de los ladrones. Prácticamente, no hay ley. Un montón de criminales viven allí — le explicó Tarántula — El Mediador de Poder es como el rey de ese lugar. Entonces, este tipo buscaba sujetos de pruebas para probar sus nuevos sueros... y el dictador de mi país quería sus propios Capitanes América.
— Y te usó a ti...
— No solo a mí... sino a mi equipo.
— ¿Tu equipo?
— Yo, Luis Alvarez y María Vasquez. Soldados élites del gobierno de Delvadia. Los mejores a la hora acabar con los detractores — dijo — Nuestro gobernante nos eligió como esos sujetos de prueba...
— ¿Fuiste sin dudar?
— No estoy orgulloso de mi pasado... servía ciegamente a mi gobierno. Era un fascista total... — dijo Anton — Así que, ni bien llegamos a Madripoor, fuimos sometidos a infinidad de pruebas, con la finalidad de obtener el suero.
Ante eso, hizo una pausa.
— Recibimos el suero, nos volvimos más fuertes, ágiles... éramos supersoldados — dijo — Pero también peones de nuestro líder.
— ¿Qué hiciste...?
— El trato con el Mediador de Poder era que nosotros le serviríamos a él, así que, nuestro gobernante nos ordenó que, ni bien tuviéramos lo sueros... asesináramos a todos los que podamos.
— ¿Qué?
— No pudimos llegar al Mediador, pero... dejamos un gran camino de sangre... ¿caminos? — explicó — Volvimos a nuestro país y... nuestro líder estaba más que satisfecho con nosotros.
— Sí, alguien como él seguro estaría orgulloso...
— Comenzamos a ir a misiones en contra de los revolucionarios. Asesinamos a cada uno de los tipos que intentaban levantarse en contra del gobierno... no les dábamos oportunidad, y por un tiempo... lo disfruté.
— ¡¿Lo disfrutaste?!
— Como dije, no estoy orgulloso... mis olas de asesinatos siguieron hasta que... hasta que, mientras investigaba uno de los escondites de los revolucionarios... encontré a mi hija — le dijo — Mi pequeña Jacinda... miembro de los revolucionarios.
Volvió a hacer una pausa, mientras se sobaba los ojos.
— Traté de mantener su escondite lejos de la vista de mis compañeros... incluso, pensé en hablar con mi hija... pero no tuve el tiempo para hacerlo — dijo Anton — Cuando finalmente me digne a hablar con mi hija, y fui a su escondite... lo que encontré, fue una masacre... y a mis compañeros en medio de este.
Se quitó la tela de su cabeza, permitiéndole a Miles ver las lágrimas que desbordaban.
— Vi como uno de mi equipo... uno de los tipos con los cuales luché, mano a mano... asesinaba a mi hija enfrente mía... — dijo — Perdí la razón. Maté a mis compañeros... y no perdí el tiempo para ir y matar al gobernador.
— L-Lo lamento...
— Cuando todo acabó, abandoné mi país, llegando aquí. A Nueva York. Quería empezar de nuevo... quería paz — le dijo — ¿Qué encontré ni bien llegué aquí? Un tentáculo rojo atravesando mi pecho.
— Sí, llegaste en un mal momento... — dijo Miles — Nadie esperaba que Kasady hiciera... bueno, todo lo que hizo.
— Sí, dímelo a mí... pero ese evento cambió mi perspectiva — dijo Rodriguez — Cuando la noticia del sacrificio de Peter Parker se dio a conocer, me di cuenta de como había malgastado mi poder... que ahora...
— Tenías una responsabilidad...
— Mantuve mi nombre de Tarántula con el fin de limpiarlo. Entrené todos los días y me creé hasta un traje — dijo — Y cuando descubrí que Silk se había ido a San Francisco, tuve como objetivo ocupar el lugar que Parker dejó.
— Pero eso no... no te compete.
— Lo sé, pero... no sé, siento que... que debería de... — expresó — Pero entonces, tú volviste. Volviste a ser el Hombre Araña.
— Sí...
— Cuando te vi la primer vez, te seguí hasta tu hogar. Vi a tu familia. Tu madre. Tu hermana... se veían felices — le dijo — Me recordaste a mí, y a mi hija... por eso entré a tu cuarto y te pedí que dejaras de ser el Hombre Araña.
— He sido un héroe por mucho más tiempo que el que tú fuiste...
— Sé que tienes experiencia, lo sé... pero, no puedo evitarlo... me recuerdas mucho a mi hija, ¿sabes? Hasta tienen la misma edad.
— Anton...
— Escúchame, Miles... la vida para las personas como nosotros no es algo fácil. Sobre todo para ti — dijo — Cargas con algo muy pesado. El peso del legado de Peter Parker.
— Lo sé...
— Y el cargar con ese peso te llena de estrés. Mucho estrés... y mucha presión. Tanta que podría hacerte explotar — expresó Anton — Por eso quiero que dejes de ser el Hombre Araña. No quiero que pases por todo esa presión. Lo que sientes por lo que pasó en Latveria... es parte de esa presión. De ese peso.
— Pero puedo con él.
— Miles... intentaste desquitarte conmigo por esa presión.
— B-Bueno... no...
— Dime algo, ¿cómo va tu vida lejos de esa máscara? Porque, de las veces que veía tu cara... no parecías del todo feliz.
— Estoy bien... no me va mal, ni nada por el estilo...
— Miles...
El moreno sabía a lo que se refería Anton.
Sus notas no eran las esperadas para alguien que salió de la Academia Visions. Ni siquiera era algo de lo cual sentirse orgulloso.
Y todo porque no podía concentrarse por su trabajo como Vengador y como el Hombre Araña.
— Estoy seguro que Peter Parker hubiera podido con esto.
— Pero tú no eres Peter Parker, Miles... — dijo — A veces, cuando no puedes con algo... no siempre debes de luchar hasta lograrlo. A veces, solo... debes dar un paso al costado.
— Pero sí puedo.
— ¿Puedes? Dime, ¿podrás mantener esta vida sin que te afecte la otra por el resto de tu vida? ¿Crees que podrás con la presión?
— Y-Yo...
Vivir toda una vida con la presión con la que había estado viviendo hasta este momento... la verdad, era algo que sabía si podría.
¿Qué era más importante? ¿Su vida heroica? ¿Su vida civil?
¿Debía dejar la máscara?
— No lo sé.
— Miles... por favor... — dijo Anton — Déjame tomar el manto del Hombre Araña... déjame cargar con esa responsabilidad. Te prometo que... que no fallaré en eso...
Miles pensó en todo lo que había vivido hasta ese momento.
Giró su cabeza y miró a Tarántula fijamente.
A pesar de ser casi un desconocido para él, realmente le había creído en todo lo que le había contado. Sentía que sí decía la verdad.
No era lo mismo que lo que Peter le contó sobre Mysterio.
Por lo que, ¿debía confiar en este tipo? ¿Confiar en dejar la ciudad en sus manos?
Y la verdad...
— Yo...
...no quería volver a pasar lo que sucedió en Latveria.
Pero...
Hola!!
¿Bonito día para llenar de conflicto al mundo y a Miles, no? Sí, sí que lo es.
Espero muchísimo que les haya gustado el capítulo.
Quedan como nueve capítulo para acabar este primer año. Después seguiría el segundo que será uno muy... curioso...
Nos vemos en el siguiente capítulo!
Hasta pronto.
Publicado el 28/01/22
[DANIKAST]
"Hola. Este podcast es uno mucho más serio de lo habitual. Quiero pensar que todos aquí ya están enterados de la noticia que sacudió al mundo. ¿Y cómo no? Hydra ha regresado. Y no solo fue un regreso normal... sino que ha regresado y se llevó a la mitad de Latveria con ella. De verdad es una gran lástima que ninguno de los Vengadores haya podido estar allí para protegerlos. Esto salió de imprevisto... nadie pudo haberlo visto venir... Quiero mandar, desde aquí, todas mis condolencias al reino de Latveria. Este fue el golpe más duro que una nación pudo recibir en su historia. Tengo la esperanza que los Vengadores podrán ponerle fin a Hydra, como una vez lo hicieron años atrás. Ellos son nuestra esperanza. Son nuestro faro de esperanza en estos momentos de inquietud. Hay que confiar... en que nunca nos fallaran. Hasta la próxima."
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