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Black Cat

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BLACK CAT
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«Incluso muerto... tus frases ñoñas siguen en mi cabeza...»



⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯


Los gatos pueden ser escurridizos.

Nunca se dejan ver a menos que decidan dejarse ver. Siempre se mantendrán ocultos en la oscuridad.

Son acechadores. 

Vigilan a sus presas. 

Buscan el momento oportuno para atacar...

Pero no siempre son fríos.

También son cálidos. También son cariños.

También poseen sentimientos...

...y también, pueden sentir tristeza...

Y remordimiento.

Felicia Hardy. La Black Cat. Y la que desde hace un par de años que era la Queenpin.

Reina del más grande imperio criminal de Nueva York.

Logró destronar a Wilson Fisk del estatus de Kingpin... y acabó con la vida de Hammerhead, terminando con la mayor mafia de Nueva York: Los Maggia.

La criminal más buscada... se encontraba allí sentada.

En una cafetería, rodeada de personas que eran superhéroes.

Siendo justos, ella estaba sola en su lado del asiento. Mientras que enfrente suya solo estaba Miles.

Los demás supers estaban en otras mesas, pero vigilándola.

Felicia los miró de reojo. Estos tenían miradas serias... tratando algunos de parecer amenazantes, aunque no lo lograban del todo...

Después miró al frente suyo... observando a Miles, quien parecía estar realmente molesto.

Ella tenía su rostro casi sin mostrar ninguna expresión...

Las relaciones eran difíciles. Entre familia y amigos.

Y en este caso en específico... era sumamente complicada la cosa.

Suspirando, cerró los ojos.

 Para después abrirlos y mirar a Morales.

— Así que... — dijo Felicia — Mary Jane me contó que vas en tu último año... felicidades.

— Sí...

— Debes de estar nervioso por acabar, yo... te felicito por eso...

Ambos se quedaron callados, mirándose el uno al otro.

— ¿Qué quieres, Felicia?

— T-Tranquilo, no quiero discutir contigo...

— ¿No quieres discutir conmigo? ¡¿No quieres discutir?! — preguntó Miles, golpeando la mesa — La última vez que hablamos... me dijiste que me matarías si nos volvíamos a ver...

— Perdóname, f-fue por...

— Provocaste un gran caos en la ciudad.

— F-Fue por el calor del momento, ¿sí? Discúlpame por eso, yo... yo me disculpo por todo...

Silencio.

Volvieron a quedarse en silencio, mientras se miraban el uno al otro.

— ¿Qué es lo que quieres, Felicia? — preguntó Miles — ¿Por qué estás aquí? ¿Qué quieres de mí?

— Miles, escúchame...

— ¿Robar un helicarrier? ¿Eh? ¿Robarle a Stark? ¿Baxter? ¿Quieres pelear? ¡¿Terminar lo que dejamos inconcluso?!

— ¡Miles, por favor...!

¡Por favor, tú! ¡Tú por favor! ¡Después de todo lo que pasamos, tú fuiste y lo echaste todo a perder! ¡Todo! — dijo Miles — Peter hizo lo que hizo por ti... por mí... por todos nosotros... por nuestro futuro... y tú decidiste escupir en su tumba...

— Lo sé...

— Y ahora, vienes aquí conmigo y me dices ¿"perdón"? ¡¿"Perdón"?! ¡Yo no quiero perdonarte! Lo único que quiero... es golpearte en la cara... — dijo — Porque Peter confió en ti... porque él dijo que tú eras fuerte... porque él confió en ti...

— L-Lo sé...

— Y que hayas hecho todo esto... todo esto hace ver su sacrificio como... como si hubiera sido en vano...

Miles agachó la cabeza.

Felicia abrió la boca, para tratar de decirle algo... pero no pudo. En el fondo, ella sabía que todo lo que le había dicho Miles era verdad. Después de todo, la vida seguía torturándola.

Algunas veces injustamente y, otras veces, como en esta ocasión, con toda la razón del mundo.

Ambos volvieron a quedarse en silencio, sin poder decirse otra cosa más...

— Tienes razón... fue tonto buscar disculparme contigo — dijo Felicia, sacando algo de su gabardina — No merezco tu perdón, pero... quiero que sepas que me arriesgo a venir contigo por una sola razón...

Y entonces, encima de la mesa... Felicia Hardy dejó el USB con el mensaje de Peter Parker.

Miles lo tomó y lo miró... no podía creer que lo tuviera de vuelta. Hace tiempo que lo perdió cuando peleó con Black Cat y ahora... lo recuperaba.

— ¿Lo escuchaste? — preguntó Miles.

— Sí... varias veces...

— Y aún así... ¿no lo dejaste? ¿No buscaste forma de dejar de ser la Queenpin? ¿Qué acaso no te importa tu hijo?

Felicia se le quedó mirando fijamente...

— Sí busqué formas — le dijo — Maldita sea... ¡Por supuesto que busqué alguna forma!

— ¡No te creo!

— ¡No me importa si me crees o no! ¡Sí busque una manera de salir de esta... esta vida! — le reclamó — ¡No por mí! ¡Ni por ti! ¡Sino por él! ¡No te atrevas a decir que no le hecho, Morales!

— ¡Creerte es muy difícil!

— Llevó desde que empecé en esto buscando alguna forma que no perjudique la vida de mi hijo... pero no he encontrado...

— No te creo... simplemente, no te creo...

— Piensa lo que quieras, Morales... no me importa ya... 

La peliblanca volvió a suspirar, tratando de calmarse.

— Creo que tú y yo no tenemos nada de qué hablar — dijo Miles, poniéndose de pie — Vamos afuera y terminemos con esto.

— No pelearé contigo...

— Entonces voy a tener que arrestarte y...

— Miles... el mundo entero está en peligro.

Al decir eso, Miles se le quedó mirando, sorprendido.

Sus amigos habían escuchado eso, realmente confundidos por lo que le había dicho.

— ¿Qué quieres decir con eso? — preguntó Morales, sentándose — ¿Cómo que el mundo está en peligro?

— El planeta entero... bueno, quizás el universo. No lo sé... no estoy segura...

— ¿De qué hablas?

— Te explicaré todo. Lo prometo, pero... solo te pido que me escuches... ¿puedes hacer eso?

— ¿Escucharte? 

— Por favor... por... por nuestra vieja amistad...

— No lo sé...

— Miles... por favor...

El joven de Brooklyn se le quedó mirando...

No le creía, pero... ¿qué loco diría que el mundo estaba en peligro así nada más?

Lentamente, Miles asintió con la cabeza.

Y Felicia... comenzó a contar...

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Varios días atrás.

La Black Cat se encontraba en su penthouse.

Estaba sentada, observando su antifaz... dudosa.

Realmente se encontraba como Wilson Fisk dijo que él se sintió.

No quería ponerse el antifaz. No quería salir allí afuera y seguir siendo la Queenpin.

Quería quedarse en su penthouse... con las personas que alguna vez sintieron algo por ella.

— ¿Ya te vas? — preguntó Mary Jane, bajando las escaleras.

— Sí... — dijo Felicia, sin moverse.

— Acabo de acostar a Walter... ¿no crees que deberías hablar con él? 

— ¿De qué?

— ¿Cómo que de qué? Obviamente de tu viaje a San Francisco. Desde que te fuiste, estuvo preguntando por ti todos los días.

— ¿Por mí? Si apenas puedo verlo...

— Aún así te quiere...

— No digas mentiras.

— Te digo la verdad.

— Bueno, será temporal entonces... tarde o temprano comenzará a odiarme.

— No si renuncias a esta vida.

— No es tan fácil.

— Sí lo es.

— No lo es... no tienes idea de todos los riesgos que conlleva simplemente dejar mi puesto. Lo mucho que lo perjudicaría a él... a ti... — dijo Hardy, poniéndose de pie — En parte... me alegra mucho no pasar tiempo con él, ¿sabes?

Ante lo dicho, la pelirroja abrió los ojos de sorpresa.

— ¿P-Por qué dices eso? — preguntó MJ.

— Porque... cuando llegue el momento de que alguno de mis enemigos llegue y... me mate... — respondió — No le va a doler tanto... como a mí me dolió cuando murió mi padre...

— Felicia, si piensas eso...

— Es lo mejor... — dijo — Solo prométeme que... si algo me pasa... te encargarás de que él no sufra lo mismo que yo sufrí...

— No voy a prometerte algo tan...

— MJ... por favor, necesito... necesito estar segura de que mi hijo estará bien sin mí...

La pelirroja se le quedó mirando a Hardy...

Te lo prometo — dijo Mary Jane — Nada malo le pasará a Walter.

— Gracias... — dijo Felicia, casi como un suspiro.

Se puso su antifaz y caminó hasta la terraza... sin que se diera cuenta que, arriba de las escaleras, el pequeño Walter se encontraba allí.

Había escuchado toda la conversación.

El niño se puso de pie y se fue corriendo a su cuarto... tembloroso.

Mientras Felicia Hardy se iba de allí, en dirección a su escondite.

***

Felicia Hardy se encontraba en su escondite. En una habitación casi a oscuras, con una luz que iluminaba la mesa que tenía enfrente suya.

Una mesa circular, con cuatro asientos rodeando esta mesa.

Y cada una de estas sillas se encontraba siendo ocupadas por los miembros del gran Consejo Criminal.

Tombstone. Eel. Don Fortunato. Black Cat.

— La fuga fue un éxito — dijo Tombstone — Todos los que fueron arrestados por SWORD se encuentran libres.

— Me alegra escuchar eso, Lonnie — dijo Black Cat.

— Nada de esto hubiera pasado si me hubieran escuchado — exclamó Edward, reclinándose en su asiento — Esa chica Silk no era de fiar. Su cambio de actitud fue muy drástico...

— Nadie pidió tu opinión, Lavell...

— Por favor, mi reina... sabes que tengo razón. Debió morir cuando te lo advertí.

— De hecho, creo que sería lo ideal buscar asesinarla — dijo Fortunato — Mi familia tiene una tradición... los traidores deben pagar.

— Ya me encargué de hacerle entender a Silk lo que le pasa a los traidores... — dijo Felicia — No creo que debamos preocuparnos más de ella.

— ¿Te hiciste cargo? — preguntó Lavell — ¿Qué hiciste? ¿La mataste?

— No...

— ¿La dejaste vivir?

— No, ella... se me escapó de las manos — mintió — Pero la dejé como un perro ensangrentado.

— Querrás decir gato.

— Sarcástico...

— Es mi encanto, lindura.

— SWORD nos tendió una trampa — dijo Tombstone — Logró infiltrar a uno en nuestras filas. Y no sabemos si lo volverán a intentar... creo que deberíamos darles una lección.

— Y yo tengo la mejor propuesta del mundo — exclamó Edward, poniéndose de pie — Tenemos una ventaja sobre varios héroes. Si les damos a nuestros hombres algunos de los planes de contingencia que tenemos...

— Creo que fui muy clara con ese tema — dijo Felicia — Esos planes no salen de este cuarto.

— ¿Por qué? Podemos acabar con varios de ellos en menos de un segundo. Haría nuestros robos más fáciles.

— T-Tengo que compartir opinión con Edward — dijo Fortunato — Nunca nos diste una verdadera razón por la que no podíamos usar esas ventajas contra ellos. 

— Sí... es raro... — dijo Lincoln — Tomando en cuenta que Hammerhead hizo lo mismo para acabar con los Maggia... y casi con todos nosotros.

— ¿Acaso quieren rebajarse al nivel de Hammerhead? — preguntó Felicia.

Nos da igual — dijo Eel.

Hardy se quedó mirando a los líderes criminales, quienes esperaban una respuesta suya.

Sigue siendo no — dijo Black Cat, poniéndose de pie — No usaremos esos proyectos para atacar a los héroes. Nos enfrentaremos a ellos de la manera tradicional. Y solo cuando sea necesario.

— Por favor, Hardy... — dijo Edward — ¿Acaso sientes preocupación por esos tipos...?

— Vuelve a repetir eso y me encargaré de tirar tu estúpido trasero de mi organización.

— Claro... organización...

— Te lo advierto...

Edward simplemente alzó las manos, guardando silencio.

La Queenpin suspiró, mientras se sobaba la frente.

— La reunión se acabó — dijo — Lárguense.

Los jefes se levantaron de sus asientos y, uno por uno, comenzó a retirarse de allí.

Edward Lavell giró su cabeza, mirando una última vez a Hardy, empezando a reír ligeramente... y retirándose de allí.

Una vez la puerta fue cerrada en aquella habitación, Felicia apretó sus dientes y tiró su silla al suelo, mientras soltaba un pequeño grito de rabia.

— Que gran energía — dijo Anastasia, aterrizando del techo — Me sorprende como puedes aguantar a esos idiotas.

— Siempre cuestionan mis órdenes...

— Bueno, das órdenes cuestionables.

Felicia se giró y miró a Ana, con fastidio.

— ¿Qué quieres? — preguntó la peliblanca, mientras caminaba hacia la silla que tiró.

— Mi revancha.

— ¿Tu qué?

— Tu entrenamiento... terminó — le dijo Anastasia — Ya puedes valerte por ti misma. Si acabaras en la selva, sobrevivirías por años.

— No tengo tiempo para tus tonterías...

— Ni yo... quedamos en un trato, Hardy. ¿Lo olvidaste? Te entreno...  y obtengo mi revancha... y mi honor.

— ¿Para qué? ¿Para volver con aquella familia que decidió darte la espalda? 

— Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, Hardy.

Ante lo dicho, Felicia suspiró.

— Bien, de acuerdo... — le dijo — ¿Quieres tanto esa pelea? La tendrás... pero no ahora. Estoy ocupada.

— ¿Cuándo?

— Te enviaré un e-mail.

Black Cat simplemente se retiró de la habitación, dejando sola a Anastasia.

Ella se enojó y se dispuso a ir tras la peliblanca... pero antes de que pudiera hacerlo, alguien la agarró del hombro.

— ¿Qué quieres, Merodeador? — preguntó Ana.

— ¿Recuerdas de lo que te hablé? — preguntó Aaron.

— Sí...

— Llegó la hora... Hablaré con Hardy...

— ¿Y si te dice que no?

Aaron simplemente se quedó callado...

***

Felicia Hardy siguió caminando por las instalaciones de su escondite.

No iba a ningún lugar en específico. Simplemente caminaba, con una mirada de estar molesta. Le molestaba estar ahí...

Pero, fue en ese momento que, al girar en una esquina, se encontró con otras dos personas.

Boris y Bruno.

Ella los miró de reojo... y siguió su camino.

— ¿Seguirás ignorándonos? — preguntó Boris.

Ella no respondió.

— ¿De verdad vas a seguir así? ¿Ni un "hola" o algo?

No respondió... simplemente siguió su camino.

— ¿Sabes algo, Bruno? Creo que ya estoy harto de todo esto — dijo Boris — Me largo de aquí.

— ¿La dejaremos? — preguntó Bruno.

— ¿Quieres quedarte aquí?

— Yo... no...

— Entonces, puedes acompañarme.

Los dos se dieron media vuelta y comenzaron a caminar por el otro lado del pasillo.

Felicia Hardy se detuvo y miró detrás suyo, viendo como ellos dos se retiraban...

Su rostro amargado había cambiado por otro rostro...

Tristeza.

Rápidamente, volvió a ponerse seria cuando escuchó a alguien caminando cerca suyo.

— Aaron Davis — dijo Felicia.

— Hardy — dijo — Te estaba buscando.

— No hemos tenido un buen momento para hablar... tú y yo...

— No...

— Tienes que responderme algunas preguntas.

— Y lo haré. Finalmente, voy a contarte todo... Así que, sígueme...

El Merodeador se dio la vuelta, empezando a caminar. Felicia Hardy lo siguió.

No sabía a donde lo llevaba... pero estaba sumamente intrigada.

Ya sabía que algo escondía, pero no el qué. Este era el momento en que descubriría la verdad. La verdad que llevaba mucho tiempo querer saber.

***

Cuando los dos llegaron al final de uno de los pasillos, el Merodeador colocó su guante sobre la pared... la cual fue escaneada, dándole autorización.

Entonces, la pared se abrió en dos, dando paso a otra habitación.

— No tenía idea de que esto estaba acá... — dijo Felicia.

— No elegí este escondite al azar, Hardy...

— Ya me di cuenta...

Los dos comenzaron a caminar por aquella oscura habitación.

No se podía ver muy bien que había dentro, pero se podía intuir que era grande.

— Hardy, te he estado engañando con algunas cosas — dijo Aaron — He estado haciendo cosas a... tus espaldas...

— Ya lo sé... — dijo Felicia — ¿Lo del helicarrier? Sabía que fuiste tú... y también supe que fuiste a visitar a Miles.

— Así es...

— ¿Por qué? ¿Piensas traicionarnos?

— No... todo tiene una razón...

— ¿Cuál razón...?

El Merodeador se detuvo.

Se quedó inmóvil, observando la oscuridad del cuarto en el que se encontraban.

Después, presionó un botón de su guante, guardando su casco en su traje.

Acercó su mano hacia lo que parecía ser un panel de control, encendiendo una enorme pantalla.

Habían llegado al final de esa habitación, mostrando lo que era una computador gigante.

Y allí... había una foto...

Jefferson Davis... — murmuró Felicia.

— Mi hermano y yo éramos inseparables... Nada nos paraba. Vivíamos de lo que robábamos. Enfrentábamos las dificultados apoyándonos el uno del otro... — dijo Aaron — Pero... cuando mi hermano se volvió policía... él y yo nos... distanciamos un poco...

— Sí... me contaste la historia...

— No estuve con él... En sus últimos momentos, lo único que sintió hacia mí era... odio... mucho odio... La última vez que hablamos... cuando me vio en este traje, él me llamó monstruo... me dijo que era un monstruo... y era verdad.

Aaron se sobó los ojos, tratando de evitar no llorar.

— No hay día que pase que no me arrepienta de todo lo que he hecho, Hardy... que no piense que debí haber hecho las cosas diferente. Las cosas bien. Si tan solo hubiera estado a su lado, quizás él no hubiera muerto... nadie hubiera muerto...

— Aaron...

— Al igual que yo... tú comprendes el dolor de perder a un ser querido. Por eso quise aliarme contigo. Porque tú y yo éramos iguales — dijo — Tú perdiste tu inocencia en las calles... perdiste a tu madre por el alcohol... a tu padre por sus decisiones. Tus seres queridos... a Peter Parker... perdiste a mucha gente...

— Eso no nos hace iguales...

— Lo hace, Hardy... porque eso significaría que queremos algo en común... muy en común — expresó, mirando a la pantalla — Los dos queremos que vuelvan... queremos que regresen a nuestras vidas...

— Eso... quizás sea verdad... — dijo Felicia, agachando la cabeza.

— Y si encontramos la forma... haríamos todo lo necesario para traerlos de vuelta.

Ante lo dicho, Felicia alzó la cabeza.

— ¿De qué hablas, Aaron? — preguntó.

— De esto...

El Merodeador presionó un botón del teclado, cambiando la imagen a una grabación.

Una grabación que él mismo había hecho.

Y lo que se mostraba...

Cuando la gran masacre de Carnage llegó a su clímax, la única alternativa que encontró Felicia Hardy para poder hacerle frente a los simbiontes fue usar el poder del Fragmento de Yggdrasil, Un pedazo de madera que contenía el poder el árbol de los Nueve Reinos.

Con este poder, Felicia Hardy se volvió sumamente poderosa, logrando hacer frente a los simbiontes que la atacaban... pero que también casi le hace perder la cabeza.

— ¿Es todo? — preguntaba Felicia, mientras liberaba todo su poder mágico — ¡¿Es todo lo que tienen?!

La peliblanca lanzaba sus rayos mágicos a diestra y siniestra, empezando a destruir todo Central Park.

Se podía ver como el Doctor Strange estaba cerca, defendiéndose como podía de las bestias rojas... e intentando acercarse a Felicia.

— ¿Cómo es posible que tú...? — se preguntó Hardy.

— Ustedes no fueron los únicos que no murieron en la masacre... yo también sobreviví — dijo Aaron — Aunque, si no hubiera sido por ti, estoy muy seguro que esas cosas hubieran acabado conmigo.

— ¿Por qué me muestras esto?

— Por esto...

Aaron adelantó un poco la grabación, mostrando un momento más.

Un momento donde Strange había logrado acercarse a Hardy.

— ¡Felicia! ¡Estás canalizando el poder puro de la creación! ¡Es muy amoral y destructivo! ¡Como una bomba atómica! — exclamó Strange — ¡Debes dejar ir esa magia antes de que te sientas abrumada...!

Se pudo ver como Black Cat le apuntaba con su bastón y liberaba un gran poder mágico, obligando a Strange a defenderse con su escudo mágico.

— Rezo a todos los dioses que he conocido para que seas lo suficientemente fuerte... como para resistir la tentación del poder supremo...

Y entonces, la grabación acabó.

Felicia dejó de ver la pantalla, comenzando a sobarse los ojos.

— ¿Q-Qué...? — preguntó Hardy, claramente alterada.

— Yo me encontraba oculto entre los árboles. Las bestias que me atacaban me dejaron tranquilo porque fueron a atacarte a ti... — dijo Aaron — Lo que me permitió ver y grabar el gran poder que desprendías... y escuchar lo que dijo Strange.

— ¿El qué? ¿Qué era un poder amoral y destructivo? ¡¿Qué estuve a punto de sucumbir a la tentación?!

— No... que era el poder puro de la creación...

— ¿Qué?

— Eso me dejó intrigado, así que recurrí al único mago que conozco... que me debía un favor — dijo Aaron — Mordo me contó como ese fragmento poseía un poder inconmensurable. Prácticamente, quien lo usara, sería un dios... con la capacidad de crear lo que sea...

— Aaron, tú...

— Y le pregunté si eso serviría para traer personas de regreso a la vida...

— No... — dijo Felicia, sobándose los ojos.

— Y me dijo que sí...

Aaron se dio la vuelta, observando a Felicia Hardy.

— Esta es nuestra oportunidad de enmendar las cosas. Nuestra oportunidad de traerlos de vuelta. De traer a todos los que murieron por nuestra culpa de vuelta — dijo Aaron — Podemos traerlos de regreso... podemos, finalmente, ser felices con las personas que amamos.

— El fragmento fue destruido. Yo lo destruí...

— Por eso robé ese helicarrier... para intercambiarlo por el Cubo Cósmico — dijo Aaron — ¿La tecnología que robamos? Todo está siendo utilizado para esto. Un traje con la capacidad de brindar energía a cada pedazo del fragmento que fue destruido.

Presionando otro botón, una luz se encendió en otra habitación, mostrando un traje de Merodeador... pero este era muy diferente.

Parecía que en varias partes del traje había pequeños espacios donde colocar los pedazos del Fragmento de Yggdrasil... y en el pecho del traje, había un compartimiento. Un espacio perfecto para colocar el Cubo Cósmico.

— Una vez que el Cubo Cósmico brinde de energía cada pedazo del fragmento... podremos usar su poder para lo que queramos — dijo Aaron — Mi hermano podrá volver a la vida... también Phin... Tu padres, Hardy. Tu Peter volverá...

— ¿Mi... Peter...?

— Sí... eso es lo que quieres, ¿no? Que Peter Parker regrese a tu lado... que tu pequeño Walter posea un padre... una familia... que no acabe como tú acabaste... que no se repita el ciclo...

— ¿El... ciclo...?

— Podemos cumplirlo juntos, Felicia... lo haremos juntos... 

Felicia Hardy se le quedó mirando, para después girar su cabeza... y observar la pantalla.

Esto era lo que tanto había buscado el Merodeador... ¿Aquello que lo hizo esforzarse por tanto tiempo?

Querer recuperar a su hermano... pensar en ella y proponerle traer a Peter de regreso a la vida...

Y no solo eso... podrían volver a traer a todos los que murieron... 

Desde Iron-Man... hasta Pepper Potts. Los héroes que cayeron por Mysterio.

Aquellos que murieron por sus propias manos y que la siguen atormentando en sus pesadillas.

Podrían hacerlo, pero...

Pero...

No... — dijo Felicia.

— ¿Qué...? — preguntó Aaron.

— N-No... no h-haremos esto...

— ¿Cómo...? ¿Por qué...?

— Porque es muy peligroso.

— ¿P-Peligroso...? Te digo que el traje nos permitirá controlar el poder del fragmento.

— No lo entiendes. Dentro de ese fragmento hay... algo... un ser vivo. Magia viva — dijo —Magia antigua y muy salvaje... que hará lo que sea para poder controlar tu cuerpo...

— A ti no te controló...

— Porque pude mantenerme fuerte y negarme a lo que me ofrecía.

— ¿Y qué te ofreció exactamente?

— Todo... poder, familia, ser feliz...

— Debiste haber aceptado...

— Eran mentiras, Aaron.

— No puedes estar segura.

— ¡Sí, lo estoy! ¡Trató de hacerme aceptar!

¡Pero no aceptaste! ¡Y aún así, pudiste usar un pedazo de su poder! Tal vez si yo lo uso para revivir a todos antes de que...

— Así no funcionan las cosas, Aaron... ese tipo no...

— No puedo creer que estés diciendo esto...

— Tienes que escucharme. Ese tipo...

— ¡Tenemos lo necesario para arreglar todo! ¡Para traerlos de vuelta! ¡Para poder ser felices por una buena vez! — le reclamó — ¡¿Y tu respuesta es no?! ¡Dime, ¿qué acaso no amabas a Peter Parker?! ¡¿Qué acaso no quisieras que estuviera de regreso?!

— ¡No hay día que no desee que él estuviera a mi lado, Aaron! ¡Ni un maldito día pasa que no recuerde como murió en mis brazos...! — dijo — Pero... pero si él regresa a la vida... y ve como regresó a la vida... jamás me lo perdonaría...

— ¿Qué?

— Usar ese poder causaría solo caos y destrucción... Antes de que regresen, la mitad de la ciudad estaría en ruinas.

El Merodeador se quedó callado... mientras observaba a Hardy, fijamente.

Estaba serio...

Muy serio...

— Así que... ¿tu respuesta definitiva es no?

— Así es... no olvides tu lugar, Davis — dijo Felicia, dándose la vuelta — Quiero que te deshagas de todo esto. Entrégaselo a SWORD, o qué sé yo. No me importa... pero olvida este plan, Aaron. Te lo advierto.

Y entonces... Black Cat se retiró de allí.

Dejando solo al Merodeador.

— No, Hardy... — dijo Aaron, volviendo a activar su casco — Tú no debes olvidar... cual realmente es tu lugar... marioneta...

Entonces, presionó un botón de su guante... mandando una señal.

***

Black Cat planeaba retirarse de su escondite.

Quería volver a casa e intentar pasar tiempo con su hijo... si es que Mary Jane no lo había sacado a pasear... cosa que era muy probable.

Estaba cansada de todo esto... de seguir con toda esta cosa... ¿de verdad Fisk pudo seguir con esto tantos años a pesar de que ya no quería? Sí que tenía una gran fuerza de voluntad.

Paró de golpe.

Algo andaba mal...

Rápidamente, dio un salto hacia atrás, esquivando lo que parecía ser veneno.

Este veneno cayó sobre la pared, empezando a fundirla.

— Así que... Scorpia — dijo Felicia, viéndola — ¿Explicación?

— No es nada personal — dijo Elaine Colls, con una sonrisa — Pero te dije... que cuando esto comenzara a fallar... te mataría.

— ¿Y cuándo comenzó a fallar?

— Cuando te negaste a la propuesta del Merodeador.

— ¿Qué?

Scorpia saltó hacia Felicia, liberando su veneno.

Hardy logró agacharse y escabullirse por detrás, para después impulsarse y patearla en la espalda.

— Así que el Merodeador te mandó a matarme...

— No solo a mí... — dijo Elaine, sonriendo.

Black Cat vio, a su izquierda, como el Fundidor le apuntaba con sus guantes. Así que, en un movimiento rápido, disparó una bala eléctrica a Bruno Horgan, paralizándolo momentáneamente.

Scorpia volvió a ir a por ella, pero Hardy le dio un puñetazo en la cara, logrando alejarla unos pasos. Elaine volvió a intentar atacar, disparando rayos de sus guantes.

Ante este ataque, Felicia tuvo que correr, esquivando lo mejor que podía los disparos.

— ¡No te me escaparás! — exclamó Elaine, empezando a correr.

Girando en una esquina, Hardy accionó sus garras y se quedó esperando a la llegada de Colls, cosa que no tomó más de dos segundos.

Cuando estuvo cara a cara, logró arañarle la mejilla izquierda a la asesina, causándole una herida. Pero esta simplemente sonrió y se lamió la sangre.

— Asco... — dijo Hardy, dando un salto hacia atrás.

Felicia disparó un cable que fue directamente por todo el pasillo, incrustándose en una pared. Después, presionó el botón de su gancho y terminó siendo arrastrada rápidamente por todo el pasillo.

Esto le permitía esquivar el veneno que Elaine empezaba a dispararle.

Pero, a mitad de camino, su cable fue cortado por un boomerang.

Era obvio quien lo había lanzado.

Sin perder mucho tiempo, la gata negra liberó varias granadas de humo, logrando hacer imposible que pudieran verla.

Fred Myers empezó a lanzar sus boomerangs por medio del humo, pero estos no le daban a nadie.

Felicia Hardy había desaparecido de allí.

Ella había logrado colarse por uno de los conductos de ventilación, empezando a arrastrarse por ahí.

— Maldita sea... — murmuró la peliblanca — ¿Acaso todos aquí se pusieron en mi contra?

Pero al momento de decir eso, una gigantesca mano atravesó el conducto y la sacó de allí... para después ser abrazada por el hipopótamo humanoide.

Les dije que estaba allí — dijo Fixer — Mis datos nunca fallan.

En el comedor del escondite, se encontraban Skein, 8-Ball, Swarm, Escarabajo e Hipo, quien la abrazaba con fuerza.

— Tú y yo somos amigos — exclamó Hipo, sonriente.

— ¿J-Janice...? — preguntó Felicia — Vamos, te salvé la vida...

Al escuchar eso, Lincoln simplemente suspiró.

— Lo siento, Cat... — le dijo, apuntándole con sus guantes — No es que esté feliz de esto...

— ¡Menos hablar, señores! — dijo 8-Ball, mostrando una bola de billar — ¡Y más atacar!

Black Cat envolvió sus garras en electricidad, para después golpear a Hipo en el estómago, provocando que este la suelte.

Por desgracia, 8-Ball le lanzó la bola, estallándole en la cara y provocando que la estrellara contra una pared.

Eso le había dolido.

Aún así, no podía quedarse quieta o moriría... 

Los villanos trataron de buscarla entre el humo de la explosión, cosa que Felicia aprovechó.

Se levantó como pudo del suelo y corrió hacia la primera persona que logró ver entre el humo.

Era Skein.

Cuando Sybil la vio, usó sus poderes de controlar los tejidos para ajustar varios hilos del traje de Hardy en su piel, provocándole grandes heridas.

Felicia cayó de rodillas, pero después se levantó y le dio un fuerte cabezazo en el mentón a Skein, dejándola inconsciente.

Lastimosamente, su daño ya estaba hecho... y comenzaba a perder sangre por culpa de esas heridas en sus brazos y piernas.

Debía escapar rápido.

Se giró, en dirección de la salida de la cafetería... y se encontró, cara a cara, con Escarabajo.

Janice le apuntaba con sus guantes.

Felicia se le quedó mirando, seriamente... ella esperaba que le disparara en la cara.

Pero antes de que pudiera hacer algo, Lincoln bajó sus brazos y se hizo a un lado, dejándola pasar.

Ante lo hecho, asintió con su cabeza y Hardy se fue corriendo de allí, lo más rápido que pudo.

Pero una vez atravesó las puertas de la cafetería, Swarm las destruyó, empezando a perseguirla con sus abejas robóticas.

Hardy disparó varias de sus balas eléctricas, provocando que Swarm tuviera que quedarse atrás.

Así, Felicia atravesó otras puertas y ya se encontraba cerca de la salida.

Siguió corriendo por todo el lugar... hasta que sus pies pisaron lo que era un láser.

Giró su cabeza, lentamente, viendo que era lo que provocaba ese láser... dándose cuenta que activaba una bomba.

Rápidamente, vio una de las ventanas del escondite y corrió hasta allí.

La bomba estalló por completo y la onda expansiva le dio de lleno... estrellándola contra una pared y saliendo disparada del escondite, acabando a varios metros lejos.

Movió su cabeza, bruscamente, tratando de evitar que esta siguiera dándole vueltas... y entonces, los vio.

Veía al Merodeador, quien la observaba fijamente. Junto a él estaba Eel, Tombstone y Fortunato.

Los villanos salieron también del escondite, empezando a rodearla.

Todo su imperio... absolutamente todo por lo que se había esforzado hace tiempo... le acaban de dar la espalda.

Acaba de ser traicionada por aquellos por quien luchó.

Por el Merodeador...

— E-Esto es... malo... — murmuró Hardy, poniéndose de pie — Muy... muy malo...

— ¡Esto no tenía que acabar así, Hardy! — dijo el Merodeador.

— Todos ustedes... siempre supieron del plan del Merodeador... ¿verdad? 

— Poco después de que fuimos reclutados — dijo Speed Demon — Debo decir que me costó creerle, pero...

— ¡Su propuesta fue muy motivadora! — exclamó Fundidor.

— ¿Y qué les propuso... ese mentiroso...? — preguntó Hardy, limpiándose la sangre que salía de su boca.

El Merodeador aterrizó en medio de todos ellos, acercándose a Hardy lentamente.

— Les propuse dinero. Les propuse una ciudad solo para criminales — dijo el Merodeador — Poder. Fama. Inmortalidad. Con el fragmento de Yggdrasil, nosotros podremos tener lo que queramos...

— Eres un mentiroso... — dijo Felicia — D-Desde el comienzo, tú... siempre me engañaste...

— Lamento que las cosas tuvieran que ser así...

— Me usaste... — exclamó — Fui tu juguete... y ahora me deshechas como si fuera basura...

— No quería esto... si tan solo hubieras aceptado...

— ¿Qué hubiera pasado...? ¿Continuaríamos con esta farsa? ¿Yo? ¿La "Queenpin"? Mientras que tú... ¿qué? 

— Lo siento, Hardy...

— ¿Por qué me usaste...?

Aaron la miró fijamente...

Las cosas finalmente estaban saliendo a la luz, así que ya no importaba seguir ocultando cosas.

— Porque necesitaba a un chivo expiatorio — dijo el Merodeador — Alguien que la policía busque fervientemente... que no sea yo...

¡¿Qué?!

— Los héroes y la policía te buscan a ti, Felicia Hardy. Te buscan y tratarán, por todos los medios, de meterte en prisión. Porque tú eres la Queenpin... tú eres quien inició con todo esto y lideró a esta banda de idiota.

— ¡Maldito!

— Así que tú eres la más buscada... mientras que yo simplemente paso bajo el radar...

— Les diré la verdad...

— Y dime, Hardy... ¿quién te creerá ahora? ¿Quién confiará en la palabra de la Queenpin? 

Felicia apretó los dientes, de impotencia...

Trató de buscar alguna ruta de escape con su mirada, pero no encontraba ninguna. Estaba completamente rodeada.

Por todo su imperio...

Si quería salir de allí... debía de luchar.

— Quiero que la maten — dijo Aaron, dándose la vuelta — Acaben con ella ahora...

Accionando sus garras, Felicia miró amenazadora a todos los supervillanos que la rodeaban.

No podía hacer nada... más que pelear...

O luchaba... o moría...

***

Penthouse.

Felicia Hardy entró a su hogar, tambaleándose...

No estaba bien... para nada bien...

Dejaba un rastro de sangre por donde caminaba, intentando apoyarse en una de las paredes.

Lastimosamente, esto no fue suficiente, tropezando y cayendo al suelo.

Su traje estaba completamente destruido... al igual que su orgullo.

Apenas podía moverse... apenas podía respirar...

Estaba sumamente herida.

— M-Mary... Mary Jane... — dijo, con las pocas fuerzas que tenía — W-Walter... no, Walter no... M-Mary Jane... ¡M-MJ, n-necesito que...!

Giró su cabeza lentamente... solo para ver una escena que no esperó.

Todo estaba hecho un desastre.

Habían sillas rotas. Mesas destruidas... y un poco de sangre en una de las paredes.

Se levantó como pudo, empezando a caminar.

— ¿W-Walter...? Walter... Walter... — murmuró, mientras subía como podía las escaleras — ¡Walter! ¡¿Walter?! ¡¿D-Dónde estás, hijo?! ¡¿Walter?! ¡WALTER!

Entró al cuarto donde dormía su hijo... viendo como este se encontraba hecho un desastre.

Todo su penthouse se encontraba hecho un desastre.

Mary Jane no estaba.

Walter, su hijo, tampoco estaba.

Mirando en la pared del cuarto, había una nota:


"Intenta algo... y ellos lo pagan"


Sintió como todo el peso del mundo comenzaba a ponerse sobre sus hombros, lo que hizo que cayera al suelo.

— No, no, no... — murmuró, mientras tiraba de sus cabellos — No... no, no, no... No... ¡No, no, no! ¡No, por favor, no! ¡No!

Comenzó a sentir como las lágrimas salían de su rostro, mientras su expresión de impacto no cambiaba.

— Por favor, no... no... Mary Jane no... mi hijo no... no ellos, por favor... Dios, no... no... — exclamó, empezando a golpear el suelo — ¡Ellos no! ¡No ellos! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡Por favor, no! ¡No me hagas esto! ¡Por favor, no me hagas esto! ¡No a ellos!

Por mucho que se quejase... no había nada que pudiera hacer...

Por mucho que siguiera golpeando al suelo... no iba a arreglar esta situación en la que ella misma se metió.

El destino decidió darle esta vida llena de sufrimiento. Era para lo que nació. Para sufrir por sus propias acciones...

Para ser manipulada.

Para que, sin importar lo que hiciera, estuviera destinada a fracasar y a caer...

Y ahora, sus personas cercanas iban a sufrir por su culpa... todo lo que iba a pasar... iba a ser por su culpa...

No había nada que pudiera hacer...

Necesitaba ayuda... necesitaba un héroe...

Sacando de su cinturón, vio como el USB que le robó a Miles seguía intacto... con el audio que dejó Peter Parker...

Gran poder... y gran responsabilidad...

— Te necesito...

Iba a ser complicado, pero...

...tenía trabajo que hacer.

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Miles Morales se quedó sorprendido ante el relato que le había contado Felicia Hardy. Aunque no era el único.

Sus amigos se encontraban igual de sorprendidos.

— Mi tío Aaron... mi papá... — murmuró Miles — ¿El hijo de... de Peter no está...? ¿Mary Jane...? Oh, Dios...

Morales giró su cabeza y vio a Ganke y Anya.

Ellos también estaban sorprendidos... y no sabían que decir.

— Miles, Strange y yo conocemos el peligro que representa el fragmento de Yggdrasil — dijo Felicia — A pesar de que suene increíble... no podemos permitir que se haga con él. Si lo hace... sería el fin de todo.

— El final... de todo... wow... esto es muy... es una locura...

— Por favor, debes creerme... — dijo — Mi hijo está en peligro. Mi amiga también. Y ahora el mundo entero lo está... sé que perdí el derecho para que me creas... pero es verdad.

Miles alzó la mirada y la vio fijamente.

Los ojos de Felicia... a pesar de que seguía molesto con ella... Miles pudo ver la verdad en ellos.

— Bien... t-te creo... — dijo Miles, suspirando — Dios, revivir a los que murieron... es tan...

— Lo sé... eso pensé la primera vez que lo escuché.

— Pero... si encontramos... encontramos la manera de traer a Peter de regreso...

— Miles, no... el solo hecho de aceptar lo que sea que esa magia te proponga, nos condenaría a todos nosotros...

— Claro, claro... entiendo... — dijo — Bien, debemos de hablar con Strange.

Miles se puso de pie, mientras miraba a sus amigos.

— Necesito que ustedes busquen a Mary Jane y al hijo de Felicia.

— ¿Ayudar a una criminal? — preguntó Riri — Creo que sería mejor arrestarla ahora y luego...

— Hablaremos de eso después. El hijo de Peter y una amiga mía están en peligro. No podemos dejar que les pase algo malo.

— Trataremos de comunicarnos con los Vengadores — dijo Kamala — Buscaremos en toda la ciudad.

— Hablaré con Cindy para que nos ayude — dijo Miles, sacando su celular — Creo que está deteniendo a unos criminales ahora. Hay que buscarla.

Los héroes comenzaron a levantarse de sus asientos, empezando a retirarse.

Felicia fue la última en ponerse de pie, caminando hasta el joven Morales.

— Miles, yo... — le dijo — Gracias...

El Hombre Araña le sonrió, mientras asentía con la cabeza.

Le era nostálgico, en cierto modo, volver a trabajar con Black Cat.

Aunque claro... ojalá hubiera sido en una mejor situación.

No había tiempo que perder ahora.

Debía de salir e ir a salvar al mundo.

Black Cat y el Hombre Araña iba a ir a salvar al mundo... una última vez.

Aaahh.... finalmente pude contar cual era el plan del Merodeador.

Llevo manteniéndolo en secreto desde hace muuuucho tiempo, pero finalmente lo cuento: Quiere usar el fragmento para poder revivir a todos los que murieron. Incluyendo a Peter Parker.

Todo un héroe.

Y de qué forma quiere hacerlo. Usando nada más que el Fragmento de Yggdrasil. ¿Se esperaban eso? jejeje.

Espero muchísimo que les haya gustado el capítulo! Si fue así, pueden darle a la estrellita, comentar y compartir!

Nos vemos!

Publicado el 22/08/22

[DANIKAST]

"Hola a todos. Quiero aprovechar este pequeño podcast para hablarles seriamente. He tomado una decisión. He aceptado una de las propuestas de trabajo. Es una gran oferta, pero que me quitará mucho tiempo. Y seré honesta, no creo que pueda continuar con el Danikast. Sé que parece una horrible noticia. Quiero decir, llevo con este podcast por más de siete años. He pasado muchas cosas y he conocido a muchas personas gracias a este podcast. Incluso logré conocer a mi novio aquí. No quiero que piensen que decidí olvidarme de ustedes. Son los mejores. Por eso daré todo de mí para darles los mejores últimos podcasts que su anfitriona, Danika Hart, pueda darles. Pasémosla bien en nuestras últimas conversaciones. Recuerden intentar sonreír cuando las cosas parecen ir mal. ¡Chao!"

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