◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆

Miles Morales 42

◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆

El día en la Escuela Vision había sido largo y agotador para T/n. Las miradas de desaprobación y las susurrantes risas de algunas chicas la hacían sentir pequeña y vulnerable. Las burlas se habían vuelto constantes, y los empujones detrás de la sala de clases se habían convertido en una parte desagradable de su rutina diaria. Pero T/n siempre había sido buena ocultando sus emociones, y hoy no fue diferente. Llevaba un suéter holgado para cubrir cualquier moretón que se asomara y un maquillaje ligero para disimular el moretón oscuro en su mejilla izquierda. Sabía que no quería preocupar a Miles, y aunque su corazón latía más rápido cada vez que pensaba en enfrentarse a las miradas, se mantendría fuerte.

Al llegar a casa esa tarde, se encerró en su habitación como siempre lo hacía. Mientras se sentaba frente al espejo, sus dedos temblaban ligeramente mientras aplicaba el maquillaje con cuidado. La crema ligera cubría parcialmente el moretón, pero aún se podía ver un tono púrpura alrededor de su mejilla. Intentó recordar los comentarios crueles de la mañana, mientras pintaba los labios y se aseguraba de que todo parecía en orden.

—¿Estás lista para salir, amor? —Escuchó la voz de Miles desde el pasillo. Su tono fue suave y preocupado, como siempre, pero T/n simplemente asintió, intentando actuar normal.

—Sí, ya voy —Respondió, tratando de sonar lo más casual posible.

Miles apareció en el umbral de la puerta, su expresión que normalmente era ligera y llena de vida se oscureció ligeramente cuando notó el tono de voz de T/n. Su ceño se frunció sutilmente mientras avanzaba hacia ella.

—¿Todo bien? —Preguntó con cautela.

T/n levantó una mano para peinarse un mechón de cabello, evitando su mirada en el espejo.

—Sí, todo está bien —Mintió, sintiendo un pequeño nudo en su garganta.

Miles caminó lentamente hacia ella, su preocupación evidente. Era imposible que no lo notara, aunque ella intentara disimular. Al mirar en su reflejo, notó cómo él se paraba detrás de ella, observando cada pequeño gesto con una intensidad que la hacía sentirse incómoda.

—Estás segura ¿Verdad? —Insistió él, su tono más firme esta vez.

T/n sintió el peso de su mirada, y no pudo evitar bajar la vista hacia sus manos. Las yemas de los dedos de Miles se acercaron a su mejilla, casi por instinto, como si intentara confirmar lo que ella intentaba esconder.

—¿Qué es eso? —Preguntó, señalando suavemente el moretón a través del maquillaje.

T/n dio un respingo, como si hubiera sido descubierta en un acto indebido. Pero sabía que no podía mentirle para siempre. Con una sonrisa forzada, trató de minimizar la situación.

—Es solo un pequeño golpe, Miles. No es gran cosa—Su voz sonó insegura incluso para ella.

La preocupación en los ojos de Miles se profundizó, y T/n sintió que no podía seguir con la farsa. Bajó la mirada, sabiendo que no tenía sentido ocultarlo más.

—Me estaban molestando en la escuela, pero no es nada —Susurró, su voz temblando ligeramente.

Los músculos de Miles se tensaron de inmediato. La rabia brillaba en sus ojos, y ella sintió un escalofrío al pensar en las posibles consecuencias de sus palabras. Miles siempre había sido protector, pero nunca había visto algo así antes.

—¿Quiénes fueron? —Preguntó con una calma que no parecía tan calma.

T/n vaciló por un momento, considerando si debía decirlo o no. Finalmente, decidió ser honesta, sabiendo que él merecía saber la verdad.

—Son algunas chicas de mi clase, no es gran cosa —Respondió con una sonrisa débil.

Pero Miles no se dejó engañar.

—T/n, esto no es "No gran cosa". Te están lastimando—Su tono se volvió más severo—Y yo no lo permitiré.

T/n trató de sonreírle, pero su preocupación era palpable.

—No te preocupes, Miles. Puedo manejarlo—Dijo, pero su voz tembló, y Miles la miró con duda.

—No, amor. No es algo que debas manejar sola—Insistió él, su tono cálido pero firme—Voy a protegerte. Y esas chicas... las voy a buscar.

El corazón de T/n dio un vuelco. Nunca había esperado que Miles tomara algo así tan en serio.

—Miles, no te preocupes por eso. De verdad, no es necesario —Intentó tranquilizarlo.

Pero él la miró con seriedad.

—T/n, mereces respeto. Y si alguien te lastima, yo voy a intervenir—Sus ojos mostraban una determinación que T/n nunca había visto antes.

Con un suspiro resignado, T/n asintió, sabiendo que no podía detenerlo. Miles siempre había sido protector, y esta vez no iba a ser diferente.

—Gracias Miles —Dijo con una voz llena de gratitud y amor.

Él sonrió, acercándose un poco más y tomándola entre sus brazos.

—No tienes que agradecerme por cuidar de ti—Murmuró contra su cabello—Es lo que hago, y siempre lo haré.

T/n se sintió segura en sus brazos, sabiendo que con él a su lado no había nada que temer. Y aunque las marcas del pasado serían difíciles de borrar, sabía que ahora tendría a alguien que siempre estaría dispuesto a pelear por ella.