2
◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆
Miles Morales 42
◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆
Era una noche cualquiera en el pequeño dormitorio universitario donde T/N y Miles, compañeros de cuarto, convivían en un ambiente extraño, una tensión palpable en el aire. No se llevaban bien, pero la vida universitaria les había forzado a compartir el espacio. T/N, siempre tan compasiva y amable, había intentado suavizar las cosas, pero Miles, con su actitud seria, firme y a veces sarcástica, no ayudaba en nada. Aunque ambos se conocían de hace tiempo, algo en el aire seguía cargado, y nunca lograban conectar más allá de las simples interacciones cotidianas.
Esa noche, sin embargo, algo fuera de lo común pasó. T/N recibió un mensaje de texto de su novio, un mensaje que quebró la calma de la noche.
"T/N, creo que es mejor si terminamos. Lo siento..."
Las palabras parecían estar escritas en piedra, pero en su corazón, T/N sentía que se desmoronaban. Intentó racionalizarlo, pero no pudo. Las lágrimas comenzaron a caer, primero tímidamente, luego más fuerte, como si su mundo entero estuviera cayendo a pedazos. La tristeza la invadió de tal manera que no pudo dormir. Cerró los ojos, pero no encontraba consuelo en la oscuridad.
Después de horas de dar vueltas en su cama, agotada y emocionalmente drenada, T/N tuvo una idea que, aunque incomoda, parecía la única opción. Miles. Tal vez no era la mejor opción, pero él, de alguna manera, parecía saber mucho sobre relaciones, aunque fuera por sus propios secretos. Él tenía que saber algo ¿No? A fin de cuentas, él nunca hablaba de su vida personal, pero su actitud distante y fría ante el mundo de las relaciones le daba esa reputación.
T/N, decidida, se levantó de su cama y caminó hacia la puerta de la habitación de Miles. El pasillo estaba en silencio, pero su corazón latía con fuerza. Golpeó suavemente la puerta, pero no hubo respuesta. Volvió a golpear, esta vez más fuerte. Nada. Se mordió el labio inferior, algo molesta.
"¿En serio?" Pensó que tal vez estaba fuera o algo; pero al final decidió entrar.
La puerta estaba entreabierta, y al cruzar el umbral, la luz de la luna entraba a raudales por la ventana, iluminando el rostro sereno de Miles. Estaba acostado en su cama, inmóvil, con la respiración tranquila, completamente ajeno a la visita inesperada.
T/N no sabía qué hacer. Había algo en la tranquilidad de su rostro, en cómo las sombras jugaban sobre su piel, que la hizo dudar por un momento. ¿Es una mala idea? Pero, en ese momento, todo lo que quería era un poco de consuelo, y aunque no estaba segura de que Miles fuera la mejor fuente, se acercó. A hurtadillas, se deslizó bajo las mantas y se acomodó junto a él.
La cama era pequeña para ambos, pero T/N no pensó en eso. Se recostó cerca de él, buscando algo de calor, aunque solo fuera por un momento. La humedad de sus lágrimas se había secado, pero el dolor seguía ahí, un vacío inexplicable en su pecho.
Por un rato, todo estuvo en silencio. El suave y regular sonido de la respiración de Miles era lo único que la mantenía anclada a la realidad. Su mente, sin embargo, no podía dejar de pensar en su novio, en lo que acababa de perder.
La madrugada pasó lentamente, y al amanecer, el sol comenzó a asomar en el horizonte, bañando el cuarto con una luz cálida y suave. Fue esa luz la que despertó a Miles. Sus ojos se abrieron lentamente, y por un momento, no entendió lo que veía. Su mirada se desvió hacia la figura de T/N, acostada a su lado.
Se incorporó de golpe, los ojos entrecerrados por la confusión, hasta que finalmente su cerebro registró la situación.
—¿Qué demonios?—No pudo evitar fruncir el ceño.
—¿Qué haces en mi cama?—Preguntó, su tono aún adormilado pero marcado por la incredulidad y un ligero tono de molestia.
Miles nunca era el tipo de persona que se dejaba sorprender, pero esta vez había sido diferente. Se enderezó, sus trenzas cayendo sobre sus hombros, su rostro serio, aunque claramente no estaba esperando tener compañía en su cama.
T/N, que se había estado conteniendo por la incomodidad, suspiró profundamente y miró al techo antes de responder, su voz un susurro casi inaudible.
—No pude dormir... necesitaba... algo, alguien. Tú... sabías de relaciones ¿No?
Miles la miró, confundido al principio, pero luego entendió. Sabía que algo no estaba bien, algo en su tono y en la forma en que su cuerpo se tensaba, como si llevara un peso emocional que no podía soltar. No era de su estilo, pero algo dentro de él se conmovió.
—¿Y vienes a mí?—Dijo un tanto sarcástico, pero sin la mordacidad habitual. Había algo en su tono que decía que no iba a apartarse, que no iba a huir de la situación.
T/N se giró hacia él, mirando sus ojos con una expresión vulnerable, algo raro en ella—Tú... tienes todo bajo control. Siempre parece que sabes lo que hacer. Yo... no sé qué hacer ahora.
Miles se quedó en silencio por un momento, como si estuviera calculando la situación, sopesando las palabras que iban a salir de su boca. A pesar de su actitud dura, tenía una manera de entender a las personas, de leer sus emociones, aunque no lo demostrara.
—No siempre tengo todo bajo control—Respondió finalmente, su voz más suave de lo que ella esperaba—Pero puedo escucharte, si eso te sirve de algo.
T/N lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud. El hecho de que Miles, el chico serio y distante, estuviera dispuesto a escucharla, la hizo sentir un poco mejor. Aunque no esperaba encontrar consuelo en él, a veces las personas sorprendían.
—Gracias—Susurró—No sé qué más decir...
—Está bien—Dijo Miles, frotándose los ojos—Te daré mi opinión, pero primero...—Se estiró y se levantó de la cama con rapidez—¡Vas a darme espacio! Este lugar no es tan grande.
T/N soltó una pequeña risa, su corazón un poco más liviano. Quizás, solo quizás, había encontrado una pequeña chispa de esperanza entre ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro