Un debate
Por la mañana se arregló y para su sorpresa ya pudo verse en el espejo. El espejo ya no produjo ningún sentimiento sobre ella. Ahora lo único que quería era mirarse en esos ojos verdes, ya no le importaba todo lo demás, pero creía que no era posible, se repetía así misma que lo mejor era mantener a William lejos de ella, quizá en otro momento pensaba, cuando lograra convencerse, a pesar de que en ese momento sentía cómo cada parte de su cuerpo comenzaba a pedirle agritos la presencia de William, sus ojos querían verlo y su olfato oler su esencia. Ella se tocaba los labios para sentir los suyos. Entonces salió extraña de la habitación, pero en el despacho vio a su padre, el señor Pablo la abrazó con un saludo de buenos días.
- Hija, ¿Quieres que te lleve a la escuela?
Ella aceptó con gusto.
- Sí.
- Desayunas y nos vamos entonces.
Su padre le regala una sonrisa. Ese fue un gesto muy amable de su parte, esto debido a que el señor Pablo era una persona que trabajaba mucho, a pesar de que últimamente cuando tenía tiempo lo pasaba con su familia. En este momento, ese detalle Mildred lo agradeció tanto, se sentía afortunada, no quería hacer esperar mucho a su padre, así que se dirigió a la cocina donde su madre se encontraba tomando un café para tomar un tazón y así desayunar cereal.
- Tu padre te llevará querida.
- Sí mamá... Gracias.
Buscó la manera de decir lo siguiente sin sonar sospechosa:
- Por la tarde iré a visitar a la señora Lula.
- Si, ¿Le pasa algo?
- No - dijo rápidamente.
Comió de prisa, lavó su traste y subió rápidamente a lavarse los dientes, cuando bajó su padre ya se encontraba esperándola en la puerta de salida.
Entonces se le escuchó decir desde la cocina a la señora Ana:
- ¿Nos vemos en la oficina amor?
- Si - dijo el señor Pablo en tono fuerte para que lo escuchara.
Su papá manejó muy tranquilo e intercambiaron puntos de vista, principalmente sobre lo cercano que estaban las fiestas de diciembre, fecha que su familia disfrutaba bastante, porque además de descansar podían recuperar el tiempo en familia tan escaso por el trabajo de los padres y por los estudios de Mildred. Su padre le preguntó que si en está ocasión quería viajar a un lugar en específico, para así planearlo con anticipación, cosa que ella rechazó rotundamente, en esta ocasión quería quedarse cerca de su casa y de su familia, aunque comprendió que sus padres quizá querían salir.
- No te preocupes por mí papá, pueden organizar ustedes sus vacaciones.
Desconcertado él preguntó:
- ¿Tienes algún otro plan hija?
- No.
Entonces, Mildred no quiso dar más detalles para no ser descubierta aunque realmente aún no estaba segura que planes tenía la señora Lula para ella, así que por la tarde iría a verla para informarle que el mensaje ya había sido enviado, y de paso averiguar qué otra cosa tenía que hacer.
- Tu madre quiere ir a una zona costera - le dijo el señor Pablo.
- Creo que es una muy buena opción.
-Si planeas no viajar con nosotros debes decírselo a tu madre.
Mildred sabía que su padre le decía eso porque él no quería meterse en problemas con su mamá y prefería estar un poco al margen. El tiempo no les alcanzó para terminar su charla, ahí estaba ya la preparatoria.
- Nos vemos en la casa.
- Cuídate mucho - le dijo el señor Pablo.
Mildred se bajó de la camioneta y contemplo a su padre hasta que se alejó por lo largo de la carretera, lo agradable de su compañía hizo que se le dibujara una sonrisa, y que caminara así hasta llegar al salón.
Beto la saluda, Mildred un poco asombrada le devolvió el saludo diciendo un tímido, «hola», y añadiendo un pequeño movimiento de cabeza. Ese día no fue William a la escuela por lo que no tuvo que preocuparse, quizá le había dado su espacio, y hasta el momento tampoco le había marcado. Por otra parte Mildred seguía ignorando a Karen, no se sentía muy feliz con eso pero era una forma de estar tranquila, afortunadamente Karen ya había elegido otro lugar para tomar clase lejos de Mildred. No era mucho pero al parecer Karen estaba dando señales de querer continuar con su vida, y aunque Mildred sabía que eso era lo mejor, esa situación la lastimaba.
Todavía no terminaba la primera clase cuando entró la directora a interrumpir, era muy raro que hiciera eso, los chicos se miraban unos a otros, entonces dijo:
- Disculpe maestra, buenos días, quisiera hablar un momento con los chicos.
- Buenos días, claro que sí, adelante.
- Chicos acaba de comenzar una actividad muy interesante en el auditorio, se trata de un debate, necesito cuando menos dos voluntarios que quieran ir a ver por favor estas actividades también son importantes ; y les adelanto que para el próximo año a ustedes les tocará organizar la competencia de debate.
Nadie se ofreció a la petición de la directora, la maestra miraba a todo el grupo como extrañada, esperaba que alguien se animara, hasta que les dijo:
- No sean apáticos y participen.
Entonces la directora comentó:
- Beto creo que sería buena oportunidad para ti, ¿puedes ir a participar?
Pero Beto reacciono diciendo:
- Si directora, pero mmm, ¿Puede ir Mildred?
- De acuerdo, ¿Alguien más quiere sumarse a la actividad?
Nadie más quiso participar, entonces todos se levantaron de sus butacas y se dirigieron al auditorio donde se encontraban muchos estudiantes.
- Espero que no te aburras - le comentó Beto a Mildred.
- No.
Con la finalidad de que no se preocupara Mildred le regaló una tímida sonrisa.
Mildred había hecho algunos pequeños debates dentro del salón de clase pero jamás había estado en un concurso como tal, sabía que era importante tener una habilidad buena de comunicación, aunque realmente lo que más quería ella era estar lejos de su salón, lejos de Karen, al menos por un buen tiempo.
- ¿Piensas inscribirte el próximo año? - preguntó Mildred un poco dudosa de que eso fuera lo que quisiera escuchar Beto.
- No lo sé - dijo Beto amablemente.
A él le gustaba tener conversaciones profundas de cualquier tema, le gustaba leer libros de diversos temas, tenía muchas propuestas para resolver problemas, pero no sabía aun si realmente era una habilidad de comunicación la suya. Cuando llegaron al auditorio todas las bancas estaban ocupadas, por ello se sentaron hasta el frente.
- Pensé que no habrían tantos compañeros - dijo Mildred asombrada.
- Yo también.
Mildred reconoció de inmediato a los alumnos que participarían en el concurso, ellos se encontraban en el estrado sentados en sillas de piel color negro, se miraban un poco serios, quizá nerviosos. Entonces tomó la palabra el presentador del evento, se trataba del tema de la igualdad de género. Mildred jamás se había sentido inferior a los hombres, entonces le pareció interesante lo que los chicos tenían que decir, y efectivamente lo que los chicos dijeron era muy importante, sobre todo porque a Mildred le interesaba la información que se dio respecto a la desigualdad de salarios entre hombres y mujeres, se imaginó el sufrimiento de su madre Ana, Linda, Lula y otras mujeres que conocía. Su madre jamás se había quejado al respecto. Mildred aspiraba a que cuando ella iniciara su vida laboral no le tocará vivir algo así, sabía que ella no se quedaría callada.
Terminó el evento, Mildred salió del auditorio acompañada de Beto, gracias al debate únicamente sólo tendrían una hora más de clase, afortunadamente sería en la biblioteca así que se sentaron juntos, realizando la lección sin separarse hasta que por fin llegó la horade retirarse de la escuela dejando a Mildred con una sensación extraña.
Por la tarde Mildred se dirigió con la señora Lula la cual ya la estaba esperando, cuando la vio con atención y a detalle, se dio cuenta que Lula se encontraba un poco más joven, y por primera vez en todo el tiempo que llevaba de conocerla, lucía radiante.
- El mensaje fue enviado - dijo Mildred sin demora.
- Ahora esperaremos a que llegue al rey Valerius. Muchas gracias por venir avisarme - dijo la señora Lula.
- No hay problema - dijo Mildred complacida como por el trabajo realizado.
- Ahora tendremos que esperar la llegada de Valerius y para ser sincera tengo un poco de miedo.
- ¿Por qué?
- Espero que no esté molesto, los humanos últimamente han puesto más en peligro su reino.
- ¿Qué pasaría si está realmente molesto?
- Bueno, no lo sé.
- ¿Podemos hacer algo para evitar que siga molesto? - preguntó con preocupación Mildred.
- Mildred estamos haciendo lo posible para ayudarlo a salvar la vida marina, así que espero... Realmente espero que eso sirva de algo.
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