El espejo
Era una mañana fría y Mildred se encontraba alistándose para salir con su mamá a realizar algunas compras en San Francisco. Esa era una de las cosas que les gustaba realizar a ambas. La señora Ana consideraba a esa estrategia como una de las formas más eficaces para quitar las barreras, o al menos le funcionaba con Mildred, pues de esa manera pasaban un tiempo juntas. Mientras tanto Mildred estaba en la recámara principal pretendiendo cepillarse el cabello, de repente se espanta, no se veía en el espejo, frota el vidrio con la mano sin éxito, más asustada se talla desesperadamente los ojos, pero nada logra quitar la ilusión de ser invisible ante el espejo, se toca, se cambia de lugar, regresa, pero sigue sin verse. El corazón le empezaba a palpitar muy rápido, sus manos le comienzan a sudar, no quiere entrar en pánico así que cierra sus ojos para empezar a inhalar y exhalar, trata de tranquilizarse concentrándose en su respiración, evita cualquier pensamiento negativo, pero nada le funciona.
Sale del cuarto, cruza toda la casa sin ser vista para después salir a la calle como loca, desesperada, confundida. Se le ocurre que quizá caminar le ayudará a pensar, a relajarse. El clima es frío, su piel se eriza. En eso llega hasta la orilla del río y se sienta sobre una banca de piedra, hace novillos, no cree que está perdiendo la cordura, le ruedan las primeras lágrimas, hasta que el llanto corre por sus mejillas sin cesar. De repente siente como una fuerza pesada se apodera de su cuerpo, se recuesta completamente sobre la banca, sus ojos los siente pesados, después pierde el sentido. Cuando vuelve en sí, ya es oscuro, está completamente helada, le cuesta ponerse en pie, difícilmente lo logra,como puede regresa a casa, es demasiado tarde y no quiere preocupar a su padre y mucho menos a su amorosa madre.
Cuando llega a la entrada se encuentra con el coche de William, cree que él se encuentra adentro en el interior de la casa, se imagina el drama que su familia está haciendo, pero afortunadamente nota que la puerta del vehículo está abriéndose y de repente William corre hacia ella.
-¿Dónde has estado?
Mildred responde demasiado preocupada:
-¡Tengo que entrar a la casa!
William nota lo helado de sus brazos, la abraza comosi él fuera un abrigo humano, rápidamente se desprende de su saco para colocarlo en ella.
- ¡Estás helada! ¿Dónde has estado? ¿Estás bien?
- Sí, sólo he dado un paseo nocturno.
- ¿Qué?... ¡A las dos de la mañana!
- He perdido la noción del tiempo.
- Te estuve buscando por todo el pueblo.
Ya estaban por la sala de la casa. Mildred le pide con un gesto a William que guarde silencio, no quiere despertar a sus padres, y siguen caminando hasta llegar a su recámara. Mildred entonces recapacita del riesgo que es el hecho de que William entre ahí. Cierra la puerta lentamente.
Entonces William le dice:
- Tus padres piensan que saliste conmigo.
Entonces Mildred comprende por qué su familia se encuentra tan tranquilamente durmiendo. En realidad siente mucho no haber pasado la tarde con su mamá quien afortunadamente no había notado qué Mildred se encontraba fuera de casa en mal estado, de pronto le entra la curiosidad por saber por qué William la encubrió de esa manera, pero definitivamente no encuentra la forma de agradecer el gesto.
- No contestaste mis llamadas - dijo William con la esperanza de que por fin le dijera algo.
- ¡Lo siento! No entiendo lo que me está pasando...
- Por favor... Puedes confiar en mí.
Mildred de repente siente que contárselo todo en voz alta la haría ver como la mayor patética del mundo, simplemente no imagina ridiculizarse ella misma enfrente de William. Pero sabe que él necesita respuestas. Tampoco quiere dejarlo confundido, que mal interprete todo, que piense en que su estado se debe al beso de la noche anterior, ha llegado el momento en el que debe investigar más su pasado. Entonces Mildred le dice suplicante:
- ¡Ayúdame! Sólo tú puedes.
William le toma una mano para besársela. Eso realmente le ayudó a Mildred a sentirse mejor y pensar en su propósito, William hace lo necesario para que Mildred se recueste en la cama, simplemente busca calor, ella lo invita a que se recueste a su lado, él se hace un lugar para luego buscar debajo de las sábanas las manos de Mildred.
- ¡No te imaginas cuánto necesito besarte! - dijo William suplicante, y tan ansioso.
Mildred se da cuenta que eso es algo que también ella realmente necesita. Desde su primer beso ha sentido una sensación extraña rondar por sus labios. Además William ha hecho que todo en ella cambie, ahora está muy cerca, cree que es lo único que necesita, siente como su piel lo empieza a reclamar, Mildred se acerca más y lo besa, primero lento, después apasionadamente, por fin logra separar sus labios de la boca de William, contempla sus ojos; y para su sorpresa ahí si se ve reflejada.
- No me dejes sola esta noche - dice Mildred en tono de súplica.
William acepta feliz. Después permanecen abrazados hasta quedarse profundamente dormidos.
A la mañana siguiente William despertó primero, y despierta a Mildred con un beso amoroso en la mejilla, ella reacciona como si fuera algo a lo que fácilmente se pudiera acostumbrar. William se incorpora, pide permiso para ir al baño, cierra la puerta, se lava la cara rápidamente como para despertarse por completo, le toma un sorbo leve al enjuague dental de Mildred, apenas se despide de ella con un ligero beso, sale sigilosamente de la casa con la intención de que los padres de Mildred no se den cuenta que había pasado toda la noche ahí aunque era tonto porque solo se quedó en la calle esperando a que saliera para irse juntos a la escuela. William decide no entrar ese día, tenía cosas que hacer en el estudio de grabación, además por la tarde se reuniría con Roger para lo de las fotos. Aunque Mildred quería estar con él, sabía que no podía faltar a la escuela, su madre podría darse cuenta y entonces se podríameter en grabes problemas, pensaba en que ya tenía suficiente con el estado de su salud mental.
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