Vamos por esa calle discreta, de puntillas para no despertar la curiosidad de la noche ; no enciendas la luz de tu mirada, podrían oír nuestros pasitos descalzos

Vayamos al ritmo del vaivén de las olas, siempre con la mirada en el infinito, despacio, para que nos alcance un recuerdo lejano.

Siento el aroma de las murmuraciones en nuestra piel, como ponzoña, atosigan mi talón y nos aletargan lentamente...

Suelta mi mano , corre, ya no vuelvas la mirada, salva tu espíritu de lo profano.

Desplega tus alas, déjate llevar por el viento, surca los cielos, que este mundanal ruido no te magulle

Te cubriré mientras huyes, te haré inmune al cáncer de la cucufatería, de los dimes y diretes que amenazan nuestras promesas.

Vuela, mariposa de papel, gaviota de cristal, quita tu piel de las miradas deletéreas que te acechan, no temas enarbolar tus sueños, están protegidos por mis plegarias matutinas.

Fija tus pisadas en las nubes, cúbrete la espalda con mis besos, que no te alcancen las esquirlas del "qué dirán"

Yo me quedaré a lidiar con todas las dagas que asediaron nuestra felicidad; vuela, baila con el viento al ritmo de tu indómita libertad, y yo, con el alma en mil pedazos sonreiré por ti, por tu vuelo, por tu libertad.