Intento esconder el fulgor de mi mirada, cada vez que dibujo tu faz en mi memoria y plasmo tu figura en mi piel.

Disimular mi sonrisa, que desborda júbilo, cada vez que te recuerdo, simplemente es imposible.

Divagar en un tímido recuerdo, que aún cosquillea mi aquietada alma y perfumarlo con un profundo suspiro;  es inevitable.

Ensayar mi indiferencia para hacerla pedazos ante tu sonrisa era realmente inefable.

Cuántas veces regañé a mi impulsivo corazón delator , por sus evidentes y presurosas  palpitaciones cuando me acercaba a ti.

Mi temblorosa voz cuando hablaba contigo revelaba mi acentuado nerviosismo cual primerizo adolescente en su cita de verano.

Pretender esconder en algún rincón de mi alma, el amor que fluía por mis poros ; era irrealizable.

Hoy que solo escribo versos sobre ti, mis manos temblorosas a veces ríen, a veces lloran recordando tu piel, tu sonrisa y mis secretos sentimientos se descubren el velo del rostro para explotar en pétalos de tierna poesía .