Desperté con el susurro de un recuerdo tuyo  en mi piel; desperté a mi pasión por evocarte, con una sutil sonrisa, acariciando el rostro de mi optimismo.

La música del alba gotea en mis labios , el tiempo sopla su ritmo en mis venas. No hay letargo que aceche mis días.

Las nieblas de nostalgia se disipan, si el sol de tu mirada flamea; respiro una mezcla de tranquilidad con rayitos de satisfacción...

De solo pensar, en nuestro amor, mis fuerzas se renuevan, se visten de júbilo y danzan en mi alma.

La melancolía raramente me ha sonreído y la he visto de blanco pasear por el limbo de nuestro último beso.

Respiro las ganas de vivir y aunque resbale y caiga, siempre valdrá la pena haberme entregado sin reservas, a la caprichosa felicidad contigo.

Hoy le regalo besos al viento y he rociado sonrisas en el mar, en el
campo y en el tren...

El amor no me abate; no me aprisiona, no me perturba; por el contrario siempre me reconforta , me libera y me da la paz que necesito cada día, para seguir viviendo.