La lluvia, a veces melódica, despierta a mi paz; caen las gotas uniformadas por el tiempo, todas sonrientes.

Llueven mis ojos también, no me preguntes el por qué; deja que mis ojos se purifiquen, que recorran su libertad a ciegas sin remordimientos.

La lluvia ahora endulza mis frustraciones ; refresca mi ira; abraza mis tinieblas con su fulgor y se acuesta con mis insomnios.

La lluvia baila con tu cabello, mientras muero de celos; embriagado con el aroma de tu complaciente sonrisa.

En cada gota, un recuerdo navega con el viento ; reflejo mi alma y todavía encuentro las caricias frescas de tus manos.

La lluvia desnuda mis temores; se sienta al borde de mi esperanza y respira mis sueños que dormitaban en mi agonía, mientras la soledad se divorcia de mi piel.

La lluvia de noche, enjuga mis lágrimas y de día, me dibuja sonrisas; en otoño se lleva mis tristezas; en la primavera, brotan pétalos de ilusiones ; en el verano, refresca mi soledad y en el invierno, me acompaña a tomar el té.

Ahora llueve intensamente y no sé si son mis ojos, las nubes o el rocío de tus recuerdos que fluyen tantos versos y engendran en mi piel, la más hialina poesía .