Hurgando entre los deseos que el tiempo recicló, aún escucho el eco de una gris frustración.

Pudimos ser lo que fuimos; despertar fundidos en un mismo aliento de esos que embriagan el momento.

Pudimos sonrojar las mejillas del viento con una caricia del color de tu silencio.

Pudimos escribir cada día nuestro cuento, en la memoria de nuestros dedos rozando nuestros miedos.

Pudimos peinar los prejuicios que avivaron nuestros temores, de la mano con la mirada flameando en lo alto.

Pudimos vivir y elegimos el suicidio ; pudimos volar pero escondimos nuestras alas en el miedo; mientras aún respira un anhelo, la frustración danza merodeando al fuego.

Pudimos pedir un deseo mientras duraba la melodía de un beso; pero nuestras almas en silencio, se conformaron con el eco de un recuerdo.