Para que vuelvas conmigo, aprenderé a bailar con la música de tu silencio; meceré mi cintura con el vaivén de las olas, que me han susurrado versos de arena.

Para que vuelvas conmigo, probaré mis manías de soledad; compraré dos boletos para un sueño compartido y serviré un café más en mi mesa.

Para que vuelvas conmigo, pintaré las arrugas de mi alma, con una eterna paciencia; para jugar con el malhumor de tus días grises, hasta que se dibujen risueñas noches de plata.

Para que vuelvas conmigo vestiré de tus sueños a la luna; cubriré el cielo con tu melodía favorita y quizá lluevan las esquirlas de mis caricias, por tu sendero.

Para que vuelvas conmigo, vestiré de blanco mi agenda, solamente con tu nombre ; con el tiempo el libertad, sin prisas ni límites; sin pendientes acosando nuestra historia.

Para que vuelvas conmigo, reiré con la muerte, me enredaré en una tertulia con mis temores; bendeciré al diablo y con lo que me quede de cordura; huiré de mi tumba y te esperaré, en el limbo de mis sueños.