A dónde van las caricias, que se quedaron enredadas en una tertulia con mis ganas.

A dónde van esas promesas que se perdieron entre las comisuras de mis labios.

A dónde van esos besos que se olvidaron el mapa de tus labios.

A dónde van esas esperanzas, que se precipitaron sin paracaídas, a tu última mirada.

A dónde van esos sueños que envejecieron buscando una cuna para nacer.

A dónde van los suspiros que zarparon en tu indiferencia, sin velas ni brújula.

A dónde se mudó la razón de mi ser, cuando la demencia invadió todos sus rincones.

A dónde fue a morir, la voz de mi alma, luego de asfixiarse en tu silencio.

A dónde se fueron a refugiar, mis lágrimas, después de mojar mi almohada.

A dónde las llevaron a sepultar a mis ilusiones, sin flores ni epitafios que las acompañen.

A dónde fueron a parar esos versos que nunca llegaron al papel ni bebieron del tintero.

Dime tú ¿a dónde se irá el alma de nuestra historia cuando se termine ? ¿Se fundirá en el Seol o se encenderá como una fulgente estrella en el Empíreo ?