Quédate un poco más en mi regazo, déjame saborear este sueño una vez más, sin prisas ni razonamientos.

Quédate para ver juntos cómo duerme el sol, en la cordillera, cuando el alba se asoma con timidez rodeando la cintura de nuestras almas.

Quédate que aún no suena la alarma, mi alma aún se mece en el vaivén de tu aliento, tan cerca y tan lejos a la vez

Quédate unas estaciones más, el tren serpentea los bordes de nuestra ilusión, sin rumbo, sin control.

Quédate una estrofa, un párrafo, una página más hasta que el cuento susurre un "... vivieron felices, para siempre".

Quédate un poco más en esa fotografía, para tatuarla como estigma indeleble en mi memoria.

Quédate en el aroma del café de mis mañanas, en la música que acompaña mis caminatas mientras el frío me abraza.

Quédate en la canción que arrulle mis sueños, en esa melodía que acompaña mis versos y que a diario respira conmigo.

Quédate en mis brazos, mi espalda y mi cuello; quédate conmigo, aunque yo ya no vuelva a nuestro encuentro.

Quédate en mi poesía, para que tu imagen, tu esencia y calor no necesiten de mis ruegos ni plegarias; para que en cada sueño, tu abrazo en mi pecho sea eterno.