Las pesadillas continuaban. Rosé creía que no podía existir una peor que la otra, pero el nivel aumentaba sin lugar a dudas.

Rosé ya no quería sufrir por eso y decidió no dormir hasta encontrar una solución a su problema: liberar cinco almas del libro.

Ninguna de las que había visto hasta hora podían incluirse y eso demoraba más la acción.

Decidida a no continuar en su cama, se abrigó con su sudadera negra y salió de su habitación. Minnie ni siquiera se inmutó, estaba profundamente dormida y sus ronquidos lo demostraban.

El pasillo estaba completamente oscuro y la brisa que entraba por las rendijas dejaba una frialdad atemorizante .El chirrido de una cama que solía sonar a esta misma hora junto a unos quejidos de placer enloquecidos podría confundirse con un sadomasoquismo en medio de la noche o quizás no....mejor no enterarse.

«¿A quién se le ocurrirá follar con tanto escándalo a esta hora?»

Como si quisiera que alguien le respondiera su interrogante, entró el silencio y una puerta justo al lado de Rosé se abrió, pero ella ya se había escondido antes en un casillero abierto.

Dejó abierto un poco para ver quiénes eran los protagonistas de tan picara relación. Para su sorpresa , no era más y nada menos que Jungkook con una chica.

Al verlos irse, bufó y sintió una revoltura en el estómago. Ni pensar que hace unos días le había declarado su amor, pero ahora se acostaba con otra.

«Menudo imbécil»

Pero de qué se quejaba, ella misma lo había rechazado ese día. Además no le gustaba nada ¿Cierto?

...

El único lugar donde Rosé podría estar tranquila era en la biblioteca. Leería un montón de libros hasta el amanecer y así no tendría sueño. Podría sobrevivir así , pensó.

Pero...

No se percató de que la biblioteca siempre la cerraban con llave. Maldición ¿Ahora qué haría?

Se revolvió su pelo intentando pensar, enloquecida por el sueño y molesta por no entender sus propios sentimientos.

Le tocaron el hombro, ella miró hacia atrás y no había nadie. Le hicieron lo mismo y ella volvió a mirar , pero del lado contrario escuchó un hola y volvió a ver hacia alante.

Sus mejillas se tornaron de un color rosa , sus labios formaban una línea y sus ojos parpadeaban.

—¿Qué haces aquí tan tarde? —preguntó Jungkook, sus brazos abrazaban su cuerpo y se le veía en su cuello un moretón disimulado con maquillaje, bastante mal de hecho.

—Pasear —mintió.

—¿Tan tarde?

—No tengo sueño.

Él sonrió y eso desquició a la pelirroja.

—¿Cuál es el motivo de tu risa?

—Nada. Parecías querer entrar en la biblioteca—supuso—. Te abriré...,pero antes quiero algo.

—¿Qué cosa?

—Que duermas conmigo.

Estaba loco si creía que ella aceptaría y menos después de haberlo visto con otra chica.

—No.

—Entonces no te abriré la biblioteca.

—Tranquilo, ya ni quería , regresaré a mi habitación — bufó y le dio la espalda a Jungkook, pero volvió a verlo al recodar algo—. Deberías abrirme si no quieres que todos se enteren de lo que estabas haciendo con una chica en una de las habitaciones.

—¿Qué estaba haciendo exactamente?

Su mirada era tan seria como antes. Solo dejó caer los brazos al lado del cuerpo y los metió en los bolsillos de su pantalón.

—No se, pero mantener una conversación no era. Los gemidos se escuchaban por todo el pasillo. La directora no estaría contenta si se entera de eso y mucho menos tu papá —amenazó.

Jungkook se acercó a ella tanto que podía sentir su respiración , la cual estaba acelerada por el repentino acercamiento.

—Los tuyos son más lindos —declaró. Se refería a sus labios, no dejaba de mirarlos como si se tratase de un postre a media noche.

—¿De qué hablas? —se echó para atrás , algo ofendida.

—Esa chica me estuvo enviando cartas durante toda la semana y hoy pidió verme. Quería darme un beso y me negué, pero ella se me lanzó y después no pude controlarme —reveló.

Rosé desvió la mirada al techo y volvió a ver a Jungkook.

—No me importa. Si no me abres ahora mismo la biblioteca se lo diré a la directora—soltó decidida y al demonio no le quedó otro remedio que acceder en silencio.

Al estar las puertas de la biblioteca abiertas, Rosé se adentró en ella y se sentía feliz, había obtenido lo que quería , pero a qué precio.

En el techo de la biblioteca estaba la enorme lámpara que todos admiraban por su antigüedad , pero de ella colgaba una mujer y no viva precisamente.

Lo segundo que se escuchó fueron gritos de espanto por parte de la pelirroja. Jungkook le tapó la boca y le susurró algo al oído.

—Nunca te han dicho que las amenazas son un atajo para los seres humanos obtener lo que quieren de forma egoísta.

Ella se alejó de él con espanto.

—¿Has sido tú?

—No —negó con la cabeza—. Fuiste tú.

—No —miró a la chica en el techo—.Yo no fui. Me viste y yo estaba contigo.

—No lo se —resopló—Estabas muy ansiosa por entrar aquí . Tal vez querías que alguien fuera testigo de todo. Aparte , yo también estaba aquí contigo.

—Pero tuviste tiempo suficiente antes de que llegara para hacer esto.

—Sigues hablando y no te das cuenta de algo —silencio—. Todo esto es producto de tu imaginación.

—

¡¡Hola!!

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