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chapter 7.

CAPÍTULO 7
sorpresa


Hace casi un mes que Marc vino a Sevilla y la verdad es que lo echo de menos y tengo ganas de verle.
Estuvo aquí dos días y esos días fueron muy especiales y divertidos, pude conocer mucho mejor a ese Marc que se esconde detrás del Marc piloto.
Es un chico muy familiar, atento y humilde. Un chico que siempre tiene sus raíces presente.

El verano está a la vuelta de la esquina y se empieza a ir notando la calor que va haciendo.

- Zaira, ¿qué haces? - pregunta mi hermano entrando a la habitación.

- nada, estoy aburrida Hugo - digo y él se ríe.

- cuando no estas estudiando o leyendo o viendo algún partido o alguna carrera estas aburrida - dice y yo asiento.

- nunca me he parado a pensar en eso pero tienes razón.

- ¿y cuando no la tengo? - pregunta y yo le miro mal. - una pregunta.

- dispara - digo mirándole a la vez que me tumbó sobre la cama.

- ¿Marc y tú ya sois novios? - pregunta y estoy apunto de atragantarme con mi propia saliva.

- ¿Qué estás hablando Hugo? - pregunto.

- vamos Zaira entre los dos se nota que os gustáis.

- quizás él a mi sí me guste pero ¿yo a él? Vamos Hugo no me jodas es Marc Márquez puede tener a la chica que quiera.

- una persona no viene a Sevilla simplemente por placer Zaira, si a él no le gustaras no hubiese venido, no te escribiría a diario, ni hariais videollamada.

- ¿y eso me lo dices tú?

- te lo digo yo Zaira que se como se siente un chico cuando le gusta una chica.

- Hugo no me ralles - le digo a mi hermano y él se ríe para luego darme un beso en la frente.

- yo sé que tarde o temprano Marc va a ser mi cuñado - dice y yo ruedo los ojos.

- si tú lo dices.

A los pocos minutos de que mi hermano se marche de la habitación me llega una videollamada de mis amigas.

- mañana nos vamos a Madrid - dice Daniela nada más aceptar la llamada.

- ¿Cómo? - pregunto confundida.

- tenemos los billetes del ave - dice Elisabeth enfocandolos.

- ¿y qué se nos ha perdido a nosotras por Madrid? - pregunto.

- vamos a ir a pasar el día por allí.

- ni que Madrid estuviese a una hora por dios. - digo negando con la cabeza. - sois de lo que no hay.

- y así nos quieres - dicen las dos a la vez.

- no me queda más remedio - bromeó.

Al día siguiente

Estamos ya montadas en el ave Sevilla - Madrid, nos hemos levantado a las siete de la mañana para coger el primer ave.

- se me olvidada darte eso Zaira - me dice Daniela dándome una pequeña maleta de mano.

- ¿qué es esto? - pregunto.

- tu ropa y tus cosas - me dice Elizabeth.

- ustedes se traéis algo entre manos - digo y las dos me miran haciéndose las locas - os conozco como si os hubiese parió.

- no se de que hablas Zaira - dice Daniela negando con la cabeza.

- a mi no me la colais.

Me pongo los auriculares apoyandome en la ventana del ave mientras voy mirando el paisaje y tarareando las canciones que se van reproduciendo desde mi móvil.

A las dos horas y un poco más de treinta minutos llegamos a la estación de atocha y nos bajamos del ave.

- venga vamos - dice Elisabeth.

- ¿dónde va Daniela? - pregunto al ver como se aleja un poco más de nosotras.

La veo acercarse a dos chicos uno algo más bajo que el otro, los dos chicos van tapados y no puedo reconocerlos.

- vamos apurate Zaira.

- ¿quiénes son esos chicos? - pregunto.

- conocidos.

- ¿conocidos? Mira si van a ser secuestradores o algo de eso - digo y escucho las risas de mis amigas y la de los dos chicos.

- de esta forma no te secuestraria Zaira - dice Marc quitándose las gafas, la gorra y la mascarilla que llevaba puesta para que no le reconocieran.

- santo padre bendito - digo cubriendome la boca con las manos y vuelven a reír.

Me abrazo a él y el sonríe mientras deja besos por mi cara menos en los labios, que es donde verdaderamente me gustaría que me lo diera.

- mm, ¿Marc no nos vas a presentar? - pregunta Alex y yo sonrió.

- Alex dios estoy flipando - digo acercándome a abrazarle.

- al fin te conozco que este de aquí ha hablado mucho de ti. - dice y miramos como Marc se pone rojo. - y ahora se hace el tímido - dice y yo río.

- ¿Cómo habéis organizado todo esto? - pregunto mientras vamos hacia el coche de Alex.

- tus amigas - dice Marc y miro a Daniela y a Elisabeth que me miran sonrientes.

- sabíamos que tenías ganas de verlo y hablamos con ellos.

- os odio - digo.

- nos amas - dicen los cuatro y a mi solo me sale reírme a carcajadas.

Nos montamos en el coche de Alex y las tres vamos en los asientos de atrás.

- ¿y a dónde vamos? - pregunto.

- a nuestra casa - dice Marc.

- ¿por eso me habíais cogido la maleta? - pregunto y ellas asienten - ¿y mis padres saben que hemos venido a ver a Marc y a Alex?

- claro que lo saben y que te quedas en nuestra casa hasta mañana - dice Marc.

- madre mía montáis un plan en menos de lo que canta un gallo.

- la verdad es que si - dice Alex.

Cuando llegamos a casa de los hermanos Márquez Alentá flipo en colores, es preciosa y lujosa la verdad. Nos enseñan las habitaciones en las que vamos a dormir y el resto de la casa.

- ¿queréis que vayamos a pegarnos un baño a la piscina? - pregunta Marc.

- pero tú no puedes - le digo.

- entero no pero de cintura para abajo si - dice y yo asiento.

- en la maleta tienes un bikini Zaira - me dice Daniela guiñandome un ojo.

- os esperamos fuera - dice Alex.

Subo hasta la habitación en la que voy a dormir y al ver el bikini niego con la cabeza, no han podido coger un bikini más normal, han tenido que coger el que se me ve todo el culo.
No tengo más remedio que ponerme ese así que me lo pongo.

- madre mía Zaira a Marc le va a dar algo - dice Elizabeth y yo niego.

- al fin - dice Marc y me mira de arriba a abajo descaradamente pasándose la lengua por sus labios.

Nos metemos en la piscina y me quedo a un lado de Marc.

- te echaba de menos - me dice y yo sonrió.

- yo a ti no - le digo y él se ríe.

- no mientas.

- también te echaba de menos Marc - le digo y él sonríe.

- ya los sabía yo.

Los dos empezamos a tontear, a darnos besos por la cara menos en los labios aunque parece que no soy la única que tiene ganas de eso.

- dejar de tontear parejita - grita Alex - que estamos de sujetavelas.

- no te preocupes que el beso llegará - susurra Marc en mi oído.

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