CAPÍTULO 40
La seño Zaira.

Narra Zaira.

Cuando era una niña y llegaba el mes de Septiembre no me gustaba nada pero nada, significaba volver al colegio y no ir más a la playa o piscina hasta el año que viene, la parte buena era el reencuentro con tus compañeros de clase.

Ahora ya no soy una alumna sino que ahora empieza mi aventura como profesora de Educación Infantil y lo hago en un colegio de Madrid.

No me cuesta nada despertarme puesto que apenas he podido dormir tanto de los nervios como de la emoción. Así que bajo a desayunar no sin antes darme un buen lavado de cara que me ayude a espabilarme un poco.

Después de tomarme un buen café y una manzana subo hasta la habitación para terminar de preparme.

Ya una vez estoy montada en el coche pongo música y salgo de casa dirección al colegio que se encuentra a las afueras de la ciudad. A mitad de camino me llama mi madre y doy gracias a que tengo conectado el Bluetooth del móvil con el del coche y así puedo aceptar la llamada.

- hija mía hoy va a ser un día super especial y bonito para ti, así que no lo olvides nunca Zaira que has trabajado muchísimo para llegar hasta ahí.

Las palabras que me dice mi madre me hace emocionarme y es inevitable que no me salgan algunas lágrimas, eso sí de emoción y felicidad.

- es gracias a vosotros mamá, papá y tú siempre habéis tratado de darme lo mejor. Os estoy eternamente agradecida, os quiero.

- ¡ay hija que nos vas a hacer llorar desde bien temprano! - exclama y suelto una pequeña risa.

- hoy las emociones están a flor de piel - cuento.

- totalmente de acuerdo. Zaira hija debo colgar que me tengo que ir a trabajar, después te hacemos jna videollamada y nos cuentas qué tal todo. Disfruta cariño mío. - se despide.

- vale, te quiero mamá.

- y yo a ti, hija.

Llegó al colegio y tras saludar a las que seran mis nuevas compañeras de trabajo entro a mi clase esperando que sea la hora en la que los niños entrarán.

A las doce en punto salgo a recibir a los niños y niñas que van llegando acompañados de sus padres. Voy a ser tutora de una clase de niños de 4 años por lo que ya llevan un año en el colegio y puedo sobrellevarlo mejor, ya que no se ponen a llorar al despedirse de su familia a excepción de alguno que nunca llega a acostumbrarse.

- seño que guapa eres - me dice una niña rubia cuyo nombre es Rebeca.

- tú eres más guapa aún - le respondo y ella ríe.

Las dos horas pasan relativamente rápidas, a las dos y media ya estoy saliendo del colegio y volviendo a casa.

Si casa porque hace unos tres meses que empecé a vivir con Marc y Alex aquí en Madrid. Lamentablemente he tenido que abandonar Sevilla pero espero que pronto pueda volver a vivir en mi tierra natal porque como en Sevilla se vive no se vive en ningún sitio.

En cuanto al tema de la pedida de matrimonio, hemos hablado un poco acerca de la futura boda aún no hemos puesto fecha ni nada por estilo tampoco tenemos un sitio claro donde casarnos aunque yo prefiero que sea en Sevilla. Es algo que todavía no nos corre demasiada prisa, lo mismo podría ser el año que viene o dentro de dos años.

Cuando entro a casa veo todo completamente apagado y me resulta extraño puesto que tanto Marc como Alex iban a estar en casa pero parece que no va a ser así.

- ¿hola?- preguntó en un murmuró pero no obtengo ninguna respuesta.

Le doy al interruptor de la luz porque como dé un paso más me voy a terminar estampando contra el suelo.

Al encenderlo veo a mis padres,mi hermano junto a Marc, Alex,mis suegros y mis amigas.

- enhorabuena - gritan todos.

- ay mi madre - expreso al verlos a todos. - pero, ¿qué es esto?

- una sorprensita a la nueva seño - se dirige mi madre a mi viniendo a abrazarme fuertemente - que orgullosos estamos de ti.

- eres la mejor madre del mundo, mamá - le aseguró y ella sonríe orgullosa y un tanto emocionada.

Saludo uno a uno hasta que llegó a Marc que me estrecha entre sus brazos y planta un delicado beso en mis labios.

- los sueños se cumplen - susurra en mi oído.

Y que me lo digan a mi eso de que los sueños se cumplen.

- gracias por esta sorpresa - le agradezco.

- lo mejor para mi futura mujer. - sonríe guiñándome un ojo.

Paso la tarde contándole a todos como me ha ido el primer día y escuchando algunos de sus consejos que por supuesto lo anoto mentalmente, porque siempre es bueno escuchar a personas que tienen más experiencia que tú en sus respectivos trabajos aunque nada tengan que ver con el tuyo.

En un momento todos se meten dentro y solo quedamos en el jardín mi novio y yo.

- espero que ningún alumno tuyo se le ocurra tirarte los tejos porque sino se la van a tener que ver con Marc Márquez - habla y yo rio negando con la cabeza.

- Marc que son niños muy pequeños por el amor de Dios. - le regañó y él bufa.

- bueno pero tú te vas a convertir en mi mujer y eso te declara como mía.

- eres un caso aparte, vida mía.

- soy realista que es diferente - se alza de hombros.

- pues eso, lo mismo - le pico y él rueda los ojos.

- la seño Zaira - murmura con una sonrisa - si yo fuera tu alumno estaría todo el día llamándote para así tenerte cerca.

- seguro que eras el típico pelotas de la profe.

- ¿yo? Que va - niega. - no te estoy peloteando estoy afirmando una verdad como una catedral de grande.

- ajá.

Se acerca a mi para nuevamente unir nuestros labios en un beso profundo y largo.

- la seño Zaira tiene hechizos mágicos.