CAPÍTULO 16
mirarnos con magia.

El olor a dulces, el poner el árbol y el decorado navideño, comprar los regalos, ver la ilusión de los niños pequeños en sus caritas, los villancicos resonando en las tiendas, la alegría de las familias, las grandes reuniones con amigos y compañeros, reencuentros familiares... Así es la Navidad.

- Zaira ayúdame a preparar las galletas navideñas - grita mi hermano.

- un segundo Hugo - le grito de vuelta.

- no tardes que no se hacerlas Zai - dice.

- si no haces por aprender - le digo y él se ríe. - tú ríete que cuando tengas hijos y quieran hacerlas verás la gracia que te va a hacer - digo.

- ya habrá tiendo para aprender - dice y yo ruedo los ojos.

Entre los dos intentamos hacer la masa de las galletas. Y digo intentamos porque casi todo el marrón es para mí, Hugo simplemente las estira y anima para que yo las haga.

- ¿se pueden meter ya en el horno? - pregunta y yo asiento.

- metelas con cuidado que te conozco y eres capaz de dejarlas caer.

- que confianza tienes en mi Zaira.

- no vayas de víctima Hugo - digo mirándolo mal.

- ¿va a venir Marc a cenar? - pregunta y yo me encojo de hombros.

- lo dudo mucho. Marc está en Cervera con su familia. - le respondo.

Y aunque me muero de ganas por pasar la Navidad junto a él creo que todavía es pronto y los dos queremos estar con nuestras familias.

- ¿te esperabas que te pidiera de esa manera ser su novia?

- ni me lo imaginaba. Fue tan bonito y especial, creo que voy a recordar toda mi vida ese día pase lo que pase.

- ha puesto el listón muy alto. Aunque es Marc Márquez, el número uno así que poco se puede hacer. - dice mi hermano y yo río.

- definitivamente es único - digo soltando un suspiro.

- estas enamoraita perdía hermanita. - dice sonriendome.

- llevo toda la vida enamorada del Marc piloto pero el Marc de la vida cotidiana me ha enamorado aún más. - sonrió.

- aún me cuesta creer que estéis juntos.

- me cuesta hasta a mí. Esto me lo dicen hace unos años y no me lo creo. La Zaira pequeña tendría que estar alucinando. - digo.

- ¿te acuerdas cuando te trayeron la tarta de tu cumpleaños con una foto de una moto Honda de calle? - pregunta riendo.

- para no acordarme, que horror y que pecha de llorar me pegue.

Por mi decimosexto cumpleaños pedi una tarta con la foto de la moto de Marc Márquez. Y la sorpresa no tan agradable fue cuando al abrirla me encontré una moto de calle con cierto parecido a la Honda de Marc.

- la cara que se te quedó fue un cuadro - dice riendo.

- no me extraña.

Sobre las seis y media de la tarde nuestros padres nos avisan que nos vayamos preparando para celebrar la cena de nochebuena.

Al salir de la ducha me seco el pelo antes de darme con la plancha un poco y así alisarmelo.

- Hugo ven - llamo a mi hermano.

- ¿qué pasa? - pregunta confundido.

- ¿qué te pondrías? - pregunto mostrándole un vestido rojo de terciopelo y un mono verde botella.

- el vestido rojo. - responde y ello asiento.

- vale gracias.

Él sonríe y sale de mi habitación. Me pongo el vestido, me maquillo un poco y me colocó los zapatos.

Por suerte mi casa tiene un patio lo suficientemente grande como para que cenemos parte de mi familia.

- Zaira, Hugo abrir que papá y yo estamos preparando las cosas - nos dice mi madre.

En cuanto suena el timbre mi hermano y yo abrimos. Los primeros en llegar son nuestros abuelos a los que saludamos con un gran abrazo y miles de besos.

- que guapos estáis - nos dice mi abuela con una sonrisa.

- tú si que estás guapa abu. - le digo.

También abrimos a mis tíos y a mis primos.
Cuando ya estamos todos en la mesa, me fijo en que hay una silla vacía a mi lado.

- ¿y está silla? - pregunto y justo escucho el timbre. - ¿quién viene? - pregunto.

- ve a abrir Zaira. - dice mi padre.

Con la duda de quién es la persona que viene, me lenvanto a abrir. Al abrir la puerta me quedo flipando viendo a Marc con un ramo de flores entre sus manos.
Le miró de arriba a abajo y va guapísimo. Lleva un jersey gris de cuello vuelto y unos pantalones negros.

- yo flipo contigo - digo y él se ríe.

- ¿no me vas a saludar como es debido? - pregunta.

Me acerco a sus labios y los beso suavemente disfrutando de la calidez de estos.

- ¿y esas flores? - pregunto.

- para ti, morena. - dice dándome el ramo. - tulipanes blancos - dice guiñandome el ojo.

Tengo una pequeña obsesión por los tulipanes, si lo digo.

- estas guapísimo.

- más que tú no lo creo - murmura sonriendo.

- ¿eres consciente de que vas a conocer a parte de mi familia? - pregunto y él asiente con una sonrisa.

- espero que no me odien.

- ¿por qué deberían de odiarte? - pregunto.

- por enamorar a la princesa. - dice y yo río.

- Zaira, ¿has abierto? - grita mi hermano - tardas años.

- ya voy niño.

Entrelazo la mano de Marc junto a la mía y salimos al jardín.
Todos se nos quedan mirando y mi abuela me mira con los ojos abiertos.

- Zaira cariño ¿este no es el de las motos? - pregunta y yo asiento.

- es Marc si. - contestó.

Marc se presenta ante mí familia y ahora si que si nos sentamos a comer sin ninguna sorpresa más, o por lo menos hasta el momento.

- que rico está esto - dice Marc y yo me río.

- ya te haré unos tapes y te lo llevas - le dice mi abuela y todos reímos. - ¿en eso de las motos pasáis mucha hambre?

- que va, pero tenemos que seguir una dieta y no podemos comer muchas cosas. - responde Marc.

- bueno pero tienes que comer que mira que carita tienes. - vuelve a decir mi abuela.

- Zaira, ¿me coges? - pregunta mi primo pequeño Theo.

- vente cielo.

Mi primo se sienta en mis piernas y yo le doy besitos por toda la cara haciéndolo reír. Mientras Marc le hace alguna que otra cara que también le hace sonreír.

- ¿eres el nonio de mi plima? - pregunta Theo.

- si - responde Marc.

- ¿por qué? - vuelve a preguntar.

- porque me gusta tu prima.

- ¿y por qué?

- porque es muy guapa, es muy buena, inteligente, es perfecta.

- si lo es - dice mi primo y yo sonrio.

- los regalos que ha venido Papa Noel. - dice mi prima Bella.

Todos nos vamos junto al árbol de Navidad y evidentemente allí están los regalos bajo el árbol.

Los pequeños empiezan a abrir los regalos con mucha ilusión mientras que los adultos estamos mirándolos.

Cuando ellos terminan abrimos los regalos que hay para nosotros. Entre los regalos que más me han gustado las entradas para el concierto de Manuel Carrasco, un kit de maquillaje y la segunda equipación del Sevilla.

- falta un regalo - murmura Marc.

- Marc no - digo pero el niega.

Coge una pequeña bolsa rosa de Pandora y me la entrega. Al abrir la caja encuentro una pulsera con varios kit, uno de ellos una moto, otro el símbolo del infinito, y otro de una luna.

- te quiero - susurro en su oído.

- te quiero más.

Yo también le doy su regalo a él.

- dios Zaira - murmura sorprendido.

Su regalo es un póster de gran dimensión echo por mi misma en el que sale Marc acompañado de su moto.

- no dejéis de miraros con esa magia - nos dice mi abuela.