** Capítulo dedicado a: El año 2018 ¿Por qué? Porque me ha traído cosas buenas y melancolicas. Aunque quizas no me agrado este año, le agradezco por lo bueno que dio, por enseñanzas y por el éxito ¡¡Gracias 2018!! ¡¡Bienvenido seas 2019!! **
El despertador del ojiverde se oyó y dio un ruido alarmado para dar por iniciado el primer día en la segunda etapa que cambiará el día del ojiverde: Preparatoria.
Escuela nueva, amigos nuevos, y quizás; un nuevo amor.
¿Por qué? Porque lastimosamente la pelirroja al terminar las clases y la escuela se alejó de él.
Antes de irse de allí, ella terminó con Bradley, después de un tiempo se supo la farsa que el americano había propiciado. El no era Mr Anonyme pero, todavía había cierta incertidumbre de quien podría llegar a ser.
Si no era Bradley, ¿Entonces quien era?
Esa pregunta atormentaba siempre a la pelirroja.
El ojiverde bajó de las escaleras y se despidió de sus dos padres que se encontraban en la sala de estar. Su padre, actualmente estaba bien, pero había veces en las que se sentía mal y le daban ligeras punzadas a su corazón.
Cuando salió sobresalió su sonrisa. Ahí estaba su nuevo automóvil, un 'Bugatti' para ser específicos. Su color era vino y se lo regalo su padre como regalo de haber salido de la escuela con excelentes notas.
¡Qué regalo!
Manejaba con cautela por toda la vía transitoria hasta que llegó a la tan añorada escuela.
El colegio se llamaba 'Rotherhood'. Era una de las preparatorias más prestigiosas de toda Francia.
Alumnos llegaban con coches de último año, porristas engreídas y chicas sintiéndose súper modelos. Otros chicos que hacían denotar lo cuan musculosos estaban y presuntuosos.
Para ser certeros, el ojiverde en sus vacaciones había cambiado. Había hecho un poco de ejercicio y sus facciones ya se hallaban más maduras.
Su estilo de vestir cambió drásticamente . Ahora portaba pantalones pegados al cuerpo y chamarras de cuero. Y por supuesto su personalidad ahora era un poco más extrovertida. Ya no era el chico adolescente e inocente que se enamoró perdidamente y escribía cartas. Ahora era un poco más rebelde y más abierto.
Entro a la institución y en los pasillos donde se ubicaba su ahora nuevo casillero se encontró a una chica con cabellera negra, tez pálida casi parecida a él y unos ojos miel penetrantes.
—¡Hola! ¿Cómo te llamas? —la pelinegra se acercó a él bastante coqueta e interesada.
—¡Hola! Edmond —su sonrisa sobresalió de sus un poco blanquizcos dientes.
—Aleana, un placer Edmond ¿Primer año? —la chica era muy preguntona pero le generaba curiosidad al ojiverde.
—Asi parece —soltó una risotada suave —. Y tú eres...
—Segundo año —se adelantó a decir bastante sonriente.
—¡Así que estas más grande! -nervioso se encontraba el ojiverde. Alguien mayor se fijó en él. Eso era nuevo.
—Así es ¿Acaso usas ojos postizos? Es que realmente son hermosos —embobada se acercó a sus ojos y el ojiverde se tenso al instante.
—Son reales —afirmó sonriendo coqueto.
—Eres muy coqueto, deberían ser delito la gente como tú —se sonrojo dejando a la interpiere sus hoyuelos.
—Una dama como usted también —Aleana cubrió su rostro con el cuaderno que traía bajo su brazo.
—Me vuelves tímida ¿Sabes?
—Tal vez... —en ese momento, el mundo del ojiverde se centró en sólo ser humano que nunca dejaría de salirse en sus pensamientos...
"Catherine Mc Claire".
La pelirroja se hallaba rodeada de otras tres chicas bastante simpáticas a decir verdad. Su falda color rosa, forrada de piel fina se dejaba deslumbrar en las pupilas de un idiotizado ojiverde. Su blusa era negra con decorados simples, está le llegaba por arriba del abdomen que no estaba tonificado pero si estaba delgado y sutil.
Sus botines eran negros y sus caireles caían como cascadas sublimes sobre sus hombros. Era el pecado hecho en persona. Su sonrisa era sexy y coqueta.
Sus ojos se hallaban más fuertes de lo normal y parecían fuego deleitado en ellos.
Era, era la misma Afrodita hecha para Edmond. Era hecha a la medida para Edmond. La mujer que siempre soñó tener en sus brazos y que nunca, dejaría ir, aún las cosas sean difíciles...
Todo lo que había logrado de alejarse de ella se esfumó al verla así, ahora quería ir corriendo hacia ella y rendirse en sus pies. Grotesco pero cierto.
Ahora sólo faltaba una de las decisiones más difíciles que puede tomar el ojiverde; hablarle o no...
Edmond se hallaba escribiendo un ensayo que su maestra de Literatura le había proporcionado. Si, andaba flotando en las nubes.
Sus pies estaban volando a un mundo irreal. Todo había cambiado, la pelirroja era lo doble de dulce y tierna.
Todo parecía un sueño acaramelado. La quijada en ocasiones, le dolía de tanto sonreír.
Un retumbante toque de timbre lo hizo sobresaltarse y a la vez brincar de alegría.
Con dos leves toques significaba algo:
"Catherine ".
Abrió la puerta con veracidad y al hacerlo apareció la pelirroja extendiendo los brazos.
—¡Ed!
—¡Cathy! —sus brazos se aglomeraron y ella atrapó sus labios dejando a un atolondrado ojiverde.
—¡Te extrañe! —sus ojos escaneaban los suyos con melancolía.
—Yo no —negó el ojiverde y a la vez sonrió como tonto.
—¿No? — la pelirroja elevo las cejas sugestivamente y sonrió coqueta. Dio unos pasos adelante de él y sujetó su nuca con firmeza.
—¿Ahora? —miles de mariposas florecían y volaban dentro del estómago del ojiverde. Jamás había experimentado algo así, y eso se convertía en un peligro inminente.
—N-N-No —carcajeo nervioso, y Catherine propició más el salvaje juego.
—No te pongas nervioso Ed, ahora eres mi...novio —lo último lo dijo suspirando y como si saboreará la palabra cerrando los ojos y volviéndolos abrir. Se encontraban más fuertes de lo normal. Eran intensos como dos llamaradas prendiendo el alma del ojiverde.
—Eres una gran mujer, como no me pondría nervioso —sonrió coqueto —. He pensado algo
—¿En qué has pensado?
—En que la mayoría de las parejas se dicen apodos melosos para engrandecer la relación —esbozo una sonrisa y la pelirroja frunció el ceño.
—Ya los tenemos cariño. Ed y Cathy —encogió los hombros con simpleza.
—No, más tiernos todavía —incitó a la pelirroja a pensar.
—¿Cómo cuál podría ser? —realmente era pésima para esto la pelirroja.
—Yo estaba buscando varios y termine por inventar uno —elevo las cejas presuntuoso —. Te diré 'Amore de mi alma' -sonrió victorioso.
La pelirroja abrió los ojos como platos y sonrió nerviosa —. ¡Vaya! Es muy hermoso ese apodo Ed.
—¿Tú como me llamarás? —la pelirroja comenzó a sentirse incómoda.
¿Qué otro apodo le pondría?
—No se —afirmó resignada, pero antes de que se diera cuenta, se le ocurrió uno —. ¡Lo tengo! Te diré...
El ojiverde con los orbes ilusionados la escucho con atención:
—Te diré 'Hombre de mi vida' —acto seguido el ojiverde se abalanzó hacia ella y beso su pómulo derecho.
— No —negó suavemente —. Así —beso sus dos pómulos, después el puente de su nariz, la frente y por último; sus labios.
Ahí es en donde se quedó más tiempo. Los deleitaba como un postre hecho por el mejor chef. Eran un manjar delicioso y que se podía saborear en el paladar.
Lo profundizó, y el ojiverde suspiro atontado. Catherine aprovechó esto para agarrar sus manos y colocarlas en su cintura.
—Te amo —suspirando le dedico el primero de muchos que le esperaban al ojiverde.
El ojiverde sostenía su cintura con firmeza. Se sentía en el paraíso. La pelirroja se alejaba por momentos, y se reía al ver como el ojiverde se seguía de frente y movía los labios.
Había besos cortos, otros en el que sus respiraciones se entrecortaban . Y otras, en donde Catherine le mordía el labio inferior con sutileza y sensualidad que sólo hacía que el ojiverde suspirara grave y sus mejillas se tornaran de un color rosado. La temperatura en sus cuerpos comenzaba a elevarse, y en cuanto oyeron el timbre que había indicado de que la señora Monet había llegado, Edmond se alejaba bruscamente y caminaba por todos lados tratando de que el calor que emanaba su cuerpo se le bajará.
Después de convivir alegremente, la pelirroja se marchó no sin antes gritar
¡¡Te amo. Hombre de mi vida!!
¡Holi Anonymes!
Espero tengan un muy lindo día
¿Cómo ven a nuestros ojiverdes?
¿Les gusta como se va tornando los capítulos?
¿Qué les pareció el recuerdo?
No olviden votar y bueno este es nuestro último capítulo del año
¡¡Gracias por estar aquí y por haberlas conocido!!
¡¡Las quiero!!
No me queda más que decirles...
¡¡¡ Feliz año nuevo!!!
¡Nos vemos en el 2019!
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