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Entrada 57


~Opciones: Huir por la Cocina~

Si bien, la puerta de entrada esta mucho mas cercas, es verdad que estaba cerrada y, en el estado en que se encuentra el mexicano, tal vez, optar por ir hacia la cocina sea lo más acertado

Su avanzar lento, arrastrando los pies y tambaleándose como un cadáver sin vida, cada vez te pone mas y mas de los nervios, pero sabes que, obligarlo a seguir adelante hasta poder escapar, podría ser lo más adecuado; seguramente que una vez que puedan estar fuera, podrían buscar ayuda y entonces, el resto de los countrys podrían mantenerlo a salvo ¿Cierto?

Aun sabiendo que México no te responderá mas, continuas animando al tricolor, con la esperanza de poder salir juntos, de volver sobre sus pasos y encontrase con todos los demás countrys que seguro, estaban preocupados por el tricolor. Un fuerte trueno hace cimbrar la casa haciendo que el mexicano tenga un escalofrío desagradable, lo animas otro poco mas

Atraviesan juntos el comedor, se escuchan movimientos y quejidos a lo lejos que te hacen tener la necesidad de seguir corriendo y poder escapar; los quejidos y los gritos, por momentos se hacen más fuertes, como un grito endemoniado que cada vez los hace tensar mas y mas hasta el punto que no puedes soportar escuchar entre ellos, lamentos que claman por ayuda o porque acabe de una vez el infierno que ocurre en ellos. Solo animas al tricolor, ya faltaba poco

Han atravesado por fin el comedor, la cocina se muestra igual a como la dejaron la última vez. La oscuridad es profunda, te preguntas la hora. La tormenta parece negarse a acabar ¿Habrán lugares donde llueva tanto? Es irrelevante pero prefieres mantener tu mente ocupada pensando cualquier tontería en vez de sentir cada vez más asfixiante la sensación de que hay alguien desde las espaldas del mexicano, observándolos a ambos

—N-No... no...

Detienes el avanzar de México, la sorpresa de escuchar por fin la voz de México luego de todo lo que ha pasado, te obliga a frenar y fijar tu mirada en el tricolor que, con temblores, ahora se abraza a el mismo. La lámpara la perdieron en algún lugar, de hecho, casi podrías jurar que fue durante la ciada que tuvieron desde la primera planta, entonces, apenas puedes ver entre la oscuridad el mirar de México que rápidamente se transforma en un gesto de terror pálido

—N-no... no... no, no, no, no, no

Lo que eran pequeñas frases titubeantes y tartamudos sin mucho esmero, rápido suben de intensidad, su voz en susurros, sube casi deseando que se vuelvan gritos que puedan ser escuchados fuera de la casa. Las manos del latino que se abrazaban a sí mismo, suben hasta sus oídos cubriéndolos, sus uña se entierran sobre su cabeza, las palmas intentan ocultar los tímpanos y la mirada desencajada de terro del mexicano, es algo que posiblemente te persiga el resto de tus días

—Animas a México a continuar... ya están cercas de la salida—

Pero México ya no te responde

Intentas mover a México para seguir avanzando y escapar de esta pesadilla, pero lo único que recibes, es la sorpresa de ver al latino negándose a seguir adelante. Su cuerpo se frena, tambaleante, corre a apoyarse de una de las mesas que hay en la cocina, su rostro pálido te está preocupado y que no parece de decir únicamente negativas te hace preguntar qué tan mal esta su mente en estos momentos... pero sabes que no es algo de importancia por ahora... si tan solo pudieran escapar, podrían pedir ayuda para el country

Has intentado mover a México contra su voluntad otra vez y no has conseguido nada. México se niega a moverse de donde se encuentra y, mientras continua repitiendo una y otra vez negatorias, ves que una de sus manos consigue desde algo apartado de su cuerpo, un cuchillo que no lucia tener mucho filo y que de un modo inconsciente, parece enviar su filo peligroso hacia sí mismo

—Le pides a México que baje el cuchillo, la salida está a unos pasos de distancia—

México no reacciona a tus palabras, el cuchillo que hay en su mano, es que se mueve hacia su cabeza. México está cubriendo con ambas manos sus oídos mientras suplica a "alguien" que "aquello" se calle. No comprendes nada. Intentas nuevamente mover a México

Sientes un alivio naciendo de tu alma cuando lo ves comenzar a moverse a tu voluntad de nuevo. Despacio, torpe, casi tropezando con todo lo que no hay en el suelo, pero aun así, consigues moverlo... "solo un par de pasos más" te dices y le dices, solo unos pasos más y estarían libres de esa mansión de los horrores, intentas animar al mexicano que sigue mirando al suelo, repitiendo negativas y negando

Solo un poco más, estiras una mano del tricolor para tomar el pomo de la puerta, solo un poco más, la puerta es empujada suavemente y se abre ¡Es la salida! Gritas en victoria, el jardín, lleno de oscuridad, una poderosa tormenta te está dando la bienvenida... por un segundo, parece algo mejor que tener que seguir dentro de esta horrible mansión que los tiene atrapados... solo otro poco mas

Empujas suavemente el cuerpo de México, solo un par de pasos más... y estarán fuera de esa pesadilla

—¡Aléjate de mi!

México se frena, dando pasos hacia su derecha como si quisiera separase de ti. Gira a verte, mira la pantalla con horror y cae de trasero al suelo, negando, pataleando, como si viera en ti, un monstruo

—Al final, no pudiste soportarlo ¿Verdad? —se escucho otra voz

México y tu desvían la mirada hacia lo lejos, justamente de donde venían, una silueta negra se hace presente apenas pudiéndose ver en la oscuridad. Lenta, deforme que pronto toma la forma de una persona y rápidamente, se alcanza a distinguir como la silueta de un country... o tal vez de una de esas masas blancas con forma de Ikenuma... México sigue haciéndose hacia atrás, arrastrándose sin poder desprender la mirada de la silueta que, entre la oscuridad, por fin se deja entrever al prender una lámpara

Es ahí, aun al otro lado del marco que unía la cocina del jardín, era Polonia, sonriendo tranquilo, mirando fijamente a México mientras este, recibiendo la fuerte tormenta, le mira con el pavor de ver un fantasma o peor... a otro de esos monstruos deformes blancos

—Tranquilo pequeño México —sonríe Polonia— no te hare más daño —susurra, avanzando para salir de la cocina y colocarse a un paso de distancia del latino que, congelado entre el pavor y el frio, solo observa al country de dos colores estirar una de sus manos, en una señal amable para que el contrario la tomara. Sin embargo, con la mente tan distorsionada que posee el mexicano en estos momentos, lo único que México hace es negar y seguirse arrastrando para crear distancia entre ambos countrys— No te hare daño, puedes confiar en mi México —intenta sonreír, acortando una vez más la distancia entre ambos— yo te mantendré a salvo de tus demonios, corazón

Afirma, volviendo a estirar su mano por segunda vez, siendo, la diferencia en esta ocasión, que México ha golpeado aquella mano que amable se extendía para él. Polonia le mira en un momento con sorpresa, cambiando su gesto a una sonrisa que oculta mas de lo que se deja ver

—Al final, este lugar te rompió más de lo que incluso yo pensé que podría —responde, apartando la mano que antes le extendía al mexicano— está bien —suspiro— supongo que entonces, no me darás problemas si estas en este estado —continua con un resoplido amable, enderezándose en su lugar

Ante tu mirada de sorpresa, Polonia chasquea sus dedos. De detrás de él, más profundo en la oscuridad de aquella mansión, dos siluetas tambaleantes aparecen, son otros dos Ikenumas sin forma ni colores que, tambaleándose como si estuvieran ebrios o peor, se lanzan a correr cuando México les ha visto la forma, con el terror corriendo por su cuerpo, México no puede escapar de ellos

Acaba tirado en el pasto antes de llegar al jardín, con ambas siluetas blanquizcas sin forma y sin boca deteniendo su huida. Polonia, quien ha observado todo con tranquilidad, se acerca a México, acaricia gentilmente su mejilla y, luego de verlo con un mirar de ternura, saca de uno de sus bolsillos un collar similar al de un perro (aunque delgado cual gargantilla) y lo coloca con cuidado sobre el cuello del tricolor

—Esto es para que te sientas a salvo conmigo —responde Polonia con ese tono amable que ahora, asusta al mexicano

Una vez Polonia ha colocado el collar al cuello del latino, con un "click" dando a entender que la forma de atarlo era por medio de una cerradura, las criaturas bancas que sujetaban al latino evitando que escapara, se levantan y regresan entre pasos lentos y arrastrando sus pies, de vuelta a la oscuridad de la mansión... ahora, mientras México intenta lidiar con su propia sensación de pavor, siente con sus dedos el collar y mira a Polonia sacar un pequeño artefacto que no distingue bien por la oscuridad y la tormenta

—Ahora, se bueno y siéntate pequeño México —responde— será tu primera orden

Aun antes de que el latino pueda tener una pregunta en su mente, aun antes de que pueda seguir negando o que pueda tener la idea de correr lejos de Polonia y la idea o la duda del porque es que puede darle ordenes a esas criaturas blancas. México puede sentir una fuerte corriente eléctrica atravesando todo su cuerpo y que nace directamente desde su cuello

El agua que empapa su cuerpo ayuda a que la corriente sea mas dolorosa y que varios de sus músculos se acalambren debido al dolor, un gemido ahogado apenas da anuncio a Polonia de que lo que ha hecho, ha surtido efecto. Para cuando el dolor en la piel del mexicano se detiene, vuelve la mirada al polaco que le sonríe casi con satisfacción

—Siéntate México —ordena con la tranquilidad con la que se entrena a un cachorro para su primera orden. México tiembla cuando cree escuchar desde atrás de la mansión (en su interior) los quejidos de las criaturas y sus lamentos. El miedo le gana y, aunque su mente le grita y suplica para que salga corriendo, sus músculos apenas se pueden mover por la lluvia y el dolor, apenas ayudándole a quedar sentado sobre sus rodillas por el dolor. Observa a Polonia sonreír con satisfacción— buen cachorro —responde, mostrando ahora lo que hay en su mano, un pequeño aparato. Solo una caja pequeña con un botón rojo en su centro que hace a México tener un escalofrío

—Sabes lo que esto significa ¿Verdad —continua— de ahora en mas, yo cuidare bien de ti... y espero que tu correspondas siendo un cachorro obediente y leal —continua con una sonrisa amable, acercándose para tomar suavemente la barbilla del tricolor— porque de ahora en mas, seré yo quien te proteja de tus pesadillas y te muestre la luz (*)

México tiembla, confundido, aterrado, solo permitiéndose mirar fijamente aquella sonrisa de Polonia y su rostro que parece extasiarse con la debilidad que muestra el mexicano en estos momentos

—¿P-P-Porque... —tartamudea sin parar y sin conseguir acabar su propia pregunta

—¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué te he elegido como mi cachorro tal vez? —sonríe Polonia intentando adivinar cuál de todas seria la duda del mexicano, pero sonriendo al final con satisfacción— nada de eso importa, solo debe importante, tenerse satisfecho —continua— si estoy satisfecho, tu vida será buena y plena... si no... bueno —las palabras de Polonia no acaban, contrario a ello, la mirada amable que le entrega México, se desvía hacia más atrás de el, donde la puerta hacia la cocina de la mansión aun seguía abierta

El mexicano no ha tenido necesidad de entender mas palabras... una idea se da de lo que puede pasar y a su mente, las criaturas blancas solo se parecen volver pesadillas de las que el tricolor jamás podrá escapar. Mentiras su mente le juega sucio, pensando y recordado todas esas veces que vio clones de el mismo moribundos o muertos dentro de esa mansión. No se da cuenta y escucha hasta después un pequeño "click"

Al bajar la mirada, se ha encontrado con una correa de cuero unida al collar puesto sobre su cuello y, al otro extremo de la correa, la mano de Polonia sujetándola sin tapujos junto a una sonrisa de satisfacción del polaco

—Ahora, vamos cachorro —responde Polonia poniéndose en pie y jalando suavemente de la correa— es hora de ir a casa y dejar esta pesadilla atrás

México lo observa sin acabar de creer lo que está mirando, pero, cuando Polonia muestra en señal de amenaza la cajita negra con el botón rojo y su pulgar acariciando el botón sin presionarlo, obliga a México a intentar ponerse en pie, sintiendo además, el suave tirar de la correa. Cuando por fin se ha puesto en pie, arrastra sus pies, su cuerpo está agotado y, por algún extraño motivo, mientras siente que es guiado a un lugar desconocido, por mano de Polonia...

Extrañamente se siente más tranquilo...

O tal vez, es simplemente que su mente se ha roto en pedazos y ya no sabe lo que es correcto o que está bien

Tal vez, la sensación de cala, al tener a alguien mas a su lado, sea el verdadero sedante y aliciente para que México obedezca tan sumisamente a su nuevo amo y señor


Final 14 "Cachorro Temeroso"


Nota finales:

*Como cuando ya no sabes si esto es tomado como algo de terror o como algo de romance a lo yandere... sea como sea XD no sé, me termino gustando la locura de Polonia en esta versión hahaha

Perdón si ven muchos errores de ortografía, pero en serio, esto tarda mucho para ser corregido y yo me enletro seguido... además, todos sabemos que la ortografía no es mi fuerte

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