Entrada 53
~Opción elegida: Preguntarle que quiere hacer~
La simple suposición de que, si lo obligas nuevamente a moverse en contra de su voluntad, pueda volver a dejarlo en un estado de shock del que muy seguramente no podrá volver en esta ocasión te hace replantearte que podría suceder...
Otra cosa que no era del todo segura, era simplemente que esos clones de Canadá y Rusia estaban aun conscientes, lo suficiente como para mantener alejados a México de ellos, pero, también es cierto que mientras la criatura luce cada vez sufrir de un modo que no crees ni siquiera alcanzar a imaginar, también está el conocimiento. Canadá era el único que parecía aun consciente no solo de sí mismo, sino de su situación junto a la de Rusia. Rusia, por otro lado, lucia aturdido, demasiado absorto en su propio dolor como para siquiera reconocer a México solo hasta que lo toco y que Canadá le dijo que era el tricolor
¿De verdad esto era una buena idea? Te preguntas un instante, observando a México que sigue mirando con preocupación a la criatura que aun reconoce como sus amistades
—Le preguntas a México si sabe que esos, muy seguramente no sean sus verdaderos amigos y que, muy posiblemente sean clones—
México no responde
—Le preguntas a México que es lo que quiere hacer ahora—
Hay silencio por algunos largos he insufribles minutos mientras el tricolor observa fijamente a la criatura que aun se retuerce y grita, derramando liquido negro sobre sus heridas combinando con la sangre. La masa parece por momentos dejar caer trozos blancos. México aferra la linterna y apuntando hacia la criatura que cada vez, se deforma más, ahora, la mirada del mexicano se muestra fiera y determinada
—¡Resistan chicos! ¡Los salvare! —Grita con fuerza, poniéndose de pie— de algún modo —susurra lo ultimo con preocupación
Éntre los gritos de la criatura, Canadá, quien aun mantiene algo de su propia consciencia, observa a México y, con una de sus extremidades que ha perdido la forma que alguna vez debió de ser una mano, ataca a México lanzándolo contra la puerta que había delante de ellos hasta sacarlo de la biblioteca
Mientras México se queja del dolor del golpe y las maderas sobre las que termino cayendo, Canadá y Rusia salen tambaleándose aunque intentando moverse rápido. Corren, saltan sobre el barandal de madera cayendo al vacio. México gira, iluminando con la linterna. Siente un cierto alivio al descubrir que la criatura no ha recibido daño pues, tan pronto como cae, corre hacia la oscuridad
—¡M-Mierda! —se queja con dolor
Se pone en pie con trabajo, quejándose por el dolor de su cuerpo pero, tras conseguir apoyarse del barandal, correen dirección a las escaleras, bajando para poder perseguir a sus amigos vueltos esa monstruosa masa blanca
—¡Canadá! —grita, soltando un quejido de dolor apenas logra llegar a la planta baja de la casa— ¡Rusia! —continua llamándolos sin encontrar a ninguno por los alrededores
Corre hacia la zona izquierda, donde se encuentra la oficina y la biblioteca pero, en cuanto atraviesa el pasillo, su correr es frenado bruscamente cuando, mas allá de la biblioteca, hay dos siluetas que apenas pueden distinguir...
Ahí, al fondo del pasillo, México alcanza a distinguir al monstruo que aun posee la apariencia y un poco de los colores de Canadá y de Rusia... pero, hay hilos de sangre escurriendo por las comisuras de sus labios y ahora, con su único ojo desorbitado. La sensación, ese conocimiento mutuo de saber que esa criatura ahora yace muerta, cala en la espalda de México que por un segundo, ha vuelto a quedarse con la mente en blanco, solo observando el gesto sin vida tanto de Canadá como de Rusia y como, lentamente sus colores van desapareciendo hasta acabar con una piel totalmente blanca, ajena a cualquier bandera que pudiera existir
Tanto es su terror por observar a la criatura sin vida, ahora comenzando a derretirse cual cera caliente y desaparecer cualquier indicio que diga que alguna vez fue un ser humano o un Ikenuma vivo; que no cae en cuenta de que, la otra silueta, más humana, se trata de Alemania quien, de un modo lento, va volviendo la mirada hacia atrás, descubriendo a México mirar con horror la escena. Entre sus manos, porta algo que, con la iluminación no se puede apreciar con claridad. México tiembla, por fin ha notado el movimiento de la otra persona y se sorprende de descubrir que se trata precisamente de Alemania, en medio de este infierno por mansión
—¿A-Ale- —su pregunta no termina cuando, en un movimiento veloz de una de las manos de Alemania, la lámpara que traía en mano México, iluminando la escena, cae...
No es que haya caído la lámpara de su mano, simplemente que, ahora que Alemania (bruscamente) estaba frente a México, México puede notar que hay manchas de sangre por todo el rostro de Alemania y no solo eso, al bajar la mirada en dirección de la linterna que de pronto ha caído al suelo, descubre que no es solo la linterna...
Su mano ha sido separada de su cuerpo y, manchas de sangre salpican no solo a Alemania, también el suelo donde ambos se encuentran. México, quien por fin reacciona, cae de trasero al suelo, notando por fin, el dolor de una mano cortada por algo realmente filoso que ni siquiera noto en el momento por su fuerte impresión
Lo siguiente alarmante hasta para ti como jugador, es ver que la mano de México, justo en medio entre México y Alemania, no se transforma en pétalos de flores, sino en una masa blanca deforme que va perdiendo la forma y que sepulta parte de la lámpara que había traído el tricolor
—Lo sabia —susurra Alemania avanzando con pasos tranquilos a la misma vez, que un aterrado México da pasos hacia atrás, aun arrastrándose por el piso
Niega, sin apartar la mirada de aquella mano que ha perdido la forma y ahora es una masa blanca derretida. Su mirada vuelve a subir hacia Alemania quien, con un paso serio y lento, se dirige con un mirar afilado hacia el tricolor
—Lo comprender ¿No es así México? —pregunta Alemania captando su atención— no podemos dejar salir a ninguno de estos clones hacia el exterior —se explica, pero México niega
—¿Soy... soy... soy —en su terror, México no puede acabar su frase, pero Alemania, quien lo comprende, asiente
—Tú también eres uno de ellos, un clon, creado en esta horrible mansión —explica, con una tranquilidad cruel hacia el latino que, mira a sus alrededores en la oscuridad, comprendiendo las palabras del Germán
México no puede pensar en nada, lo único de lo que alcanza a ser consciente, es en su propio rostro, volando hacia atrás de su cuerpo antes de descubrir que su cabeza gira y que, permite la zona apreciar su propio cuerpo sin cabeza y a Alemania apretando con fuerza algo que brilla con una hoja afilada... tal vez una hacha o una espada, no alcanza a distinguirlo entre la oscuridad y la bruma que comienza a desaparecer su consciencia
Alemania por su lado, solo lo observa; como aquella cabeza sin cuerpo abre sus ojos, mirándolo con la sorpresa de quien no termina de comprender lo que ocurre y entonces, mientras sus ojos se desorbitan en un gesto de terror, su boca se abre de un modo inhumano. El cuerpo que portaba aquella cabeza, cae de frente al suelo y, mientras la sangre lentamente comienza a ser derramada, su forma se va desasiendo, como cera caliente derretida, su cuerpo pierde forma y finalmente, acaba como una misma masa blanca deforme que ya no posee resquicio alguno de forma mas allá de ropa que ahora es cubierta...
—Lo siento —susurra— falso México —tras ver que también el rostro deformado ha acabado por volverse una masa blanca sin forma, toma un leve suspiro de cansancio— pero es por la seguridad del mundo —finaliza, sintiendo un cansancio mental, más que uno físico pesando sobre sus hombros
Game Over
Final 21 "¿Era... yo también?"
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