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Entrada 52


~Opción elegida: Investiguemos Más~

Sabes que si continuas adelante, podrás encontrar algún modo de ayudar a México... es cruel, si, pero mientras escuchas sus huesos crujir, lentamente, sabes qué; de algún modo, podrás encontrar alguna forma de traer a tu amigo de vuelta... es solo... cuestión de no rendirte sin importar que

Luego de escuchar a México quejarse lentamente por el dolor de su cuerpo, le pides disculpas y, mirando a tus alrededores, te preguntas la dirección que deberías tomar ahora que han caído ambos desde la primera planta y ahora se encuentran precisamente delante de las escaleras de la recepción

Suponiendo tal vez que no haya más en la primera planta, optas por subir las escaleras una segunda vez, de un modo lento y torpe por las heridas del mexicano, pero con intenciones de llegar al segundo nivel. En el camino, has encontrado la lámpara que se les ha caído de las manos, lo agradeces, la oscuridad nunca fue algo que pudieras soportar y menos ahora que sabes que en la oscuridad, se encuentran esas cosas sin forma ni nombre

Al llegar al segundo nivel, iluminando tus alrededores y descubriendo que el barandal de madera en este lugar esta todo destruido (como si algo hubiera caído y se hubiera llevado consigo el barandal de madera) decides caminar hacia tu izquierda, lo más apegado puedan a los muros, lejos de una posible y peligrosa caída de la cual, dudas mucho, el mexicano pueda aguantar una segunda vez, en especial sabiendo que la altura se ha duplicado

La primera habitación que encuentras parece la de un matrimonio. Ahora recuerdas que la mansión parecía que estaba en una clase de disputa éntrelos dueños y alguien que quería comprarla... es verdad que ya no encontraron más documentos sobre lo que ocurrió con respecto a aquella situación pero, tras ver el piso de la habitación lleno de sangre seca y la casa destruida a como se encentra, supones acertadamente que las cosas no acabaron bien para nadie. Ya lo había dicho México, la avaricia del ser humano era algo peligroso

Ahora, mientras haces al mexicano adentrarse a la habitación para mirar a sus alrededores, un fuerte relámpago hace vibrar el suelo e iluminar por un instante toda la habitación. Distraídamente, diriges a México hacia la ventana que deja ver el exterior donde, el bosque se mueve al compas de la fuerte lluvia y el viento que aúlla de un modo aterrador, te preguntas donde puede que sea mas seguro para ti y para México estar ¿Dentro de esta mansión de locos o fuera en la tormenta?

La sombra que se mece entre la espesura del bosque y el tétrico movimiento de sus ramas es suficiente espectáculo, ya cargas con demasiado estrés desde que México perdió el habla, como para soportar la imaginación detrás de tu mente que puede llegar a crear siluetas y gritos más allá oculto entre la fuerte tormenta y sus relámpagos. Haces a México volver la mirada hacia la habitación, de pronto, la cama polvorienta luce apetecible para descansar y olvidar todo hasta el día siguiente con algo más de luz, pero seamos realistas, eso fácilmente podría llevar a México a la muerte

Continúan explorando la habitación, manchada de sangre seca por todos lados, en algunos muros incluso salpicados como si alguien hubiera querido que esta escena fuera la más sangrienta y sádica posible. Los mueves se encuentran tirados, otros, los que soportaron en pie, manchados del mismo modo de sangre. Te preguntas porque solo la cama no parece tener sangre sobre sus sabanas, pero, mientras parece que México quiere recostarse a descansar, escuchan juntos algo cayendo a su costado

Con un brinco y la sensación una vez más, de que hay algo más allá que parece que los vigila a ambos, mueves a México. La lámpara que ilumina a sus alrededores, acaba concentrada a un lado de un gran armario manchado en sangre y casi destruido pero que, entre la hendija entre el armario y el muro, parece vislumbrar algo más

Acercas al mexicano, iluminando la zona y examinándola al detalle. Sobresaliendo por muy poco, entre el tapiz y lo que parece solo una discreta línea, has encontrado algo parecido a un pasadizo secreto. Haces a México empujar suavemente el armario y descubren ambos que este posee ruedas para ser movido con facilidad

Ahora que el armario ha sido movido, una puerta se presenta ante ambos, México empuja suavemente la puerta oculta y esta sede sin problemas. Suave y chirriante cual caja vieja que te llena de terror hasta lo más profundo de tu ser... la puerta cruje en agonía y México siente un escalofrío trepando por su ser

Lo primero que hacen es iluminar el suelo... solo un suelo lleno de polvo y tal vez cucarachas junto a ratones; entre más avanzas, la habitación se presenta amplia. Qué curioso, te dices, se supone que al lado de la habitación en la que has entrado, solo estaban las escaleras... ¿Cómo es que hay una habitación secreta justamente en ese mismo lugar?

Desde la parte de atrás de la puerta aun abierta, el resplandor de un trueno ilumina por pocos instantes un poco de la habitación, un estremecimiento carcome a ambos cuando, tal vez, lo que parecía ser una pila de sombras mas al fondo, por un segundo se dejo entrever con la luz y desapareció antes de que pudieran acabar de verle la forma. Guías la lámpara de México en la dirección de lo que crees que has visto, México abre sus ojos y corre a una esquina contraria, cercana a la puerta aun abierta y sin más, vuelve una segunda vez el estomago

Tal vez... si los cuerpos apilados fueran de esas criaturas blancas... México hubiera seguido actuando como una marioneta... pero ¿La familia que vivía aquí?

—Apesta —se ahoga el latino... por fin ha hablado, solo para decirte que el ambiente apestaba por el pútrido aroma de la carne descomponiéndose, combinada con las cucarachas y las heces de las ratas

No es que solo apeste la situación, de verdad, la habitación apesta con la podredumbre de los cadáveres... esos cuerpos se estaban descomponiendo desde hacía ya bastante tiempo y ¿Qué puedes hacer tu para ellos? México no parece que quiera moverse o acercarse al resto de los cuerpos, quien podría culparlo, pero ¿Qué podría suceder ahora?

—Le dices a México que tienen que seguir investigando—

Le animas, aun cuando ya no te responde, otra vez. Al menos esperas a que termine de volver el estomago y, una vez más, aun si no te termina de agradar esta situación, "lo fuerzas" a moverse, alejándose de la horrible escena y continuar. Vuelven ambos sobre sus pasos y cierran detrás suyo la habitación oculta, volviendo a acomodar el armario para poder ocultar la habitación. Agradeces que al sellar de nuevo la habitación el horrible aroma a podrido haya casi desaparecido por completo, ahora, tu y México pueden respirar de nuevo con calma

—Le preguntas a México si está bien—

Pero no te responde. Su mirada perdida y pálida clavada en el suelo, te dice que nada de esto está bien ¿Aun así quieres seguir avanzando? ¿En serio?

México apunta la linterna, no parece que haya más en esta habitación, así que, mientras ambos se encaminan hacia la salida de la habitación, miras de reojo si no es que se han olvidado de algo importante en el camino. Al salir, escuchas en la parte de abajo algo pesado rompiéndose. La sensación de peligro los atrapa a ambos y, moviendo el cuerpo del latino, corren hacia su izquierda una vez más, llegando a la habitación de al lado

Luego de asegurarse de haber cerrado la puerta con seguro, apuntan la linterna hacia su interior. No hay nada que se mueva y lo agradeces con todo tu corazón, pero, ahora que ya sabes que al menos no hay nada peligroso en el lugar, miras con más detenimiento lo que les rodea. Como si se tratase de algún tipo de pequeña exposición de arte, bustos que te ponen los pelos de punta, pinturas de gente que... bien podría ser tomada como algo tenebroso por sus colores y siluetas, además de documentos que, al estar pegados en la pared, juraría que se trata tal vez de algo así como diplomas, encuentra algunos libreros y mas al fondo, un escritorio que colinda hacia un balcón exterior

Haces a México avanzar con paso lento y cuidadoso, alumbrando con detalle cada cosa. A diferencia de México, tú no puedes leer que es lo que dicen las palabras ni el idioma que, aun con la pobre luz de la linterna, te cuesta trabajo siquiera reconocer. Prefieres seguir adelante, encontrando que, en los libros que hay dentro de esta diminuta biblioteca, uno capta tu atención por el tamaño. Por mera curiosidad, al hojearlo con velocidad, algo parecido a una fotografía cae

Inclinas a México para que lo tome y, cuando lo enfocan con la lámpara, la sensación de estrés les recorre a ambos al ver una serie de capsulas gigantes con la capacidad de tener dentro a una o dos personas, de hecho, tiene en su interior flotando a seres sin una forma totalmente clara, pero sabes que no son humanos... tienen algo parecido a una cabeza en forma de esfera y, siendo realistas, esas criaturas lucen tal como los Ikenumas o esas masas blancas

Aun ahora, mientras observas la imagen, te preguntas el porque alguien querría hacer algo como esto. Vuelves la mirada al libro del que ha caído la imagen y vuelves a hojear esta vez de un modo más lento las páginas. Encuentras que, mas a detalle, la letra de las paginas no está impresa como un libro común... no, este libro fue escrito a mano y, la forma de la letra, los dibujos mal hechos y algunas referencias puestas junto a fotografías, te dicen que este libro ya llevaba un tiempo de haberse hecho

Lo escalofriante continua cuando, luego de seguir hojeando con cuidado cada página, encuentran ambos una serie de imágenes no bien tomadas, algunas a blanco y negro y otras rayoneadas que dejan ver a estas criaturas blancas cada vez tomando formas más humanoides pero que, al mismo tiempo, lucen ser usadas para experimentos crueles, siendo incluso, partes de su cuerpo mutiladas, zonas desgarradas, y lo peor, es que mientras parece que los experimentos se llevan a cabo sobre su cuerpo, el pobre ser aun con vida, grita y se remueve con desesperación asfixiante

Obligas a México a cerrar el libro y, notando como el rostro perdido del latino se pone pálido, al final, lo ves caer de todos modos al piso, con el libro entre sus manos y piernas, sabes que tal vez, no debiste de ver el contenido por demasiado tiempo pero, ahora que ya han descubierto algo, que parecía una bitácora, te dices que tal vez, ahora puedan escapar

—¿Y si esto es lo que de verdad están haciendo en este lugar?—

Le preguntas a México con la esperanza de que reaccione y te mire, pero no parece surtir efecto alguno. Con la preocupación de saber que tal vez la mente de tu amigo esta mas rota que un cristal, le animas a volver a ponerse en pie, obligándolo de nuevo, a ir más allá de lo que el mismo quiere avanzar

Esta decidido, esta vez, tienes la determinación de escapar ahora que ya tienen una guía de lo que ha ocurrido. Guías a México, con sus pasos lentos y lastimados hacia la salida, arrastran con cuidado los pies, México gime en dolor aunque, su otra mano carga con el libro y la principal, carga con la linterna que ilumina su camino de regreso entre las escaleras hacia la recepción de la casa

Los gritos y quejidos de las criatura han parado, ahora, solo crees escuchar a la distancia los sonidos sin identificar pero, optas por no prestarle demasiado interés a menos de que los notes peligrosamente cercas de donde se encuentran ambos. Encuentras en la recepción un saco con el cual envuelves el libro para que no se empape con la tormenta; miras la puerta aun cerrada y, haciendo a México apuntar una de sus manos hacia la puerta, un pequeño resplandor consigue mandar a volar la puerta y dejarlos en total libertad

—¡La salida! ¡Podemos volver a casa!—

Animas a México. Lo mueves de nuevo, empujando su lastimado cuerpo a seguir avanzando, lento, despacio, hacia la salida y empapando su cuerpo entero... no importa la lluvia, no importa nada más. Solo la seguridad de que han salido de ese infierno y que aun están vivos

Con ayuda e México, ambos vuelven la mirada hacia atrás. La mansión, imponente en el medio de la oscuridad, apenas se deja ver y, optando por ser la última vez que miras hacia atrás, comienzan un camino en línea recta bajo la esperanza de encontrar un modo de poder volver a la civilización dejando atrás la pesadilla

... ... ...

Lo siguiente que sabes es que cuando México despierta se encuentra en el medio de un hospital... en Suiza, acompañado por Polonia quien te mira con preocupación y, lentamente ves llegar al resto de los countryhumans que llaman con miedo al latino que, aun, perdido en un shock, parece negarse a hablar con alguien o a hacer algún otro movimiento mas allá de respirar

Los meses pasan, no parece que haya alguien que sepa lo ocurrido con el latino que, por cierto, ha tenido que acabar bajo el resguardo de un psiquiátrico en Alemania debido a su estado delicado de salud y que se niega a emitir una palabra desde que fue encontrado. No parece que nadie sepa sobre el libro que hiciste traer a México y, nadie más que México puede escucharte ahora, incluso has perdido el poder para mover a México contra su voluntad...

... ... ...

Tres meses después de haber sido encontrado y haber acabado recluido en un psiquiátrico en Alemania, México vuelve a desaparecer. Esta vez, en el medio de la nada. Cuando despierta, con un aire de miedo, se encuentra atrapado en una capsula flotando en un liquido verdoso azulado y, entre las tantas capsulas que ambos ven a los alrededores, a sus costados, por el frente y por detrás de su propio cuerpo, en hileras que parecen interminables; descubren a un country en particular que va avanzando despacio, sin prisas por llegar a su destino

—Veo que has despertado, señor México —saluda Suiza, el country que, sonriendo con tranquilidad, trae bajo su brazo el libro que anteriormente había encontrado el latino en la otra casa— por cierto, quería agradecerle por semejante información tan reveladora —se explica, mostrando el libro que, mientras se va abriendo y pasando de páginas, deja ver imágenes de otros experimentos he información diferente— sin usted y este increíble experimento, esto jamás hubiera podido ser posible, muchas gracias señor México

Sonríe con satisfacción, México asustado claramente niega, golpeando el cristal en un intento desesperado por escapar; por desgracia, su cuerpo apenas le reacciona, lo siente entumecido y, su fuerza y movimientos se ven aun más limitados debido a estar flotando en espesos líquidos, descubriendo una máscara de oxigeno conectada a un largo tubo por fuera de la maquina que le permite respirar

—No se preocupe señor México —se escucha una nueva voz, cuando México desvía la mirada de Suiza, encuentra a Polonia avanzando mientras limpia sus manos de los guantes blancos que ahora yacen manchados en sangre— la mansión donde usted ha sido encontrado ahora ya no existe más —sonríe— ni los experimentos fallidos que ahí se encontraban —sonríe con satisfacción y oscuridad, dándole miedo al tricolor

—¿Eran ustedes, los que hacían esos experimentos? —pregunta México con sus manos, con el lenguaje de señas. Suiza ríe suavemente y Polonia solo muestra un gesto amable mientras niega

—Puedo asegurarle que no éramos nosotros —asegura el polaco— y también que, quien haya sido el creador de este monstruoso experimento... murió dentro de la mansión —asegura una última vez, México niega

—Por favor, no tema señor México —interrumpe Suiza al ver el miedo del tricolor— he tomado en mis manos este importante legado y el señor Polonia se ha ofrecido como mi mano derecha —señala al polaco que saluda al tricolor con alegría. Suiza vuelve la mirada al latino— nosotros no cometeremos los errores de quien comenzó este legado —afirma con una seguridad que da miedo al mexicano— y usted

—Sera la joya que corone este legado, señor México —continua e interrumpe el dialogo Polonia asustando al latino que niega al comprender que, los monstruos que vio en la otra mansión, volverían a ser creados y que, muy posiblemente, el estaría más embarrado en esta ocasión...— por favor Suiza, no olvides nuestro convenio —se expresa Polonia, ignorando al tricolor y centrándose en el country que, asiente con tranquilidad y una sonrisa divertida ¿Desde cuándo estos dos se llevaban tan bien?

—Descuide señor Polonia —da una leve reverencia en señal de burla y falsa elegancia— me asegurare de entregarle el mejor clon del señor México para sus aposentos y servicios exclusivos

—¡Lo estaré esperando con ansias señor Suiza! —anuncia con emoción, y entre risas divertidas ambos parten, marchando lentamente y dejando en soledad al tricolor que continúa luchando por escapar de esta, su nueva prisión


Final 16 "Futura Mascota"

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