~Opción elegida: Siguiente parte~ 

Ni siquiera espera a que ocurra algo, simplemente crea con ambas manos un grupo de llamaradas mientras observa a los clones que yacen con sus ojos cerrados

—¡No soy uno de ustedes! —grita mientras lanza su ataque

La habitación comienza a ser envuelta por las llamaradas, las capsulas se ven rodeadas por el fuego y, mientras comienzan a arder, se escucha los cristales rompiéndose, el liquido que cae aviva las llamas y el fuego. México tiene que escapar y del líquido que envuelve todo avivando aun más el fuego. Hasta que de pronto, en el estallido de una capsula que suena a la lejanía, México escucha un grito similar a su propia voz

Entre el fuego, cree alcanzar a ver una silueta que grita y que gira entre el fuego, confundido y tal vez preocupado, alcanza a percibir entre la llamaradas, pétalos de flores de cempasúchil y, asustado, corre hacia la salida cerrando detrás de si la habitación que comienza no solo a incrementar el fuego, sino a inundar el resto de las habitaciones con el humo

—Le preguntas a México la razón de su miedo y si está bien—

—L-Los... nosotros —tartamudea con un gesto asustado— cuando morimos —susurra asustado y pálido— nos volvemos... pétalos de flores —jadea— las más representativas de nuestro país pero —se ahoga

—...—

—N-No... yo soy México —tartamudea otra vez— yo soy el verdadero México... —gira a ver a la pantalla— ¿Vedad?

—...—

—Le dices a México que tienen que escapar, el fuego esta incrementado muy rápido—

—... México no responde a tus palabras—

Comienza a caminar lento hacia las escaleras pero, mientras va atravesando la siguiente habitación, escucha una voz suave riéndose. Asustados ambos, vuelven la mirada encontrando una puerta abierta. Tu mirada se fija en México quien parece interesado en el ruido y no en escapar

—Le insistes a México que deben escapar antes de que el incendio se extienda y queden atrapados ambos—

—Mi amado chico —suena una voz si bien, suena masculina, no es precisamente grave ni varonil, solo suena... gentil, extrañamente gentil— ¿No has tenido ya suficiente?

—No reconocen (ninguno de los dos) la voz que suena—

En cuanto México gira su cuerpo para avanzar en dirección de la habitación abierta, intentas detenerlo, sintiendo mas la preocupación de saber que el fuego se extiende rápido y que el humo en cualquier momento comenzara a ser un problema serio

—Le pides a México que no vaya—

—México no responde—

Entra despacio, descubriendo que la enorme habitación se trata de una capilla mediana con grandes ventanales que dejan ver la tormenta de fuera y, entre las figuras de santos, se encuentra alguien a quien por la oscuridad no alcanzan a distinguir ninguno de los dos

Se alcanza a escuchar algo rompiéndose y gritos de monstruos y humanos combinándose a la lejanía que te ponen los pelos de punta, miras a México seguir avanzando como si no estuviera escuchando nada de lo que ocurre a la distancia, ni siquiera los gritos que, como si se tratase del infierno, gritan y se lamentan con un dolor que destroza la cordura de cualquiera

—Detienes a México y le pides que escapen ahora que aún hay tiempo—

—Mi pobre criatura —escuchan de nuevo la voz que ninguno reconoce, México tiene un escalofrío y su mirada vuelve hacia el fondo de la capilla donde se mueve la silueta— ven a mis brazos corazón —suena su voz gentil— ven a mí y te diré la verdad que se oculta en este horrible lugar~

—México no sabe qué hacer—

—Le pides a México que escapen—

~Opciones: ~

~Acercarse a la sombra~ (ve a la entrada 8)

~Escapar~ (ve a la entrada 66)

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