Entrada 26
~Opción elegida: Seguir explorando la planta baja~
Avanza, entrando a la siguiente parte. Primero entra en la oficina, observa todo de un modo superfluo, no le interesan demasiado los detalles llenos de polvo; después de todo, no hay algo que llame su atención lo suficiente como para que se acerque a investigarlo, aun así, toma tantos documentos encuentra, los sacude entre el polvo y luego de leer por encima el contenido, los devuelve a su lugar
Solo se detiene delante del escritorio, observando la fotografía de una familia. Una niña de cinco años, un niño de siete, otro de tal vez once años, una adolescente de 16 y los adultos, una pareja muy acaramelada que se encuentran al fondo de la imagen. Instintivamente una sonrisa pequeña se muestra en el latino; observa la imagen otro rato hasta que la devuelva a su correspondiente lugar con un suave suspiro de añoranza. Esa familia lucia feliz, seguro que fueron felices y, si contrastaba esa imagen con la actual situación de la casa, un aire de dolor y tristeza le inunda al suponer que las cosas se habrían puesto mal, demasiado rápido como para poder hacer algo al respecto
Entre las hojas que continua explorando en el mismo escritorio, encuentra un documento que llama la atención del mexicano
"Esposo mío. Dime que no es verdad que estas poniendo a la venta nuestro amado hogar por una ridícula suma de dinero"
Detrás de la hoja, se puede apreciar un documento oficial para la compraventa del terreno donde solo hace falta la firma del propietario del hogar y de la persona que la quiere comprar
—Por la fuerza con la que la nota fue escrita detrás de los documentos, no me extraña que la persona haya estado molesta por la idea pero —susurra el tricolor, observando ambos lados de la hoja de papel—; sea quien sea que haya querido comprar este lugar, mira que fue irrespetuoso
Devuelve el documento y sale de la oficina; ahora su camino lo lleva a la habitación de al lado, descubriendo que se trata de una gran biblioteca. Por desgracia, una vez pone un pie dentro, la lámpara que porta comienza a fallar y, entre los parpadeos, México alcanza a distinguir una sombra negra que, por un instante, está ahí y después, a ojos del confundido y sorprendido country, desaparece sin dejar rastro. En cuanto la lámpara ha dejado de centellar, la apunta en la dirección en la que está bastante seguro que vio la silueta, aunque descubre lo obvio, que ahí no hay nada, de todos modos, busca tanto con su mirada como con la luz de la linterna por sus alrededores, no encontrando a ningún otro ser vivo además de su propia presencia
—¿Verdad que no fui solo yo quien vio eso? —agita su cabeza en negatorias, luchando por apartar esos pensamientos desagradables de su mente y continuar avanzando, solo que esta vez, con ese miedo cosquilleante de saber que no estás solo en la habitación— con permiso... no vengo a hacer nada malo —aunque fuerte, su voz deja entrever un hilo de miedo que aunque lucha por qué no se note, es fácil de percibir
Pronto, entre mas va avanzando por la habitación, iluminando los estantes. El miedo que pudo haber tenido, se transforma en emoción al tiempo que abre sus brazos para demostrarte los alrededores
—¡Mira nada mas, toda esta riqueza de conocimientos! —habla emocionado
El tricolor se acerca a las diferentes estanterías, lo que encuentra, extrañado a decir verdad, es que, en un estante se encuentran libros de ocultismo de diferentes ramas, diferentes países, su correspondiente historia y libros, que el mexicano estaba bastante seguro que no debían de estar a la venta al público en general pues, no son libros como esos donde salen como hacer amarres, sino cosas, ya de peso, ya serias. Lo curioso, es que al pasar a otra estantería, lo que encuentra son libros de empresariado, libros sobre inversiones, empresas, industrias y cosas por el estilo que hacen al mexicano sonreír algo divertido aunque curioso
—¿No te parece algo... "Contrastante" que hayan libros de ocultismo al lado de los de empresariado? —se ríe entre dientes— hasta hace pensar que hay que vender tu alma al diablo para ser parte del mundo de los ricos —intenta reírse, aunque su gesto ha cambiado a uno incomodo— que triste que la verdad es más desagradable que solo vender tu alma al diablo
Intenta negar y dejar de lado lo que ha recién observado. Prefiere seguir investigando entre las demás estanterías, después de todo, era claro que no iba a encontrar mucho sobre lo que estaba ocurriendo en la mansión, pero le gustaba ver el tipo de conocimiento que había en esos lugares. Tras observar todo lo que había en la biblioteca, suspira y sale con la tranquilidad de saber que es el único en el lugar. Sabiendo que no hay más puertas por observar, decide que su siguiente destino será el nivel de arriba
Una vez ahí, mirando que tanto hacia su derecha como hacia su izquierda se podía encontrar con puertas, descubre además que en el centro, resguardado por un barandal de madera decorada y polvorienta por el tiempo sin limpieza, había una caída bastante peligrosa. Curioso como es, México sube la mirada descubriendo que el siguiente nivel era igual, si bien, los alrededores del nivel tenían habitaciones, había un centro que daba a una caída peligrosa apenas protegida por un barandal de madera que, cuando el latino toca, se siente viejo y rancio; aun así, decide entrar a la primera habitación de su izquierda y tratar de mantenerse lejos del barandal
En cuanto abre, con cuidado y sigilo, descubre que se trata de una sala de juegos para niños. Lo más seguro, se dijo el latino, es que fuera para los niños más pequeños pues habían peluches, pelotas, muñecas incluso, carritos, aviones y unas consolas de videojuegos junto a una gran pantalla lo suficiente alejada del alcance de los menores para que no pasara nada malo, incluso un vidrio por el frente de la misma para que no fuera destruida por los juegos de los niños y, hasta el latino podía dar fiel testimonio de que había sido una buena idea, cuando observo el vidrio lleno de raspones y algo parecido a una ruptura que, seguro, la pantalla de la televisión no iba a soportar por si misma
Con una sonrisa divertida y suponiendo que los niños solían actuar de un modo más "violento" cuando jugaban, continua observando el resto de la habitación repleta de mesas de diferentes tamaños para que pudieran dibujar, lápices de colores, crayolas y hojas desperdigadas en el suelo y varios juguetes rotos... de pronto, la sonrisa del latino cambia a un gesto preocupado
—Okey, confirmado —suspira, alumbrando a sus alrededores— lo que sea que haya pasado, ocurrió hace ya bastante tiempo y no fue nada agradable —susurra tras observar no solo los juguetes rotos sino algunas manchas oscuras de lo que muy posiblemente fue sangre alguna vez; ahora cubierta por polvo y telarañas junto al resto de la habitación
Luego de investigar y no encontrar nada más; se dirige a la salida pero, antes de acercarse a la puerta, se escucha un llanto de una niña pequeña. México pega un brinco y gira velozmente; aunque alcanza a ver por el rabillo de su ojo a una niña pequeña que casi juraría que es la misma que había visto en la fotografía familiar, también alcanza a distinguir manchas de sangre y como se aferra entre lagrimas a un pequeño osito desgarrado y con el relleno por fuera antes claro, de que desaparezca lentamente
—Virgen santísima... —ahoga una exclamación, su cuerpo no se mueve, por algún motivo se ha congelado en su lugar mientras observa el espectáculo de la pequeña desapareciendo entre lagrimas y llantos. México tiene que luchar por mover su cuerpo, se siente pesado, se siente lento y, cuando por fin consigue moverse con algo más de velocidad, alcanza el pomo de la puerta. Mientras va saliendo de la habitación con paso lento debido a su estado de "shock" alcanza a escuchar la voz de la niña llorando al tiempo que llama una única vez a su madre
La puerta es cerrada tras la espalda del latino y es solo entonces, cuando el pavor parece desaparece lentamente del tricolor y, como si pudiera volver en sí mismo, suelta el aire que inconscientemente había sostenido todo el tiempo
—Dios —jadeo sorprendido, recargándose en la puerta y pasando una mano sobre su frente para limpiar el sudor frio— ho si, ¡A la aventura! —gruñe con un tono de voz sarcástico
Tienen que pasar unos minutos hasta que sus piernas le respondan y pueda volver a avanzar. Apunta la linterna hacia el frente donde el pasillo se ilumina tenuemente debido al poco alcance de la linterna; aun así, México ha alcanzado a ver una silueta a lo lejos, mas lejos del alcance de la linterna, arrastrándose y desapareciendo en una esquina alejada de la oscuridad. El tricolor ni siquiera había podido iluminarlo pues se había frenado justo donde estaba y, ahí, estático, se había mantenido hasta ver desaparecer a la sombra
—¿Qué... mierda... era eso? —jadeo asustado y sintió un vuelco que no pudo contener en su propio corazón, aun así y con todos los deseos de salir corriendo, solo giro los ojos con enfado— ¿Quién mierdas me manda a andar por estos lares? —gruño, intentando avanzar— ha, cierto, la autora —gira su mirada para ver a tu pantalla y mirarte además— y tu, jugador —menciona cual regaño, suspirando y sobando el puente de su nariz mientras trata de calmarse— ya ni que hacerle... ¡Pa morir nacimos! ¡Arre!
Gruñe, avanzando pero, cuando va a mitad de pasillo, frena su avance y mira a sus alrededores
—Mira que soy valiente pero —guarda silencio un momento mientras traga nervioso— pero no soy "tan" pendejo —intenta sonreír aunque se ve nervioso— ¿A dónde vamos? ¿Por dónde iba el fantasma o por otro lado?
~Opciones: ~
~Seguir camino~ (Lo sentimos, esta entrada aun no es soportada por Wattpad "ni los hilos correspondientes a ella" Se le informara cuando pueda acceder a ella)
~Otro camino~ (ve a la entrada 80)
Ya Pasaste por:
-Ala Derecha (Comedor, cocina)
-Almacén y Jardín
-Recibidor (el Gran salón de Baile)
-Oficina 1
-Biblioteca 1
-Planta 2 (sala de juegos infantiles)
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