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¿Te escondes de mi?

—¡Basta! ¡Basta!— decía ella con la voz entrecortada. Los gemidos descontrolados que salian de sus bellos labios, inundaban la habitación...

—Tu boca me pide que me detenga, pero tu cuerpo, me esta exigiendo que te de más— El rostro de ella estaba inundado de placer, su boca entre abierta dejaba escapar esos pequeños gritos que lo estaban motivando a seguir y llevarla al extasis.—¡Vamos! Solo dilo una vez.

—¡Ah! N.No.

—Solo una y ya— pronunció suplicante ante la frágil jovencita que se retorcia de placer. —Dilo—exigio tras morderle suavemente el cuello.

—Ha...¡Ah! ¡Mikey-kun!...

De golpe abrió los ojos. Estaba sudado y agitado. Por primera vez en todos esos años estaba teniendo esos sueños indebidos y extraños. Sin embargo lo que mas le molestaba era el hecho de que aquello era solo eso. "Un sueño"
Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en su cama. Ya había pasado mas de dos semanas y no había podido encontrarse con ella.  Respiró profundo y se levantó. Dio apenas unos cuantos pasos en la habitación, topandose con un enorme espejo de cuerpo completo. Se miró detalladamente y se dio cuenta del estado en el que había despertado.

Esta noche me entregaré al invencible Mikey

Esas palabras lo estaban volviendo loco y recordar el sabor de sus labios y el olor de su piel no estaban ayudando en nada. Tenía que volver a verla. Tenía que hacerla suya o simplemente perderia la razón

.
.
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—Cuando estes en tus cinco sentidos.

—¡Disculpa!

—Cuando estes en tus cinco sentidos todo entre nosotros continuará.

—¿Hinata?— los ojos de su amiga la miraban fijamente mientras que su rostro era adornado con una dulce y extraña sonrisa.

—¿Que?— respondió bastante distraída.

—Tu estas aquí pero parece que tu mente no, ¿Te encuentras bien?— era cierto ni siquiera había podido dormir. Ya que ahora además de evitar a Takemichi debía evitar a toda costa encontrarse con Mikey.
—¡Oye!— Esta vez su amiga sacudía la mano frente a ella, pues la castaña otra vez había dejado de responder.

—¡¿Ah?!

—¿Que pasa? Te molesta algo ¿estas triste de nuevo por lo se Takemichi-kun?— preguntó su amiga de lo mas preocupada. La chica fruncio el ceño y negó con la cabeza. —¿Qué?— pregunto confundida.

—Disculpa, debo ir a hacer algo— contestó Hina alejandose del lugar.

Esa misma tarde.

—¿Por que estamos en este lugar?— preguntó Draken mientras accedian a las instalaciones de la escuela. —¿Buscaremos a Takemichi de nuevo? ¿Por que no solo lo llamas?

—Ken-chin esta vez estamos aquí por algo un poco mas interesante— sonrió de forma picara mientras avanzaba.

Caminaron por los pasillos de la escuala escuchando voces a su al rededor.
Ya estaban acostumbrados a todo eso.
Las miradas a su alrededor se profundizaban más.
El respeto y el miedo de los demás se hicieron notorios como siempre.
"¡Bastardos!"  los maldijo en sus adentros.
Con su tipico estilo, Siguio recorriendo el lugar hasta llegar al amplio patio trasero donde debajo de la sombra de un árbol se encuentraba ella.
Su expresión cambio por completo tan solo al contemplarla  y entonces sonrió como un niño mirando un nuevo juguete.

—¡oye Mikey!— Draken no entendía nada.

Por su parte el rubio comenzó a avanzar a paso veloz.  —Sabía que la encontraríamos Ken-chin.

El mas alto no alcanzaba a comprender el comportamiento de su amigo,así que solo se quedó parado mirándolo avanzar, pues  ante el solo era Hina la novia de Takemichi a la sombra de un árbol.
Pero lo que los ojos de Mikey  capturaron fue algo magnífico: una chica de cabello castaño, tés blanca y ojos inocentes a la que deseaba poseer.  Jamas se imaginó a el persiguiendo a una simple chica, pero sus deseos por hacerla suya habían sido mucho mas fuertes.
La chica agena a lo que se avecinaba, cerró los ojos dejando escapar de su boca un breve bostezo que anunciaba el aburrimiento que tenía fue entonces que una voz breve pero particular preguntó.
—¿Aburrida?— la joven volteó de inmediato para ver de quién era esa voz, casta y fuerte, encontrándose con unos ojos inquietos y brillantes color negro. — ¿Me escuchaste o que?— la voz volví a envolverla.

—¡si!— fue lo único que contesto tras sonrojarse, pasando así un par de segundos.

—por lo visto, solo hablas cuando no te lo piden— sonrió sarcásticamente alzando una de sus delgadas cejas. Tranquilamente el muchacho coloco una mano sobre su rostro solo para echarse a reír. Hina lo miro a los ojos y bastante rápido se puso de pie.

—¿Que haces aquí Mikey-kun?— pregunto en voz demasiado baja.

Ante tal gesto de timidez una sonrisa se dibujo en su rostro.  —Yo quiero que me acompañes a un lugar ahora mismo — y sin previo aviso la sujetó con fuerza de la muñeca, —Vamos.

Las cosas que hasta ahora habían pasado entre ellos eran vergozosas, seguramente el tendería una idea equivocada de ella y Hinata Tachibana no estaba dispuesta a darle la oportunidad de utilizarla como un objeto.  —¡No quiero!— habló con fuerza separándose de el.
Lo cierto era que jamas había tenido una cita y mucho menos con un tipo como el.

—Pronto entraré a clases y tu no puedes obligarme a ir contig...— de un jalon la atrajo hasta el, demostrando su gran fuerza.

—Es solo si te interesa, no estas obligada a decir que si— sus ipnoticos ojos la hicieron estremeser olvidando por un segundo donde estaban y que muchos los observaban. Entre ellos Yamagashi-kun uno de los amigos de Takemichi.
—Sabes que mejor olvidalo, fue algo algo tonto nos vemos— y sin mas él rubio avanzó.

—Yo, no puedo saltarme clases— habló lo suficientemente alto como para que Kazushi escuchará. —Y despues de clases debo ir casa por una reunión familiar... Pero mañana si podré, ¿tu Puedes?.

—Entonces nos veremos mañana. A las 5:00pm frente a la escuela ¿Lo prometes?

—A las 5:00pm frente a la escuela— con la mirada gacha avanzó evitando todo el contacto vizual de la gente que los rodeaba y del propio Draken, este último no alcanzaba a comprender que se traían esos dos. Pues no era normal ver a Mikey tan entusiasmado por algo.

(...)

Durante esa noche no pudo dormir, daba vueltas en la cama sin poder sacar al chico de su cabeza. "¿Pero que le diré? ¿Que dirán de mi si saben que me veo con alguien como el?" ¿Que pasará con Takemichi? ¿Que pensará el? Era obvio que su amigo le iba a contar sobre lo sucedido con Mikey.
Miraba a cada minuto el reloj, pues inconscientemente deseaba que la hora de verlo de nuevo llegara tan rápido como el amanecer y así dar punto final a esa situación.
​​
Despertó temprano y  comenzó su sábado como de costumbre. A las cuatro en punto comenzó con la  tarea de vestirse. ¿Que debía usar? Su primer opción había sido vestido blanco en juego con un abrigo rosa. Se maquilló e incluso se peinó diferente. Nerviosa contempló en el espejo su reflejo comprobando que en realidad lucía muy bien. Cerró los ojos y pensó.«Debo ser yo misma y dejarle en claro a Mikey que lo de la última vez fue solo un error».

Mientras que por otro lado, cierto chico se contemplaba en el espejo de su baño con un cepillo en la mano y decido a todo.
Con delicadeza peinó su cabello de lado, acomodándolo de manera elegante, (el jamás se peinaba solo) dándose a si mismo una nuevo estilo.

MIKEY CON CABELLO DE LADO.

Al ver el resultado se sintió un completo tonto.—Esto, es una mierda. Ni siquiera me veo como yo—  se dijo en voz alta.

—Es cierto, luces como una paleta—comento su hermana quien lo miraba desde la puerta.

—Debería dejar de hacer esto, de una buena vez— y tras decir aquello volvió a dejar su cabello igual.

.
.
.

El Taxi, la dejó a una calle de su destino.
El cielo nublado la cobijaba, pues era común verlo así el en esa época del año. Ya que en esos días las lluvias eran seguidas. Estaba muy nerviosa mirando en repetidas ocasión el reloj.

Hasta que después de un par de minutos a ella se acercó un chico.

—¡Hola!— sonrió al verla. —¿Esperas a alguien?— pero ella simplemente lo miro y no contestó. —mi nombre Katsuya Ryo Me preguntaba si tal vez te gustaría venir conmigo y unos amigos. La lluvia no tarda en caer y estando aqui sola podrías enfermarte— como solía hacer con los chicos de la escuela con una sonrisa los rechazó amablemente, pero estos eran muy insistentes.

—¡Oye, Hina!— la voz de inmediato la hizo voltear, sus ojos se iluminaron y una pequeña sonrisa la hizo resplandecer aún mas. Que bueno que al fin, se dignaba a llegar.

—¡Mikey-kun!— Caminó hasta el muchacho quedando justó frente a el. Prácticamente se sentía salvada.

—Lamento hacerte esperar— colocó una de sus manos detrás de su cabeza.

—Al menos llegaste.

—Amigo ¿no piensas ir por ella? Vamos intercambien números, no seas cobarde— Mencionó uno de los amigos del chico que intentaba hablar con la castaña.

—Es un nivel muy alto de belleza pero creo que el chico que acaba de llegar es su novio .

—Es una belleza no seas tonto puedes robársela, es un tipo bastante pequeño — aquella conversación fue escuchada por  el propio Mikey quien serió se acercó a su acompañante e inesperadamente le tomo la mano, sin quitar su mirada de la de ella.

Sonrojada lo miró de arriba a abajo preguntándose el por que de esa acción. Pero aquello era poco ya que sin previo aviso la tomó de la cintura, acercándola mas a el. —¿Mikey? ¿pero que estas haciendo?— Susurró ella en la cercanía de su oido, mientras los latidos de su corazón se aceleraban mas y mas.

—Será, solo un momento, tu sólo sigueme,  alejaremos a nuestros nuevos amigo— contestó suavemente. Hasta que otras voces interrumpieron su extraño transe.

—Te dije que si era su novio— dijo el tal Ryo llamando la atención de ambos jóvenes y recibiendo la aterradora mirada de Manjiro Sano que por ningún motivo soltó a su acompañante. —No tengo tiempo para esto— Escupió con envidia aquel tipo, que sin mas se alejó.

—¡Mikey!— se soltó de golpe  —¿Por que has hecho eso, ¿que no vez que me da vergüenza?— estaba tan roja como una manzana, ruborizada hasta las orejas. 
—¡ESTAS COSAS NO SE HACE EN LA PRIMERA CITA!— Gritó aún mas molesta.

—Supongo que si me sobre pase, disculpa— sonrió algo sonrojado. —Es solo que un diamante como tu, no debería brillar cerca de las piedras, además a sido la única manera que se me ocurrió para alejarlos, fácilmente pude haberlos golpeado hasta hacerlos mierda, solo por llamarme enano— De nuevo su profunda mirada la hacía sonrojar el rostro.
El rubio miró el cielo y sintió como pequeñas gotas de lluvia mojaban su rostro. Ninguno decía nada solo permanecían allí parados en medio de una naciente lluvia.  —Oye, estas mojada.

—Tu también lo estas— sin mas que decir el chico se acercó a ella y la comenzó a jalar con todas sus fuerzas mientras, que la fría lluvia aumentaba a mas no poder. —¿A donde vamos?— apenas pudo articular.

—Estamos empapados, ¡vamos a mi casa! Esta mas cerca— el chica tenía razón su casa no estaba lejos. Corrieron bajo la lluvia hasta su destino.
—¿Que pasa, por que te detienes?

—yo puedo tomar un taxi y volver a casa— la verdad era que no quería estar con el a solas.

—¡eso, losé!— contestó fríamente —Pero no dejaré que vallas mojada a casa, así que mejor ya entra— la idea de Mikey era quedarse a solas con ella y así cumplir su fantasía.
Sin mas argumentos se adentraron en la casa, el rubio la guió hasta su habitación, le dio una bata y una toalla limpia.

—No es necesario. Esta bien yo así estoy bien.

—estas toda mojado enfermaras. Así que toma— irritado, salió de la habitación dejando a la chica con una ligera sonrisa en su rostro...
ordenaron Sushi, por supuesto cenarían en casa del muchacho mientras la lluvia caía afuera.

—¿Tu hermana y tu abuelo van a tardar?— comentó la chica mientras miraba como el muchacho cambiaba de canal una y otra vez como un niño pequeño.

—El abuelo siempre llega después de media noche y Emma esta con una amiga, creo que dormirá allí. ¿Que sucede? ¿Temes quedarte a solas contigo?— habló el muchacho con un toque sensual en la voz.

—¡No, claro que no!— La castaña dio un respingo al escucharlo y la cosa empeora al verlo apagar la tele y acortar la distancia. Sus ojos se abrieron y, miró a quien parecía que no podía contener la sonrisa. —No es gracioso Mikey— asustada repasó toda la habitación nerviosamente hasta parar en el retrató familiar de los Sano. De verdad se estaba tensando "¿Qué hace?" se preguntó tras tragar saliva con muchos mas nervios...

—¡Vamos admitelo!, admite que te pongo nerviosa Hinata— la castaña dirigió su atención más allá de él y notó que llovía aún más fuerte, incluso aumentaron los relámpagos. —¡Oye, Hina!— el chico la miró fijamente, robando la poca fuerza que conservaba para apartarlo. ¿Quién era este hombre de mirada fiera?  —¿Estas escuchando?.

Incapaz de responder una sencilla pregunta, desvío la mirada. El silencio.
Le gusta ese silencio.
Le gusta verlo de esta forma, tan enigmática, demasiado intimidante, demasiado Mikey.
Estaba, vestido con una camiseta azul y, un pantalón de algodón de color gris, los pies descalzos y la manos metidas en los bolsillos del pantalón. Con el cabello revuelto y mirándola perfectamente.
—Sí —al fin logró formular con un hilo de voz.

— ¿Segura? — pregunto algo serio.
Intentando desviar el tema.
La chica acarició el sofá purpura sin saber que más decir. ¿Qué podía decir en esta situación?

— ¿Quieres un bocadillo? —Preguntó sin dar un paso hacía ella, lo cual agradeció internamente.

—Estoy a dieta —habló tajante.

— Que tontería, tu cuerpo esta bastante bien— Respondió, levantándo la mirada hasta toparse con la de ella —No sé porque te preocupas por esa clase de cosas. No lo hagas. — Aquello hizo que las  rodillas de la chica temblaran.

—Yo, comeré Sushi — y tras decir aquello se acomoda en el sofá dejando su mentón en la palma de su mano. —Pero no intentes seducirme mas— se burló la chica, sonrojando por completo al muchacho.

—No te seduzco.

—si lo haces— volvio a reir, sin embargo, paró abruptamente cuando el chico caminó a zancadas hacia ella.
Hina Intento retroceder instintivamente pero no fue rápida y cuando se dio cuenta ya lo tenía encima, con su respiración rápida cerca de su rostro, sus manos sosteniendo sus muñecas y sus perfectos ojos  fijos en ella.

—Di, Mikey no me seduce.

—Basta Mikey— gritó tras una carcajada. Respirar le costaba pero nunca lo dejaría ganar.

—Solo dilo

—¡sueltame! O juro que te pateare el tracero

—Mikey, es genial

—Bien, lo dire ¡hahahaha! Ya lo dire... Mikey es genial.

—Su cabello es increíble

—su cabello... Es increíble

—al igual que su moto y todo en el.

—al igual que su moto y todo en el. Ya bueno lo dije, lo dije ¡hahaha!

—Sabía que terminarías por aceptarlo— sonrío triunfante al ver ese gesto tan raro en los ojos de su invitada.
La castaña giró su rostro a otro lado, mirando la pared, intentaba retener la respiración, al sentir como la nariz del rubio recorría su cuello lentamente, mandando miles de estremecimientos en todo su cuerpo y volviéndola a la nada.

—Espero que la estes pasando bien—comento al mismo tiempo que depositaba un sensual beso en su cuello. —Hueles muy bien, ¿te pusiste perfume por que venías a verme a mi?.

—No— se sonrojó, mientras el terminaba de acercarse y pasaba lengua por su cuello, llegando al nacimiento de su senos, y soltando una fuerte respiración mientras subía de nuevo por el camino dejado, esta vez desviándose por su mejilla y llegando a sus labios, los que sin previo avisó comenzó a devorar.

Sus manos se enredaron en cabello del chico mientras que las de el acariciaban sus piernas. Astutamente se colocándose en medio de estas, recostó su cuerpo contra el suyo para que sintiera su erección contra su probablemente húmeda intimidad, sin parar de besarla. Hina soltó un pequeño gemido en su boca lo que lo hizo presionar mas contra ella.
—Dejame verlas— ordenó exitado intentando abrirse paso por la delgada camiseta la chica llevaba.

—Me da vergüenza — jadeo.

—Quiero verlos— Sus labios se unieron a los de ella en un lento y suave beso. sus lenguas exploraban y bailan juntas al compás de sus movimientos, al igual que sus respiraciones que se mezclaban, haciendolos sentir completos. —Te deseo— su ronca voz quebró por completo a la chica, las piernas le temblaban y de nuevo ese aire caliente invadió su cuerpo. —Eres demasiado buena para ser verdad, estar contigo es como tocar el cielo— susurró el cerrando los ojos e inhalando su aroma.
No podía controlarse mas, no quería controlarse mas.  ¡La iba a hacer suya sin importarle nada! Habia esperado demasiado, había aguantado demasiado. Su control temblaba y se agrietaba con cada beso, cada roce de su lengua con la de ella, con la suavidad de su piel contra sus manos.
Ardiendo de deseo, la estampo contra el sofá besándola desesperadamente.
Mikey era demasiado fuerte y ella demasiado frágil. Intentaba calmarse y ser gentil. Sin embargo apenas aguantaba.
Su perfecto cuerpo parecía invitarlo a tocarlo, sus varoniles manos se perdieron entre tus piernas, Mientras al oído le susurraba  "me excitas mucho" necesitaba sentir cada parte de ella, quería devorarla, penetrarla, oírla gemir su nombre por todo lo alto.
Sus manos inquietas, viajaban dentro de los Shorts que el mismo le había prestado.
—Nunca había tocado algo así de suave— Pronunció con la voz entre cortada. Ella no contesto sin embargo la sintió arquearse cuando uno de sus dedos la penetró. Era obvio que era la primera vez que alguien jugaba así con su cuerpo.
Se sentía tan caliente y húmedo dentro de ella. Sentía que su pene iba explotar de lo duro que estaba ya.

—¡Mikey!...—murmuro la castaña con la voz llena de deseo. —No deberíamos—

¿Ella de verdad pensaba que se iban a poder detener? astutamente el joven hundió su dedo aún más profundo dentro de ella, haciéndola jadear como la fiera que era. Acto seguido sus labios abandonaron los suyos para lamer y mordisquear la blanca piel de su cuello, sonrojada Hina dejo caer su cabeza hacia atrás, sus caderas se movian al ritmo de los dedos en su interior, volviendolo completamente loco.
—se mía—  con su libre mano libre le acaricia los pechos a través de la ropa.
"No más, no puedo esperar más" se repetía una y otra vez en su mente
Sin poder evitarlo, se separo de ella, sacando la mano de su entrepierna, deseoso por guiarla a hasta la cama. Cuando la puerta se abrió. Era Emma quien confundida miro aquella escena. Su hermano y Hina agitados sobre el sofá.

— La Lluvia es.t.. Ah! ¿oigan, que están haciendo?— preguntó la rubia, al verlos tan agitados. Sin embargo no era boba, ella sabia lo que estaban haciendo.
—¡Bueno yo solo vine por mi celular! pueden seguir si quieren—
La chica avanzó con rumbo a la habitación tomo el celular y luego se dispuso a salir de casa no sin antes decir —Que el sobrino sea rubio — y tras decir aquello salió triunfante de la casa.

—Hina.

—Es tarde Mikey llevame a casa...

Continuara...

Hola ya un nuevo capítulo esperando que sigan leyendo.

Bueno.

Sin mas me despido.
Gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía, si les gustó no olviden votar o comentar como siempre su opinión
es importante❤❤

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