Halloween sangriento
Habían pasado varios días y con cada uno de ellos la relación de Hina y Mikey se había transformado en un lazo estrecho ya que hablaban casi todos los días y se veían casi todos los días.
Sin embargo, todo cambió ese maldito 31 de octubre, el día que Mikey perdió el control de todo al ver como Kazutora, el hombre que le había arrebatado a su amado hermano, asesinaba a su querido amigo Keisuke. Todo había pasado tan rápido, pero para el era lo contrario. Sus ojos fríos,
la boca muda, sabor a sangre en su boca, apenas y se había podido contener al ver a Baji caer.
«¡Acaba con el!»
Golpe.
«No te detengas, hasta termianarlo»
golpe, golpe.
«¡Destrullelo!»
golpe, golpe, golpe, golpe.
Kazutora ya no se movía, estaba muerto, ya no podría quitarle a nadie mas.
Su corazón de no dejaba de latir sin control.
La figura de Baji sin vida en el suelo, lo lastimaba mas que cualquier herida y fue ese terrible dolor lo que lo había hecho enojar a mas, no poder.
-¡DETENTE MIKEY!- los gritos de Mitsuya retumbaron por todo el lugar, gritos de desesperación, gritos de dolor e impotencia.
-Esto ya no tiene marcha atras- con la impresión en su rostro se dejó caer sobre las rodillas.
-llamen a una ambulancia, un doctor puede salvarlo- con las manos llenas de sangre apenas y pudo alcanzar a apuntar a Baji, mientras Chifuyu lloraba fuera de control a los pies de este.
-Mikey, Baji-san es...- Takemichi, no pudo continuar pues el rubio lo golpeó con fuerza en la cara y lo hizo caer.
-¡Tranquilizate de una vez, no comprendes que solo estas empeorando todo!- Habló Draken, quien recién salía de la impresión, sin embargo Mikey estaba tan furioso que no podía dejar de intentar destruir todo a su paso.
El dolor era insoportable y aquellas palabras de Draken solo le hacían sentir mas culpa. -Solo calmate.
-Ken-chin- un desgarrador suspiró abandonó su pecho. -¿Por que?
-No lo se- lentamente las fuerzas lo abandonaban, estaba aguantando las lágrimas, él pecho le dolía mas que nunca y esas ganas de matar a todos no lo abandonaban, quizas si matana a todos los miembros de Valhalla él dolor sería menos.
¡LA POLICÍA!
Se escuchó la primera advertencia...
Todo el mundo comenzó a a correr, los miembros de Toman, los miembros Valhalla, los espectadores de otras pandillas, todos huyendo como las ratas que eran.
-¡VAMOS MIKEY!- en el calor del momento Draken lo jaló para que huyera.
-Cargare. Con la responsabilidad- habló sin ninguna clase de expresión en el rostro.
-Ken-chin cuida bien de Emma y dile a Hina que no podré cumplir mi promesa...
-¡No digas idioteces!- gritó el mas alto.
Pero su amigo no respondió, siguió rígido, sin mover un solo musculo, ni cambiar de expresión en ningún momento.
Draken intentó jalarlo pero molesto el imvencible Mikey, se dio la vuelta soltándose y dedicándole una mirada perturbadora.
-Si vas a la cárcel, ya no la veras nunca mas- Kisaki estaba frente a ellos. -Te ofrezco la oportunidad de volver a sus brazos y cumplir cualquier promesa que le hayas hecho- como la serpiente que era se acercó sigiloso, ofreciendo un chivo expiatorio para que no tuviera que pagar ninguna condena...
Una extraña brisa comenzó a cubrir la admosfera del lugar. Mikey intento caminar pero las fuerzas lo traicionaron haciéndolo caer.
Los estragos de la batalla y los golpes recibidos al fin estaban haciendo estaban haciendo efecto en el.
Intentaba ser valiente y enfrentar las consecuencias de sus acciones, pero sus deseos egoístas lo superaba.
"Hinata Tachibana"
tan dulce, tan sencilla y espontánea...
jamas le faltaba al respeto a los demas. Casi siempre se mostraba alegre y le gustaba ayudar a sus compañeros. Todo de ella le gustaba. No, no estaba dispuesta a dejarla ir, lucharía contra todo por no perderla.
Lucharía hasta agotar posibilidades.
El tenia que hacerla sonreír.
Draken intento ayudarlo pero el se resistió, para luego mirar con asombro como el rubio tomaba fuerza de quien sabe donde y se ponia de pie.
-Has lo necesario Kisaki- con la poca fuerza que le quedaba comenzó a avanzar.
.
.
.
Dos semanas después
6:36pm
Un muy fastidiado Manjiro Sano se se encontraba tumbado en la cama de su habitación, un pantalón oscuro cubría su intermedio.
Cubriéndose los ojos con un brazo reflexionaba seriamente sobre la porquería de vida que tenía. Kazutora lo habia convertido en un asesino y esos últimos días se había dado cuenta que ya solo podía ver obscuridad. Nisiquiera tenía claro cuanto tiempo, había pasado sin embargo de algo estaba seguro y eso era que no deseaba nada.
De pronto.
Un cuerpo cálido avanzaba hacia él y tiraba de las sabanas Azul marino. El cuerpo se metió en la cama y se pegó a su costado, el chico notó un cosquilleo proveniente de una cabellera que le acariciaban el pecho desnudo.
«Ese perfume»
Un leve suspiro de satisfacción invadió la silenciosa habitación -¿Por que no has llamado es mas de dos semanas?- una delicada mano le cubrió sus abdominales y se quedó descansando allí. El rubio sin pensarlo besó la cabeza que estaba sobre su pecho, con sumo cuidado rodeó los hombros delicados con su brazo y apoyo su mano en la parte baja de la espalda por debajo del delicado vestido, hasta entrar en contacto con la piel cálida y suave de su querida chica.
-¿Tus padres saben que estas aquí?- dijo Mikey con una pequeña sonrisa en los labios.
-apenas y notaron que me marche. Yo estaba preocupada por ti- Mikey se movió inquieto. -No desaparezcas asi- la castaña acariciaba suavemente su pecho dibujando círculos en este.
-No quiero que tengas problemas por mi- Su tono de voz se había vuelto algo áspero y reflejaba dolor.
-Emma-san me dijo que no estabas bien y me preocupé mucho- su respiración chocaba suavemente con su pecho. -Ella me dio la llaves para poder entrar y que estuviéramos a solas para hablar.
-Emma
-Mikey, No quiero verte sufrir y mucho menos llorar. Dime que pasa, si tienes miedo, yo te acompañaré y tienes frio yo te daré mi calor, confía en mi- el asintió para hacerle saber que había oído y ambos guardaron silencio. Poco después el cerró los ojos ahora sintiéndose protegida y segura en los brazos de Mikey, este acarició su cabello en silencio profundo, escuchó el latir del corazón de Hina, el muchacho estaba realmente feliz de tenerla en su vida y había prometido hacerla sonreir.
-¿Duele mucho ?- preguntó la chica al ver los moretones en el abdomen de Mikey.
-Tod bien,¿ te parece si te llevo a casa?- se puso de pie, la chica le siguió el paso y lo abrazó por detras.
-¿Que es lo que haces?- apenas pudo pronunciar con el corazón acelerado.
-¡No, lose.
-Yo se se- murmuró, mientras discretamente colocaba sus manos sobre la diminuta cintura de la castaña apricionandola fuerte y protectoramente. -¿Quieres que te bese?- Su gruesa voz llamó su atención poniendola totalmente nerviosa.
No hablamos de amor a primera vista, sino de la CONEXIÓN que construlle una primera atracción, aquella que supera el tiempo y la distancia.
-Siento que no puedo, respirar- Mikey tocó su mejilla derecha y al fin una lágrima se derramo.
Sin ninguna palabra tomó su delgada mano y luego la guío hasta quedar frente a la cama.
Nerviosa, sentía como su pecho subía y bajaba al punto que se tubo que sentar para no caer.
El se paró frente a ella, le dio la mano, acaricio su cabello y sonrió -¡Mikey!- lo besó jalando él varonil cuerpo sobre él delicado de ella.
-Esto es una locura- esta vez fue él quien dio el primer paso y la besó con mucho mas deseo. Siendo separados únicamente por la falta de oxígeno.
su rostro estaba muy ruborizado, un ardor en su garganta lo recorrió por todo el cuerpo, acompañado de un calor extenuante, al mirarla a los ojos se dio cuenta de que algo poderoso había entré ella y el.
No era un idiota, ella sabía que quizas no era amor, ella amaba a alguien mas. Sin embargo con el habia ocurrido el click que hace el corazón cuando es una persona importante...
Comenzó a sentir que su cuerpo se tensaba al verla tan sensual ante el.
Las miradas por ratos se encontraban y unas sonrisas seductoras se dibujaban en su perfecto rostro, sin duda a el le atraía de una manera diferente. Una mirada profunda lo hizo levantar la cara y ver que ella le hablaba con la mirada «¿Que es lo que pasaba?» preguntaba su cerebro...
No sabía y de lo unico que estaba seguro era que sin importar nada la seguiría.
-Siento como si fuera a morirme- escuchó su dulce voz. Con delicadeza la tomó entre sus brazos y de nuevo la besó.
Algo en su interior le gritaba que estaba mal, sin embargo no podía detenerse...
Ambos sonrieron, el corazón de Hina estallaba de emoción, nunca se imagino en una situacion asi y a decir verdad llego a pensar que el la obligaría a entregarse...
Sus labios se unieron a los de ella en un lento y suave beso. Sus lenguas exploraban y bailan juntas al compás de sus movimientos, al igual que sus respiraciones que se mezclaban, haciendolos sentir completos.
-Eres como el fuego- su ronca voz quebró por completo a la inocente mujer, las piernas le temblaban y un caliente aire invadió su cuerpo.
-¡Estoy ardiendo por ti!- susurró ella cerrando los ojos.
No podia controlarse mas, no queria controlarse mas. Su control temblaba y se agrietaba con cada beso, cada roce de su lengua con la de ella, con la suavidad de su piel contra sus manos...
Ardiendo de deseo la besó desesperadamente.
El chico intentaba calmarse y ser gentil. Sin embargo apenas aguantaba verla vestida. Su perfecto cuerpo parecia invitarlo a tocarlo, sus varoniles manos se perdieron entre tus piernas, Mientras al oído le susurraba ¡Quiero destruir esa maldita ropa! Necesitaba sentir cada parte de ella, queria devorarla, penetrarla, oírla gemir su nombre por todo lo alto.
-Hinata- Pronunció con la voz entre cortada. Ella no contestó sin embargo la sintió arquearse cuando uno de sus dedos, se abrió paso entre su ropa interior y la penetro: se sentía tan caliente y húmedo dentro de ella. Esa deliciosa sensación sencillamente lo había puesto duro.
-¡Oye!...-murmuro la castaña con la voz llena de deseo. -Estamos. Aquí. No deberíamos, Emma-san podría llegar y...
¿Ella de verdad pensaba que se iban a poder detener?
Astutamente el joven hundio su dedo aún más profundo dentro de ella, haciendola jadear.
Sin poder evitarlo.
Se separó de ella, sacando la mano de su entrepierna y con delicadeza los liberó al fin de la molesta ropa.
Ella lucía desesperada, sin vacilar en lo que deseaba, era una chispa que enciendia su fuego y hacía arder su piel, lo volvia loco el deseo de atravesar su ser, de sentirla completa. Tras un suspiro llenó de aire sus pulomones retomando el control, descansando su frente sobre la de ella solo para anunciar lo inevitable
-Creo que esto va a doler- sentenció.
-Esta bien-contestó decidida.
La tomó del cabello, obligándola a mirarlo a los ojos. Se posicionó sobre ella quedando justo en la entrada y sin reparo, ni remordimiento movió las caderas hacía adelante, penetrándola por completo con una sola estocada...
La joven mujer cerró los ojos y él dolor se hizo presente para después ser golpeada por un millón de sensaciones.
Por fin había entrado en ella.
Suspiró profundo, un gemido de incomodidad se escapó de sus labios sin poder evitarlo.
-¿Duele mucho? ¿Quieres que pare?.
-Continua, es incómodo pero me acostumbrare.
No podia dejar de mirarla se veía tan jodidamente sexy y vulnerable: sus mejillas rojas, sus labios hinchados, sus ojos brillando de deseo.
Sin aviso comenzó a moverse, ahogando sus gemidos con sus exigentes besos.
Le gustaba verla así y tenerla así, oyendola gemir cada vez que su virilidad entraba y salia de su ser, sentirla ardiendo de placer y gritando de emocion, amaba cuando su orgasmo lleva su nombre y en su ser dejaba su aroma.
más, necesitaba más.
Aceleró sus movimientos, presionándola contra la cama aún más, entrando y saliendo de su humedad.
Por un segundo pensó en detenerse, estaba perdiendo el control y no queria hacerle daño, pero por la manera en la que ella le pedía más, comprendió que le gusta tanto como a el. Se veia tan sensual como una diosa, tan inocente como un angel, las luces a medio encender le daban un toque brillante a su ligeramente sudada piel. El nunca había estado con otras mujeres, no le interesaba coger con nadie, ¿Como diablos se había perdido de algo tan placentero? jamás pensó que el sexo podría sentirse tan bien. No era solo el aspecto físico del mismo, era la conexión, esas emociones que se transmitían en cada toque, cada mirada, cada beso.
Se enderezo un poco para lamer en medio de sus pechos y luego chuparlos, la sentia apretarse contra su miembro, sus gemidos se descontrolaron al igual que la temperatura en el habitación que tras cada segundo se volvia más caliente...
La abrazó, susurrando cosas sensuales en su oído. El roce de sus cuerpos conectados se intensifico. Ella gemia contra su boca, su cuerpo delicado estremeciéndose contra el, su humedad apretando su erección, su orgasmo impulsando el suyo. Sin poder soportar mas dejó salir su semilla dentro de ella. Podia sentir los latidos acelerados de sus corazones. No deseaba moverse, en este momento.
Pasó un brazo alrededor de su cintura, halandola hacia el, ambos yacían enredados en las sabanas blancas de la espaciosa y suave cama. Sus piernas unidas mientras este abraza el delicado cuerpo de su novia uniéndolo aún más al suyo.
La caliente brisa agitaba las blancas y lisas cortinas de la hermosa y silenciosa habitación, todo parecía un sueño, ella era simplemente hermosa y el lo supo desde antes de que se volviera su mujer.
Hinata Tachibana se había entregado a el.
Continuará...
FIN DEL CAPITULO.
¡Hace mucho calor! XD
No tengo nada mas que decir, digan ustedes si les gustó.
Bueno.
Sin mas me despido.
Gracias leer y perdón por las faltas de ortografía si les gustó no olviden votar o comentar su opinión es importan❤❤
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