Chispa y Dinamita
Pues no fueron a casa de Mikey esa noche, sin embargo algo en su relación cambió.
(✿✿✿)
Eran ya más de las 2 de la tarde, el joven no había hecho acto de presencia y eso estaba poniendo nerviosa a Hina -¡Bien, cuenta 100 personas y si el no aparece te vas!- nerviosa comenzó a contar a las personas que pasaban frente a la cafetería. Al llegar a cincuenta comenzo a perder la fe y al pasar los setenta y ocho un nudo se le formo en el estomago. -¡Noventa y ocho!- una linda chica de pelo negro y abrigo blanco. -Noventa y nueva- una señora bastante vieja. -Y cie...
Su rostro la sorprendio, era el y parecía bastante agitado, levantó la mano y desde afuera le mostro lo que parecia su celular. La despistada chica sacó entonces su celular descubriendo 100 llamadas perdidas de Mikey.
No la olvidó, la había estado llamando desde hacía horas. -¡Ah, yo!- de inmediato se puso de pie.
Sacó dinero de su bolso y dejo en la mesa lo necesario para pagar su consumo, luego salio para encontrarse con el.
-Estoy sorprendido de que me esperaras por tanto tiempo- sonrió el rubio mientras caminaba a su lado.
-Lamento no haber contestado. Olvidé revisar el celular, lamento no haber contestado ninguna de tus 100 llamadas.
-¡Descuida! Es que. Bueno trate de llegar a tiempo pero mi motocicleta esta en preparación y Ken-chin no pudo venir a dejarme, ni Mitsuya, ni nadie, así que llamé a un taxi pero demoró mucho y me llevo en la dirección incorrecta. Una anciana me obligo a ayudarle con sus compras y tuve que tomar dos autobuses para llegar aquí.
-Era como si el destino no quisiera que me vieras hoy- sonrió ella.
-El destino no me dice que hacer. Esperé mucho por verte esta semana y no iba a desperdiciar mi oportunida- la miró de reojo haciéndola sonrojar. -ademas recordé que queria decirte algo.
-Debió ser muy importante como para tomarte tantas molestias solo por verme.
-Si- se detuvo y la miró de frente -los Taiyaki (pastel con forma de pez relleno con pasta de frijoles rojos) es lo que mas me gusta comer- sonrió divertido. -Emma me dijo que lo preguntaste y no quiero que tengas dudas sobre mi, puedes preguntarme lo que sea, por que yo también quiero saberlo todo de ti.
La castaña lo miró impresionada, era un tipo demasiado alagador. -¿Eres de algún grupo religioso en lugar del lider de una pandilla? ¿Quieres que me una a tu religión o algo? ¿Es por eso que te tomas tantas molestias?
El solo sonrió.
-Puedes estar tranquila. Soy lider de Toman ademas ateo, mi unica intención es estar contigo.
-¡ah, que lindo!- soltó casi sin pensarlo.
-¡Tu eres linda!- sonrió dulcemente sonrojandola todavía más.
-¿Soy linda? ¿De verdad?
-¡Si! ¿Ninguna otro tipo te lo a dicho antes?- obviamente refiriéndose a Takemichi.
-Nunca- contestó con los ojos algo desorbitados.
Apresurado contestó
-Lo eres- Sonrojado intento esconder su expresión. Ella solo asintió con impresión, de verdad ese tipo era demasiado directo y un poco tosco. -¿Lista para pertenecerme todo el día?- Hina lo miró mientras el hablaba, al parecer la tarde no terminaría siendo para nada aburrida. Según Mikey la llevaría al lugar donde todas las personas se divierten mucho...
Un Centro comercial
Dieron un par de vueltas mirando la exclusiva tienda de mascotas (Hina reclamó pues era mejor adoptar)
-adoptar significa darle una segunda oportunidad a un animal que ha sufrido un proceso de abandono, y en ocasiones maltrato. Acogerlo en tu casa de por vida y darle la estabilidad, los cuidados y el cariño que necesita va a ayudarlo a que recupere su confianza y su autoestima- gritaba furiosa la chica, mientras que el rubio intentaba calmarla y asegurandose que el encargado del lugar no intara nada que atentara contra la seguridad de la chica.
-¡Oye niña, no puedes hacer este alboroto frente a la tienda largate!- el tipo estaba cansado.
-La cruza selectiva de perritos también ha generado que muchas razas tengan enfermedades, ya que aparentemente solo importa el físico de las razas sin importar su estado de salud y calidad de vida.
-¡Ya cierra la boca mocosa!- acercándose de forma amenazante. Fue allí que Mikey entró en acción, se colocó frente a Hina y con una mirada fría y de pocos amigos le advierto al encargado que tocarle un solo pelo a su chica era un error que iba a pagar con mucho dolor...
El tipo se sintió un poco intimidado por la mirada del rubio, quien no dudó en apretar con gran fuerza la muñeca del maduro hombre.
-Mikey-kun, no vale la pena. Mejor vámonos de este horrible lugar- si dudarlo lo sacó de aquel lugar, pues se dio cuenta que su intensa forma de ser, combinada con la de Mikey era similiar a una chispa y la dinamita.
En fin, comieron helado, fueron al cine y compraron alguna cosas divertidas, luego simplemente continuaron caminando y conversando hasta que prácticamente se hizo de noche.
Eran casi las 7:30pm de la tarde, habían pasado un largo y agradable rato. Todo gracias a una simple y maravillosa caminata por la ciudad.
En la que platicaron de todo.
-Bien y por eso me fascinan los los Taiyaki , no puedo evitarlo- el chico le explicaba una anécdota vivida en su infancia. -me toca preguntar a ver... Ya se. ¿cual es tu color favorito?-dijo sonriendo. En ocasiones solía actuar como un niño pequeño.
-Creo que el azul- volteo a y lo tomó de la mano. Guiandolo hasta donde el cielo se apresiava mejor, -En el lenguaje de los colores el azul significa tranquilidad y eso es lo que me provoca cada vez que miro el cielo- comento Hina con una singular alegría.
-No sabía que tuvieras un alma tan poetica Hinata Tachibana.
-No es para tanto, hay cosas espectáculares en mi. Muchas cualidades que no suelo mostrarle a cualquiera- bromeno, mientras miraba a su compañero de reojo, esperando una de sus típicas respuestas graciosas e infantiles.
Sin embargo para su sorpresa no fue así...
-Creo que esta vez si tienes razón. Tienes muchas cualidades- se empezo a reír nervioso mientras se rascaba la cabeza.
-Creo que por eso me gustas tanto.
La castaña trató de respirar pero por alguna razón en ese momento, le era algo imposible. Podía sentir como su corazón subía por su garganta intentando asfixiarla.
Habia algo Manjiro Sano que en ella no lograba entender.
Estaba segura de lo que todavía sentía por Takemichi. los sentimientos hacía el no habían cambiado en nada. Seguía sintiendo un cosquilleo que recorría todo su cuerpo, cada vez que pensaba en el.
Pero Mikey. El era una persona tan impredecible, alguien que le estaba mostrado una parte de ella que no cónocia. Una persona que no temía a mostrarse tal cual era. Un chico medió infantil que escondía una fuerte personalidad. Que era capaz de atraer a cualquiera.
Al final del día, terminaron mirando como los últimos rayos del sol pintaban de colores rojizos el cielo. Después de un largo día la pareja al fin tubo paz. -¿Mikey?- los bellos ojos cafés. Lo miraban fijamente mientras que su rostro era adornado con una pequeña mueca. Ambos permanecian, sentados sobre el fresco pasto.
-¿Si?- respondió bastante distraído.
- ¿Te encuentras bien?- los ojos del chico de nuevo se fijaron en ella.
¿Como demonios hacia esa chica para estar cada vez mas hermosa? Ella tenia todos los atributos de un ángel sobre la tierra, las largas pestañas sus delgados labios rosados y esas adorables mejillas que por el fresco ambiente se tornaban rojisas y ese sensula lunar, ella era la mujer que ponia su mundo de cabeza. -¡Mikey!- de nuevo Habló, pues otra vez, el había dejado de responderle.
-¡¿Ah?!
-¿Que pasa? ¿Estas aburrido?- preocupada fruncio el ceño, haciéndola lucir mas que adorable. Provocando una risita en el. -¿Qué?- preguntó confundida.
-pensaba en lo tranquilo que me siento ahora- Sonrió mas ampliamente, pero ella parecía no comprender muy bien de lo que hablaba. -Estando en este lugar, en este momento, siento como si todo fuera a estar bien- el rubio se dejó caer sobre el pasto y como si fuera un niño pequeño suspiró de alegría. -Los problemas de la Toman, Vallhala, Baji-san llendose con ellos, la proxima batalla, todo esta tan mal y se esta transformando en algo que es cada vez es mas difícil de cargar- se encontró de pronto embarcado en el relato de lo estresado que estaba y lo mal que se sentía al pensarse en una batalla contra Baji.
Apenas y podía creer que era su voz la que escuchaba afrontando con franqueza su demandante deber como líder de La tokyo manji.
-Comprendo tu temor- el muchacho se dejó abrazar y correspondió al dulce acto de la chica.
El aflojó el cuerpo con una sonrisa y término en el regazo de Hina.
-Estoy... agotado.
-Puedes recargar tu cabeza en mis piernas cada vez que estes cansado y usar mis fuerzas cuando las tuyas te abandonen.- ella sonrió radiante como las flores mas bellas de un prado salvaje.
Ella se volvió hacía el con un sobre salto de sus propios pensamientos.-¿Que?- preguntó sonrojada.
-Tengo que afrontar lo que venga, No podemos vivir con miedo todo el tiempo, además creo que ahora el peso sobre mis hombros se a hecho menos, por que a estas conmigo - con delicadeza acaricio su cabello.
Y asi pasaron un largo, tanto que Hina ni se había dado cuenta cuando el quedó dormido, Sus ojos estaban cerrados, las luces naranjas del atardecer iluminaban su rostro mostrando perfectamente su ceño fruncido y sus masculinas facciones. lncluso dormido era todo un misterio, un hombre de verdad «atractivo».
La muchacha se acerco un poco y lo observó dormir, seguro era incómodo dormir ahí, pero a el parecía no molestarle. «No se por que llegaste mi vida, pero quedate» Mikey lucia como un niño indefenso, dormido. Era realmente precioso. El recuerdo de sus apasionados besos regresaron a su mente, su cálida voz mencionando su nombre, la hizo estremecer. Fue entonces que el abrio los ojos, mirandola fijamente por unos segundos.
-¿Que ocurre?- preguntó ella nerviosa
-Esa mirada.
-¿Cual mirada?-desvío la vista bastante sonrojada.
-Esa es tu mirada, cuando quieres dicerme algo ¿Que te pasa?- Apenada, lo miro a los ojos y suspiro, estaba nerviosa con las manos sudorosas y los labios casi sellados. -Es que pensaba que era raro que en todo el día tu no hayas intentado besarme o algo mas pervert...- sonriendo se acercó a ella, abrazandola y besandola de forma mas apasionada.
-Sabes no quiero forzarte a nada, tengo que proteger a las personas que le dan sentido a mi vida y ahora una de esas personas eres tu- Sonriente, se dejo cobijar por los brazos de su amada. Ella llenaba muchos de los vacíos en su corazón y el había decidido pasar el resto de su días con alguien que no lo necesitaba para nada pero a la que el quiera para todo.
CONTINUARÁ...
Nuevo capítulo, hecho con mucho cariño.
Va un poco lento por que quiero que su relación se demasiado fuerte para lo que viene, espero no se vayan a aburrir.
Bueno
Sin mas me despido, gracias por leer y perdón por las faltas de ortografía.
Si les gustó no olviden votar o comentar, como siempre su opinión es muy importante y su estrellas me motivan a seguir. ❤❤
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