Aliados inesperados.
—¿Por que demonios me tengo que estacionar tan lejos? Ademas me haces esperar— El rubio tenía casi media hora esperandola y la verdad se miraba bastante irritado y de muy mal humor (Demasiado rudo y varonil) —¡Hina se van terminar los Taiyakis y hoy estan de promocion!— el chico como de costumbre cambió rápidamente de expresión y cual niño chiquito hizo un puchero y comenzó a lloriquear.
—Pues quien exageró fuiste tu, te estacionaste demasiado lejos.
—Tu me pediste mas discreción ¿recuerdas?— con un puchero estilo gatito la miró a los ojos y eso la hizo reir.
—Creo que ya estas aprendiendo, que la que manda soy yo— con orgullo, acarició la barbilla del muchacho, para después subir a la parte de atrás de la motocicleta...
Con una sonrisa en los labios Mikey comenzó a conducir, Pero esta vez con un destino diferente a su casa. Pues pasarían el rato en nada mas y nada menos que la tranquila playa, pero obviamente primero pasaron por los Taiyakis de promoción...
Habían pasado casi todo el mes sin poder tener una cita. Entre la escuela, las responsabilidades, Valhalla y el padre de Hina tenían menos tiempo para verse y tenían que ser mas cuidadosos...
Al llegar la tomó de la mano y como todo un caballero le cedió el paso.
Apenas acomodó las cosas, se deshizo de los zapatos y sin perder el tiempo lo besó.
—Te extrañé— dijo algo sonrojada.
—¿Si? ¿que tanto?— contestó el, rodenadole la cintura para acercárla mas a su cuerpo.
—No me hagas ver mas cursi. ¿Quieres que me enoje?— Tan inocente, sonrojada hasta las orejas desviaba la mirada.
—Mejor explicame ¿por que tenemos que ser tan cuidadosos ahora?— Hina colocó las manos en la cara del chico y luego acomodo su cabello.
—Esto es algo un poco complicado— depositó un cálido beso en la mejilla de Mikey. —Mi papá no quiere que salga contigo, el cree que nuestra relación es un capricho de rebeldía.
—¿Un capricho de rebeldía?— incluso pronunciar aquello le parecía molesto.
Hina se quedó en silencio...
Estaba enojada con su papá, pues ella consideraba que nadie tenía la autoridad de sentir por ella, nadie podía imponerle a quien amar de verdad. ¿Que tenía de malo él? Mikey Era una persona gentil, algo extraño y explosivo. Bueno si, pero era honesto y fiel a lo que decía, una persona que sería incapaz de hacerle algo malo como lo afirmaba su padre.
una lágrima cayó por su mejilla.
«Hinata, es por tu bien ¿has visto su mugroso aspecto? Es un pandillero común, ve su cabello teñido y esa motocicleta tan peligrosa. Si te amara no te pondría en riesgos incitandote a subir a eso» el era un buen chico ¿que tenia de malo su aspecto? Quizás él no era experto en moda pero...¡¿Y que?! Mikey vestía como una persona normal, no era el único chico de pelo teñido, el valía mas que lo que traía puesto, a él tampoco le importaba él aspecto que ella tenía.
Era su interior lo que él había mirado, (Según) así que a ella le importaría lo mismo...
Los fuertes brazos la levantaron sin problema y seguido a ello la llevo a el agua. El como el niño berrinchudo que era solo desvió la mirada y la ignoró. —¡Auch!, ¿podrías tener mas cuidado tonto? Me tomaste por sorpresa.
—Lo siento— con mucha mas delicadeza, le ayudó a salir del agua. —Pero te veias en un extraño trance y supuse que el agua te iba a hacer volver— los largos dedos que recorrían su piel, no hicieron otra cosa mas que estremecerla y sonrojarla como una verdadera estúpida. —Una pequeñes como esa no me va a separar de ti—
Los ojos de la chica brillaron al oír esas palabras, sus rodillas flaquearon al sentirlo tan cerca y una vez mas su cuerpo entero se estremeció al captar él calor de sus dedos acariciando su mejilla.
—Voy a hacer cualquier cosa por estar contigo. Incluso me teñire el cabello de negro.
—No tienes que hacer nada, yo no voy a permitir que me separen de ti y tu cabello esta bien tal cual— por primera vez durante esa mañana sonrío, radiante como una niña necesitada de amor.
—Pero por el momento, no podras venir hoy en la noche para acompañarme ¿Verdad? — Hinata se lanzó a sus brazos y lo apretó con fuerza como intentando decir "Lo siento" —Esta bien pero al menos dime que vas a pasar mas tiempo conmigo hoy— la miró con una sonrisa de medio lado, mientras respondía al abrazo.
—Tengo hasta las 8:00 pm, papá va a trabajar hasta tarde y mamá cree que estoy con una amiga así que pode...
Apenas y la dejó terminar, la beso como si fuera el fin del mundo.
—Disfrutemos el día — sonrió radiante y muy animado —¡Volvamos al agua!—
Una suave sonrisa se formó en su rostro tras ver a Manjiro casi correr para volver a meterse al mar.
En tan solo un par de meses habían fortalecido mas que nadie su vínculo. El rubio sonreía mientras por su camino se cruzaba un señor con un enorme perro, el enorme animal saltó sobre Mikey como si lo conociera y este en lugar de asustarse comenzó a jugar con el. —¡El se llama como yo!— se burló comicamente. —¡Ambos somos Mikey!
«Casi como un niño pequeño.» pensó con ternura, colocando una de sus manos sobre su pecho. ( Nadie jamas podría imaginar que detrás de esa pinta de chico inmaduro e infantil, se escondía el lider de una potencial pandilla sanguinaria, un muchacho que a su corta edad ya cargaba con una muerte brutal) de nuevo sonrió. El aire fresco la golpeo con fuerza, el cielo azul que la cobijaba depronto se había tornado gris, pues era común ver asi el cielo.
—¡NO PUEDO CREER QUE NOS PASE ESTO AHORA!
Mikey
sus labios temblaron ligeramente al pronunciar su nombre. Inconscientemente dibujaba su silueta como tratando de mantener su imagen. Su cálida sonrisa y cada gesto de su rostro feliz...
Con una presión en el pecho, avanzó un poco mas rápido y entonces la lluvia los cubrió súbitamente.
—¡Apresuremonos Hina!— tomó su mano antes de correr para guardar sus cosas y marcharse. —Siempre que estamos juntos llueve.
Mikey
El era una persona verdaderamente especial y soñadora. Nunca nadie la había mirado como el, era como si tratará de curar todas sus heridas, con el simple hecho de mirarla a los ojos.
Que cursi sonrió sonrojada, aunque en ese momento, cerró los ojos dejandose cobijar por la fría lluvia, imaginando que era su mirada...
un fuerte trueno golpeó el cielo.
Suspiro de nuevo y entonces en ese momento se dio cuenta. «Te amo Mikey» se dijo a si misma aún con los ojos cerrados y comenzando a correr para resguardarse de la lluvia.
Como era de esperarse llegaron a casa del chico, convenientemente a esa hora no había nadie y obviamente el chico no perdió el tiempo. —Oye, detente estoy salada, dejame tomar un baño antes — suplico entre besos.
—Me niego — La piel rugosa y áspera de las manos del rubio volvía loca a Hina con su tacto rudo. Él se separó de su boca y la llevó hasta su pecho, lamiendo un pezón mientras pellizcaba el otro, haciéndola gritar. Aquello lo excitó aún más, llevó su mano libre al trasero para juntar sus cuerpos y de paso dejarle la marca de sus dedos al apretarlos contra él.
Su miembro, aprisionado por el pantalón, hizo contacto con el sexo de la chica, oculto tras su ropa interior.
Para su sorpresa la inocente mujer bajó las manos hasta allí y empezó a desabrocharle el pantalón. Él la miró con una ceja alzada y vio reflejado en su rostro la malicia que la impregnaba aveces. Sin dejar de observarla, notó cómo su pene se liberó de la presión y se estremeció al ver cómo ella se relamía.
—¿Todo bien Mikey?— La castaña recorrió toda la largura de la virilidad del chico y comprobó con evidente placer su dureza: Lo acarició subiendo y bajando la mano unas cuantas veces mientras el calor que sentía en el vientre aumentaba. Se notaba húmedo y las paredes de su sexo se contraían anticipando la penetración...
Mikey echó la cabeza hacia atrás y se mordió el labio ante la corriente de placer que recorría su espina dorsal. Cuando volvió a dirigir la vista a la chica sus ojos se encontraron y volvió a besarla con más furia que antes. Le apartó las manos de su sexo y apartó su cintura de ella un instante para subirle la falda, mientras deslizaba la ropa interior por sus piernas.
—Lindas bragas— Ella arqueó las piernas para librarse de la prenda que finalmente cayó al suelo. Con una sonrisa, el invencible Mikey deslizó su mano por la entrepierna de la muchacha y verificó que estaba lo suficientemente húmeda. Sorprendido por lo resbaladiza que estaba, la miró. —Parece que si me extrañaste mucho...
Hina se sonrojó y lo ignoró.
Él dejó escapar una carcajada mientras volvía a acercar su cadera a la de la mujer. Ella lo abrazó y escondió el rostro en su hombro. En un acto audaz se colocó el condon y tomándola por la cadera Mikey la penetró sin miramientos. Ella gimió en su oído, excitándolo y este tembló: Su miembro palpitó en el estrecho y cálido interior de la joven chica y así que sin otra opción se abandonó al instinto. Comenzó a moverse dentro de ella mientras las sacudidas los recorrían a ambos. Cuando el ritmo de las embestidas aumentó, Hina sujetó el rostro del muchacho entre sus manos y le obligó a mirarla. Sus ojos destilaban lujuria, y sus alientos danzaban en el aire entre ellos, cálidos y húmedos, confundiéndose con el sudor. Él la penetró con fuerza, todo lo profundamente que pudo y la expresión de la mujer se contrajo en una mezcla de placer y de dolor.
Sin poder evitarlo gimió de nueva cuenta...
Mikey sonrió sin dejar de observar su reacción ante sus estocadas. Orgulloso, sintió que estaba a punto de llegar al orgasmo, pero no quería dejar atrás a la mujer, así que enterró su cabeza en la cerviz de la chica y comenzó a lamerle el cuello, dejando un rastro rojo a su paso. Ella suspiró, ya sin poder refrenarse y su voz subió de volumen. Su interior ardía y toda ella se retorcía de placer. Se le endurecieron los pezones y se dio cuenta de que estaba a punto de correrse. Cerró los puños en la espalda del rubio alrededor de la tela de su camiseta y gritó...
Ambos llegaron al clímax. El cuerpo del chico se sacudió una, dos y hasta tres veces.
La colisión fue como una explosión.
—Mikey— habló ella exhausta y con la voz entre cortada.
—Quiero hacer esto todos los días.
Ambos permanecieron abrazados unos instantes, recuperando el oxígeno que les faltaba en los pulmones. Antes de salir de ella, la besó lenta y tiernamente. Las mejillas de Hina se enrojecieron más aún, sin poder evitar sentir el cariño contenido en aquel beso, que se atrevió a llamar amor. La cabeza le daba vueltas cuando por fin sus sexos se separaron. Él exhaló una bocanada de aire y se secó el sudor de la frente con el antebrazo.
Se regodeó mirando a su sensual mujer, cuyos pechos subían y bajaban al compás de su agitada respiración. Entre sus piernas aún abiertas, su sexo palpitaba, rojo mientras el semen de Mikey manchaba sus muslos. Ella lo miró con una ceja alzada ante la cantidad de líquido blanco que se desparramaba, del condón. —Veo que me Extraste mucho.
—Hm.
Ambos empezaron a reír. Hina se bajó de la cama y miró a su alrededor por el suelo en busca de su ropa interior. —¿Dónde están mis bragas?
—¡Si las quieres ven por ellas...
.
.
.
Con un rostro pensativo fumaba un cigarro.
Era una noche muy bonita, todos en Valhalla estaban muy animados. Todo el mundo bebía, peleaba, gritaba, bailaba y cientos de locuras mas.
Se notaba claramente lo bien que la estaban pasando, pues como ya era costumbre en ellos; volaban botellas y hasta gente...
La fiesta estaba en todo su explendor y se podía sentir el ambiente prendido, la música a todo volumen retumbando, el sonido de las motos y tragos por doquier, cualquier persona se podía perder en la multitud o el alcohol, por beber hasta más no poder. El ambiente estaba tan prendido que incluso se podía ver a un tipo que compartia lugar con 4 voluptuosas mujeres, aunque se podía diferenciar las siliconas. "Vulgares" reían y gritaban por todo y era obvio que eran mucho mayores que ellos.
—¡Vamos Mikey, acompañanos!— gritó Peh con una botella en la mano.
El rubio tenía la libertad total y esa noche no iba a ser diferente,sin enbargo solo deseaba terminar su cigarrillo. Esa tarde había estado con Hina después de clases sin embargo para su mala suerte esta le había informado que su padre le tenía proibido verlo, que incluso la había amenazado con meterlos a la cárcel si le ocurria verlo y por tanto ella estaba intentando poner un poco de distancia.
«Mikey, No quiero verte sufrir y mucho menos llorar. Si tienes miedo, yo te acompañaré y tienes frio yo te daré mi calor, confía en mi» Para ese punto el padre de Hina era un hijo de puta que Mikey detestaba.
—¡Pero que tenemos aqui, si es mi querido amigo Mikey. Fumando en soledad como de costumbre—
El rubio fruncio el ceño con extremo fastidio. Sin embargo no cayó ante las provocaciones de Hanma y continuó con su cigarro. —¡Vamos, no te enojes no es para tanto!. Deja eso de una vez, te ofrezco un trago— sonrió convenciendo al chico y llevándolo hasta la barra.
Conversaron por largo rato y bebieron un par de tragos, Hanma era un hijo de puta, molesto y cabrón pero era un buen conversador. —¿Entonces, por que no te llevas a la cama a alguna de estas chica?— Mikey solo negó —¡Vamos invita a alguna de las chicas! será muy divertido— aburrido el rubio miró el techo y suspiro con una sonrisa en los labios. Obviamente prefería mil veces a Hinata que e cualquier otra chica que estuviera allí.
—No llevaré a ninguna de estas zorras a mi cama. ¿Por mejor no eres tu quien solicita su compañia?.
—¿Yo? No ni loco, por ahora no quiero complicarme con mujeres. Además dudo mucho que quede alguna belleza que no haya pasado por mi cama, ¡Buena suerte a estos idiotas disfrutando lo que yo probé antes!.
Los ojos del joven se abrieron de golpe.
—Que engreído resultaste Hanma y aunque no dudó de tu potencial dejame y te digo que todavía existen chicas con las que no has tenido contacto— con una sonrisa apagó el cigarro.
—¡No me digas!— sonrió burlón.
Quizás Mikey tenía razón, pero claro estaba que para el no era ningun reto conquistar bellas señoritas. —Dame un ejemplo. ¿Cuales chicas?
—¡Hablo de las que valen la pena!—sonrió Mikey.
—Hablas de las brujas santurronas que no vienen a estos lugares— de un solo trago terminó su bebida, pues todavía no nacía la chica que se resistiera a sus encantos.
—No gracias, esa clase de chicas son las que mas problemas arrastran, esa clase de chicas no son para tipos como nosotros. Ellas ni siquiera vienen aquí.¿ Cierto?
—No hables en general.
— Pues no veo señal de tu novia.
—¡Quizás tengas razón!. Esta mañana hablamos y me dijo que su padre se entromete. Ese hijo de puta— El chico de verdad se veía triste y bastante desolado.
—Te lo digo, esa clase de chicas no son para tipos como nosotros— Preocupado Mikey miró su teléfono, pensando en que Hina terminaría por seder ante las exigencias de su padre, por que después de todo el era su padre y el un pandillero.
—Aun que se pueden hacer unas cosas para solucionar ese tipo de problemas—dijo Hanma como una sospechosa mirada.
Continuará...
FIN DEL CAPITULO, ESPERO LES GUSTE. SI HAY POCA ACCIÓN ME DISCULPO PERO CREEANME CUÁNDO DIGO QUE TODO ES NECESARIO PARA DESARROLLAR LA HISTORIA...
VIENEN COSAS MUY INTERESANTES.
Bueno
Sin mas me despido. Gracias leer y perdón por las faltas de ortografía si les gustó no olviden votar o comentar su opinión es importan❤❤
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