39. PRESENTIMIENTOS
La noche de aquel día, recuerdo que estuve nervioso. No podía conciliar el sueño, me mantenía despierto mientras miraba por la ventana apoyado sobre el alfeizar de la ventana. Estaba sumido en mis pensamientos, sentía que algo malo estaba a punto de suceder. Mire hacía la cama donde se encontraba Mike, la luz tenue de la luna iluminaba débilmente el cuarto. Estaba dormido profundamente, lo cual me alegraba. Si hubiese estado despierto me hubiera preguntado porque no dormía. No quería preocuparlo con mis nimiedades.
Volví mi vista a la ventana, la noche era tranquila. Las calles estaban en completo silencio mientras los copos de nieve danzaban en el aire antes de posarse, cubriendo las calles de una hermosa capa de pura nieve. La nieve es hermosa a su manera, la mayoría de los animales nos hemos acostumbrado a ella y la ignoramos. Pero es en esos momentos, cuando realmente te das cuenta de lo mágica que puede ser.
Aquel día, por suerte había sido tranquilo, estuvimos riendo, comiendo y jugando durante todo el día. Me quede cuidando de los cachorros mientras los otros tres planeaban que hacer a continuación. No me gustaba que me dejaran fuera, pero no podía hacer más. La verdad, Mike parecía realmente contento de poder contar con la ayuda de Max y Flex... ojalá pudiera ayudarlo de igual manera.
Estire las patas notando una pequeña molestia en la derecha, parece que no había terminado de sanar. Las fracturas de hueso son una lata, ya que muchas veces puedes perder fuerza o movilidad en esa extremidad.
Al mirar por la ventana, pude ver una sombra en una de las calles, entre la nieve y la poca visibilidad de aquella noche, me era difícil discernir quien era o que era. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal haciendo que todas las alarmas de mi cuerpo se activaran. El Pelaje se me erizo mientras sacaba las garras instintivamente, haciendo se clavarán en el alfeizar de madera. Las pupilas se me contrajeron preparándose para el peligro al que me estaba sometiendo. La sombra miraba en dirección a nuestra casa. Miraba fijamente y como si estuviera buscando algo. Sin darme cuenta comencé a soltar chillidos agudos sin darme cuenta, como si fuera un maullido, pero agresivo. De repente sentí unas cálidas manos abrazarme por la espalda acariciándome el pecho. Al sentir esas caricias comencé a tranquilizarme haciendo el cuerpo volviera a calmarse. Al mirar para atrás, vi a Mike abrazándome con cariño. Sus ojos marrones reflejaban temor por lo que acababa de ocurrir. No dijo nada, solo me abrazo con fuerza haciendo que todos mis miedos y dudas se disiparan.
- Qué pasa ace... porque estabas tan alterado.
Volví mi vista a la ventana para buscar aquella sombra que tanto me había asustado, pero al volver a mirar a la calle ya no estaba allí. Simplemente, se había esfumado. Aun sentía la respiración agitada, mis patas temblaban a causa de la adrenalina del momento. Tragué saliva y comencé a explicarle a Mike.
- Veras... no podía dormir... así que me puse a mirar por la ventana... y vi... - gire mi cabeza mirándolo a los ojos – vi como si alguien nos estuviera vigilando... había una sombra... estaba mirando nuestra casa... mi instinto se activó... y no pude controlarme... perdón por desper... - Mike me callo dándome un beso en los labios.
- Nada de disculpas... - me miraba a los ojos con una sonrisa tranquilizadora – estoy aquí para lo que necesites, y si de verdad viste a alguien... eso es preocupante
El rostro de Mike cambio, reflejando una seriedad encomiable. Se sentó en el borde de la cama llevando la pata a los ojos, se le notaba cansado. Me acerqué sentándome a su lado y con mis patas comencé a masajear su espalda para relajarlo, aunque lo estaba disimulando a la perfección, estaba tenso. Lentamente comencé a tumbarlo en la cama masajeándolo. Cuando senti que estaba más relajado me tumbe a su lado quedando cerca de su rostro.
- Sabes... realmente eres hermoso, como es que siendo hijo del líder de una aldea... nunca hayas tenido novia – le dije a Mike mirándolo.
- Ummm – miro hacia el techo pensando su respuesta – no puedo darte una respuesta como tal... ya que simplemente, no apareció la adecuada – me sonrió felizmente.
- ¿Y... yo te hago feliz? – pregunte un tanto temoroso.
- Ya empezamos... - rio suavemente mientras se ponía cómodo en la cama – tu no me haces feliz. Me haces sentir que me he muerto y que alcance el cielo, ya que la alegria que siento cundo estas a mi lado, es imposible que exista en este mundo – me miro con una sonrisa pura.
No sabía que responderle, pude sentir como mi cuerpo se calentaba a causa del sonrojo. Me tape la cara con las patas mientras me tumbaba en la cama tapándome con todas las pieles posibles ocultando mi vergüenza. Escuche como Mike se reía mientras me abrazaba por la espalda, eso no me ayudo demasiado. Seguía totalmente sonrojado mientras intentaba dormir. De verdad... Mike siempre consigue que olvide mis miedos.
Las sombras me invadían, el pecho me ardía y la oscuridad me estrangulaba. No sabía donde estaba, una densa y opaca niebla oscurecía mi visión no pudiendo orientarme. Tenía frio, a pesar del sentimiento ardiente que sentía en mi pecho. Sentía el cuerpo congelado, me abrazaba frotándome los brazos, tratando de calentarme. Estaba desnudo, no tenía mi armadura ni la ropa. Porque me encontraba es ese lugar.
Miraba de lado a lado, la niebla lo cubría todo impidiendo cualquier clase de orientación. De repente, apareció una figura entre la niebla. La miraba aterrado, no sabía quien era. Entre la niebla, podía discernir dos enormes ojos amarillos, que brillaban como la luz de la luna destacando en aquel lugar de tinieblas. Eran terroríficos, mostraban malicia a la vez que un ansia de sangre que hacía mi pelaje se erizara. Lo que sea que estaba allí, delante mío, no era amigo.
Comenzó a hablar, su voz grave y áspera hacía que se me pusiera la carne de gallina activando mis instintos de supervivencia. La voz reía mientras hablaba soltando sonoras carcajadas que me helaban la sangre.
- Vaya, vaya... así que... esa gata tenía una cría... será un placer devorarte como a tu madre.
Los ojos dejaron paso a una enorme boca, la sonrisa que mostraba estaba fuera de toda coherencia, tanto por lo amplio de la sonrisa, como por el tamaño. Abrió la boca mostrando una gran cantidad de afilados colmillos, preparados para asesinar a su presa. Pedazo de carne fresca y rastros de sangre decoraban los incisivos de aquel monstruo. El monstruo se relamía moviendo su lengua entre los colmillos paladeando el sabor de la carne fresca.
Escuche un grito ensordecedor, la voz la reconocía, era mi madre... el monstruo delante mío me estaba mostrando una figura humanoide, totalmente mutilada. No podía contener las lágrimas al ver a mi madre en ese estado...
- Llegaste a tiempo para ser mi comida pequeño... la verdad... tu madre no me dejo saciado – reía estridentemente volviéndome loco.
El cuerpo de mi madre me miraba, teóricamente debía estar muerta, pero la vi mover sus labios pidiéndome que huyera, debía irme de allí. Lloraba sonoramente mientras veía los afilados colmillos acercarse a mi cuello. Fue entonces... cuando desperté...
Me incorpore en la cama, mi corazón palpitaba agitadamente, tenía la respiración agitada y un sudor frio recorría mi cuerpo. Estaba temblando, me abrazo con las patas no pudiendo parar de temblar. Qué acababa de pasar... sentí un brazo sobre mi hombro, lo que me hizo sobresaltarme. Era Mike, al verme asustado retiro rápidamente su pata de mi hombro mirándome con ojos de preocupación. Poco a poco conseguí calmarme, diciéndome a mi mismo que todo había sido un sueño. Pero, algo en ese sueño... me había hecho asustarme de verdad... como si... lo hubiera vivido... volví a mirar a Mike, esta vez más calmado. Sonreí nerviosamente intentando disimular el miedo.
- Perdona... parece... tuve una pesadilla – no quise engañarle, ni andarme con rodeos.
- Vaya... debió ser horrible... llevaba un rato mirándote... estabas gritando y retorciéndote en la cama... - tenía las orejas gachas mientras me miraba – ¿seguro estas bien?
- Solo con un poco de miedo... parecía tan... real...
Ambos nos quedamos en silencio, Mike me miraba con tristeza en sus ojos, parecía que no sabía que decir. Me levanté de la cama estirándome, comencé a estirar todos mis músculos comprobando como me encontraba. Parece que el dolor había remitido completamente. Agarre mi ropa. si he estado desnudo, dormía así con Mike, ¿algún problema? me vestí rápidamente y me puse la armadura que conseguí de mi padre. La pobre estaba ligeramente abollada, por lo menos las placas metálicas que tenía para protegerme. Suspire al verla en ese estado. Mike también empezó a vestirse, me miraba de reojo de vez en cuando observando si necesitaba ayuda. Ambos terminamos de vestirnos casi a la vez. Aun seguía pensativo por el sueño de esta mañana, y mi pelaje seguía erizado mostrando mi preocupación. Mike se acercó a mi y me dio un mordisco en mi cuello suavemente sacándome un maullido.
- ¡Mike! No me hagas eso cuando estoy distraído... - dije sonrojado.
- es tan dulce cuando maullás para mí – decía con una voz burlona y dominante que hizo me sonrojara aún más.
- Va-vamos con Flex... que estará esperándonos... - dije intentado separarme pero me sujeto fuerte con sus patas.
- Acenix... solo quiero que sepas... estaré siempre a tu lado... y te protegeré de todo mal... asi que... no tengas miedo nunca más – cuando termino de hablar se separó dejándome libre. Lo mire sonriendo.
- Gracias... amor...
Salimos del cuarto después de ese momento íntimo. Al salir del cuarto vimos que flex estaba fuera esperándonos con una mirada juzgadora. Al verme salir vi como olfateo en mi dirección mientras ponía una sonrisa de oreja a oreja. Lo odio con toda mi alma...
Intente ignorarlo yendo hacía las escaleras, pero flex estiro su pata agarrando mi brazo. Me lanzo una sonrisa pícara que sabía perfectamente que no podría escapar de él.
- Buenos días flex... anda, que pasa... - dije suspirando.
- Acenitiiii, amigo mío, hermano del alma, compañero de fatigas – reía burlonamente – creo sabes perfectamente lo que quiero ¿verdad?
- Pues, no se dé qué me hablas – intente evitar su pregunta, pero me tenía bien agarrado – puedes soltarme – lo mire frunciendo el ceño.
- Vaaaamos, no pongas esa cara – me llevo consigo alejándome de Mike mientras hablaba – sé que lo hiciste con él... la marca es tan fuerte que casi pierdo el conocimiento – me dijo susurrando.
- Exagerado – bufe mientras lo miraba con el ceño fruncido.
- Entonces, esta vez sí que fue... sexo... ¿dejo de ser virgen mi niño? – sonreía deseoso de mi respuesta.
- No me dejaras en paz hasta que diga ¿verdad? – la sonrisa de flex me dio la respuesta – si, lo hicimos... y gracias por avisarme del nudo canino... me hubiera asustado si no me lo hubieras dicho en la casa...
- No hay de que... - sonreía acercándose más a mi oído – por lo que escuche lo disfrutaste, y eso que Mike no estaba en su época... caliente del año – reía mientras lo decía – preparate porque en esa temporada del año, Mike te agarrara y no te soltara durante una semana.
- Me estas engañando verdad... - lo mire suspirando, Flex no me respondió y solo sonreía.
- cree lo que quieras... yo te avise – me soltó intentando separarse, pero entonces fui yo quien lo agarró del brazo mientras lo seguía, Mike estaba detrás nuestro siguiéndonos y nos miraba extrañado – de verdad... una semana.
- Porque te engañaría... - me miro sonriendo.
- Porque es virgen... Bueno era... entonces nunca ha podido estar haciéndolo tanto tiempo – vi a flex suspirar mientras lo decía-
- Mira... cuando los machos estamos en ese estado, segregamos un olor realmente fuerte, que incita a las hembras cercanas, es como... a ver... sabes el celo de las hembras, como maúllan y huelen de manera especial – me dijo poniendo de ejemplo a las gatas – pues sería algo así, los machos olemos fuerte y digamos... estamos un poco... ladradores...
- Dios... - me sonroje tapándome con la pata – en parte me alegro de que seas tan abierto con estos temas... eres una fuente de información fiable...
- Siempre quise tener alguien que me entendiera, para compartir historias y hablar de cosas de... como podría decirlo...
- ¿De cosas de pasivos? – me miro sorprendido y comenzó a reír haciendo que Mike nos mirara con el ceño fruncido.
- Algo así, si – seguía soltando carcajadas no pudiendo aguantarlas.
Llegamos al salón de la casa, se encontraba Max leyendo un libro, era la primera vez que lo veía haciendo algo como eso. Estaba tan absorto en su lectura que no se percató de que habíamos llegado. Flex tosió en voz alta llamando la atención del can. Este cerro el libro dejándolo encima de una de las mesas de la sala, entonces se levantó dirigiéndose a donde su chico para darle un beso en los labios que hizo que tanto Mike como yo nos quedáramos sorprendidos por la valentía del perro. Flex se quedó congelado en el sitio, parece que ni él mismo se esperaba esa reacción. Pasado unos segundos se separó del beso sonriendo a su pareja.
- Por fin llegas, llevo un rato esperándote – decía mientras comuna de sus patas acariciaba la mejilla del contrario.
- Esto... Max... -no sabía que decir.
- Perdón si me pase, pero estaba ansioso por verte. me levante un poco romántico – se acercó lentamente a la oreja del perro cerúleo y le susurro algo que fuimos incapaces de escuchar.
No sabemos qué le dijo, pero Flex quedo totalmente congelado mirándolo con deseo mientras se mordía el labio de manera provocativa. Decidimos separarlos antes de que se pusieran a hacer cualquier cosa, yo me lleve a Flex conmigo mientras Mike se quedó en la sala con Max. Ambos se miraban mientras los separábamos.
- Flex... enserio... vamos a preparar las cosas... debemos tener todo listo para el viaje.
- Si mami ace... - enfadado.
- Oye, encima no te pongas borde.
Flex y yo terminamos de preparar las mochilas cuando sentí que algo me observaba, otra vez ese presentimiento de que algo malo estaba a punto de suceder. Miré por la ventana, pero no vi nada fuera de lo inusual. ¿Me estaba volviendo loco? No le di más importancia y simplemente volví con Flex a terminar de empacar. Mike y Max estaban con las crías, ayudándoles a guardar sus cosas y preparándolos para el viaje. Seguía totalmente en contra de llevarlos con nosotros, pero es verdad que no teníamos más opciones. A Mike no le gustaba la idea de dejarlos con Moon.
Recogimos todas las cosas de la casa y nos preparamos para el viaje. Mike y yo fuimos los últimos en salir, revisando no nos hubiéramos dejado nada importante. Una vez terminamos de revisar, pude ver como Mike miraba por la ventana manteniendo una mirada seria y preocupada.
- ¿Ocurre algo Mike?
- Simplemente, tengo un mal presentimiento Acenix... llevo un tiempo sintiendo nos observan... - decía manteniendo su vista fija en la ventana.
- Parece que no soy el único... - lo mire preocupado.
- No se... quien puede ser... pero si es capaz de camuflarse de esta manera... es alguien peligroso.
Abrace a Mike por la espalda demostrándole que todo estaría bien. Mike se alejó de la ventana mirándome con una sonrisa. Ambos salimos de la casa agarrados de la pata. Era hora de partir hacia la aldea de Mike, no esperaba volver allí... pero parece, que esta batalla será la última.
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OTRO CAPITULITO MÁS!!!
Ahora estamos en la recta final, ya queda el ultimo acto y terminaremos este primer libro. Si os esta gustando dejar vuestro voto. seguidme si no lo estais haciendo y dejar vuestro hermoso comentario.
Cuidaos mucho mis queridos animales de dos patas, que esto no es un juego. Y como siempre nos vemos la semana que viene!! No dejeis de ladrar!!
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