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10. MARCADO


Un nuevo día había comenzado y, para nuestra suerte, era un día tormentoso y muy frio. Lo suficientemente peligroso como para impedir que mixe o cualquier otro can que mandase a por nosotros pudiera encontrarnos sin perderse. Me alegré enormemente de tener un día de descanso, mi cuerpo realmente necesitaba descansar. Entre la tensión por las situaciones vividas y el cansancio de cargar a Mike hasta casa, tenía el cuerpo totalmente agarrotado. Sentía las extremidades muy pesadas y me costaba trabajo moverlas era como si un elefante me hubiera aplastado.

Por desgracia, no podía permitirme el lujo de pasar todo el día en cama, Mike había sido herido y debía cambiar las vendas y comprobar que todo estaba correctamente. Me incorporé lentamente, al ritmo que mi propio cuerpo me permitía, y me dirigí al botiquín. Mirando en su interior me di cuenta de que nos estábamos quedando sin medicinas, ojalá las próximas casas que ocupemos tengan alguna medicina o, por lo menos, que pueda encontrar alguna hierba por el camino. Agarré el botiquín y volví a la cama. Mike estaba durmiendo plácidamente y Jon no lo había soltado en toda la noche, lo abrazaba con fuerza como si tuviera miedo de que desapareciera si lo soltaba, adorable.

Me daba pena despertar a Mike contemplando la escena, así que decidí dejar las curas para un poco más tarde y fui a preparar algo de desayunar. Revisando la cocina, me percaté de que tampoco nos quedaba demasiado alimento, en este mundo pasarte días sin recolectar o cazar te dejaba sin recursos rápidamente y estábamos sufriendo las consecuencias. Bueno, había suficiente para preparar alguna de mis famosas ensaladas de fruta con verduras. Comencé a preparar el desayuno mientras pensaba en todo lo sucedido durante el rescate de Mike. Como el cocinar no era trabajo para mí y lo hacía de manera bastante automática, mi mente tenía la libertad de torturarme rememorando los momentos más peligrosos.

Cuanto más pensaba en lo ocurrido, más extraño me parecía el comportamiento de mixe. Estaba claramente dispuesto a matarnos a flex y a mí, el aura asesina y sus ansias homicidas así lo vaticinaban, además, el verme con la máscara de su hermano lo había enfadado sobremanera. Sabía que la máscara representaba que Mike era fuerte, pero ¿de verdad era tan importante? En el momento que se percató de que tenía la máscara dejó los juegos y se puso serio. Demasiadas preguntas y pocas respuestas. También estaba el comportamiento tan extraño que adquirió después de olfatearme, ¿de qué se reía? ¿Qué notó en mí que le hizo cambiar?

Me dolía la cabeza de tanto pensar, la mejor forma de conseguir respuestas era preguntarle a Mike directamente, pero cómo abordar un tema así después de lo que había vivido. Lo mejor sería dejarlo tranquilo, ya tendríamos tiempo de hablar.

La casa estaba en silencio, esos momentos tan tranquilos me ponían la piel de gallina, era como si estuviésemos viviendo la calma antes de la tempestad, ojalá hubiera aprovechado mejor mis momentos de calma con Mike...

Había terminado de preparar el desayuno cuando escuché ruidos provenientes del cuarto, suponía que Mike o Jon habían despertado, así que me dirigí hacia el cuarto para ver qué estaba ocurriendo en mi ausencia. La escena que contemplé me hizo esbozar una sonrisa, Mike había sido el primero en despertar y trataba de despegarse del abrazo de Jon sin éxito. Jon lo tenía bien agarrado y Mike no podía hacer nada para zafarse de su presa, suponía que entre el dolor que tendría por las heridas y su delicadeza para no despertar a Jon le sería muy difícil librarse, lo que me hacía reír a carcajadas.

- Uf, ten cuidado Mike, no vaya a ser que Jon te mate de amor – no podía contener la risa y por culpa de ello me gané una mirada de odio por parte de Mike.

- Pues podrías ayudarme... que Jon parece un pulpo, es difícil despegarse de él... - decía mientras con sus patas intentaba soltar a Jon, veía en su rostro alguna mueca de dolor lo que me hizo tomarme más en serio la situación.

- Está bien gran depredador – recalqué el gran depredador con un tono burlón que hizo Mike me volviera a mirar con mala cara – perdona, ya te ayudo.

Separé a Jon con cuidado y lo tapé con las pieles que teníamos asegurándome de que no tuviera frio. Mike parecía aliviado después de librarse de la presa de Jon, comenzó a hacer estiramientos en la medida que le permitían las heridas del cuerpo y profería algún quejido que otro mientras se estiraba.

- Me duele todo... - decía Mike mientras estiraba los brazos.

La verdad nunca me había parado a observar el cuerpo de Mike, normalmente iba tapado con ropas o pieles que me hacían imposible verlo. Era un perro bastante pequeño y para nada gordo, tenía buena musculatura lo que indicaba que cuidaba su cuerpo. Su pelaje dorado brillaba con un color vivo bajo la luz del día que me encandilaba cuanto más lo observaba, tenía una cola larga y peluda. En general Mike tenía mucho pelo, aunque se peinaba y se lavaba de tal forma que siempre quedaba esponjoso y poco apelmazado. Sabía que, al igual que los gatos, los perros tienen diferentes razas, pero no sabía diferenciarlos ni mucho menos distinguir la raza de Mike, no se suele tener la suerte de convivir con un perro y vivir para contarlo, así que la información que disponía de los perros es más bien poca.

Me acerqué a Mike y me agaché para poder estar a su altura, hice un gesto como si le pidiera permiso para curarle, a lo cual asintió y se puso en posición para hacerme más fácil la tarea. empecé a examinar sus heridas, tenían buen aspecto y la mayoría de ellas estaban cicatrizando y curándose sin problemas, eso me alegraba enormemente. Aunque, algunas de ellas tenían aspecto de que tardarían más tiempo en sanar, eran heridas profundas y parecía como si las hubieran hecho con las zarpas de algún gran can. Continúe con mi tarea limpiando su cuerpo con delicadeza procurando no hacer daño a Mike. Terminé de curar las heridas y guardé las vendas y las medicinas de nuevo en el botiquín. Mike se giró haciendo que quedásemos cara a cara, me puse a contemplar su rostro, ese hocico tan largo que tenía y las orejas caídas como si se encontrara triste por algo, era lo que más me sorprendía de Mike, la mayoría de razas de perro, tienen las orejas en punta o levantadas, intentando mantener un ademán fiero. Pero él no era así, siempre se encontraba con las orejas gachas y procurando no mostrar los dientes de su boca, sabía que sus dientes podían ocasionarme miedo, aunque no fuera así en absoluto, así que solía ocultarlos y no mostrarlos nunca, solamente cuando se reía podía observar sus colmillos.

Acerqué mi pata a su rostro y lentamente comencé a acariciarle la mejilla, el miedo que sentía por Mike hacia mucho que había desaparecido y cada vez me sentía más confiado a brindarle mi cariño. Mike sonreía con mis caricias y cerraba los ojos disfrutando del momento, ambos necesitábamos un momento como ese después de lo vivido y, seguramente, ambos necesitaríamos hablar seriamente de lo ocurrido. Pero en este momento solo quería calmarlo con mis caricias. Mis ojos se encontraron con los suyos, nos quedamos mirándonos unos segundos, esos ojos marrones oscuro casi negros que me tenían totalmente encandilado.

- Esto... Acenix... - su voz me sacó del trance

- ¿Si Mike?

- La verdad... qué pasó dentro de la cárcel... es como que mi mente tiene... pequeños flashbacks, pero no consigo enfocar qué ocurrió exactamente. Sé que estaba muy débil... vi una visión de ti... venías a rescatarme... gracias a dios no fue solo una visión –sonreía levemente, aunque en su mirada se reflejaba tristeza.

- La historia es muy larga la verdad, pero tarde o temprano teníamos que hablar de eso supongo...

Sinceramente, me hubiera gustado que no hubiera sacado ese tema, no estaba preparado para hablar de todo eso, aun sentía algo de terror por todo lo que se nos venía encima. Pero Mike merecía saber toda la historia y todos los detalles, así que me dispuse a hablar. Le conté la historia con todo lujo de detalles, la infiltración, el disfraz, el encuentro con su hermano y el rescate. Omití algunas partes, como el olor que detecto mixe en mí, ya que eso preferiría contárselo un poco más adelante, primero quería aclarar todo lo demás.

- Así que flex ayudó... no me esperaba menos de él... aunque se ha metido en un gran problema por mi culpa...

- Me había dicho que vendría con nosotros, pero que aún tenía algo que hacer en el poblado, aunque no sé exactamente el qué.

- Yo me hago una ligera idea... pero es un disparate por su parte intentarlo...

- ¿Qué quiere hacer? – estaba confuso y creo que se notó en mi tono de voz.

- Es mejor que te lo cuente él... no quiero ser yo el que te lo diga – Mike apartó la mirada, era la primera vez que ocultaba algo tan descaradamente, aunque no importaba realmente, si Mike tenía razón, Lo sabríamos cuando llegara.

Nos quedamos en silencio unos momentos, Mike tenía una de sus patas en la barbilla, parecía que andaba pensando en algo, como si algo de la historia le pareciera extraño.

- ¿Te pasa algo Mike?

- Solo... me parece extraño que mixe os haya dejado escapar sin más... no es propio de él. siempre cumple las ordenes a rajatabla, por muy duras que sean – esa última parte la dijo con pena, como si sintiera lastima por mixe a pesar de la forma en que lo había tratado.

- Sí... es un misterio la verdad, yo también estuve dándole vueltas

- ¿Hizo algo extraño durante vuestro encuentro?

- Pues... lo único extraño... fue que me olfateo y se empezó a reír muy alto... no entiendo muy bien por qué, llevaba puesto el traje mal oliente de flex... pero aun así algo detecto.

- Siempre tuvo muy buen olfato... es capaz de pelear sin tener los ojos abiertos, guiándose únicamente del olor – volvió a llevarse la mano a la barbilla y me miró fijamente – qué podría ser...

De repente, Mike se acercó a mí y puso su hocico muy cerca de mi olfateándome, me incomodó bastante la situación, ya que podía sentir su respiración contra mi pelaje y mi piel. Mike se pasó unos minutos olfateándome y cuanto más me olfateaba, más se acercaba a mi poniéndome contra la cama, no sabía que le estaba pasando, pero veía como poco a poco se estaba perdiendo en mi olor. Agarraba mis manos con fuerza, me sorprendió, con las heridas que tenía no podía tener esa fuerza.

- ¡Mike! – le grité con fuerza para ver si volvía en sí, y funcionó, ya que me miró a los ojos y se me quitó de encima muy avergonzado.

- ¿Qué... qué ha pasado? – Mike estaba confuso y realmente se le veía avergonzado por lo que había hecho.

- no sé... empezaste a olfatearme y no sé por qué me tumbaste en la cama aprisionándome.

- lo siento muchísimo Acenix... aunque... ya sé que fue lo que notó mixe – se llevo la mano al rostro como si quisiera esconder su vergüenza – Maldito perro con olfato sensible... - la última frase la dijo en voz baja, como si fuera más bien un lamento.

- qué ocurre... qué olor tengo... es algo malo...

- No, no es malo... bueno tampoco es bueno... a ver, puede ser bueno, pero... es algo raro... porque ese olor es algo especial... - la vergüenza se hacía evidente en su rostro, nunca entenderé a los perros, son demasiado tontos y nunca dicen nada claro. Me acerqué a él y lo miré directo a los ojos.

- ¿Qué coño pasa? Dime de una vez que ocurre, me tienes en ascuas.

- será mejor que empiece por el principio... - suspiró profundamente antes de continuar – que mixe no te atacara... tiene que ver con las reglas de nuestra especie. Nuestros antepasados siempre luchaban entre ellos, por la comida y por las hembras, era algo crudo y salvaje, solo el más fuerte de la aldea era capaz de... aparearse. Pero un día, uno de los machos más fuertes, decidió que era hora de cambiar toda esa barbarie y junto a otros dos canes más crearon las reglas caninas. Eran unas reglas de convivencia, cuando ocurría una pelea que solían ocurrir más frecuentemente de lo que me gustaría reconocer, esas reglas dictaminaban sin necesidad de violencia cuál de las 2 partes tenía razón. Pues... una de esas reglas... es que las hembras de otro can... son intocables, no puedes usarlas como rehén ni hacerles ningún tipo de daño. Al final... las hembras siempre eran las maltratadas, y gracias a esa ley, pudieron vivir apaciblemente e incluso elegir a qué macho querían, en lugar de simplemente aceptar que... - hizo una pausa como si las palabras se le atragantaran en el cuello – Son contenedores de crías... gracias a dios, cuando yo nací ya existían esas reglas y jamás vi nada tan cruel... pero sé que en la época de mi padre no era distinto...

Mike hizo una pausa, por su aspecto parecía estar sufriendo con el simple hecho de imaginarse la situación de las hembras antiguamente o, a lo mejor, él tuvo que vivir alguna de esas situaciones... no sabría decir cuál es la respuesta correcta, ya que Mike normalmente no era muy abierto sobre temas familiares, si no fuera por el ataque de su hermano, no sabría ni de su existencia... supongo que es difícil ganarte su confianza.

- Es muy triste... supongo que en mi especie también existirán algunas historias oscuras, pero no las conozco... los gatos son... muy astutos... ocultan muy bien su rastro... y si algo los molesta... lo eliminan sin dejar pruebas...

Mike me observó de reojo, creo que entendió mi mensaje y eso me calmó un poco los sentimientos. No estaba listo para abrirme con esos temas... solo necesitaba respuesta de lo de mixe.

- Y bueno Mike... esa regla entonces... que tiene que ver conmigo...

Mike tenía sus mejillas rojizas por la vergüenza y suponía que no había tenido nunca una experiencia como esta y que todo le pillaba por sorpresa.

- Veras... recuerdas aquella vez... en el sofá – Mike me miro a los ojos directamente esperando mi respuesta.

- Esto... si... la recuerdo perfectamente... aunque con lo ausente que estabas aquella vez... esperaba que tu... - me tapé la cara con ambas patas, estaba totalmente sonrojado solamente de recordar la escena, aun a día de hoy sigo sin creer lo que estuve a punto de hacer.

- Si la recuerdo... pues... aquel día... ¡dios qué difícil es decir esto! – con las patas estaba revolviéndose el pelo de la cabeza, y el suspense me estaba matando – ese día sin darme cuenta... te... marqué...

Me marcó, que coño quería decir con eso, debía ser algo de perro que no terminaba de entender. Mike después de decirme eso se quedó totalmente ruborizado mirándome a los ojos, esperando mi reacción, y sinceramente, no sabía cómo reaccionar a eso.

- ¿Me marcaste, y qué es eso exactamente?

- Dios... enserio no lo sabes... por qué me toca explicarte esto... - respiró profundamente antes de continuar- veras... cuando un can macho y una hembra... se quieren mucho... pues el macho la abraza y se restriega contra ella, al hacerlo suelta un olor característico... que hace que esa hembra quede... marcada como suya... y pues... tu estas marcado... como mía...

Mi cara en esa situación seguro que había sido muy graciosa, porque no sabía ni cómo reaccionar, tenía todas las emociones a la vez y no me conseguía decantar por una. Tenía duda, miedo, incertidumbre... me convertí en una especie de remolino de emociones que con cada segundo cambiaba. No sabía que decir ni cómo reaccionar, yo marcado como la hembra de un perro, soy un gato y encima macho, eso es absurdo.

- A ver... a ver... no sé si me ha quedado claro del todo... me estás diciendo, que aquella vez estabas tan cómodo conmigo, que me marcaste sin darte cuenta... ¡como coño se marca sin darte cuenta! – la última frase la dije gritando y bastante alterado, había perdido totalmente los papeles y mi cabeza estaba a punto de explotar.

- Lo siento mucho... pues... nunca he estado con una hembra... contigo me sentía muy cómodo y libre... y...y... ¡mi cuerpo lo hizo solo! – Mike de igual manera estaba asustado y sin saber qué hacer o donde esconderse.

- Aclárame una cosa... esto de la marca... tiene algún problema más... o solo que estoy marcado como tu propiedad – la palabra propiedad la dije mientras hacía el gesto de comillas con los dedos.

- No hay ningún problema... además el olor si no se repite se acaba yendo, pero ese es el motivo de que mixe no te hiciera nada, notó el olor de mi marca en ti... y las reglas le prohíben hacerte nada. Puede que mixe sea un Psicópata, pero las reglas las respeta a rajatabla... siempre consigue lo que quiere de una manera legal, dentro de lo que cabe.

- ¿Y por qué no he podido percibir el olor de la marca? – me comencé a olfatear mi cuerpo como si buscara desesperadamente encontrar el olor – parece, que solo es distinguible para los canes.

- Si, solo un can puede oler la marca, tanto la suya como la de otros canes.

- Bueno... no es tan malo ser tu perra, si eso significa estar seguro, lo que me extraña es que mixe me incluyera en vuestras reglas, a fin de cuentas, soy un gato... ¿podía considerar tu marca como no valida y matarme no?

- Y si lo hubiera hecho no hubiera roto ninguna norma, ya que como tú dices, son reglas para defender a los canes, no a otras razas. Pero supongo que tenía algún motivo, aunque no sabría decirte cual.

- Bueno... por lo menos ya hemos desvelado uno de los misterios... creo será mejor ir a desayunar y a prepararnos para un nuevo día...

- Perdón otra vez por lo de la marca... no me di cuenta.

- La próxima vez por lo menos avisa, que si huelo a ti por lo menos que te de mi consentimiento – comencé a reír mientras ofrecía mi pata a Mike para ayudarle a levantarse.

Mientras Mike se levantaba un gran estruendo nos sacó a los dos de nuestras risas, el sonido de la puerta principal abriéndose, me dirigí rápidamente al recibidor para ver qué estaba pasando, el que había abierto la puerta no era otro que flex, y llevaba a alguien consigo, y no podía creer a quien traía.

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Guau, mas de 500 visualizaciones en total, parece que si que ha gustado la historia. Bueno como dije la semana pasada, empiezo las clases y trabajo, así que el tiempo que tendré sera más limitado. Intentare traer las historias cada lunes, pero no prometo nada. Se que normalmente historias de mikenix las escriben gente mas joven y en parte eso es lo que me da ventaja, que aplico mi punto de vista adulto a la historia. 

Comentadme que os parece la historia y si os esta gustando, que he visto gente nueva votando y añadiéndolo a seguir pero aun no veo comentarios suyos y estaría guay saber opiniones de todos para hacer mejores historias.

Bueno, recordad compartirlo si podéis y decirselo a gente que le pueda interesar, se que en esta historia la parte "amor" esta siendo muy lenta, pero asi he querido que sea, aunque aviso que esta en la seccion +18 y no es solo por besitos guiño guiño. pero cada cosa a su momento.

Un saludo y pasad buena semana mis queridos animales de 2 patas.

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