El impacto contra el cristal provocó que éste comenzara a fisurarse y así comenzara el despertar de la bestia que habitaba dentro.

...

Sintió un ardor en la frente y eso provocó que ella despertara, miró al rededor y se dió cuenta que ya no estaba en aquel agujero.

Percibió una sombra detrás de ella  y al voltear la vio, una diosa de 14 metros de altura, hincada ante ella, ojos azules como el cielo brillante y cabellos dorados como el sol.  Era como si estuviera desnuda pero no parecía tener pudor y Mikasa tampoco la miraba con esos ojos...

La criatura tenía las manos manchadas de sangre y a unos cuantos metros de ella estaba lo que parecía ser el cadáver de aquel titán que intentó devorarla, echando vapor y deshaciéndose al igual que la sangre en las manos de la titán.

—Ella...

Frunció el ceño al percatarse de algo. Aquella criatura se parecía a aquella doncella dentro del cristal.

Al ver que no intentaba atacarla, se acercó lentamente con la mano extendida hacia ella. La criatura entonces cerró los ojos y se inclinó hacia adelante. Mikasa se aterró al darse cuenta de que en realidad iba a caer sobre ella si no se movía de ahí.

Comenzó a huir de una muerte aplastante y cuando al fin cayó la criatura se mantuvo alerta.

De pronto comenzó a salir mucho vapor de su nuca y de entre la carne salió aquella joven rubia.

Los ojos de Mikasa se llenaron de sorpresa y corrió hacia ella porque no parecía estar bien.

No fue capaz de llegar a tiempo, la joven cayó al suelo y quedó inconsciente.

Pronto el cadáver de la titán hembra comenzó a echar vapor, así que como pudo, la tomó entre sus brazos y se alejó de ahí.

...

La colocó sobre el suelo y se tumbó a un lado de ella, estaba muy cansada y adolorida pero, se tomó el atrevimiento de apreciarla en cercanía preguntándose si aquellas marcas en su rostro eran dolorosas.

El día transcurrió con aparente normalidad, habiendo descansado le gustaría seguir con su camino pero no podía dejarla.

A cada tanto se acercaba para cersiorarse de que aún respiraba. Su cabello parecía un poco más largo y aquellas marcas en su cara se habían borrado. De pronto lucía un poco mayor a comparación de como la había visto dentro de aquel cristal.

Se preguntaba si se lo estaba imaginando o en verdad así era.

...

[Esa noche]

Al despertar, los recuerdos golpearon en su cabeza como una cascada de agua fría.

Se hizo un ovillo en su sitio intentando mitigar aquella sensación. No estaba segura de que aquello fuera correcto, pensaba que tal vez había sido un sueño.

—Tranquila, tranquila —dijo una voz femenina.

Annie se detuvo abruptamente y cerró los ojos antes de que la persona se le acercara.

—¿Estás bien? —preguntó preocupada.

«Ya no pienso escucharte»

—Esa voz... —susurró su mente.

«Titán de tipo hembra»

La piel se le erizó al recordar aquellas palabras llenas de aversión.

—Ella es...

Recordó aquellos ojos llenos de odio.

«Annie... cae»

Las entrañas se le revolvieron al recordar aquella caída y cómo lo último que había visto había sido ella.

—Tú me salvaste...

...

Quería acercarse más a ella pero tenía miedo de molestarla y de lo que eso fuese a causar.

Pero, pensó que si se mostraba agradecida quizás podría lograr algo.

—Mikasa... —pronunció la rubia mientras aún le daba la espalda.

Mikasa arrugó la frente, dada su condición, el nombre le era ajeno.

—Mikasa Ackerman —esta vez girando para poder encararla, pronunciando entre dientes.

Sus ojos azules eran atemorizantes, Mikasa se estremeció ante  la intensidad que ellos desprendían, pero no apartó la mirada de la rubia y se atrevió a preguntar si ese era su nombre.

—¿Te llamas Mikasa Ackerman?

La rubia se levantó con un poco de esfuerzo, aún estaba débil y aturdida. En lugar de responder avanzó un paso hacia ella.

Y de repente...

—¿Donde están todos? —inquirió desafiante.

—¿Q-quiénes? —cuestionó mientras retrocedía.

—¡Armin, Eren, Reiner, Berthold!

Mikasa negaba mientras oía cada nombre.

—¡Jean, Connie, Sasha!... ¿Dónde está la legión de reconocimiento? —terminó entre dientes.

—No sé de qué hablas —retrocedió aún más —. No sé quiénes son ellos —añadió con las lágrimas inundando sus ojos.

—¡Mikasa deja de fingir demencia! ¿Dónde están todos? ¿No queda nadie? ¿Eres la única? —se llevó las manos a la cabeza y bajó la mirada denotando su frustración.

—¿Mi nombre es Mikasa?

...

Annie levantó la mirada tras su pregunta y fue cuando la miró bien.

Definitivamente era ella pero estaba tan distinta, había crecido, su mirada ya no era la de la bestia Ackerman, no llevaba ninguna prenda que la identificara como parte del cuerpo de reconocimiento y de alguna manera parecía más frágil... Perdida...

Miró al rededor, parecía que estaban en algun edificio abandonado, sólo una fogata les proporcionaba luz y calor.

No entendía nada.

Miró nuevamente a Mikasa y dijo—: ¿Es que no me recuerdas?

—Ni siquiera... Ni siquiera sé quién soy yo.

...

Fin del capítulo.

¿Qué opinan?

Todavía me estoy acoplando, nunca había escrito sobre personajes de SNK. Así que, es algo nuevo :')

Atte: Patrona de las tijeras, Santa Ursfeli. Pidan sus bendiciones. ✨