XI
-¿Podemos tomarnos ahora esa tarta?- La joven parecía estar mejor. Más confiada quizá.
Ambos se dirigieron hacia la cocina situada al fondo del salón y se sentaron igual que antes.
-¿Prefieres la tarta de chocolate, la de nata o la de queso?- La pequeña rió un poco mirándole con cara traviesa.
-No tenías por qué comprar tantas, ¡todas me gustan!- Se tapó un momento la boca con las manos, como si estuviera pensando en decir algo malo- ¿Puedo comer un trocito de cada una?
Él comenzó a reírse mientras se dirigía a la nevera a por las otras.
-Para eso están.
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