X
-¿Podemos entrar ya?- Era la primera vez que le hablaba desde su encuentro en la casa abandonada, y él se sintió bien.
Asintió con la cabeza.
Una vez dentro él le dio una toalla y una gran camiseta a Migdalia y le indicó donde estaba el baño para que pudiera secarse y cambiarse la ropa mojada. Tras unos minutos ambos se encontraron de nuevo en el salón. Se miraron.
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